sábado, 7 de abril de 2018

Kamisu Reina Volumen 1 cap. 1.3



Parte 3

Estoy cambiando. El líquido "Reina" es continuamente vertido en el contenedor "Yo", ese líquido se está desbordando de su contenedor.

El contenedor soy yo, pero su contenido es Reina; Reina se ha convertido en mi esencia.

Todavía casi no hablo con alguien en el aula (aunque Kimura-kun, cuya mesa está detrás de mí, me habla de vez en cuando), pero ya no me siento deprimida.

No estoy sola.

Esta afirmación me da fuerzas. Mi antiguo yo se ha ido a algún lugar lejano.

No me importa nada, siempre y cuando Reina este conmigo.

Eso es lo que pensé. Eso es lo que yo creía.

Pero ni en mis sueños más salvajes, podría haber pensado que las cosas aún podrían empeorar.

— ¡No puedo encontrar mi cartera!

Mizuhara-san gritó agitada.

Todos los presentes en el salón después de terminadas las clases, incluyendo nuestro profesor Kosugi-sensei, se centraron desesperadamente en buscar su cartera. Una miembro de su grupo observaba con preocupación. Por unos

momentos, hubo lapsos de silencio en la aula, hasta que alguien comprobó si su propia cartera está todavía allí, los demás comenzaron a hacer lo mismo. No llevaba mi cartera a la escuela, pero yo metí mi mano en mi bolsillo, no obstante, a fin de no ser la única que no lo hiciera.

En el momento en que todo el mundo había confirmado que su dinero estaba seguro, Mizuhara-san estuvo quieta en su asiento, visiblemente preocupada. Kosugi-sensei se acercó a ella.

— ¿La has encontrado?

—No...

— ¿Estás segura de que estaba allí?

—Totalmente.

—Entendido.

El profesor dijo eso con el ceño fruncido y se dirigió a su escritorio.

—Muy bien, como seguramente habrán oído, Mizuhara ha perdido su billetera. Por supuesto, esto puede ser una especie de malentendido, pero-

El empezó a explicar de una manera ridículamente rotunda que existe la posibilidad de que un miembro de la clase podría haber robado su billetera.

La probabilidad de que fuera un hurto es alta, teniendo en cuenta el elemento que falta. No muy lejos en el pasado, hubo un alboroto por un reproductor de MP3 robado.

Mizuhara-san, convencida de que se trataba de un robo, se irritó visiblemente y también las chicas de su grupo, influidas por ella.

— ¿Alguien tiene una idea de dónde podría estar su cartera?

El profesor hablo.

Los estudiantes solo intercambiaron miradas. El maestro no esperaba ninguna respuesta, ya sea - el culpable o los que saben quién lo hizo, ninguno hablaría.

O eso pensé. Pero estaba equivocada.

Kimura-kun levantó su mano a regañadientes.

—Kimura, ¿sabes algo?

—No, no exactamente... pero hay algo que me molesta.

— ¿Qué quieres decir?

—No creo que sea común tomar la cartera para robar su dinero. Normalmente, se hurtaría su contenido, ¿verdad? De hecho, eso es lo que ocurrió en el robo de la clase 5.

—...Quizás.

—Además, tendría más sentido robar el dinero de todos los miembros de esta clase en lugar de solamente a Mizuhara-san. Sin embargo, ella es la única víctima.

— ¿A dónde quieres llegar?

—Lo que quiero decir es que puede ser un malentendido o una perversa broma hacia Mizuhara-san.

— ¡No es un malentendido!

Mizuhara-san no estaba de acuerdo.

— ¡Alguien me ha jugado una mala pasada!

— ¿Un truco, hm? ¿Cuánto tenías en tu cartera, si se puede saber?"

—... 1000 yenes y el cambio, pero ¿y qué?

Ella respondió de mal humor.

—Por lo tanto, no puede ser debido al dinero, entonces parece que el objetivo del culpable es hacerle una broma a Mizuhara-san ¿Eso no reduce la lista de sospechosos a un número manejable?

Kimura-kun dijo eso, causando que todos intercambiaran miradas de nuevo.

Eso significa que el culpable le tiene rencor, o al menos no la ve con buenos ojos.

Al llegar a este pensamiento-

Me di cuenta de que todas las miradas estaban empezando a centrarse en mí.

— ¿Eh...?

Unos pocos estudiantes no me estaban mirando pero luego se centraron en mí, siguiendo el ejemplo de los demás.

Todas las miradas están puestas en mí.

¿Por qué? ¿Por qué me miran?

Esto hace que parezca...

Nuestro maestro, quien también se dio cuenta de que soy el centro de atención, ahora me está mirando, sólo para mover su mirada hacia Mizuhara-san. Sigo su mirada.

Por alguna razón, hizo una mueca de impresión.

—Saito

El maestro me llama con una voz severa, lo que hizo que mostrara una mueca de dolor.

¿Él dijo mi nombre?... Sí, pero yo, no soy tan tonta como para no comprender la situación. Para mí, esto es como una sentencia de muerte.

— ¿Sabes algo?

— ¿Eh? Ah... eh...

¡No sé nada! ¡Soy inocente! Pero... no fui capaz de decirlo correctamente.

— ¿Qué pasa? Te he hecho una pregunta, Saito.

Pero él sospecha de mí.

—Uh...

Todo el mundo me está mirando, sospechan de mí - esto es más que suficiente para dejarme sin palabras, pero no veo creo que solo sea eso.

Ellos lo entienden así: estoy entrando en pánico porque he estado rota, porque soy la culpable.

Soy perfectamente consciente de ello y sé que debo responder su pregunta con confianza, pero aún no soy capaz de hacerlo.

—Yo... yo...

Si alguien que entendiera mi personalidad - si Reina estuviera aquí - podría hablar con ellos, pero ella no está aquí.

Ella no está aquí.

No tengo ningún amigo aquí.

—No... No sé…

—Kosugi-sensei

Mizuhara-san hablo, cortando mis cortas y desesperadas palabras. La miro con asombro.

No hay enojo en su cara.

— ¿Qué pasa, Mizuhara?

—Le hice algo a Saito-san que pudiera haber provocado su rencor contra mí. Yo... le he jugado una mala pasada. Ahora que lo pienso... es mi culpa…

Estaba hablando con lágrimas en sus ojos.

—Pero... ¡lo hice porque pensé que podría ayudarla a abrirse!"

Sorprendida por lo que dijo, me quedo mirándola. La triste expresión en su cara no estaba falsificada. Mizuhara-san está siendo honesta.

Sin embargo, no está claro para mí si realmente trató de abrir mi corazón con esa falsa carta de amor, o simplemente se convenció a sí misma de que ese era su noble objetivo.

Cualquiera que sea la respuesta, hay una cosa que ya es un hecho.

Sus palabras han asentado mi posición.

—...

Todos sus ojos están fijos en mí.

Ojos, ojos, ojos, ojos, ojos.

Al igual que una luz proyectada a través de un bucle, sus miradas de reproche perforan a través de mí.

No hay ninguna sospecha en ellos.

Se ha decidido.

Se ha decidido que yo soy la culpable.

—N-No, hice-

— ¡Fuiste tú!—Takatsuki-san me interrumpe—Tú estabas cabreada, porque no podías defenderte al estar asustada. ¡Es por eso que recurriste a un truco tan sucio! ¡Para aliviar tu frustración!

—No digas eso, Kaho. Yo... también soy culpable...

Yo también.

Las palabras de Mizuhara-san subliminalmente todavía implicaban claramente que yo soy la culpable y que ella es la víctima.

Como resultado, sus palabras añaden más leña al fuego. Con su cabeza de color rojo, Takatsuki-san camina hacia mí. Por temor a ser golpeada, cubro mi cabeza.

Sin embargo, ella no vino para golpearme. Su objetivo era mi bolso. Ella lo toma, lo abre, lo alza y vierte su contenido sobre mi escritorio.

Y por alguna razón, hay una carpeta desconocida entre las cosas que caen sobre mi escritorio. Sin embargo, alguien la ha destrozado.

—... Saito, ve a la sala de profesores.

En el momento en que el profesor dijo eso, un llanto incontrolable resonó a través del aula.

No hace falta decir, que era Mizuhara-san.

Miro mi alrededor.

Ojos. Ojos. Ojos. Ojos. Ojos.

Al igual que una helada cuchilla, sus miradas de reproche perforan a través de mí.

Reina no está aquí.

En otras palabras, no hay nadie aquí.

No tengo ningún amigo aquí.

Al día siguiente, mi escritorio había desaparecido.

Hasta ahora, solamente he sido aire para todo el mundo, pero a partir de ahora, ni siquiera soy algo impalpable.

Ni siquiera se me permite existir.

Un escritorio que falta en un aula es como una pieza que falta en un rompecabezas; pero en este caso se trata de mi escritorio. Debo ser la única que se siente que falta una pieza – pero para todos los demás, el rompecabezas está completo.

Voy a la terraza y muevo el escritorio y la silla a su lugar original. ¿Lugar original? ¿De Verdad? No, tal vez el lugar original donde se supone que mi asiento debe estar no es el aula, sino la terraza.

Pero si bien esto puede ser cierto... no quiero hacerme notar.

Blanco, todo se vuelve blanco.

Todo además de Reina se vuelve blanco.

Como una novela que carece de espacios, soy incapaz de darle sentido al mundo blanco que me rodea. Ellos desaparecieron. Todo a mí alrededor huye fuera de mi alcance.

O quizás-

Yo soy la que le falta color.

La pausa para el almuerzo termina sin que nadie me hable.

En realidad no he dicho nada, ya que no podía buscar a Reina. Ninguna palabra salió de mí o fue dirigida a mí.

Las personas han dejado de hablarme. No, eso no es noticia, pero al menos antes, no había ningún mal en ello.

Ni siquiera se me permitió una pequeña conversación. Incluso Kimura-kun no fue capaz de superar el campo magnético alrededor de mí que había surgido en la clase.

—...

Yo soy consciente de ello.

Yo soy consciente de ello, pero esto lo deja claro.

A nadie le importo el haber acabado de desaparecer.

El mundo no desaparecerá cuando yo desaparezca. El cielo azul me ignorara por completo y ni siquiera lloverá. A nadie le importa lo que me pase. Estoy totalmente separada del resto del mundo.

Una vez más, un pensamiento familiar me llena.

¡No puedo soportarlo más, Reina!

¿Por qué? ¿Qué he hecho? Yo no quiero estar triste. Eso es todo... Sólo me encerré en mi cajita porque tenía miedo de hacerme daño, sin embargo, ¿por qué la perforan con lanzas?

¡Duele, duele, duele!

Sálvame Reina, Reina sálvame, sálvame Reina, sálvame Reina.

—Todos son tan malos.

— ¿Huh?

Reina está delante de mis ojos.

— ¿Eh? ¿Qué pasa, Fumi?

—Ah, mmm... nada.

Las clases han terminado; me he encontrado con Reina cuando ella estaba a punto de ir a su club y hable con ella en nuestro lugar habitual en la escalera a la azotea.

Sí, eso suena muy natural.

¿Por qué sentía algo fatalmente fuera de lugar? No hay razón alguna.

— ¿Por qué pensarían que eres el culpable sin pruebas concluyentes? No hay manera de que hicieran eso.

—... Bueno, ellos no conocen mi personalidad. Además, la cartera de Mizuhara-san estaba en mi bolso, por lo que es natural que pensaran que lo hice.

—Sí, pero de todos modos... ¿por qué estaba la cartera en tu bolso?

—Porque-

Realmente no quiero pensar en ello...

—... La primera razón que se me viene a la mente es que alguien estaba tratando de culparte.

—... Sí, es lo más probable.

A menos de que tenga una doble personalidad.

— ¿...Alguien que me odia?

—Yo... no lo creo. No eres el tipo de persona que haga un montón de enemigos... Creo que alguien simplemente pensó que sería fácil echarte la culpa.

Quizás.

Pero de todos modos, alguien me odiaba lo suficiente como para pensar que estaba bien echarme la culpa.

— ¡Eso está mal! ¡Tenemos que encontrarlo y enseñarle al culpable una lección!

— ¡No hay necesidad de eso!

— ¿Por qué? ¿No estas sufriendo por la situación actual?

—Yo, yo estoy, pero...

— ¿Pero?

—El problema no es nuevo. Simplemente ahora ha surgido...

—Eso no es... lo que quiero decir, no eres particularmente impopular...

— ¿Tú lo crees? Estoy bastante segura de que era cuestión de tiempo. Por ejemplo, si la posición mía y la de Mizuhara-san se hubieran invertido, lo más probable es que hubiera terminado con el extremo corto del palo.

—No, tú eres-

Reina se quedó sin palabras. Cuando se trata de decidir quién es el culpable, no importa lo que se haga, sino que lo ya se hizo. Entre un profesor y un estudiante, el estudiante es el malo; entre un estudiante de honor y un delincuente, el delincuente es el malo; entre una persona hermosa y una persona fea, la persona fea es el malo.

Y, por supuesto, entre Mizuhara-san y yo, soy la mala.

En otras palabras, el resultado ya ha sido decidido desde hace mucho tiempo.

Reina es inteligente, ella ya se dio cuenta de eso.

— ¡…Eso no es cierto!

Reina no cree en sus propias palabras y mirando mi rostro, se está regañando a sí misma por titubear.

... Pero no hay nada que pueda hacer yo misma, ya es un hecho.

—Reina.

— ¿Hm?

—Aún estás a mi lado, ¿verdad?"

— ¡Claro que sí!

Bueno.

Tengo una amiga. Tengo una amiga insustituible. Tengo a Reina.

Así que puedo seguir aquí.

—Ah…

Reina de pronto deja escapar algo, así que sigo su mirada.

—Um...

Kimura-kun está de pie allí, aparentemente sintiéndose un poco fuera de lugar.

— ¿... Kimura-kun? ¿Cuál es el problema?

—Ah, sí... ¿puedes darme un minuto?

Me pide a regañadientes.

—S-sí... ¿qué pasa?

—Voy a ir directamente al grano, Ashi-chan me dijo que me llamaría al salir, me dijo que tú estás aquí algunas veces."

— ¿Ashi-chan?

— ¡Estoy hablando de Ashizawa-kun! Toshiki Ashizawa.

¿El mal educado Ashizawa-kun...? ¿Qué iba a querer de mí?

Sea lo que sea, no puede ser bueno para mí. La expresión de Kimura-kun hace que eso sea obvio.

— ¿Err... esta...enojado?

—...

Él sólo me mira y finalmente, desvía la mirada.

— ¿Él está…?

—Saito-san. Podría ser mejor no fueras.

Murmura al mismo tiempo que sus ojos me rechazan.

... Parece que es más grave de lo que pensaba. Pero si no voy, la aversión de Ashizawa-kun hacia mí sólo crecerá.

No quiero eso. No quiero ser evitada aún más debido a un malentendido.

—...Voy a ir.

—Está bien...—Me habla como si fuera a darle una paliza a Ashizawa-kun.

—Fumi.

Reina se dirige a mí con un tono lleno de preocupación.

—Voy a estar bien.

Sonrío y agito mi mano para despedirme.

Ya en nuestra aula (Kimura-kun está en su club), Ashizawa-kun me conduce a una esquina y sin darme tiempo para confundirme, ya estoy rodeada de sus amigos, Takatsuki-san y los otros miembros del grupo, mientras algunos de mis otros compañeros de clase están observando desde una distancia segura. Mizuhara-san también está aquí, pero está mirando desde lejos con una expresión incómoda.

—Está bien. ¿Sabes qué es esto?

Ashizawa-kun me habla con una voz opresiva como si él tuviera algo contra mí. Es difícil de ver desde una distancia tan corta, pero me doy cuenta de que es la billetera de Mizuhara-san.

—…

Trato de responder, pero las palabras se pegan en mi garganta. Todo el mundo está observándome de cerca y con evidente enemistad; Siento que no estoy autorizada para hablar. Estoy asustada.

Su brazo derecho, está justo al lado de mi cabeza, podría perderlo todo. Definitivamente él quiere hacerlo. Está enojado. Y el blanco perfecto para ventilar su ira es sobre quien está justo ante sus ojos.

¡Estoy asustada! ¿Por qué me están buscando de esa manera? ¡No puedo decir nada! ¡No estoy autorizada a hablar!

— ¡Hey! ¡He preguntado qué mierda es esto!

Él Grita. Su brazo derecho se retuerce.

—Es una cartera...

— ¿De quién?

—De Mizuhara-san...

—Cierto. Es la cartera de Yuu.

¿Yuu? Ahora que lo pienso es ella, es el primer nombre de Mizuhara-san.

—Es la cartera que le di para su cumpleaños. ¡El puto monedero lo cortaron con un cuchillo!

Él habló y un poco de su saliva voló a mi rostro.

La ira ha hecho perder más de la mitad de su razonamiento. Si yo hubiera sido un chico, me habría golpeado ya hace mucho tiempo.

—Tú sabías que Yuu está saliendo con Toshiki, ¿verdad?

Takatsuki-san me dice con una cara de miedo.

—Y también sabías que esta cartera fue un regalo de él, ¿verdad?

Yo no. No tenía ni idea de que eran una pareja. Tales rumores nunca llegan a mí.

—Es por eso que robaste la cartera cuando estaba cabreado, ¿no? ¡No te puedes ocultar!

¡No, yo no hice nada!

Pero no puedo decir eso. Incluso si lo hiciera y le expliqué por mí misma, no me creerían.

— ¿Le diste esto? ¡Esto no es algo que se pueda compensar con el puto dinero!

Su mano derecha se mueve. Yo cierro los ojos por reflejo. Sin embargo, de alguna manera pudo controlarse a sí mismo y golpeó la pared detrás de mí.

Mi mente se quedó en blanco al igual que una pintura vacía. Estoy temblando.

¿Que se supone que haga? ¡Estoy asustada! Por favor, no me hagas daño. ¡No he hecho nada!

—Sálvame...

Murmuro al fin, arrinconada e intimidada.

—Sálvame...

En primera instancia, los otros parecen pensar que estoy pidiéndoles ayuda a ellos, pero pronto se dan cuenta de que ese no es el caso y se sorprenden.

—Sálvame...

Busco ayuda. Por supuesto, sólo hay una persona a la que pueda pedir ayuda.

—Sálvame... Reina.

Yo no quiero que Reina se involucre, así que traté de resolver el asunto sin que ella viniera conmigo.

Pero fallé.

Me imagino cómo sacudiendo su pelo largo aparece Reina y rápidamente me libera de sus garras. Tengo la sensación de que esta escena se volverá realidad. Y entonces ella me sonríe con su hermoso rostro, "Todo está bien, Fumi."

Sin Embargo, Reina no vino.

Esa dulce ilusión me llevó desde el suelo hasta las nubes, a la cima. Pero al final del día, sigo arrastrándome por el suelo en la realidad. Me meten ponen de nuevo en un pináculo.

—Uh... uh...

Incapaz de soportarlo, me pongo a llorar.

Arrojado fuera de curso por mis lágrimas, los signos de violencia desaparecen, a pesar de que Ashizawa-kun todavía está visualmente irritado.

— ¡¿Qué?! ¡¿Crees que nosotros te perdonaremos si lloras?!—Takatsuki-san grita mientras se acerca a mí— ¡Además, no hay nadie que quisiera salvar a alguien como tú!

—Pero si la hay...

— ¿Quién? ¿Tu madre? ¿Una maestra? ¡Ellos sólo te ayudarán porque es su deber!

— ¡Ahí está!

— ¡¿Y quién es?! Bueno señorita, quien…

– ¡Reina! ¡Reina Kamisu está allí por mí!

Grito. Con una voz que bien podría haber sido la más fuerte en toda mi vida.

Takatsuki-san, no, todo el mundo abrieron sus ojos en respuesta a mi poderoso grito. También estoy sorprendida, pero no me arrepiento.

Porque esta es la única cosa que no voy a permitir que nadie esté en desacuerdo conmigo.

Tengo una amiga insustituible.

Tengo a Reina Kamisu.

No voy a dejar que nadie diga lo contrario.

Aprovechando la confusión, escape el salón. Escapo de ellos. Ya no necesito nada. Nada.

Todo lo que necesito es a Reina.

Mientras Reina este conmigo, estoy perfectamente bien.

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