miércoles, 12 de diciembre de 2018

Ballad of Ten Thousand Gu


Ballad of Ten Thousand Gu




  • Autor(s): Ye Xiao 叶笑
  • Genero: Drama Romance tragedia Xuanhuan
  • Estado:Finalizada
  • Antes de que ella saltara al estanque lleno de diez mil criaturas venenosas, Ah Lai le preguntó: "¿Alguna vez te arrepentiste de conocerlo?"
  • Su Bai la observó en silencio. Después de un largo momento, levantó los labios y sonrió. "Fue la mayor bendición de mi vida haberlo conocido".
    Y ella saltó de los escalones.
    Pensó: no importaba lo difícil que fuera su amor, no importaba cuánto odiara y luego se desesperara, en esta vida, fue inmensamente afortunada.
    Porque una vez había amado a una persona tan profundamente.
    Incluso si él nunca la hubiera amado.








P123E

Amaryllis in the Ice Country


Amaryllis in the Ice Country




  • Autor(s): Takeshi Matsuyama
  • Genero: Drama Romance Ciencia ficción Slice of Life Tragedy
  • Estado: Finalizada.
  • En un futuro lejano, el mundo estaba en el hielo.
  • Los humanos viven en instalaciones criogénicas subterráneas, esperando la primavera distante,Los robots gestionan las instalaciones.
Construyeron un 'pueblo' allí y vivieron allí. Soñaron que, algún día, vivirían juntos con los 'Humanos' (Maestro). Esta, es la historia del País de Hielo.








Ilustraciones



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39 – The Legend of Sun Knight


39 – The Legend of Sun Knight



Autor(s): Yu Wo 御我
Genero: Acción Aventura Comedia Fantasía Sobrenatural.
Estado: Finalizada.
Soy un caballero santo. Para ser precisos, soy el Caballero del Sol de la Iglesia del Dios de la Luz ... en entrenamiento.
La Iglesia del Dios de la Luz adora y sirve al Dios de la Luz, y la suya es una de las tres religiones más grandes de este continente.
Como todo el continente sabe, la Iglesia del Dios de la Luz tiene los doce santos caballeros, y cada uno tiene su propia personalidad y características únicas.
Ser el Caballero del Sol es tener un cabello dorado brillante, ojos azul cielo, una naturaleza compasiva y una sonrisa brillante.
... Incluso el Sun Knight en entrenamiento no es una excepción.
La 38ª generación de los Doce Santos Caballeros ha completado su mandato, pero el momento para que la 39ª generación asuma el poder aún está lejos en el futuro indefinido.
El caballero del juicio es descarado y se enoja fácilmente; El caballero de la tormenta y el caballero de la hoja siempre están luchando sin parar, día y noche.
Desde la infancia, el Sun Knight-in-training ha visto crecer a los demás desde niños hasta adolescentes.
¿Qué debe hacer para convertirse en camaradas, que lucharán a través de gruesas y delgadas entre sí, con este grupo de "hermanos menores"?
"Benevolente Dios de la Luz, ¿puedo preguntar cuándo completaré mi entrenamiento que ha durado más de diez años?"





Series relacionadas

The Legend of Sun Knight (precuela)
Female Warrior (precuela)




1.11.21.32.12.22.33.13.23.34.14.24.3EEX










I Work As A Healer In Another Worlds Labyrinth City


I Work As A Healer In Another Worlds Labyrinth City




  • Autor(s): Osananajimi
  • Genero: Aventura Comedia Drama Ecchi Fantasía Harem Romance Seinen
  • Estado: Finalizada.
  • Satou Shiki, un estudiante universitario, fue repentinamente apuñalado por un matador solo para reencarnarse en Labyrinth City. En este otro mundo, el que ha despertado a [Evaluación] y [Magia de sanación] hace muchas "cosas".














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Mushoku Tensei 50.1

Capítulo 50.1 - Capítulo Especial - El Retorno de Roxy

1ª Parte


-- Desde el punto de vista de Roxy --


Roxy Migurdia regresó a su ciudad natal tras varios años.

Aun a lo lejos, pude comprobar que el asentamiento Migurd no había cambiado lo más mínimo, tampoco sus conocidos o antiguos amigos habían cambiado en absoluto; aunque sí es cierto que el número de habitantes había aumentado en todos estos años.

No obstante, el silencio tenebroso que invadía la aldea era el mismo que el de los viejos tiempos.

Originalmente no pensaba que fuera tan tenebroso ni tan negativo, pero tras tantos años viajando por todo el mundo, para mí esta aldea es claramente anormal. Poseía y posee un silencio remarcado debido a la falta de conversaciones por todo el terreno, mientras los aldeanos continuaban su día a día sin darle más importancia y cumpliendo sus cometidos.

Cuando estuvieron suficientemente cerca de la aldea, varios aldeanos que parecieron reconocerme simplemente se quedaron mirándome fijamente sin pronunciar palabra.

Sabía lo que estaban haciendo, me estaban hablándo telepáticamente usando la habilidad especial de los Migurd, intentando comunicarse conmigo, aunque yo nunca fui capaz de escuchar a nadie con esta técnica y lo único que oía era algo de ruido, pero poco más.

Por este motivo, soy incapaz de responder a su llamada.


Pasado un tiempo, vi aparecer las figuras de mis padres, que hacía años que no veía; ellos tampoco habían cambiado, al igual que el pueblo o los aldeanos.

Parecían alegrarse de volver a verme y se empezaron a preguntar qué es lo que había estado haciendo hasta ahora o dónde había estado; se podía notar inquietud en sus voces.

Elinalise y Talhand decidieron esperar a las afueras del asentamiento; parece que le dan bastante importancia al hecho de volver a casa.

La voz con la que respondí a sus preguntas y les conté lo que había estado haciendo hasta ahora era bastante indiferente; mientras que mis padres parecían sorprenderse y quedarse más tranquilos al escuchar mi historia. Seguramente porque ellos mismos me dijeron que hiciera lo que creyese mejor para mí...

Pero todo esto... me hacía sentir algo alienada; ya que lo que había esperado eran palabras de preocupación o de bienvenida, pero parecían no conocer esas palabras, ya que seguramente, algo tan importante como eso no lo expresaban usando palabras salidas de sus bocas, ya que tampoco expresaban su amor de esta forma.

Es posible que de verdad estuvieran enormemente preocupados, pero esa preocupación no me llega... Mi imposibilidad para usar la habilidad especial de los Migurd hacía que cosas como esta no me fueran transmitidas.

Pensando esto, el sentimiento de soledad se incrementaba en mi interior.

Quedarme más tiempo solo hubiera hecho todo esto más doloroso, confirmando únicamente que como Migurd soy un fracaso.

Con esta idea, decidí no quedarme demasiado tiempo en el asentamiento y partir de inmediato; por lo que comenzé a prepararme nuevamente para el viaje.


"¿Te marchas ya?"

"Sí."

"Al menos pasa la noche hoy aquí."

"No, es necesario que partamos cuanto antes, tan solo vine a saludaros aprovechando que pasábamos por la zona."


Ante mis palabras, mi padre me miró algo decepcionado, pero yo solo pude negar con la cabeza sin cambiar mi actitud.


"¿Cuándo volveremos a vernos?"

"No lo sé, es posible que esta sea la última vez."


Esas palabras eran honestamente lo que estaba pensando y las caras de mis padres parecieron contraerse ligeramente.


"Roxy, ¿podrías intentar venir a vernos al menos una vez cada 20 años?"

"Supongo..."


No le di demasiada importancia a mi respuesta.


"....que podría intentar regresar para antes de que pasen 50 años."

"¿De verdad? ¿Lo prometes?"

"Vale."


Asentí sin darle más importancia, tras lo que mi madre se puso a llorar.


"¿Eh? ¿Madre...?"

"Lo siento lo siento... Mira que me dije que no lloraría, lo siento mucho.."


¿Lagrimas?

Tras verla llorar, algo en mi interior se revolvió y no sé bien cómo, pero vi como, por sorpresa, mi madre me dio un abrazo. Tras eso, mi padre nos abrazó a ambas al mismo tiempo.

Y ante esta situación, por fin lo comprendí.

Hay cosas que no necesitan decirse con palabras...


Al final, decidí quedarme en la aldea unos 3 días y por primera vez en varios años, decidí tomarme mi tiempo y relajarme.



2ª Parte

"¿Que el Amo y Señor de Dead End... es en realidad... Ludeus Greyrat...?"


Aceptar este hecho me tomó varias horas.

Todo comenzó desde que llegamos al continente demoniaco, conforme fuimos avanzando hacia el norte del continente fuimos escuchando información sobre Ludeus; cuanto más al norte nos encontrábamos, más oíamos ese nombre y avistamientos de alguien similar. Sentía que nos acercábamos a la fuente.

Pero al mismo tiempo fuimos viendo que algo extraño pasaba, ya que la información sobre el falso Dead End y avistamientos de Ludeus estaban como entrelazados de manera peculir. Cosas como que tanto el joven niño humano, como El Amo y Señor eran magos que conjuraban en silencio.

Hasta Talhand llegó a decir que no le costaría creer que fueran la misma persona, hecho que repitió varias veces durante todo el viaje.

Pero no es eso... ahora puedo decirlo, pero en realidad lo supe desde un principio y simplemente no quise aceptar que nos cruzamos en medio del camino sin llegar a vernos.

Aunque cuando llegamos a Rikaris, no me quedó más remedio que aceptarlo; debido al incidente con Dead End que ocurrió hace 2 años. Ya que mi propio compañero del antiguo grupo de aventureros, Nokopara, fue quién me lo contó[93], y luego fue confirmado por mis propios padres en el asentamiento Migurd.

Cuando toda esa información fue compilada, no me quedó más remedio que aceptar que El Amo y Señor de Dead End era Ludeus Greyrat.



3ª Parte

"Ya veo... así que Blaze murió."

"Vaya, por lo visto una Cobra Dienterrubí se lo zampó enterito."


Han pasado una enorme cantidad de años desde que dejé el continente demoniaco y aunque teníamos gran cantidad de cosas de las que hablar, acabamos charlando de los viejos tiempos.

Cerré los ojos recordando a Blaze; su cara similar a la de un cerdo, malhablado y que a cada momento en el que cometía un error, se metía conmigo sin parar.

Pero no era un mal hombre y como guerrero, se podía confiar en él.

Por lo que me cuenta Nokopara, consiguió formar un grupo experimentado que llegó al rango B y era el líder de un grupo así en el continente demoniaco, por si fuera poco.

Para lo cínico que era, acabó convirtiéndose en un buen hombre; pero mira que llamarle al grupo Super Blaze... Sigue siendo tan egocéntrico como siempre...

Sigo escuchando la historia, y parece que el oponente que acabó con ese grupo experimentado al completo, fue vencido sin dificultad por el grupo de Ludeus que apenas tenían unas semanas en activo.

Poco después de hacerse aventurero, fue capaz de acabar con un monstruo de rango A; eso es algo que jamás hubiera podido hacer en mi época como aventurera novata, pero vaya, es típico de Ludeus...

No pude evitar sonreír ante ese pensamiento.


"Veo que has cambiado mucho, Roxy."


Nokopara dijo esto mientras le daba un un suave sorbo a su bebida, que era una especialidad del continente demoniaco bastante fuerte. Al escucharle, solo pude bajar la mirada a la copa que tenía delante y ver mi reflejo en el líquido que había en ella.

¿De verdad he cambiado...?


"Pues no te sabría decir exactamente en qué cambié..."

"Me refiero a que ahora pareces más adulta."

"¿Y que se supone que quieres decir con eso? ¿Acaso te estás metiendo conmigo?"


Ya cuando hice un grupo con Nokopara, Blaze y el resto del grupo ya había alcanzado la madurez de los Migurd. Mi figura no ha cambiado desde entonces, no he cambiado en absoluto en ningún detalle de mi físico. Lo tengo más que claro, hasta el punto de que me da algo de vergüenza este cuerpo mío.


"No intento meterme contigo. Me refiero... no sé cómo decirlo... al aire que das, no sé. Te recordaba más infantil."

"Por mucho que tenga este cuerpo, tengo muchos años de vida a mis espaldas."


Mientras respondía a su comentario, partía con los dientes unas pipas cocidas hechas de las semillas de los Treants Petreos.

Con mi gusto y la comida a la que estaba acostumbrada, era imposible pensar que estaban ricas, pero por algún motivo, me las llevaba automáticamente a la boca casi como si fuera alguna especie de hábito de años atrás.


"Por ejemplo, fíjate en esa respuesta de ahora. Recuerdo que en los viejos tiempos sentías la necesidad de demostrarle a todo el mundo que eras una adulta. No me extrañaría que, si hubieras sido la vieja Roxy, te hubieras vuelto loca por mi comentario, no se si me explico."

"¿De verdad?..... Hmm, es cierto que recuerdo haber pasado por un periodo así..."


Por aquel entonces no era capaz de aceptar mi propio físico y recuerdo que no quería que nadie me considerara una niña, por lo que hice todo lo posible para que nadie me menospreciara. Recuerdo también que decía cosas como que era una maga buena en todo y que no había nada que no fuera capaz de hacer; antes de que me diera cuenta, rumores sobre mí se habían extendido y se giraron las tornas. Cuando empezaron a conocerme como maga Santa de Agua ya me pedían cosas que estaban muy por encima de mis posibilidades.

A mi vuelta al continente demoniaco, me encontré con que había ido más allá, sobretodo cuando se enteraban que había sido la maestra de Ludeus, se sorprendían muchísimo. Y es que por lo visto, Ludeus había ido por ahí diciendo que todo cuanto era capaz de hacer se debía al entrenamiento recibido de su Shishou.

Gracias a eso, acabaron pensando que yo también era capaz de usar conjuración en silencio, por imposible que me resultara.

Me pregunto si mi propio maestro sintió algo parecido por mi culpa... Si así fuera, siento que me porté mal con él y que debería disculparme.

La agonía de un Shishou cuyo discípulo es muy superior a él es algo que solo puede comprenderse viviéndolo uno mismo.

Es algo por lo que sentirse orgulloso, aunque al mismo tiempo avergonzado... por misterioso que sea, no me molesta en absoluto; es más, el hecho de que Ludeus esté cumpliendo lo que me dijo y que esté diciendo en público lo orgulloso que se siente de haber sido mi alumno simplemente me alegra.


"Pues tú, Nokopara, no has cambiado nada."

"¿De veras?"

"Vaya, lo único diferente en ti es tu apariencia."


Sigue siendo el mismo avaricioso que se aprovecha de los más débiles de los viejos tiempos... Recuerdo que por aquel entonces sentí que era mejor no ganarme el odio de este hombre caballo.


"¿Y eso? ¿Acaso me estás llamando viejo?"

"Supongo que sí, porque no voy a negar que te has hecho mayor."

"Veo que te has vuelto capaz de decir cosas como esa."


Nokopara se rie de la broma hecha a su propia costa con un sonido de relinche.


"Como en los viejos tiempos..."

"Vaya."


Por aquel entonces otras 2 personas se sentaban con nosotros; un joven que lanzaba improperios a cada cosa que Nokopara decía y otro que suspiraba con un Hay que ver... cada vez que se ponían a pelear antes de ponerse a separarles.

Lástima que 2 personas de ese grupo ya no estén entre nosotros, dejando simplemente a 2 personas de mediana edad solos para charlar. Aunque en realidad, gracias a mi cualidades raciales no se me puede considerar tan mayor, ¿no?

Pero aun así, comprendo que los días pasados no regresarán por mucho que así lo deseemos.

Ese día, Nokopara no dejó de beber hasta caer inconsciente mientras los 2 dejábamos esos recuerdos florecieran en nuestros relatos.


El simple hecho de haberse reencontrado con sus padres y con su viejo amigo hicieron que llegar hasta aquí hubiera merecido la pena. Casi podría decirse que ese sentimiento era suficiente para que mi pecho creciera en talla y continuara con orgullo el camino...[95]



4ª Parte

Es bastante probable que Ludeus ya haya llegado a Milis-Sion por estas fechas, ya que han pasado ya 6 meses desde que nos pasamos de largo en Puerto Brisa, y por mucho que empezara la época de lluvias, la Ruta de la Espada Sagrada es una recta sin ningún tipo de rodeo. Así que a menos que se hayan parado en las aldeas de los orejas puntiagudas (Elfos) o los mineros del carbón (Enanos)[96], ya deberían estar allí.

Después de todo, como era de esperar, no había necesidad de que hubiéramos venido en su búsqueda, tal y como dijo Paul en su mensaje. Tanto él como la muchacha llamada Eris fueron teletransportados juntos y fueron capaces de sobrevivir sin demasiada dificultad por todo el continente demoniaco.

Por mucho que este hecho fuera por lo general algo casi imposible o inaudito, consiguieron sortear todos los problemas con extremada facilidad y sencillez. Y por si fuera poco, acompañados por uno de los Supards a los que tantísimo miedo les tengo.


"Roxy, veo que tu díscipulo es realmente sobresaliente."

"En efecto, me cuesta creer que sea hijo de Paul."


Tanto Elinalise como Talhand elogiaban las proezas de Ludeus con sus comentarios, por mucho que yo no le viera importancia a que fuera mi discípulo o hijo de Paul; porque él era un prodigio desde antes de conocerme.

Estoy segura de que aunque hubiera sido otra persona su maestro, habría sido capaz de hacer lo mismo que en esta ocasión. Pero dejando eso a un lado...


"¿Qué deberíamos hacer ahora?"


Elinalise fue la que pronunció en alto la pregunta que se hacía Roxy, por lo que todos se pusieron a pensar.

Mi objetivo hasta la fecha era encontrarme con Ludeus, algo que ya no es posible, puesto que ya debería estar en Milis-Sion. No puedo negar que me gustaría ir a verle, pero no puedo dejar de lado cuál es nuestra verdadera misión, por lo que...


"Opino que deberíamos ir a la zona noroeste del continente demoniaco."


Por mucho que sepamos que Ludeus está bien, todavía faltan 3 personas desaparecidas de la familia de Paul.

Mientras recorríamos el continente demoniaco, encontramos unos cuantos desaparecidos de la provincia de Fedora; por lo que podríamos encontrar más en la zona noroeste.


"¿Estás segura de que quieres ir en dirección contraria a tu discípulo?"

"Eso no es lo importante ahora."


A la pregunta de Talhand, negué con la cabeza, ya que para empezar, no sé con qué cara decirle que nos cruzamos sin vernos en Puerto Brisa.

Como su Shishou me da vergüenza no haber estado a la altura.


"Todavía nos quedan muchas aldeas y ciudades por las que buscar en el continente demoniaco. Por lo que es más importante que continuemos como hasta ahora, buscando supervivientes."

Mushoku05 01.jpg

Mis 2 acompañantes se intercambiaron miradas y dejaron escapar una risilla.

Y así fue como Roxy Migurdia continuó su viaje por el continente demoniaco.

Paul Greyrat

Norn Greyrat



Talhand de los Grandes Picos de Roca y Elinalise Dragonroad




Mushoku Tensei 50

Capítulo 50 - Hacia el Continente Central


1ª Parte


Han pasado ya 2 meses desde aquello y hemos llegado finalmente a la ciudad portuaria conocida como Puerto Oeste.

El escenario que se mostraba ante nosotros era la viva imagen de Puerto Santo, solo que el tamaño de la ciudad era muy superior; aunque esa diferencia es normal. El recorrido desde la capital del Sagrado Imperio Milis hasta la capital del Reino de Asura era el equivalente a la ruta de la seda de mi anterior mundo; y todas las ciudades intermedias eran, a su modo, puntos de importante interés para el comercio.

Puerto Oeste al menos lo demostraba así, porque aunque el comercio no llegara al nivel del Distrito Comercial de Milis-Sion, varias empresas tenían sede en esta ciudad y una gran cantidad de mercaderes y comerciantes se reúnen en esta ciudad para hacer negocios.

Hasta desde fuera de la ciudad era fácil observar los enormes almacenes que se alineaban frente al puerto, y una vez te acercabas, podías observar a posibles esclavos y/o aprendices trabajando sin parar y colocando grandes cajones llenos de pescado frente a personas vestidas con un manto que estaban usando magia de Agua para congelarlo. Este pescado congelado luego era guardado en los almacenes o bien para dejarlos congelados o para conservarlos en salazón o puede hasta que simplemente los ahúmen antes de transportarlos hacia otras ciudades.


2ª Parte

Pues bueno, aquí tendremos que decirle adiós a nuestro carruaje y nuestro caballo... Los ferris de este mundo son distintos a los de mi mundo original, y son incapaces de transportar carruajes; por lo que vamos a tener que vender nuestro actual medio de transporte de la misma forma que hicimos con nuestro amigo el lagarto, y comprar un nuevo transporte una vez lleguemos a nuestro destino.

Vendo el carruaje y el caballo a un comerciante del puerto; aunque en esta ocasión no me siento tan movido por la despedida, por lo que decido darle y dejarle un nombre en esta ocasión.

Hasta la vista, Haru Urara.

Tras eso, nos dirigimos a la aduana; y en este caso, a diferencia de la que había en Puerto Brisa, es un edificio enorme con guardas armados situados en la entrada.

He visto un montón de caballeros bien equipados por toda la ciudad... me pregunto si esas armaduras sirven de algo contra personas como Eris y Ruijerd; porque en este mundo, el poder ofensivo de los guerreros es altísimo, vamos, es suficiente para que de un solo golpe te destruyan la armadura y te dejen en calzoncillos. No me cabe duda de que si alguno de estos 2 te impactara de lleno acabarías saliendo por los aires haciendo un agujero con tu lápida y sería tu Dead End.

Dejando a un lado las bromas, intentamos entrar en la aduana y vemos que en el interior hay gente armando cierto alboroto; tanto aventureros como mercaderes llenan el edificio llenos de energía y hablando con los encargados de la aduana, negociando con entusiasmo. No se parece en nada a la aduana costera de Puerto Brisa en la que apenas había bullicio y los encargados no estaban motivados en absoluto.

Por el momento, decido dirigirme a uno de los encargados de la aduana que encuentro en el mostrador; al igual que en todos los gremios de aventureros, atendiendo a los clientes me encuentro a una mujer bien equipada.

Quizás hay una ley no escrita en este mundo que obliga a que todas las recepcionistas sean mujeres.... No me cuesta imaginarlo, tampoco que haya otra que diga Si tiene buen físico, mejor.

Sin mostrar lo que pasa por mi cabeza, me dirijo a ella.


"Hola, quisiera realizar los trámites para viajar al continente central."

"Comprendo, en ese caso, por favor, tome y espere su turno."


Con ese rápido intercambio, me hace entrega de una plaquita de madera con el número 34 grabado.

Oh, es la primera vez que siento el aura burocrática en este mundo...

Me dirijo a lo que parece la zona de espera y tomo asiento, Eris inmediatamente se sienta a mi lado y Ruijerd se queda de pie cerca. Mirando las inmediaciones, compruebo que varias personas están esperando como nosotros.


"Parece que esto tomará su tiempo..."

"¿No le has entregado la carta?"


Ante la pregunta de Ruijerd, niego con la cabeza


"Se la daremos cuando sea nuestro turno."

"Así que tú lo haces de esa manera..."


Por algún motivo, Eris está inquieta, pero como es cierto que ojou-sama no es mucho de esperar, no me parece especialmente extraño.


"Ludeus, creo que nos observan..."


Escuchándola, sigo su mirada y me encuentro con uno de los guardias, que parece que le está lanzando miradas furtivas a Eris. Estas miradas estaban incomodando a Eris y se la notaba enfadada; estaba observando al guardia fulminándole con la mirada.


"No vayas a empezar una pelea."

"No iba a hacerlo."


Ver para creer... pero dejemos esa sorpresa por parte de Eris por ahora. Me pregunto por qué estarán mirándola de esa forma, y son varios guardas lo que lo hacen... averigua, aunque quizás, ¿la belleza de Eris los haya encandilado a todos? Porque Eris cada día está más guapa, pero todavía es un poco niña... dudo que todos esos caballeros sean unos pedófilos.


"Número 34, su turno por favor."


Oigo nuestro número y nos dirigimos al mostrador, y una vez nos atiende la recepcionista, le hago entrega de la carta del amigo de Ruijerd y le informo de que queremos ir en barco al continente central.

Recibió la carta con una sonrisa, pero en cuanto vio a quien estaba dirigida su expresión cambió a una confundida.


"Deme un segundo, por favor."


Tras decir esto, se levantó de su asiento y se adentró en el edificio.


Pasado un rato, pudimos escuchar un golpe bastante sonoro en lo que imagino sería la oficina, al mismo tiempo que una voz enfadada. Poco después un guarda salió del interior del edificio y se acercó a otro al que le susurró algo al oído; la cara de este último se puso seria y se dirigió corriendo al interior.

El ambiente en el edificio se nota tenso, y siento peligro. Empiezo a arrepentirme de haber entregado del conocido de Ruijerd.

Quizás hubiera sido mejor investigar a fondo antes a este tal Gouache Brush.

La recepcionista que nos atendió regresó un rato después, su nerviosismo era evidente.


"Siento haberles hecho esperar. El Duque Baqciel quiere veros."


Estaba claro que algo iba mal.



3ª Parte

"Soy el Director de Aduanas del continente Milis, el Duque Baqciel von Wieser."


Vaya, ese cerdo se parece a un hombre... ups, me equivoqué; en realidad es un hombre que se parece a un cerdo.

Tiene la zona del cuello cubierta de grasa y su barbilla está hundida completamente en esa grasa sobresaliente. Su pelo rubio no es demasiado denso, lo lleva peinado con la raya en medio y se le pega a la piel por el sudor. Además, tiene ojeras en sus ojos que me recuerdan a un tanuki[78]; por lo que sería una mezcla entre cerdo y tanuki. No intenta ocultar su desagrado.

Esa cara me suena algo... he visto a alguien así antes; ah sí, en el espejo.


"Jum, mira que atreverse un demonio a traer una carta como esta..."


Baqciel estaba sentado en una resultona silla de cuero y sin levantarse de esta, agita la carta en su mano haciéndola chocar con su mano libre. Su silla rechina al moverse en ella y nos mira enfadado.

Puedo ver sobre el escritorio de madera de la mejor calidad un instrumento que seguramente haya usado para abrir el sello de la carta, con una variedad de documentos distribuidos por la mesa.

Por su actitud, la conversación y lo que estoy observando, el papel que tiene en la mano seguramente sea la carta que le entregamos a la recepcionista.


"La carta aparece firmada por alguien bastante peculiar, y el sello es similar al de la familia que representa; ¡pero no me podéis engañar, esta carta es una falsificación!"


Baqciel lanza la carta sin darle importancia; por acto reflejo alargo la mano para conseguir agarrarla al vuelo y le echo un vistazo.


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Por mucho que la persona que os hace entrega de esta carta sea un Supard, es alguien a quien le debo mucho.

Y aunque sea un hombre de pocas palabras, es poseedor de un alma admirable; ignorarás los costes del viaje para esta persona y le permitirás pasar a él y a sus acompañantes hacia el continente central.


Firmado, Galgard Nash Venick, Instructor en Jefe de la Orden de Instrucción

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Tras leer el contenido de la carta, mis piernas casi ceden de la impresión.

¿De dónde diantres sacaste el nombre de Goauche Brush? ¡Es Galgard Nash! Meh, seguramente Ruijerd escuchara GAblablaASH, y lo acabara dejando en Gash y por hacer como que decía más lo acabó convirtiendo en Gouache y lo de Brush lo pusiera por que le sonaba a pintura... Aunque también puede ser que si es una persona simpática, le diría algo así como Tan solo llámame Gash y Ruijerd se pensó que ese era su nombre real..... Pero bueno, volviendo al asunto, me llama la atención su título. Aquí pone Instructor en Jefe de la Orden de Instrucción, así que básicamente es una persona importante dentro de una de las órdenes de caballería de Milis...

Siento como empieza a dolerme la cabeza ligeramente.

¿Cómo consiguió Ruijerd hacerse amigo de alguien así...? Piénsalo, hablamos de alguien tan importante dentro de la Santa Iglesia Milis haciéndose amigo de un Supard. Si eso se hiciera conocido podrían surgir problemas, aunque quizás por eso usó un alias. Lo único que se me ocurre para que acabaran haciéndose amigos es que, por ejemplo, Ruijerd le encontró hace bastante tiempo, como 40 años, y pasado ese tiempo subió en sociedad ya sea por enlaces matrimoniales u otros asuntos.


"Para empezar, conozco bien a ese hombre y alguien tan poco sociable como él nunca haría algo como escribir una carta como esta de su puño y letra; para lo único que lo hace es para documentos de vital importancia. ¿Me estás diciendo que alguien como el Instructor en Jefe de la Orden de Instrucción ha decidido escribir una carta para un demonio como tú? Hasta los bufones tienen límites para sus payasadas."


Le lanzo una mirada a Ruijerd y veo que su expresión es algo complicada; imagino que porque tratan la carta que trae como una falsificación.

Desde mi punto de vista, este tal Bacqiel habrá llegado a esa conclusión únicamente porque es un Supard; hasta Paul me avisó de que Baqciel es famoso por odiar a las razas demoniacas, tiene pinta de que era verdad.

Pero vamos, si Baqciel es famoso por ese odio, el tal Gash, Goauche o Galgard, debería haberlo tenido en cuenta y haber escrito algo un poco más persuasivo. O también puede que la carta sea realmente falsa... Aunque lo dudo, según Ruijerd, Gash vive en un edificio grande de un tamaño comparable al del Castillo Kishirisu, quizás sea poco creíble para la residencia de una única persona, pero si lo ves como la sede de una orden de caballería o algo por el estilo, el tamaño tendría sentido y el número de caballeros en su interior también concordaría con el comentario de Tenía muchos subordinados.

Pero por mucho que haya conseguido comprender la situación, nuestro problema actual no ha cambiado. Baqciel sigue pensando que la carta es una falsificación y llegados a este punto no hay forma de simplemente decir Tiene razón, era una falsificación, lo sentimos, no nos lo tenga en cuenta; por lo que doy un paso al frente.


"En otras palabras, ¿su Excelencia considera que esta carta es producto de una falsificación?"

"Niño insolente... no hay lugar para ti en esta conversación."


El Duque Baqciel me mira y trata como si fuera un 0 a la izquierda.

Vaya... hacia mucho que nadie me trataba como a un crío... Fantástico... Cuando quiero que me traten como a un niño, me tratan como un adulto; y viceversa... Empieza a ser molesto, pero qué le voy a hacer.

Con estos pensamientos, coloco mi mano derecha sobre mi pecho y saludo al estilo de la nobleza de Asura.


"Por favor, le ruego disculpe mi tardía presentación, mi nombre es Ludeus Greyrat."


Las cejas de Baqciel dejaron ver una reacción al oír mis palabras.


"Has dicho.... ¿Greyrat?"

"Así es, y aunque me moleste admitirlo, simplemente soy uno de los miembros de menor importancia dentro de la familia Greyrat, que sí serían miembros de la alta nobleza de Asura."

"¿Hm..? Tenía entendido que los Greyrat incluían en su nombre a uno de los antiguos dioses del viento de aquella región."

"En efecto, pero debido a que no soy miembro de la familia principal, un designio como ese no se me está permitido."


Al oír que no soy miembro de la familia principal puedo notar como Baqciel deja de prestarme demasiada atención. Por este motivo y reaccionando ante su cambio de actitud, hago un gesto con mi mano abierta señalando a Eris.


"No obstante, Eris-ojou-sama sí posee semejante distinción, le presento a Eris Boreas Greyrat."


Dándole un ligero toque en su espalda, Eris da un paso al frente; mirándome un tanto sorprendida pero sin mostrar más reacción que esta, cruzándose de brazos y con sus piernas separadas a la misma altura que sus hombros.

Aunque como si pensara que esa postura no era la correcta, cambia de posición sacando algo de pecho y preparándose para realizar una floritura propia de una dama de alta sociedad. El problema viene cuando comprueba que no lleva falda con la que continuar el gesto, por lo que decide acabar saludando de la misma forma que hice yo.


"Encantada, soy Eris Boreas Greyrat, hija de Philip Boreas Greyrat."


Por toda la confusión a la hora de presentarse y que la voz se le notaba algo tensa, siento que no ha ido del todo bien; por lo que le echo un vistazo a Baqciel intentando ver su reacción, aunque soy incapaz de descifrarla.

Bah, ¿qué más da? Simplemente tiraré de la influencia de la familia de Eris para la conversación.


"Ya veo, ¿y puedo saber el motivo por el que una noble de Asura se encuentra en este lugar?"


Es una pregunta normal y no tengo motivos para mentir.


"Imagino que su Excelencia está al tanto de la catástrofe mágica que golpeó la provincia de Fedora hace 2 años, ¿no es así?"

"Así es, y según tengo entendido, un gran número de personas fueron teletransportadas en consecuencia."

"Exactamente, pues nosotros nos vimos envueltos por ese percance. Viéndonos en semejante posición, me vi obligado a proteger a Eris-ojou-sama con la ayuda de Ruijerd para poder viajar por el continente demoniaco en dirección al continente central. En la aduana para cruzar al continente Milis fuimos capaces de hacernos cargo de los gastos vendiendo nuestros enseres, pero no nos queda suficiente dinero para hacernos cargo del coste para un Supard en este tramo del trayecto. Viéndonos en esa tesitura, decidimos recurrir a un amigo de la familia Greyrat y al mismo tiempo conocido de Ruijerd, Lord Gargard para que nos ofreciera su ayuda y el magnánime Lord Galgard escribió esta carta para facilitarnos el viaje."


Conforme se me va ocurriendo, me voy inventando una historia para explicar nuestra situación.


"El hecho de que Ojou-sama vaya vestida de manera similar a un aventurero es con el único propósito de ocultar su identidad como miembro de la alta nobleza, y así evitar a individuos desconsiderados. Comprendo que su Excelencia puede ver este acto como algo natural debido a nuestra la naturaleza de Eris-ojou-sama."

"Entiendo, sí..."


Baqciel se muestra algo molesto por algún motivo.


"Básicamente, ustedes sois aliados de ese grupo de ladrones de esclavos denominados Búsqueda de Desaparecidos de Fedora."

"S-...se equivoca, su excelencia. ¿Por qué diría algo semejante?"

"Debido a que no conozco a ninguna señorita llamada Eris Boreas Greyrat."


Resoplando como un cerdo, Baqciel continúa sus palabras.


"Al que sí conozco es a un maleante de poca monta conocido como Paul Greyrat; que se rumorea es la persona que encargó los secuestros de esclavos que acontecen por Milis."


Papá... tu mala reputación es terrible.


"En otras palabras, lo que usted dice es lo siguiente: la carta que traemos de Galgard-sama es una falsificación, Eris-ojou-sama no es una noble de Asura; y además, que somos aliados del mujeriego, maloliente, alcohólico, inútil, que le busca pegas a todo lo que hace su hijo, y que además obliga a su hija a pasar penurias, Paul Greyrat. ¿Me equivoco?"

"Mmn."


Qué hombre tan cruel es este Baqciel... con todo lo que ha ido haciendo Paul... pero por mucho que tenga muchos defectos y haya cometido infinidad de errores; es totalmente inaceptable considerarle un inútil y no darle otra oportunidad.


"¿Podría conocer el motivo por el que cree usted que el sello en esa carta es origen de una falsificación?"


Diciendo esto, recalco el sello pegado en unos lados de la carta poniéndolo sobre la mesa. Tras echarle un vistazo, Baqciel frunce el ceño aunque de manera casi imperceptible y pasado un instante afirma con la cabeza.


"Eso se debe a que existe un gran número de falsificadores que poseen copias exactas del sello de la Orden de Instrucción."


¿En serio? Qué raro que no haya oído nunca nada al respecto y que lo digas justo ahora...


"¿Y el motivo por el que cree usted que mi señora, Eris-ojou-sama, es una impostora?"

"Es inequívocamente imposible que alguien perteneciente a la nobleza de Asura fuera tan siquiera capaz de ir vestida como una espadachina paleta."


Me giro a Eris y observo que ha vuelto a cruzarse de brazos siguiendo su pose habitual. Aunque su piel es perfecta y sin ninguna sola cicatriz, el moreno que ha ido cogiendo con tantos días al sol hace imposible creer que se trate de una dama refinada; hasta sus músculos parecen tener mayor firmeza y fuerza que los típicos del resto de aventureros.


"He de intuir que su Excelencia no conoce a Sauros-sama."


Dejo escapar una pequeña risotada inesperada, y Baqciel se traga el cebo que acabo de poner en la conversación.


"Has dicho... ¿Sauros? ¿Te refieres al señor feudal de la provincia de Fedora?"

"Además de abuelo de Eris-ojou-sama. Él mismo fue quien ordenó que Eris-ojou-sama siguiera una educación especial propia de espadachines."

"¿P-Por qué motivo haría algo semejante..?"

"Se lo diré, aunque es un asunto privado... Se decidió que Eris-ojou-sama se casaría con un miembro de la familia Notus, y Sauros-sama odia con toda su alma al actual cabeza de esa familia; por todo eso..."

"Oh... ya veo."


Básicamente, lo que intento dejar caer es que Sauros hizo que Eris creciera de una forma tan cruenta para que, una vez viviera con la familia Notus, fuera capaz de matar en su propia casa al cabeza de familia Notus, o como mínimo al marido con el que se casara.

La confusión de Eris al oírme hablar es evidente; no me cabe duda de que si me comprendiera, me hundiría la cabeza a puñetazos.


"Por todo esto, es de vital importancia que Eris-ojou-sama regrese sana y salva a Asura. Si su Excelencia concluye que se trata de una impostora, no nos quedará más remedio que regresar a Milis-Sions y hacer llegar su decisión al lugar pertinente."


Llegado a este punto, no se me ocurre donde puede ser este lugar pertinente, no es algo que haya pensado ni investigado con antelación.


"Jum, si de verdad es quien dice ser, necesitaré una prueba de ello."

"El hecho de que el mismo Galgard-sama haya escrito esa carta es prueba suficiente."

"Tonterías. Veo que esta discusión no llevará a nada concreto."

"No tenemos inconveniente en su decisión, siempre y cuando comprenda la confrontación que podría ocurrir a consecuencia de ella con los Greyrats una vez regresemos a Asura."


Mierda, ya no sé ni lo que digo, pero siento que empieza a calar mi mensaje.

Baqciel me mira enfadado.


"Comprendo su postura, en ese caso, os concederé un visado tanto a usted como a Eris-ojou-sama."

"Nuestro escolta es-"

"Bajo mi autoridad, yo, el Duque Baqciel, os ofrezco suficiente cantidad de caballeros para que os escolten. De esta forma, no necesitaréis depender de un demonio y viajaréis más seguros, ¿no os parece?"


'Ya veo... básicamente, está diciendo que mejor que dejar cruzar al continente central a un demonio, lo que hará será dejarme a un par de caballeros o así para que nos escolten. Veo que está encabezonado en no dejar cruzar a Ruijerd...

Es la primera vez que lo siento tan claramente, pero puedo ver que los prejuicios por la raza demoniaca son mayores de lo que pensaba.

A ver... ¿cómo llevo la conversación? ¿Acepto y hacemos que Ruijerd viaje por separado? Si volvemos a depender de contrabandistas es probable que acabemos teniendo problemas... no me cuesta imaginarlo... ¿qué hago-?

knock knock

Mientras andaba enfrascado en mis pensamientos, alguien llamó a la puerta de la habitación con fuerza.


"¿De qué se trata? Me encuentro en medio de una reunión importante."


Mostrándose confundido, Baqciel se dirigió a la puerta y la abrió sin esperar respuesta; al hacerlo, pude ver a una mujer rubia vestida con una armadura de color azulado.


"Disculpe, pero he escuchado que Ruijerd de Dead End se encontraba dentro y..."

"...¿Mamá?"


Se trataba de Zenith.



4ª Parte


Debido a que me oyeron pronunciar las palabras mamá, todos en la sala se giraron hacia la mujer que acababa de aparecer.

Ella por su parte me miró indignada.


"¿Cómo que mamá? Estoy soltera y te puedo asegurar que es imposible que tenga un niño de tu edad."


U-un segundo... ¿Zenith-san? ¿Acaso has perdido tus recuerdos o algo desde la última vez que nos vimos? Y eso de soltera... ¿acaso te has separado de Paul?

con estos pensamientos, la observo detenidamente, y empiezo a notar claras diferencias entre esta persona y Zenith. Tantos años sin ver a la original han hecho que sea incapaz de recordar bien su cara, pero tenía un lunar en un lugar concreto y el tono de su pelo es ligeramente distinto. Así que intuyo que se trata de otra persona.


"Discúlpeme, pero se parece mucho a mi desaparecida madre."

"....Comprendo."


Me miró como sintiendo algo de lástima.

Imagino que me estará viendo como un niño que ha sido separado de su madre a la fuerza. Aunque últimamente hacia tiempo que no me trataban como un niño, veo que hoy toca nivelar eso, pero bueno, mi físico es el de un niño, así que no me queda más remedio que aguantarlo."


"Vaya, vaya... si es la caballero del templo que acaba de ser degradada en la Orden... ¿Puedo hacer algo por usted?"


Baqciel suelta una risotada mientras mira de mala manera a la mujer caballero que se parece a Zenith.


"Me han llegado noticias de un Supard visto dentro de las fronteras de Milis. Me debo a mi trabajo y como es natural, he venido a comprobarlo."

"No comenzarás a trabajar en tu nueva posición hasta dentro de 10 días, así que no se entrometa en una tarea que no le incumbe."

"¿Una tarea que no me incumbe? Es algo difícil de creer, Duque. Ciertamente todavía no es la fecha dispuesta para mi acceso a esta posición; pero la persona al cargo de este puesto hasta mi llegada ya ha partido hacia Milis-Sion y la ley exige que siempre que ocurra algún problema en la aduana es la Orden del Templo la encargada de solucionar el proceso. Si este es el caso, ¿me puede explicar por qué motivo no hay otro caballero de la Orden del Templo en este lugar?"


La caballero que me recuerda a Zenith habló largo y tendido sin cesar, mientras que Baqciel simplemente respondió con un Uh- mientras su cara palidecía por momentos.


"Según las ordenanzas, debería haber 2 de estos guardas que les comentaba en este edificio, Duque Baqciel; es una de las leyes que componen la Santa Iglesia Milis y que forman parte de las que componen este estado. Imagino, Duque Baqciel, que no planeaba realizar un acto de insubordinación contra la Iglesia Milis, ¿me equivoco?."

"¿Cómo podría hacer algo semejante? No albergo ninguna intención de esas características, simplemente suponía que al haber llegado a esta ciudad hoy mismo, preferiría su Señoría tomarse un descanso mientras se adapta a la vida aquí."

"Eso no será necesario, pero le agradezco el ofrecimiento."


La cara del Duque Baqcerdo se asemejaba más a la de ganado frente al matadero.

La próxima vez que coma cerdo me acordaré de esto... seguro.


"Entonces, ¿qué es lo que ocurre exactamente?"


Por toda la conversación o por la actitud que he visto, diría que la caballero posee tanto poder como el Duque; y eso que cuando escuché Duque, intuí que sería uno de los nobles de más alta clase, pero quizás simplemente es porque la religión en Milis posee mucha fuerza. Aunque podría equivocarme.


"Le expondré lo ocurrido..."


De esa forma, Baqciel comenzó a explicar nuestra conversación hasta ese momento; de vez en cuando decía algún detalle que me parecía algo prejuicioso y maquillado para su conveniencia, en esos casos yo me interponía para dar un suplemento a esa explicación.

La mujer caballero estuvo escuchando en silencio hasta el final, hasta que finalmente se giró hacia nosotros.


"Jum.... No hay duda de que es un demonio..."


La mirada que le lanzó a Ruijerd es especialmente dura; pero cuando se giró a Eris, se reblandeció bastante. Aunque cuando finalmente nuestras miradas se cruzaron, sin venir a cuento me agarró la barbilla pensativa.


"...Antes me confundió con su madre, ¿no es así? ¿Podría decirme como se llama esa señora?"

"Zenith, Zenith Greyrat."

"¿Y cuál es el nombre de su padre, joven?"


Miro de reojo a Baqciel ante la pregunta.

Uff... prefería guardármelo la verdad, pero viendo la situación....


"Mi padre se llama Paul Greyrat."


Decido finalmente decirlo abiertamente, y los ojos de Baqciel se clavan en mí.

Pero no te confundas, mi padre no tiene nada que ver con ese despojo del que hablamos antes, te lo puedo asegurar; es más, es un buen samaritano que llegaría hasta el extremo de darte dinero si le das un par de puñetazos.


"Comprendo."


La mujer caballero al decir esto, se arrodilló frente a mí y me dio un potente abrazo.


"...¿Eh?"


Me quedé completamente paralizado debido a este abrazo venido de ninguna parte.


"Debes haberlo pasado mal hasta ahora..."


Con esas palabras, empezó a acariciar mi cabeza. Debido a la armadura, la sensación y tacto no eran para nada agradables, pero sí que puedo notar el olor y calidez propias de una mujer.

Y como es natural, mi ego inferior.... ¿no se alza?

Qué cosa tan rara... ¡Oh! Hijo mío, dime, ¿por qué me has abandonado? Tienes frente a ti ese maravilloso olor suave y ligero a mujer, aquel que tienes frente a ti y que tanto adoras; ¿cómo es posible esa falta de reacción cuando hace tan poco con Eris te....

Cuando recuerdo ese nombre, reacciono y me giro en su dirección teniendo un mal presentimiento, y puedo ver como tiene los ojos abiertos como platos, cara a punto de estallar y sus puños fuertemente cerrados.

Un escalofrío recorre mi espalda.


"Esto.... ¿hola?"


Dejando de acariciar mi cabeza y abrazarme, la mujer caballero se pone en pie y sin mirarme declara con convicción.


"Autorice el pase de estas personas al continente central."

"¡¿Qué dices?! ¡Pero si uno de ellos es un demonio!"


Baqciel no da crédito a lo que oye, pero la mujer vestida de caballero me quita la carta de la mano y la ojea.


"Eso no será un problema ya que esta carta es auténttica; puedo dar fe de que se trata de la letra del propio Lord Galgard."

"Imposible, ¿cómo podría un caballero de Milis ir contra las enseñanzas de la propia Milis...?"


Por algún motivo, a Eris se le escapó un pequeño Ah- lo que hizo que la mujer caballero se girara hacia ella y le lanzara un guiño.

¿Dafaq?


"¿Pones en duda mi palabra? Recuerda que soy la comandante de la Unidad Escudo de la Orden del Templo."

"Ghu-, te atreves a decir eso aun habiendo perdido a toda la unidad y haber sido degradada..."

"Jum. Creo que esas palabras podría devolvérselas íntegramente, pero tenga en cuenta que a diferencia de usted, cumplí hasta el final mi cometido; por lo que creo que mi posición posee más firmeza que la suya."


Baqciel cerró la boca con un sonoro golpe de sus dientes.

Diría, por como avanza la conversación que a él también le han degradado por algún motivo; y que aun posea el título de Duque parece que su estatus ha bajado de alguna forma, aunque no entiendo bien por qué.

La mirada de Bacqiel clava su ira y su odio en la mujer caballero.


"Insolente... Por mucho que seas de alta cuna, tu insolencia no será..."


Baqciel no llegó a terminar su frase y la mujer caballero ya inclinó su cabeza a modo de disculpa.


"No quería faltarle al respeto, disculpe mi actitud anterior. No era mi intención atacarle de forma alguna; pero la situación que estamos tratando me afecta personalmente y no he sabido estar a la altura, disculpe mi atrevimiento."


Viéndola se me pasó por la cabeza que maneja el ritmo de la conversación.

Dice todo lo que le viene en gana y se disculpa inmediatamente manipulando el enfado de Baqciel hasta el punto de haberlo casi eliminado. Tengo que aprender a imitar esa técnica para la próxima vez que acabe enfadando a alguien.


"¿Qué te afecta personalmente? No entiendo."

"Mmn."


Ante la confusa actitud de Baqciel, la mujer caballero asintió con firmeza y me puso la mano en el hombro.


"Este pequeño es sobrino mío."


¡¿Qué has dicho?!



5ª Parte


La mujer caballero, Therese Latreia, es la 4ª hija de la familia Latreia, parte de la nobleza de Milis-Sion y poseedores de un condado, dándole a su padre el título de Conde.

Therese consiguió ascender a comandante de una unidad de la Orden del Templo a una edad temprana, convirtiéndola en una capaz y prometedora caballero dentro de la Orden.

Básicamente, el padre de Zenith es el Conde Latreia y Therese es hermana de Zenith, haciéndola automáticamente mi tía.

En cuanto se supo que yo era parte de su familia, Baqciel pareció darse totalmente por vencido con el asunto y dejó escapar un profundo suspiro; tras lo que aprobó nuestros permisos para el viaje.


6ª Parte


Actualmente nos encontramos en una posada de Puerto Oeste mientras me abrazan por la espalda.

Los únicos en la habitación somos Therese, Eris y yo; parece que Ruijerd comprendió que era mejor no estar aquí, porque se fue hace rato.

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"Ludeus-kun, Nee-sama me escribió mucho sobre ti en sus cartas."

"¿En serio? ¿Y qué fue lo que te contó mi madre sobre mí?"

"Que eras increiblemente adorable. Y aunque jamás pensé que te conocería en persona, tenía razón."


Mientras decía todo esto, Therese hundía su cara en mi cuello mientras me abrazaba.

Ahora que lo pienso, en mis 12 años de vida en este mundo me han llamado descarado, sospechoso, salido o hasta molesto; la única que me ha visto adorable fue Zenith.

Pero por algún motivo, aunque me esté abrazando una belleza equipada con melones, algo impide que el Railgun[82] de mi entrepierna sea incapaz de lanzar monedas con su super electromagnetismo[83].

Aunque ahora que lo pienso, mi VICTORIA nunca se PUSO EN PIE tampoco con Zenith...[84] y tampoco tuve nunca pensamientos innecesarios con Norn... así que quizás se deba a que somos familia...[85]


"Therese, va siendo hora de que te separes de Ludeus."


Con la barbilla apoyada sobre sus manos, Eris le llama la atención a Therese.

Está de mal humor, es bastante probable que sean celos... es mi culpa por ser tan atractivo...


"Eris-sama, aunque comprendo como se siente, no sé cuando podré volver a ver a Ludeus-kun. Además, para la próxima vez que nos veamos, estoy segura de que habrá perdido ese toque adorable que posee ahora mismo. Al ser algo pasajero e irrepetible, le ruego disculpe mi egoismo un poco más."


Sin mostrar ningún tipo de vergüenza, Theresa continúa sobándome sin reparos.


"Therese-san, ¿por qué le hablas a Eris con tanto respeto?"

"Es normal, le debo la vida."


Su comentario me hace investigar más el asunto. Por este motivo, descubro que cuando Eris fue a suprimir Goblins, rescató a Therese cuando se encontraba contra la espada y la pared debido a un ataque enemigo.

Era una situación en la que Therese se encontraba protegiendo a una persona VIP, y de no ser por Eris, esa persona habría muerto en esa situación; o más o menos esa es la historia que me cuenta.

Parece que a Eris se le olvidó mencionarlo...

Cuando me giro a Eris para comentarle mi descontento, la encuentro poniendo una cara algo complicada.


"Disculpa, Ludeus. Se me pasó..."


Por lo que me cuenta, cuando me vio totalmente hundido en la habitación, olvidó por completo todo lo sucedido durante su supresión de Goblins.

Así que fue más o menos por mi culpa... bueno, en ese caso no puedo decir nada. Pero volviendo al tema principal, Therese, que al estar a mi espalda no estoy del todo seguro, es muy probable que me esté abrazando y sobándome muy alegremente... no puedo decir que me moleste lo que hace, pero digamos que me siento algo incómodo. Pero bueno, la cosa es que aunque me están sobeteando y restregando las tetas contra mi espalda, no siento ningún tipo de excitación, es una experiencia totalmente novedosa.


"Aisss... pero mira que es adorable mi sobrinito. Ludeus-kun, eres tan encantador que te comería entero."[86]

"Con comerme entero te refieres en sentido sexu-"


Intento soltar un chiste acorde a la conversación, pero me tapa la boca con la mano.


"... Veo que cuando hablas pierdes encanto; no sé, me has recordado a ese tal Paul."


Por lo que dice, no parece que a Therese le caiga especialmente bien Paul.


"Pero bueno, veo que el Instructor en Jefe Nash no cambia."


Sin dejar de acariciarme, Therese cambió de tema.


"Cualquiera sabría de antemano lo que pasaría si le hacía llegar a Baqciel una carta como esa..."


Por lo que me cuenta Therese, Galgard Nash Venick es el Instructor en Jefe de la Orden de Instrucción, que son un grupo de caballeros que actúan como mercenarios en zonas de conflicto para ganar experiencia en combate y al mismo tiempo extender las enseñanzas de Milis por todo el mundo.

Ese grupo está actualmente enfrascado en la fase de reclutamiento antes de salir de expedición, por lo que se encuentran en Milis temporalmente mientras consiguen nuevos miembros; y Gouache es el Instructor en Jefe de ese grupo.

Fue uno de los pocos supervivientes que regresaron de una expedición al continente demoniaco, y en los últimos años ha sido uno de las fuerzas principales que movían la Orden de Instrucción, consiguiendo el título de la persona con mayor poder en ella.

Es un dejado y poco sociable hombre que apenas ríe y que, se rumorea, es capaz de tratar con cualquier tipo de malhechor y juzgarles de forma imparcial.

Para unirse a la Orden de Instrucción, todo caballero debe realizar una expedición a modo de ceremonia de ingreso para ser aceptado; y desde que Gash se convirtió en el Instructor en Jefe, el porcentaje de supervivencia de esta ceremonia ha superado el 90% de los nuevos reclutas, a diferencia de hasta ese momento.

Como resultado, la Orden de Instrucción actual ha conseguido ganarse el título de la más fuerte en toda su historia; y un gran número de personas han sido protegidas o salvadas por Gash y apenas hay caballero que no le guarde un enorme respeto.


"Pero ese hombre es bastante famoso por odiar escribir y ser de pocas palabras. En el campo de batalla es una persona correcta y dedicada, pero por lo general no muestra la misma dedicación fuera de este y, por ejemplo, no suele devolver ni el saludo. Por si fuera poco, casi nadie conoce su letra ya que la mayoría de documentos suyos son únicamente su sello.


Por lo que me dijo Ruijerd, era un hombre pasional y hablador; pero claro, Ruijerd tampoco es que sea muy hablador, por lo que quizás no comparamos siguiendo la misma idea eso de hablador. O también es posible que simplemente actuara de manera distinta con Ruijerd.


"Eh, ¿pero cuánto tiempo tienes pensado estar tan pegada a él...?"


La irritación de Eris iba creciendo por momentos y sentía que en menos de 5 segundos pasaría de molesta a muy cabreada, por lo que me separé como pude de Therese.


"Ah~... ya no siento el calor de Ludeus-kun..."


Por mucho que Therese se muestre dolida por la separación, no quiero que se piense que soy un Dakimakura[87], porque encima yo no lo estaba ni disfrutando.


"Ludeus, ven aquí."


Al escuchar la orden, me siento junto a Eris; y al hacerlo, veo como me agarra la mano con fuerza.


"..."


La miro de reojo y veo como hasta sus orejas se han puesto coloradísimas; solo de verla de esa forma hace que se me ponga una risilla estúpida en la cara.

Me giro a Therese y veo que le ha estado pegando puñetazos a la almohada, o al muro... quizás por mi pequeño momento con Eris, aunque le falta músculo, así que dudo que le haya pegado al muro. Pero casi recomponiéndose de inmediato, suelta un suspiro y su cara se vuelve bastante más seria.


"Casi se me olvida, Ludeus-kun. Te hago una pequeña recomendación para de ahora en adelante, aunque puede que no sea de especial importancia porque estás a punto de salir de Milis..."


Con esta introducción, Therese continúa.


"Creo que es mejor que no menciones la raza Supard mientras te encuentres en este continente."

"¿Por qué lo dices?"

"Porque una de las enseñanzas más antiguas de la Iglesia Milis dicta que las razas demoniacas deben ser completamente exiliadas del continente. No es algo que se siga practicando por toda la organización, pero es algo que la Orden del Templo obedece a rajatabla."


Por lo que dice, con lo famosa que es la raza Supard hasta dentro de las razas demoniacas, por mucho que sean impostores, es probable que los caballeros hagan todo cuanto esté en su mano por echarles del continente.


"Debido a todo lo que ha hecho por ti, Ludeus-kun, me veo en la obligación de hacer la vista gorda con él. Pero por lo general, sería imposible dejar marchar a tu compañero el Supard."

"Sería en vano."


Eris respondió con seriedad a las palabras de Therese mientras le lanzaba una mirada helada.


"Por muchos caballeros que traigáis, no seréis capaces de vencer a Ruijerd."

"Tiene toda la razón, Eris-sama."


El tono de Therese parecía indicar que en efecto, ese sería el resultado, pero su sonrisa se torno algo amarga.


"No obstante, la Orden del Templo está formada por gran cantidad de fanáticos religiosos, yo incluida. Es por este motivo, que aunque supiéramos que no hay forma de ganar, no dudaríamos en lanzarnos a la batalla."


Así que tantos de los caballeros de Milis pensaban de esa forma... Bueno, lo tendré en cuenta si volvemos al continente Milis por cualquier motivo.

Entiendo que Therese quería asegurarse de que comprendíamos esto, y sumado a lo ocurrido en la aduana, soy capaz de comprender como de verdaderamente arraigada está la discriminación contra las razas demoniacas. No me cabe duda que de ahora en adelante restaurar el honor de los Supard será cada vez más complicado.

Tampoco me extrañaría que si se llegara a descubrir que idolatro a Roxy como a una Diosa la inquisición podría denunciarme por herejía y hacerme pasar experiencias aterradoras... Será mejor que guarde en secreto mi afiliación religiosa.



7ª Parte

El viaje en barco acabó realizándose sin ningún inconveniente. Gracias a Therese todos los preparativos necesarios fueron apropiadamente realizados, desade la comida para el viaje hasta medicina para el mareo.

Hasta ahora pensé que la farmacología de este mundo no estaba especialmente desarrollada, pero al parecer no dependen únicamente de la magia para curar algunas affeciones, teniendo al menos algo tan sencillo como medicina para el mareo. Pero por lo visto es bastante cara.

Lo que se conoce por Conexiones Familiares es algo fantástico y maravilloso..

Therese hizo todo lo posible por llevarse bien con Eris, aunque a Ruijerd solo podía mirarlo con cierto reparo, pero no me extrañó. No es que todos nuestros problemas se vayan a solucionar así como así.

Durante el trayecto, gracias a la medicación para el mareo, Eris estuvo suficientemente bien como para no pedirme que la fuera curando con magia, aunque tampoco es que estuviera perfectamente. Si soy sincero, en realidad siento que es una lástima no haber vuelto a ver a la mansa Eris del anterior viaje; pero gracias a eso, mi barra de límite no se llenó y mi Buster Wolf no se activó, por lo que esquivé fantásticamente el Sunny Punch de Eris[89]; por lo que el viaje transcurrió sin incidencias.

Digo esto, pero en realidad es posible que Eris siguiera un tanto intranquila por lo ocurrido la vez anterior, porque durante todo el viaje en barco, Eris no se despegó de mí. No estaba mansita como en el viaje a Milis, pero verla así de animada por ver el mar, fue suficiente para alegrarme.

Mientras dábamos un paseo por la borda observando el mar, varios de los marineros se pusieron a silbarnos y a burlarse de nosotros.


"Fiuu fiuuu, ¡chicos, se os ve cariñosos! ¿Acaso os vais a casar en cuanto lleguéis al Reino del Rey Dragón?"

"Vaya, ¿cómo lo has sabido? Va a ser una boda increíble."


Viéndoles, me dejé llevar y le pasé el brazo por encima de los hombros a Eris, llevándome a que me diera un puñetazo.


"T-¡Todavía es demasiado pronto para casarnos!"


Por mucho que digo que me dio un puñetazo, en realidad no parecía haberle molestado mucho y estaba siendo bastante tímida.

Parece que odia que se burlen de ella, pero estoy casi seguro de que una broma de ese tipo no le molestaría en un lugar con un ambiente más íntimo y estando a solas. Aunque Eris se pareciera a Asura[92] cuando cogía una espada, en temas de amor seguía siendo una dama inocente. Pero claro... matrimonio...

Recuerdo que Philip y su familia intentó que Eris y yo acabáramos juntos, pero me pregunto si estarán bien. Sé que Paul me dijo que no fuera demasiado optimista pero... No solo son ellos quienes me preocupan, Zenith y Lilia también siguen desaparecidas y tampoco sabemos donde está Aisha, ni tenemos noticias de Sylphy, tampoco sé si Ghyslaine sigue con vida. Todo lo que sale de ese tema son preocupaciones, por lo que mejor no pensar en ello, solo puede salir mal.

Existe la posibilidad de que al llegar a Fedora nos enteremos de que todos han aparecido sanos y salvos, pero lo considero un pensamiento demasiado optimista, y tengo por seguro que eso es absolutamente imposible.

Mi decisión por el momento es no pensar más en ello.


Y así fue como abandonamos el continente Milis.

Mushoku Tensei 49.1

Capítulo 49.1 - Capítulo Especial: Eris en su Supresión de Goblins


1ª Parte


-- Desde el punto de vista de Cliff --


Puede parecer un tanto repentino, pero quiero presentarme. Soy Cliff Grimoire, actualmente tengo 13 años, y voy a contaros un poco de mí.

Cuando tuve suficiente uso de razón, comprendí que estaba en un orfanato de Milis-Sion. Ese orfanato era como un símbolo de la autoridad de la Santa Iglesia Milis; en el que todo, desde los gastos hasta el mantenimiento estaban perfectamente controlados y permitía que los niños crecieran sin problema alguno mientras se buscaban padres adoptivos con los que llevarles.

Cuando cumplí los 5 años, el que se convertiría en mi padre adoptivo me acogió, se trataba de Harry Grimoire; que al tiempo descubrí que se trataba de una persona que ostentaba un alto cargo en la Santa Iglesia Milis.

Aunque he de decir, que incluso antes de ser adoptado, yo había recibido una educación especial para niños prodigio, permitiéndome alcanzar el nivel Avanzado tanto en magia de Curación, como Restituyente y Exorcismo, además de nivel Intermedio en todos los elementos de magia ofensiva, siendo Fuego la escuela con la que poseía más soltura de estas, que había llevado hasta el nivel Avanzado.

Básicamente, soy lo que podríais llamar un genio. Y como es natural, todo el mundo halagaba mi habilidad, comprendiendo que me convertiría en una persona excelente de mayor.

Pero en cualquier caso, ninguno de mis compañeros poseía tal cantidad de magias en su repertorio como yo. Es cierto que tenía compañeros que habían alcanzado el nivel Santo en magia Curativa, y otros en Restituyente; pero ninguno había conseguido llevar las 3 escuelas hasta el nivel Avanzado. Esta diversidad había hecho que varios de los maestros llegaran a llamarme incluso el Futuro Sabio.

Pero muchos de los profesores intentaban detener mi avance, mi educación para poder aspirar a más, decían que no debía tener prisa, y asentar mis bases, pero yo lo veía como si querían que de mayor fuera uno más; mediocre. Por lo que poco a poco dejé de hacerles caso, ya que tenía claro lo qué necesitaba y cómo hacerlo.

Desde hacía algún tiempo, mi padre adoptivo ya tenía claro que yo le sucedería en el cargo, como era de esperar. Pero personalmente, quería ser un aventurero.

¿Que por qué un aventurero? No estoy seguro, pero creo que me caló ver a mis compañeros del orfanato que acabaron siendo aventureros.

El sistema que poseía el orfanato era que si no te llegaba a adoptar ninguna familia para cuando cumplieras los 10 años, ingresabas en una escuela controlada por la Santa Iglesia Milis, donde se estudiaba y entrenaba durante 5 años. Las áreas más recurrentes eran entrenamiento para el combate, ya fuera con la espada o con magia; pero básicamente, entrenaban en los ámbitos que estuvieran más acorde con el talento de cada estudiante.

Los que sobresalieran no solo en sus estudios, sino también en espada y/o magia acababan siendo reclutados como caballeros; pero la gran mayoría acababan como aventureros, por lo que un gran número de antiguos alumnos del orfanato lo eran.

Esas personas de vez en cuando aparecían por el orfanato, a veces simplemente para saludar a profesores, y otras aprovechaban para contar sus historias sobre las aventuras vividas. Escuchándoles, los huérfanos querían seguir sus pasos para vivir aventuras similares y propias, como es mi caso.

Pero como era de esperar, por mucho que soñara con convertirme en aventurero, comprendía que mis circunstancias me lo impedían; he sido huérfano, sé que no puedo pedir demasiado ni ser demasiado egoísta. Por este motivo, soporté mis ansias tanto como pude, pero por mi estilo de vida, la presión me hizo explotar un día.

Soy el Futuro Sabio, puedo hacer algo tan sencillo como ser aventurero...

Y un día concreto, me escapé de casa con la intención de registrarme como aventurero para ponerme a prueba. Varios de mis profesores me han hablado de sus días de juventud viviendo como aventureros contándome sus historias con orgullo, añadiendo frases como Como era joven, quería ganar toda la experiencia que me fuera posible, y por eso me convertí en aventurero.

Por eso mismo, decidí ganar esa experiencia de la que hablan, por lo que me preparé para el gran reto. Cogí el báculo que mi padre adoptivo me regaló en mi 10º cumpleaños y salí del Distrito Sagrado en dirección al Distrito de Aventureros, comprando de camino un manto de color azul parecido al que los magos aventureros llevaban para darse a conocer como magos; tras lo que entré en el gremio de aventureros.

Si me registrara como mago sanador, es muy probable que la Santa Iglesia Milis me encontrara de inmediato, por lo que mejor me registro simplemente como mago genérico.

Poco después, conseguir registrarme con éxito, por lo que ahora por fin era el aventurero que siempre quise ser y del que tan bien me habían hablado.

Hay una aventura esperándome en este mundo al que acabo de llegar.

Con eso en mente, le eché un vistazo al resto de aventureros en el gremio, presa de la excitación, y me di cuenta de que todos eran personas musculosas, por lo que seguramente todos fueran algo así como guerreros o espadachines.

Los senpais del orfanato siempre comentaron que era difícil encontrar magos habilidosos, por lo que habiéndome registrado como mago y vistiendo como mago, no me costará encontrar un grupo.

Me acerqué a varios grupos para intentar unirme a ellos, pero todos me rechazaron una y otra vez; rápidamente, y sin darme explicaciones, de forma brusca. El 4º grupo que me rechazó me hizo perder la paciencia.


"¡Explícate! ¡¿Por qué motivo no me dejáis entrar en vuestro grupo?!"

"Ya te lo he dicho, tu rango es demasiado bajo."

"¡¿Qué importa mi rango?! ¡Pero si tengo la habilidad de un aventurero de rango A! ¡¿Encima que me rebajo para unirme a vuestro grupo me rechazáis?!"

"¿Qué has dicho...? ¡Ten cuidado con lo que dices, niñato! ¡A esta distancia no tendrás nada que hacer si me da por darte una paliza!"

"¡Lo único que sabes hacer es menear una espada, ¿qué te has creído?!"

"Puto mocoso..."


El hombre musculoso me levantó del suelo agarrándome por el cuello del manto, yo aun estaba tranquilo mientras pensaba que si no me contenía con mi magia sería capaz de quitármelos de encima.


"Dejaos de tonterías, parecéis críos."


Y una chica de más o menos mi edad con un pelo rojo intenso interrumpió nuestra discusión.



2ª Parte


La infancia de Cliff fue bastante similar a la de Ludeus, pero a diferencia de este, Cliff no había mantenido los recuerdos de una vida anterior, y ya con 5 años empezó a sentirse superior y volverse bastante insolente.

Quizás la falta de personas mejores que él le habían llevado a volverse engreído.

Y con el tiempo, esa insolencia solo fue en aumento, hasta el punto que dejó de hacerle caso a sus profesores y a actuar por su cuenta. Hasta el punto de que ni siquiera les hizo caso cuando le hablaron de los rangos y como esto limita las misiones y los grupos.

En su cabeza, los rangos eran simplemente medallas que no importaban a la hora de trabajar como aventurero, lo que le llevó a su situación actual.



3ª Parte

Un poco antes de lo ocurrido en el gremio, Eris Boreas Greyrat se dirigía al gremio de aventureros.

Todas las personas que se cruzaban con ella, podían ver a una jovencita sonriendo alegremente y con paso animado recorriendo las calles.

Vestía su atuendo típico de aventurera, ropa un poco gruesa sobre la que se encontraban protectores de piel, unas botas finas pero resistentes sobre unos pantalones de cuero, y en su cinto llevaba colgada su espada. Era fácil saber a simple vista que era una espadachina.

Aunque hoy no llevaba la capucha que le regaló Ludeus, lo cual era extraño; pero Eris sabía que si llevaba esa capucha al gremio estando sola la confundirían con una maga y la molestarían varios desconocidos. Es algo que ha vivido en varias ocasiones aun cuando iba con Ludeus y Ruijerd en su viaje por el continente demoniaco.


Eris finalmente llegó a la sede del gremio de aventureros de Milis-Sions, que se encontraba al final de la calle principal en el Distrito de Aventureros; era el edificio de mayor tamaño de todo este distrito.

Sin sentirse cohibida de ninguna forma por la impresionante y enorme puerta del gremio, Eris entró en este; aunque al echarle un vistazo al enorme salón inconscientemente se cruzó de brazos casi como un acto defensivo.

Pero básicamente, era una habitación de mayor tamaño hasta que el salón de banquetes de su antigua casa en Roa; y por supuesto, era el salón de gremio más grande que había visto hasta la fecha. Si hubiera sido la misma que cuando se registró por primera vez como aventurera, es posible que esta habitación tan espaciosa y llena de bullicio la hubiera amedrentado.

Pero hablamos de Eris, una aventurera de rango A, con muchos combates de experiencia; ni dudó en seguir adelante, en dirección a su objetivo, el tablón de anuncios.

Comparado con los tablones de otros gremios, este tenía una cantidad de tareas y misiones desbordantes. Ante semejante cantidad, Eris se cruzó de brazos echándole un vistazo a todas.

Hoy no estaba buscando misiones de rango B, sino las tareas que había por la zona de rango E, que es donde suelen colgar las misiones libres que no tienen limitación de rango. Estas misiones las solicita el propio imperio o reino periodicamente, y aunque la paga es algo inferior a una misión de rango B, la urgencia por cumplirlas permitía que cualquier aventurero pudiera aceptarlas.

Eris no había sabido de estas misiones debido a que no existían imperios ni reinos en el continente demoniaco.

Pero entre todas estas misiones, Eris consiguió encontrar aquella que andaba buscando.

Rango:                                  LIBRE
Nombre de Tarea:          Supresión de Goblins
Recompensa:                          10 Milis de cobre por oreja traída
Información Adicional:   Mermar poblaciones de Goblins
Lugar:                                   Al este de Milis-Sion
Duración:                           Sin duración límite
Fecha límite:                           Sin fecha límite
Nombre del Patrón:           Orden de Caballeros Sagrados
Notas:                                   Los aventureros primerizos deben prestar especial atención a los Hobgoblins que aparecen de vez en cuando.


No arranquéis esta hoja de misión. Simplemente traed los objetos requeridos al mostrador para recibir la recompensa.
Los Goblins son monstruos que aparecen únicamente en bosques y praderas, y aunque son humanoides y utilizan utensilios y herramientas básicos, son incapaz de comprender el idioma humano.

Por lo general, no hay problemas con dejarles tranquilos, pero llega un momento en el que si deja de tenérseles en cuenta, su población aumente considerablemente y se dedican a atacar aldeas y pueblos cercanos. Por lo que básicamente, se les consideraba un tipo de plaga.

Pero aunque este fuera el caso, debido a que suelen habitar los bosques y alrededores, cumplían la misión de controlar la cantidad de monstruos que aparecían en los bosques, y por este motivo no se buscaba suprimirlos completamente, sino simplemente reducirlos en número de forma periódica.

Otro aspecto importante era que por lo general, los Goblins son monstruos débiles que hasta un joven inexperto con una espada sería capaz de acabar con uno; debido a esto, el gremio de aventureros los utilizaba como una misión de introducción para los recién llegados para que fueran ganando experiencia mientras ganaban algo de dinero y de paso controlaban la población de estos.

Y, aunque Eris no supiera esto, a los Goblins también se les usaba como instrumento de tortura para espías de naciones enemigas.

Pero básicamente, por todas estas razones, la población de Goblins en Milis se mantenía en cantidades moderadas.


Pero volviendo al tema principal, ¿qué motivo puede tener Eris para querer hacer una misión de tan bajo nivel, siendo una aventurera de rango A y con la habilidad para vencer a aventureros de rango C por su cuenta, y cuya destreza ha sido hasta aprobada por el mismísimo Ruijerd?

Pues en este caso, 2 motivos.

El primero y más importante, hacer una misión de supresión de Goblins siempre fue el sueño de Eris. Ya que durante el poco tiempo que Eris asistió a la escuela de nobles; había escuchado a sus compañeros de clase hablar de qué harían si se convirtieran en aventureros. Y lo que hablaron fue que lo primero sería cazar Goblins, ahorrar dinero haciéndolo y dirigirse poco a poco a la zona sur del continente central para ponerse a prueba con los Laberintos de esa zona y misiones de mayor rango.

Eris, que les había estado escuchando, poco a poco se hizo ilusiones de que haría algo similar si se volviera aventurera; y estas ilusiones comenzaron a crecer y crecer hasta el punto que les pidió al grupo de niños que la dejaran unirse a la conversación, que acabó en una pelea entre ellos hasta que les dio una paliza a 3 de ellos.

Poco después dejó la escuela y conoció a Ghyslaine, y cada una de las veces que la oía hablar de su vida como aventurera, esta ilusión que se había hecho en la cabeza crecía y se reforzaba.

Tras conocer a Ludeus, estas ilusiones se convirtieron en algo así como un sueño de ir de aventuras a su lado; ella como espadachina, él como mago, y los 2 solos conquistarían Laberintos.

Pero cuando por fin se vieron en medio de una aventura real, sus sueños difirieron de la realidad; principalmente porque Ludeus era mucho más impasivo y pragmático de lo que se había imaginado, por lo que, para evitar un peligro innecesario según sus palabras, nunca se acercaron a un solo Laberinto.

Es más, cuando Eris le dijo que quería ir a suprimir Goblins, puso una cara de confusión como preguntándole ¿Por qué motivo?. Esta pregunta era normal, ya que Eris era una aventurera que había empezado en el continente demoniaco, por lo que no había un claro motivo para ponerse a suprimir Goblins ahora.

Pero dejando eso a un lado, básicamente... Cazar Goblins era el primer apartado en la lista de Eris de Cosas que voy a hacer si me convierto en aventurera; por lo que aunque no hubiera un motivo concreto, era algo que quería hacer.

Y la segunda razón... es secreta...


"¿Me dará tiempo a volver antes de que se ponga el sol...?"


Echándole un vistazo a la misión, Eris se preguntaba el tiempo que le tomaría ir y volver de la zona de caza, porque en esta ocasión tendría que desplazarse a pie.

Por mucho que aun sea de día, prefiero que me sobre tiempo a que me falte.


"¿...Hm?"


En el borde del tablón de anuncios, cerca las misiones de rango F, había una nota.

Desaparecidos de la provincia de Fedora, poneos en contanto con...

Sin prestarle más atención al resto, Eris siguió observando las misiones del tablón; el motivo de este desinterés es porque ya había visto una nota igual en Puerto Santo.

Ludy no ha hablado de lo que ocurrió en Fedora, seguro que por no querer agobiarme con el tema, no me cabe duda. Seguro que hasta el hecho de que nos hayamos dividido hoy es para encargarse del asunto por su cuenta, porque es probable que no comprendiera las cosas más complicadas. Estoy segura de que aunque yo no le haya prestado demasiada atención al asunto, Ludeus sí, y que cuando lo crea oportuno lo discutirá conmigo directamente.

Esos eran los pensamientos de Eris sobre este asunto y jamás de los jamases se le ocurriría pensar que Ludeus simplemente se había olvidado del asunto y que no sabí a nada de las notas sobre los desaparecidos.


"¡Bueno, es hora!"


Habiendo confirmado todo sobre la misión de supresión, Eris se dirigía a la salida del gremio llena de entusiasmo.

Todo lo que tengo que hacer es salir por la puerta este, llegar a donde están los Goblins y destrozarlos. No me extrañaría que pudiera acabar con 1 o 2 nidos enteros.

No había nada más que la separara de su destino y comenzaba a sonar un requiem[64] en honor a los futuros Goblins caídos.


"¡Explícate!"


O eso parecía, pero de improvisó escuchó voces y Eris se detuvo girándose hacia ellas por acto reflejo. El origen de estos gritos era un joven rodeado por un grupo de hombres el doble de altos que él.


"¡¿Por qué motivo no me dejáis entrar a vuestro grupo?!"


El joven que gritaba iba vestido con un manto de tonalidad azulada, algo más pequeño que Ludeus y con un pelo también más oscuro que el del compañero de Eris. Sus ojos estaban ocultos por un flequillo bastante largo y su váculo tampoco parecía tan impresionante como Arrogancia del Rey Dragón de Agua (Aqua Heartia); aunque a juzgar por el tamaño del cristal mágico que llevaba, daba la impresión de ser un váculo hecho con materiales caros.

Veo que mi familia tiene mayor estatus que la suya...

Este pensamiento lo tuvo Eris de manera natural, entre otras por la educación recibida durante varios años.


"¡¿Qué importa mi rango?! ¡Pero si tengo la habilidad de un aventurero de rango A! ¡¿Encima que me rebajo para unirme a vuestro grupo me rechazáis?!


Como es natural al escuchar una forma de expresarse tan arrogante, el joven hizo que los hombres que le rodeaban se enfadaran; hasta Eris le destrozaría si le hubiera dicho algo así a ella.


"¿Qué has dicho...? ¡Ten cuidado con lo que dices, niñato! ¡A esta distancia no tendrás nada que hacer si me da por darte una paliza!"

"¡Lo único que sabes hacer es menear una espada, ¿quién te has creído?!"

"Puto mocoso..."


Aun cuando uno de los hombres le levantó del suelo agarrándole por el cuello de su camisa, el joven siguió manteniendo una expresión solemne y tranquila; aunque a Eris no se le escapó que sus piernas temblaban ligeramente.

Sin darle mucha importancia, Eris se acercó hasta ellas y se interpuso ligeramente entre el joven y el resto de hombres.


"Dejaos de tonterías, parecéis críos."


Si Ludeus hubiera estado presente, se habría quedado patidifuso al oír a Eris decir una expresión como esa; algo que nunca esperarías venir de alguien como ella. Y es que esas palabras se debieron a que Eris se había dejado llevar por la situación.

Como soy una aventurera de rango A, debo de comportarme con más estilo que esos hombres que se enfadan con facilidad. Vamos, un hombretón enfadándose con un novato y yo interponiéndome; he quedado genial...

O algo similar debía estar pensando Eris en ese momento.


"...Tsk... tienes razón, esto es una estupidez."


El hombre no tardó en soltar al joven, y eso que Eris había asumido que tendría que pelear contra él, este gesto la decepcionó un poco.


"Chicos, vayámonos de aquí."


Los hombres se marcharon y en el lugar solo quedó el joven junto a Eris, ya que esta se quedó esperando a que el joven le agradeciera la ayuda con la siguiente escena en mente.

Joven: Gracias por salvarme, pero, ¿quién eres?

Eris: No soy nadie especial.

Joven: Al menos dime como te llamas.

Eris: Está bien, digamos que soy Ruijerd de Dead End.

Hay que decir que esto es algo que Ludeus ha hecho de vez en cuando, y era lo que Eris imaginó que ocurriría.


"¡Que sepas que no necesitaba tu ayuda!"


El joven le soltó esas palabras y Eris quedó algo petrificada.


"¡Con mi habilidad en magia habría podido resolver un conflicto tan trivial como ese! ¡La próxima vez métete en tus asuntos, adefesio!"


El chico tuvo suerte; cayó inconsciente de un único golpe y por si fuera poco, los hombres que acababan de alejarse seguían suficiente cerca como para poder detener a la enfurecida Eris. No llega a ser por ellos, y sin lugar a dudas el joven habría perdido su carnet de padre.


4ª Parte


Aun habiendo perdido parte del ánimo que tenía al salir de la posada esa mañana, Eris se dirigió a la puerta este de Milis-Sion con la intención de ponerse en acción. Pero seguía molesta.

El motivo...


"¡Espera! ¡Espérame, por favor!"


El joven al que había dejado inconsciente se había despertado y venía siguiéndola.


"Siento lo que dije antes, seguía un poco confundido por la situación..."


El joven le dijo esas palabras e inclinó la cabeza; el gesto mejoró el humor de Eris, pero seguía estando un poco molesta.

El joven no comprendía lo cerca que estuvo de morir. No llega a caer inconsciente del primer golpe, y da por seguro de que no hubiera sido capaz ni de venir corriendo tras Eris para disculparse.


"Me llamo Cliff. ¡Cliff Grimoire!"

"...Yo Eris."


Eris prefirió no presentarse ante esta persona como Dead End, prefería no vender el nombre de Ruijerd como el de una persona que le da una paliza a una persona por un simple insulto y malas palabras.


"¡Así que Eris-san! ¡Qué nombre tan magnífico! ¡Pero dime, Eris-san, por tu atuendo diría que eres una espadachina, ¿me equivoco?! ¡En ese caso, me gustaría hacer equipo contigo!"


Bloqueándole el paso en mitad de la calle, Cliff no dejaba de hablar y hablar; lo que hizo que a Eris le entraran ganas de dejarle inconsciente nuevamente, pero por el momento, prefirió soportarlo.


"No quiero."


Eris dio media vuelta resoplando y le dio la espalda alejándose.

En serio, qué chico tan raro, mira que seguir intentando acercárseme después de que le diera una paliza... el único de los que conozco que haría algo así es Ludeus.


"¡Entiendo, en ese caso, te pido que al menos me dejes cubrirte la espalda! ¡Me llaman el Futuro Sabio, así que ten por seguro que te seré de ayuda!"


Si Ludeus hubiera estado aquí, seguro que le diría al chaval ¿Qué dices de Futuro Sabio? ¡En todo caso serías un Esperma de Sabio, puto pajero!..... o al menos lo pensaría.[65]

Pero Eris nunca diría palabras tan vulgares como esas, sino que más bien le diría Si de verdad eres un Futuro Sabio, pienso destrozarte aquí mismo y comerme ese futuro del que hablas acompañado de huevos fritos...


"Dudo que hayas conocido nunca a un mago de mi nivel, Eris-San. Pero puedo asegurarte soy mejor que el mago más poderoso de rango A."


Al escuchar estas palabras, el mal humor de Eris aumentó considerablemente.

Para ella, el 'mago más poderoso era sin lugar a dudas, Ludeus.

Ludeus es tan buen mago, que hasta Ruijerd había aceptado esa fuerza. No me cabe duda que es el mago más poderoso de ese rango, en lugar del niñato este.


"¡Me gustaría que lo confirmaras con tus propios ojos, Eris-san!"


Dejándose llevar por su afán competitivo, Eris acabó pensando ¡Pues echémosle un vistazo a su nivel!.


"De acuerdo, pues sígueme."

"¡Claro!"


Y de esa forma fue como Eris y Cliff acabaron yendo juntos a cazar Goblins.


5ª Parte


7 Goblins acabaron calcinados en un instante.


"¡¿Qué te ha parecido, Eris-san?! ¡¿A que es impresionante?! ¡Ten en cuenta que un mago normal sería incapaz de hacer semejante proeza!"


Con una expresión llena de orgullo, Cliff le echaba un ojo a los Goblins que acababa de aniquilar; estaban tan carbonizados que era imposible ni recolectar las orejas.


"¿De veras? No es para tanto."


Las palabras de Eris no eran para molestar a Cliff, sino que eso era lo que realmente pensaba. El hechizo que había usado Cliff era de nivel Avanzado de la escuela de Fuego, conocido como 『IGNI-EXODUS』 o Sendero de Fuego. Y Eris había visto a Ludeus usarlo anteriormente.

Ludeus no tuvo que ponerse a pronunciar el conjuro y el suyo tuvo más potencia; encima, jamás lo habría usado con enemigos tan débiles como estos, porque nunca cometería el error de cargarse los objetos a recolectar.

Por si fuera poco, mientras estuvo entonando el conjuro, Eris estuvo peleando contra esos Goblins; y como Cliff no hizo ningún gesto que dejara claro que había terminado de conjurar, casi acaba atrapada por el hechizo.

Ludeus jamás me pondría en peligro con sus conjuros.


"Eris-san, por tu comentario, veo que no sabes mucho sobre magia... escucha, en primer lugar, la magia es algo que..."


Cliff se puso a darle una larga y cansina explicación de los niveles de los hechizos desde elemental hasta avanzado, y de como, el nivel Avanzado que acababa de usar era demasiado para que ninguno de los hombres de antes fuera capaz de usarlo.

Toda esa explicación era algo que Eris ya sabía; porque Ludeus se lo había enseñado en clase.

Encima las explicaciones de Ludeus son más fáciles de comprender.


"¿Comprendes ahora mi genialidad?"


¿Le pego?

Cuando por fin pudo ir a suprimir Goblins como siempre había soñado, debido al molesto joven que la acompañaba, le estaba quitando las ganas. Y por ese motivo, Eris se giro al joven y se puso autoritaria con los brazos cruzados, las piernas separadas, diciéndole sin miramientos.


"Ya basta. No me sirves para nada, así que vete."


Eris estaba acostumbrada de que si le hablaba así a Ludeus, este la dejaría tranquila, al menos durante un tiempo. Pero parece que Cliff no sabe leer entre líneas.


"¡¿Pero qué diantres dices?! ¡Pero si has tenido problemas peleando con ese puñado de Goblins, ¿cómo vas a poder ir sola?!"


Antes de que pudiera reaccionar, ya tenía un puñetazo incrustado en su cara; a lo que Cliff se llevó las manos a la cara mientras sangraba por la nariz. Rápidamente conjuró un hechizo curativo y detuvo el sangrado.


"¡¿Qué te crees que haces?!"

"Tsk."


Eris chasqueó con la lengua, porque como no estaba bien dejar a alguien inconsciente en medio del camino, decidió contenerse. Pero el resultado fue que el chico se envalentonó más.


"Por supuesto comprendo que eres fuerte, Eris-san, es algo que tengo muuuuyyy claro. Así que adentrémonos en el bosque y te enseñaré de lo que soy capaz de hacer con esos Goblins."


No había maldad en sus palabras, sino que su única motivación es enseñarle a Eris lo especial que era. Aunque, que quede claro, no era que un chico quisiera chulear delante de la chica que le gustaba lo bueno que era, sino que simplemente quería dejar sorprendida a Eris con su poder.


"Al bosque no."


Eris apenas pronunció palabras, pero evitar el bosque es algo que Ludeus siempre decía y con lo que Ruijerd solía estar de acuerdo; por lo que Eris lo seguía a rajatabla.


"Jamás esperé oír algo así de ti, Eris-san, ¿acaso tienes miedo?"

"¡Yo no le temo a nada!"


Por mucho que Eris apoyara la idea de no entrar en el bosque, era una chica bastante fácil de convencer con frases como la que Cliff le lanzó.

Eris pensaba en su interior que es inaceptable permitir que un aventurero novato se atreviera a ridiculizar a un Boreas.


"¡¿Quieres ir al bosque?! ¡Pues vale! ¡Vayamos!"


Y así fue como los 2 acabaron adentrándose en el denso bosque.



6ª Parte

"Aquí en Milis parece que no cambia mucho la cosa ni aunque nos metamos en el bosque, ¿eh?"


Mientras Eris cortaba con su espada a otro monstruo con forma de mono llamado Utan[69]. Eran monstruos de rango D, por lo que no son rivales para Eris.


"Tienes razón, no son rivales para mi magia."


Cliff decía esto mientras mataba nuevamente a un Utan con magia de Viento de nivel Intermedio.

De esta forma, los 2 se adentraron rápidamente en las profundidades del bosque, a lo que de improviso y repentinamente se pudo escuchar a Eris.


"Ah-"

"¡¿Qué ocurre, Eris-san?!"


Cliff se acercó a Eris mostrando una expresión alegre, mientras que Eris parecía bastante molesta o preocupada por algo. Cuando le vio acercarse, Eris se cruzó de brazos, separó las piernas y le lanzó una mirada a Cliff con la barbilla algo prominente.


"Eh, tú, ¿sabes el camino de vuelta a la ciudad?"

"No."


Como es natural en esta situación, Cliff tampoco tenía idea de cómo regresar a la ciudad, ya que ninguno de los 2 se esperaba adentrarse en el bosque, y lo hicieron por un sugerencia de última hora. Por este motivo, no venían preparados correctamente para adentrarse en el bosque, ni habían estado atentos al camino de vuelta.


"Entiendo, en ese caso, nos hemos perdido..."


Eris declaró esto sin perder la calma; Cliff mientras tanto escuchó estas palabras y permaneció en silencio durante unos instantes. Al poco su cara se puso blanca como la cal.


"¿Y q-qué hacemos ahora?"


Al ver a Eris tranquila, Cliff se imaginó que tendría alguna idea de como salir.

Mierda, esto va mal... como esos 2 se enteren de que me he perdido en un bosque van a reírse de mí; me preguntaran por qué demonios me metí en un bosque si tan solo iba a cazar Goblins....

Pero estos pensamientos no se reflejaban en su rostro, ya que una dama de la familia Greyrat siempre debe mostrarse resuelta.


"Cliff, elévate en el aire y mira en qué dirección está la ciudad."[70]

"¿Qué dices? Es imposible que pueda hacer algo así, ¿no te parece?"

"Ludeus es capaz de hacerlo."

"¿Ludeus? ¿Quién es ese?"

"Mi sensei."

"¡¿Ehh!?"


Eris dejó escapar un suspiro.

Por mucho que discuta con él, no me valdrá de nada... pero ¿qué es lo que debería de hacer ahora?

Y en ese momento recordó lo que Ghyslaine le había enseñado en las ocasiones en las que acabara perdida.

Si no lo recuerdo mal, tenía que hacer un fuego con unas cuantas ramas, así podría verse el humo en la distancia. Pero... ¿quién lo vería? Ruijerd tenía cosas que hacer, igual que Ludeus... Nadie vería el humo.


"..."


Sin darse cuenta, Eris se había cruzado fuertemente de brazos con su pose imponente y dejando que en su boca se dibujara el símbolo へ. En esta situación, cerró los ojos y pensó con atención las palabras de Ghyslaine.

Cuando empieces a preocuparte más y más, es el momento en el que debes de relajarte y no dejarte llevar por el pánico.

Estas palabras son las que conseguían que, sin importar la situación en la que encontrara, nunca fuera presa del pánico.


"Esto.... ¿Eris-san? ¿Qué deberíamos hacer?"

"Debería haber más aventureros por el bosque."

"E-entiendo... podemos pedirles ayuda... vamos a buscarles."


Cliff se puso a correr de inmediato y nerviosamente, mientras que Eris se quedó totalmente inmóvil.

Ruijerd le enseñó que hacer en momentos como este, y lo mejor era detenerse y buscar la presencia de otras personas a su alrededor. Aunque Eris no poseyera un tercer ojo como el Supard, Ruijerd le enseñó como buscarlas siguiendo sonidos, el entorno además de las fluctuaciones en el maná.

A Eris todavía le falta práctica en estos campos, pero era algo que practicaba a diario.


"Eris-san...¿?"

"¡Silencio!"


Eris respiró profundamente y con los ojos aun cerrados, fue afilando sus sentidos.

Escuchando los sonidos del bosque.

Sintiendo como las hojas se rozaban entre ellas por el viento.

Notando las pisadas de animales en movimiento.

Oyendo a los insectos agitándose por el bosque.

...

Y finalmente, en la distancia y con un tono bastante ahogado, el sonido de armas.


"Los encontré. Por aquí."


Sin dudarlo, Eris se puso en marcha, tomando decisiones y acciones inmediatas.


"¿Qué dices? ¡¿Qué encontraste?!"

"A gente, están por aquí."

"¡¿Cómo?!"

"Busqué su presencia."

"¡¿Eso también te lo enseñó tu sensei?!"


Ante esta pregunta, Eris dudo un instante.

¿Ruijerd es también mi sensei? Sí....¿no? No le aprecio tanto como Ghyslaine, pero me ha enseñado muchísimas cosas. Así que sí, es mi sensei... bueno no, más que sensei, diría que es mi Shishou.[71]


"Así es."

"Vaya, veo que es bastante sorprendente ese tal Ludeus del que hablas..."

"¿Hm?....Sí, Ludeus es fantástico."


¿Por qué habrá mencionado a Ludeus si hablábamos de Ruijerd? Bah, ¿qué importa...?

Y Eris siguió el sonido de espadas sin darle más importancia.



7ª Parte

Siguiendo el sonido, consiguieron salir del bosque.

En el borde del bosque, pudieron observar un carruaje volcado en medio del camino con marcas de ruedas señalando su salida del camino.


"¡Al suelo!"

"¡Gueh!"


Sin pensárselo 2 veces, Eris agarró de la cabeza a Cliff y lo tiró contra el suelo, tumbándole mientras ella se mantenía agachada y confirmando la situación.


"..."


En el lugar encontró a 6 personas; 1 de ellas era un caballero armado con una armadura completa con la espalda contra un árbol sosteniendo su espada defensivamente; y a su alrededor 5 hombres vestidos completamente de negro rodeando al caballero.

Por el resto de la zona, había 3 cadáveres, todos ellos con armadura casi igual a la que llevaba el caballero que estaba rodeado y al que lentamente, el resto de hombres iban estrechando el cerco.

La diferencia de fuerzas es abismal, pero entonces, ¿por qué el caballero no huye?

El caballero tenía la espalda contra un árbol, que al observar más atentamente, pudo verse a una niña agazapada en la base de este; tenía una cara llena de terror y desesperación, con lágrimas corriendo por sus mejillas.


"¡Eris-san, esa armadura es de los caballeros de la Orden del Templo!"


Cliff informó de este hecho a Eris susurrándole cerca, a lo que el corazón de Eris se aceleró.

Erís había escuchado sobre las distintas órdenes de caballeros en Milis. La Orden Eclesiástica es un grupo de élite encargado de la protección en todo el pais; la Orden de Instrucción es la encargada de extender las enseñanzas de Milis alrededor del mundo, demostrando su poder mientras realizan trabajos de mercenarios en algunas ocasiones; y la Orden del Templo es la rama encargada de los enjuiciar a los herejes inquisitorialmente.

Los colores que les distinguen son, blanco para la Orden Eclesiástica, plata para la Orden de Instrucción y azul para la Orden del Templo. Incluso a esta distancia, la armadura pintada de color azul cielo que llevaba el caballero era fácilmente distinguible.

No había lugar a dudas, era un caballero perteneciente a esa orden.


"¡Desgraciados! ¡¿Sabéis quién es la dama que protejo?!"


Al levantar la voz, se supo instantáneamente que el caballero que estaba acorralado era una mujer. Al escucharlo, los hombres que la tenían rodeada se pusieron a reírse.


"Obviamente."

"¡¿Entonces por qué lo hacéis?!"

"¿Hace falta que lo diga?"

"¡Bastardos, así que sois parte de la facción del Papado!"


La conversación no tenía mucho sentido para Eris; lo que ella comprendía de la situación es que los hombres vestidos de negro eran malhechores que querían matar a la niña que el caballero protegía.

Eris llevó la mano a la empuñadura de su espada, lo que alarmó a Cliff.


"¿Q-Qué piensas hacer, Eris-san? Lo mires como lo mires, esta situación es bastante mala; esa chica de ahí es la Sacerdotisa del Templo y es una de las candidatas para siguiente Papa. Básicamente, esos hombres de negro han sido contratados por el papa para asesinarla. Hablamos de asesinos con mucha experiencia, ni nosotros tenemos nada que hacer contra ellos..."


Eris ni se preguntó el motivo por el que Cliff sabía tanto de lo que estaba ocurriendo; lo único que le importaba es que si no salvaba a la niña, moriría asesinada.

Y Eris era un miembro de Dead End, si abandonaba a un niño, no sabría como presentarse ante Ruijerd; y hasta Ludeus siempre hacía lo posible por ayudar a gente en apuros.


"Quedémonos aquí callados y quietos sin llamar la atención. No nos entrometamos."

"Demasiado tarde, ya saben que estamos aquí."


Uno de ellos nos descubrió cuando empujé a este al suelo, aunque no comprendo por qué no ha dicho ni hecho nada al respecto...

Pero pasara lo que pasara, la intención de Eris era tomar la iniciativa.


"¡Quedate ahí, Cliff!"

"E-¡Eris-san!"


Eris desenvainó su espada al mismo tiempo que se lanzaba contra ellos, y nada más notarla, todos los hombres de negro se desperdigaron.

Aunque...


"¡Demasiado lentos!"


La agilidad de Eris era muy superior a la que los hombres se pensaron en un principio. Y es que el nivel con la espada de Eris había llegado a un nivel impresionante gracias a las enseñanzas tanto de Ghyslaine como de Ruijerd.

Técnica del Filo Celestial de nivel Avanzado: Corte Mudo

Era una técnica de nivel inferior a la Hoja de Luz, pero seguía siendo una técnica de espada cuyo corte no producía sonido alguno.

La espada entró por uno de los hombres, partió sin dificultad sus costillas y lo seccionó en 2 mitades diagonalmente.

Eris no dejó que la sensación de matar por primera vez a una persona nublara sus sentido y se giró hacia su siguiente oponente; pero los hombres restantes la rodearon. Aunque la agilidad y velocidad de Eris aumentó aun más.

Esto se debió a las lecciones de Ruijerd sobre cómo combatir contra múltiples enemigos, ya que muchos de los monstruos atacaban en manadas. Básicamente, se trataba de un estilo que implicaba matarles antes de que pudieran rodearte correctamente.


"¡Haaaa!"


En un simple parpadeo, otro de los hombres de negro había caído.

Cierto temor comenzó a extenderse por esos hombres, ya que el ritmo irregular de Eris y los movimientos tan difíciles de comprender que hacía, junto a los cortes precisos y rápidos imposibles de esquivar aun cuando hicieron lo posible por evitar la muerte con ellos.

Pero estos hombres eran profesionales, hasta el punto de que sacrificaron a uno de ellos para conseguir rodear a la mujer; una vez lo hicieron, 2 de los supervivientes se lanzaron contra ella a diferentes ritmos para desconcentrarla y dificultarle la defensa o el ataque.

Son rápidos..... aunque no tanto como Ruijerd; tampoco están tan coordinados como los Coyotes Jauría del continente demoniaco.... son simplemente mediocres.


"¡Ten cuidado! ¡Sus dagas están impregnadas con veneno!"


La caballero que estuvo protegiendo a la pequeña le gritó mientras aprovechaba la falta de atención de sus atacantes para atacarles, consiguiendo matar a uno de los hombres que tenían rodeada a Eris.

Al ver a la mujer moverse, los hombres reaccionaron, y Eris, que había predecido los movimientos de estos, vio como uno de los flancos de los atacantes que la rodeaban quedaba descubierto.

Puedo vencer.

Eris se veía victoriosa, y consiguió acabar con otro de los hombres de negro, dejando solo a 2.


"¡Retirada!"


Uno de los supervivientes gritó esto, y sin dar tiempo a reaccionar, los 2 dieron media vuelta y escaparon.

Eris no bajó la guardia en ningún momento, no era tan inocente; y en un pestañeo, les había dado caza e impactó a uno de ellos por la espalda, separándolo en 2 mitades, una superior y otra inferior, esparciendo sus entrañas mientras salía volando su mitad superior.

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El otro había desaparecido y no era capaz de notar su presencia.


"¡Hmph!"


Eris resopló, y de un rápido movimiento de muñeca, lanzó la sangre que había manchado la hoja de su espada al suelo.

Su aspecto parecía relajado, pero en realidad, su corazón latía con fuerza. Era su primera vez peleando armada contra otras personas, y también la primera que mataba a una de ellas; por si fuera poco, sus enemigos llevaban armas envenenadas, un corte podría haber sido fatal; y no estaba ni Ludeus ni Ruijerd para apoyarla; se lanzó contra ellos sin pensárselo 2 veces, pero si la mujer caballero no llega a avisarla del veneno, podría haber muerto.

Aunque ninguna de estas cosas se podía entender viéndola; sino que Eris simplemente enfundó su espada y se dirigió tranquilamente a la caballero.


"Lo siento, uno de ellos escapó."


Esas palabras parecieron hacer mella en la mujer caballero. Y por si fuera poco, una joven que no parecía tener ni 15 años acababa de salir de un combate de vida o muerte totalmente relajada.

Sin quitarse el casco que cubría su cara, la caballero colocó un puño en su abdomen y le dio las gracias siguiendo la etiqueta de los caballeros de Milis.


"Le agradezco humildemente su ayuda."

"Con que esa niña esté a salvo me conformo."


Sin devolverle la cortesía, Eris actuó como siempre y le habló de una forma bastante brusca.


"Soy Therese Latreia de la Orden del Templo. Asumo que es usted una aventurera, ¿pero podría conocer su nombre?"

"Yo soy E-.."


A punto de dar su verdadero nombre, Eris se detuvo.

Así no, eso no es lo que haría Ludeus.


"Ruijerd de Dead End. Aunque tenga esta apariencia, en realidad soy un Supard."


La palabra Supard hizo que la expresión de Therese se endureciera; porque aunque Eris no lo supiera, la Orden del Templo eran los que solicitaban la expulsión de todas las razas demoniacas de Milis.

Aunque claro, como Eris no tenía la apariencia de un Supard, Therese se relajó ligeramente.

Lo que Therese comprendió con la actitud de Eris, que fue no dar su verdadero nombre sino el de una raza demoniaca con las que la Orden del Templo no tenía buen trato; fue que Eris quería implicar que no quería verse manchada por este incidente más de la que ya había hecho, y que por mucho que hubiera salvado a alguien importante, no quería ningún agradecimiento.

Esta actitud le gustó especialmente a Therese.


"¿De verás? Comprendo...."


Therese miró durante unos largos segundos a Eris, que se había cruzado de brazos con una postura bastante intensa, y se grabó sus facciones en la memoria.

Tras este intercambio silencioso, Therese silbó, y pasado unos segundos, un caballo en solitario salió al trote del bosque. Era el caballo que seguramente había huido cuando el carruaje volcó, pero estaba enseñado para volver ante esas llamadas.

La mujer caballero colocó a la niña a lomos del caballo y después se subió también a este.


"¡Si alguna vez te ves en problemas... soy Therese de la Orden del Templo!"


Con esas palabras, Therese se marchó a galope mientras Eris la despedía en silencio viéndola marchar.

Como en una escena de cuento de hadas, un caballero montado a caballo se alejaba en el horizonte mientras una intrépida espadachina pelirroja la despedía en silencio.

El joven que observaba esta escena, incapaz de ponerse en pie en su escondite, se quedó inmóvil durante un tiempo.


8ª Parte

Esto es historia, pero cierto sacerdote de la Santa Iglesia Milis se enamoró de una mujer de la raza cuerpo de niño (Hobbit); de su amor nació un niño que creció y acabó casado con una mujer. De esta unión nació Cliff.

Cuando Cliff nació, ese mismo sacerdote se encontraba en medio de un conflicto político de intereses, que llevó a que los padres de Cliff murieran; y para mantener a su nieto Cliff a salvo de ese conflicto, decidió dejarle durante un tiempo en un orfanato.

El sacerdote consiguió triunfar en el conflicto y consiguió instituirse como Papa, y en ese momento, pudo dar cobijo a Cliff bajo su tutela.

En otras palabras, Cliff Grimoire era el nieto del Papa de Milis, aunque aun siendo miembro de esta institución, pocos conocían esta relación.

Por todo esto, Cliff sabía a ciencia cierta quién era la niña a la que intentaron asesinar; se trataba de la Sacerdotisa del Templo, el as bajo la manga del arzobispo que se encontraba compitiendo con su abuelo en una lucha por el poder.

Es más, Cliff había llegado hasta a hablar con ella, aunque desconocía el motivo que la había llevado a ese bosque. Pero lo que sí sabía era quienes eran esos hombres vestidos de negro, se trataba de varios de los maestros que le educaban en varios ámbitos aunque Cliff sabía que también se dedicaban a este tipo de tareas.

Lo que también conocía era su habilidad; eran hombres con lo que había entrenado un gran número de ocasiones, de las cuales, ninguna consiguió vencerles. Y esos mismos hombres no habían sido un problema para Eris.

La realidad era que la espadachina había vencido por poco, pero a ojos de Cliff, lo que observó fue a oponentes que jamás pudo derrotar cayendo ante la tremenda habilidad de Eris; y antes de que se diera cuenta, la mirada con la que la observaba fue tornándose de asombro a cierto deseo.

Iba junto a la chica en dirección a la ciudad, y podía ver el cansancio en su rostro.

No me cabe duda de que el futuro de esta persona será brillante.

Con este pensamiento, unas palabras se escaparon de sus labios.


"Eris-san, ¡Cásate conmigo!"

"Ew... ¡Ni lo sueñes!"


Reaccionando inmediatamente a sus palabras con una expresión asqueada, Eris rechazó la proposición de Cliff, quien jamás pensó que nadie podría rechazar una propuesta de matrimonio que viniera de alguien tan importante y especial como él.

Por este motivo, se preguntó por el motivo que pudo llevar ese rechazo, pensando en la conversación que había tenido con ella ese día. Y le llegó a la mente el nombre de la persona que Eris había llamado su sensei, y que había mencionado en una y otra vez.

Creo que se llamaba Lu....Lu...


"Ludeus..."


Cuando consiguió recordar el nombre, lo dijo en alto y Eris se giró inmediatamente hacia él.


"¿Qué clase de hombre es ese Ludeus que mencionaste?"


Unos minutos más tarde, Cliff se odió a sí mismo por haberle hecho esa pregunta.

Al principio pensó que Eris era una persona poco habladora, pero comprendió que se equivocaba; porque se puso a contarle historias de Ludeus, de como no había nadie igual y siguió alardeando de él.

Estuvo hablando de él desde las afueras del bosque hasta que llegaron al gremio de aventureros; además que la cara que Eris puso mientras hablaba de él, reflejaba claramente la de una joven enamorada. Sin mencionar que lo que contaba de él eran elogios exagerados.

Todo eso fue más que suficiente para poner celoso a Cliff.


"...Es hora de que vuelva a casa."


Sabiendo la expresión tan descorazonada que tendría en ese momento, decidió despedirse de Eris. Y aunque parecía que esta todavía quería seguir hablando un rato más sobre Ludeus, al oír a Cliff despedirse, Eris simplemente levantó la mano y se despidió de él sin darle apenas importancia.


"Pues nos vemos."


Esa actitud brusca no tenía nada que ver con la charla pasional que le había estado dando hasta ese instante, y Eris se marchó sin más. Cliff se quedó observándola hasta que la pelirroja desapareció entre la multitud.

El hombre al que llaman Ludeus ha sido capaz de reblandecer el poderoso, bello y perfecto corazón de Eris hasta semejante punto...

Mientras volvía a su casa, imágenes y pensamientos del aun desconocido Ludeus aparecieron en la mente de Cliff.


Tras ese evento, recibió una fuerte reprimenda por las personas que, al no encontrarle, se preocuparon por él y fueron en su búsqueda.


Pero tras todo este incidente, los conflictos por el poder dentro de la Santa Iglesia Milis se intensificaron y llegó un punto en el que el Papa consideró que Milis-Sion era una ciudad demasiado peligrosa para que Cliff siguiera en ella. Por este motivo, decidió mandar a su nieto a otro pais pero... todo eso traía sin cuidado a Eris.


Y por cierto, hablando de Eris...

En cuanto volvió a la posada y vio al deprimido Ludeus, los recuerdos de los eventos de ese día fueron guardados en lo más profundo de su mente hasta olvidarlos completamente.

Y lo demás ya es historia.