lunes, 21 de mayo de 2018

Gun-Ota 31



De compras

La mañana de tres días después de la junta sobre la fiesta sorpresa de Karen, la señorita subió al carruaje en un atiendo para exterior.

Su cara esta ensombrecida por un sombrero que contiene su pelo, y su viste un simple vestido de una pieza de un material sedoso. El dobladillo del vestido y las mangas son largas, para minimizar la exposición de piel. Es un traje de perfil bajo.

Me siento junto a ella en mi uniforme de mayordomo, gentilmente sosteniendo su mano.

El carruaje es de seis asientos.

En las ventanas hay cortinas para bloquear la luz.

Una débil luz pasa a través de ellas.

Gigi-san hace de escolta y está sentado en el asiento del cochero, llevando a los dos caballos cornados.

Por motivo de escoger un regalo para la centaura Karen Bishop, vamos a la ciudad a una hora del castillo.

Cuando le dije al amo

“¡Hahahahaha! ¡Así que es eso! ¡Entonces vallan y compren algo que les guste! ¿Esto debería ser suficiente, no?”

Me da una moneda de más de cincuenta monedas de oro, que recibo con manos temblorosas. Yo pienso que es demasiado para mí, pero el mayordomo mayor Merry-san no reacciona cuando lo miro.

Parece ser que de verdad me entrego las cincuenta piezas de oro.

Y así dejamos el castillo yendo a la ciudad con Gigi-san como guardaespaldas y conductor, mientras yo cuido a la señorita y el dinero.

La señorita tiene una expresión desamparada desde que se subió al carruaje esta mañana. Parece ser que es difícil para ella salir tras dos años, por lo que converso con ella para mejorar el ambiente.

“Ahora que lo pienso, es la primera vez desde que trabajo en la casa Vlad que voy a la ciudad ¿Qué clase de lugar será? Estaba tan emocionado ayer que no pude dormir”

[Ha sido un largo tiempo también para mí, así que lo estoy esperando]

Mientras que no estaba realmente lo bastante emocionado para no poder dormir, supongo que esta mentira blanca es aceptable para mejorar el ánimo.

La señorita conversa alegremente conmigo, aunque es un poco difícil leer el pizarrón debido a algunos errores por el movimiento.

“Había un Gremio de Aventureros en una ciudad en el continente Feérico Humano, y ñas calles estaban llenas de puestos de comida. Los niños eran adorables mientras sostenían el dinero de sus bolsillos y se alineaban frente a los puestos.”

[Aunque Onii-chan solo tiene doce, cuando hablas así, suenas como un anciano.]

La señorita finalmente sonríe tras salir del castillo.

Mientras que parezco de doce años por fuera, en el interior ya tengo cuarenta años si contamos mi vida previa. Las palabras que dije probablemente sonaron como un anciano.

Pero es bueno si la señorita se ríe.

[Si se refiere a los puestos vendiendo golosinas, hay algunos en la ciudad a la que vamos. Algunas veces fuimos con las chicas en nuestros días libre, y hablando de ellas, a Karen-chan una vez una paloma crestada le robo un dulce frito mientras lo comía, y aunque fue desafortunado para Karen-chan, todas nos reímos de ello.]

Karen en verdad tiene un carácter dulce.

[TD: aquí se refiere a que es constantemente el objetivo de bromas en vez de su personalidad]

No podría hacer algo así aunque tratara.

Con ese sentimiento, hablo con la señortia hasta llegar a la ciudad.

La tensión que hacia su cuerpo temblar parece haberse ido, pero aún tenemos las manos juntas.

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La ciudad está en una gran planicie, y aunque no es muy alta, esta rodeada por una muralla.

Tras una inspección en la puerta, entramos a la ciudad.

No hay grandes edificios, con la población general yendo y viniendo, por lo que se siente como una ciudad mercantil. Debido a la gran variedad de bienes y servicios disponibles, hay mucha gente moviéndose.

Dejamos el carruaje en un estacionamiento, pagando yo las tasas de espacio y agua para los caballos cornados.

[…entonces ¿Nos movemos?]

La señorita se ajusta el gorro y agarra fuertemente mi mano.

Devuelvo el apretón firmemente para no separarme de ella.

El plan es que ambos, vayamos por alrededor de la ciudad mientras compramos. Gigi-san estará cuidándonos desde las cercanías, aunque a la señorita le dijeron que estará por su cuenta.



“Entiendo, entonces Gigi-san, nos vemos al atardecer”

“……Entendido, pero vigila una cosa”

Gigi-san acerca su boca a mi ido, para que solo yo lo escuche.

‘No importa lo que pase, no dejes ir la mano de la señorita o la pierdas de vista’

‘Entendido, seré cuidadoso’

‘Y si haces más que solo tomarte de las manos con la señorita como dije antes… ¿Entiendes cierto? Te estaré vigilando. Así que aunque sean solo ustedes dos, y veo que sientes deseo hacia la señorita, no te perdonare. Considera tu vida acaba. ¿Entendido?’

No estamos solos; te estas preocupando mucho.

Desde atrás, agarra fuertemente mis hombros, al punto de que duelen. Sus ojos están inyectados de sangre, lo que me asusta.

‘Eso es todo. Cuida apropiadamente a la señorita’

Tras haber expresado sus preocupaciones como un padre entregando a su hija, Gigi-san saca sus mano de mi hombro y desaparece entre la multitud.

Su apariencia no es la de alguien que sobreprotegería a su hija…

Regano mi espíritu y escolto a la señorita por ahora.

“Entonces ¿Nos movemos?”

Asintiendo, la señorita toma mi mano con una sonrisa y comenzamos a caminar.

El lugar al que vamos esta al final del distrito de compras.

Las Tiendas están alineadas a ambos lados casi sin separaciones y llamadas a viva voz para que las visiten vienen de las tiendas.

Esta increíblemente animado. La señorita con su baja estatura parece tener dificultad para respirar en la multitud.

“¿Este bien señorita? ¿Quiere que cambiemos de lugar?”

Ella agita la cabeza de lado a lado.

Siento que para su fuerte voluntad de comprar un regalo para su amiga Karen, esto no es nada.

“¿Qué tienda deberíamos revisar primero? Si es Karen-sama, pienso que debería ser feliz con una espada o lanza, un escudo o algo como armadura, por decir algo.”

[Mou, Lute-Onii-chan, no hay chica que estaría feliz con algo así]

La señorita infla sus mejillas con un *pun-pun* y se enoja.

No estoy asustado.

De hecho, es muy lindo.

Espontáneamente pincho sus mejillas con un dedo, y el aire escapa de su boca.

Dado que se está enojando por mis payasadas, sus mejillas se inflan de nuevo. En verdad esto es peligrosamente lindo.

No puedo, No puedo. Si sigue así, se volverá un ciclo infinito de pincharle las mejillas, por lo que me disculpo honestamente.

“Perdón, esos no son regalos que darle a una dama.”

Pero pienso que Karen, de una familia de militares, estaría feliz. Aunque es mejor dejar eso sin decirse.

“¿Ha pensado en algo la señorita?”

[Sí. Quiero darle un accesorio que le quede.]

La señorita escribe hábilmente en su pizarrón mientras tiene su brazo unido al mío. En esta ocasión, su pequeño pecho esta contra mi brazo. Es duro, pero aun puedo sentir su pecho.

Si Snow estuviera aquí, {Funya, Poyon}; esa clase de firmeza a pesar de su suavidad, tiene vectores completamente distintos, y da la sensación de un milagro que desafía la lógica.

[TD: SFX para describir los los pechos. Funya=Suaves?, Poyon=Saltones?]

La fruta inmadura sigue verde.

Tomar una mordida de una manzana que aún no madura, una agries se extiende—pero hay una cierta dulzura en la acidez. Debido a que es agria, la dulzura que queda al fondo de la lengua deja una profunda impresión.

Más aún, son pechos de once años.

Está prohibido, es un tabú, caminar en un lugar tan sagrado. Pero con todo, este sentimiento inmoral, es como ser el primero en pisar la nieve reciente. Sin necesidad de decirlo, hay esa peligrosa dulzura en su busto. El busto de Snow es mejor, pero los de la señorita también son bueno. Más aún, si miro a la Madame, su futuro es prometedor.

“¿¡!?”

Mientras se desarrollaban esos pensamientos, siento sed de sangre en mi nuca.

Como si me hubieran golpeado, miro sin descanso alrededor de tienda en tienda y veo a Gigi-san mirándonos desde el espacio entre ellas. Con la mirada en sus ojos y la sed de sangre puesta en mí, fácilmente mataría a un animalito.

…Me existe un poco. Lo siento.

[¿Pasa algo malo?]

La señorita inclina su cabeza preguntando.

“No, no es nada. ¿Buscábamos un accesorio, no? Entonces Karen estará feliz al recibirlo”

[Tehehehe, he pensado bastante sobre ello. Vayamos por aquí. Allí hay un mercader con precios razonables]

La señorita me guía por la multitud.

Veo una vez más hacia donde estaba Gigi-san, pero ya no está allí.

En serio, si se trata de la señorita, rápidamente pierde el control…

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Dejo que la señorita, quien es familiar con el ambiente me guie por la multitud y avanzamos dentro de la misma. Así como la multitud se va despejando, la gente que viste ropas caras y se ve adinerada aumenta.

[Esta es. Es una tienda a la que venía a comprar con todas en el pasado]

Este lugar, huh…

Una tienda con paredes blancas de piedra.

Incluso comparado con Ginza, Japón de mi vida previa, los productos y la atmosfera son buenas.

De hecho, tiene la atmosfera de ser para gente adinerada que se deja llevar.

Mientras yo aún dudaba, la señorita entra casualmente como si fuera una tienda de conveniencia.

Solo con dar un paso en la tienda, siento estar en una dimensión distinta.

Primero que nada el aire huele distinto, con un aroma cítrico ligeramente dulce que fluye y se siente refrescante. A un lado del piso, donde esta puesta una alfombra roja, una vitrina de cristal está alineada. El número de objetos parecen ser bajo, comparado con la espaciosa tienda.

Hay un candelabro en el techo. Su fuente de luz probablemente sea mágica.

Objetos como pinturas y bien arreglados floreros están junto a las paredes.

Dentro de la tienda, aparte de nosotros, hay una joven pareja casada que camina de la mano mientras ven la tienda guiados por un dependiente.

Nosotros, que acabamos de entrar, vemos a la amorosa pareja.

Desde una perspectiva ajena, nosotros, que nos tomamos de las manos, definitivamente parecemos una pareja joven.

La joven pareja casada tiene piel azul y cuernos creciendo de sus frentes, siendo de la raza demoniaca.

Un dependiente nos ve y se acerca sonriendo.

“Bienvenidos… ¡Oh! Vlad-sama, ha sido un tiempo”

[En verdad lo ha sido]

Un bien proporcionado, alto, anciano y gentil dependiente.

Su altura es alrededor de 180 cm, y viste ropas similares a las de mayordomo con guantes blancos. A pesar de su apariencia humanoide, una cola negra se extiende de sus pantalones.

Sin siquiera pestañar ante el hecho de que la señorita hable a través de un pizarrón, continúa hablando no con una sonrisa de negocios, sino con una sonrisa de bienvenida que viene del corazón.

“Y ¿A que debo el placer de su visita?”

[Estoy pensando en darle Karen-chan un accesorio por su cumpleaños. ¿Tienes algo que se le viera bien?]

“Ya veo; entonces, espéreme un momento”

Dice el dependiente y va a la trastienda.

[Parece ser que entiende al decir el nombre “Karen-chan”, sabe para quien está pensado el regalo]

Incluso si eran visitantes regulares, para recordar sus caras y nombres… un pro es realmente diferente.

“Que linda novia…”

Mientras esperamos el regreso del anciano dependiente, pasa que comenzamos a hablar con la joven pareja que acaba de comprar y están yéndose.

Al oír las palabras “linda novia”, la señorita se sonroja 10 veces más de lo usual.

Súmale su timidez y provocaras que se esconda tras de mí.

“Muchas gracias por su alabo, pero de cualquier modo, mi señorita se pone muy ansiosa ante los extraños. Por favor disculpen nuestra descortés actitud.”

“¿Eh? ¿Un sirviente? Estaba segura…”

“¡Hey! Estas siendo ruda”

El hombre regaña a la mujer.

“Para nada, por favor no le preste atención. En realidad, es un honor ser confundido con el amante de la señorita.”

La mencionada, esta roja hasta las orejas al oír mis palabras mientras entierra su frente contra mí.

Ouch… eso duele señorita.

Mientras teníamos la corta conversación, varios accesorios son traídos desde la trastienda.

En el mostrador de cristal, hay cinco accesorios alineados.

Desde la derecha, hay aros, un collar, dos anillos y un brazalete.

Cada uno de ellos tiene una gran gema toja.

La señorita sale de mi espalda y los va revisando una a uno.

“Para Bishop-sama, que es una mescla de galantería y belleza, pienso que los rubíes le vendrán bien y prepare estos.”

[Ahora que lo mencionas, el rojo le queda bien a Karen-chan]

“El collar de aquí usa un gran rubí y es un nuevo producto de un artesano reciente, un futuro éxito de ventas en los próximos meses. Es solo por Vlad-sama que le muestro esto hoy.”

¿Qué hay con ese trato VIP?

[Aunque es bello, se vería desproporcionado en el cuello de Karen-chan…… ¿Qué es lo que Onii-chan piensa de ello?]

“Um, err…. Ciertamente es muy vistoso, creo…”

“¿Bueno, que piensa de los aros? La gema es pequeña, pero ese tipo de diseño es la última moda.”

[Esos aros son tan lindos…]

La señorita pica el anzuelo.

Ella decide que debe dar aros como regalo, pero revisa también varios diseños delicados.

Entre ellos, ella toma unos aros de rubí con un simple diseño.

Su precio es una moneda de oro, lo que serían unos ¥ 100,000 (yenes).

[TD: unos USD$ 850]

Como regalo para una amiga, me parece un poco caro, pero la señorita lo paga sin meditar.

Bueno… incluso un esclavo como yo fue un regalo, así que probablemente no sea una gran suma para su familia.

[TD: recuerden que al poder ocupar magia y hablar el continente demoniaco, subio su precio como esclavo. Fue comprado por unos 350 oros (USD$ ~297,000)]

Dado que queremos los regalos envueltos apropiadamente, serán llevados más tardíamente.

Cuando dejamos la tienda, el anciano dependiente se despide de nosotros.

[Debido a Onii-chan, pude comprar el regalo de Karen-chan sin reparos. Muchas gracias.]

“Es un honor haber sido útil para la señorita. ¿Qué haremos ahora? Seguimos teniendo tiempo hasta el atardecer.”

Si vamos a casa, debemos volver en el carruaje. De algún modo, Gigi-san sigue, desde algún lugar, vigilándonos… o no. Solo está haciendo su trabajo de guardaespaldas.

Si volvemos al punto de encuentro ahora, aún habrá tiempo restante. Pero la señorita muestra una positividad inesperada de una antigua encerrada.

[Si no es mucho problema, quisiera ver la ciudad dado que ha pasado un tiempo.]

Una salida tras un largo tiempo.

Venir a la ciudad donde pasaba el tiempo con sus amigas debe haberle hecho recordar la diversión del pasado.

Supongo que la nostalgia la hizo querer caminar.

Sin que requiera decirlo, no hay razón para objetar.

“Entonces, caminemos hasta el atardecer, sin embargo, no se fuerce demasiado y dígame si se cansa. Después de todo, podemos visitar la ciudad cuando queramos.”

[¡Entendido!]

Con una sonrisa, escribe felizmente en su pizarrón.

Una vez más, de la mano, entramos a la multitud.

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