domingo, 8 de abril de 2018
Kamisu Reina Volumen 2 cap. 2.4
Parte 4
Las desgracias nunca vienen solas.
Alguien puede fallar en la prueba de acceso. Esa es la primera desgracia, pero la cadena sigue.
Después de que uno falla su examen, podría encontrarse con sí mismo desilusionado con sus habilidades. Pierde la esperanza en sí mismo. Se vuelve depresivo. A su vez lo hace poco atractivo y hace que su novia lo deje. Él empieza a pensar que nadie le gusta y como resultado, se convierte en la realidad. Pierde la esperanza en todo el mundo. Se desespera. Él quiere desaparecer. Comienza a pensar en la muerte. Él decide suicidarse. Él salta a un tren y muere. Y ese es el final malo. El cuento se ha acabado.
Pero la desgracia continúa. La cadena no se ha roto.
El personal de la estación tuvo que poner en orden el lugar lleno de pedazos humanos pero no es capaz de soportar la repulsión y deja su trabajo. Si pierde sus ingresos, podría entrar en conflicto con su familia y terminan divorciándose. Un pasajero puede sufrir un trauma al ser testigo de la horrible escena de sangre y vísceras lanzadas por los aires. Puede que no sea capaz de comer su amada carne nunca más. La familia de la víctima podría hundirse en deudas porque no pueden pagar el dinero de los daños. Podrían acabar colgándose del miedo por
los violentos cobradores de deudas. Y la cadena de la desgracia continúa de alguna manera para ellos.
De esta manera, una desgracia genera otra. Porque a diferencia de la ficción, la realidad no termina. Es una desgracia sin fin.
Del mismo modo, la dispersión de Reina no es el final.
La desgracia de Reina creó algo continuo.
—Ve a mi habitación cuando llegue el momento.
Francamente, no tenía ni idea de lo que ella estaba hablando. En realidad, fui allí cuando ella murió, pensando que podría ser el "momento" y un par de veces más después de eso.
Sin embargo, cada vez que iba allí, no encontraba nada importante y salía con mis manos vacías.
Pero ahora estoy seguro.
Ahora es el momento.
Ahora que Sakura Kawai y sus amigas saltaron a la muerte.
Abro la puerta de la habitación de Reina. La puesta del sol está brillando a través de la ventana, el teñido de la habitación es sencillo y algo sin vida bajo los colores del crepúsculo.
Sí, yo tenía razón. Ahora es el momento.
Cuando miro la cosa sin más vida en esta habitación, abro mi boca para hablar:
—Reina.
—Es un placer volver a verte, Ryoji-san.
Ella me sonríe.
Reina está de pie delante de la ventana y apoyada en el marco. Iluminada por la puesta de sol, que no sólo hace que su aspecto sea impresionante y hermoso,
también hace que sea contemplada como una magnífica pintura. Aah... no puedo evitar estos pensamientos a pesar de que sé que ella se fue.
— ¿Estas viva?
No me sorprende.
Incluso después de que me di cuenta de por qué no se sentía muerta para mí, me encontré incapaz de creer su muerte.
Sí, desde un punto de vista realista alguien estaba reducido a cenizas y estas cenizas no pueden pertenecer a nadie más que a Reina, pero es Reina de quien estamos hablando.
Supe porque quería distanciarse de nosotros, pero no encontré la razón de por qué ella se suicidaría. Como resultado de ello, todavía consideraba posible que ella estuviera viva.
—Sí, estoy viva. Aunque quizá sólo metafóricamente.
Reina me responde con una sonrisa.
Ahora entiendo el significado de sus palabras.
Tomo una respiración profunda y le preguntar:
—Reina... ¿Eres tú?
Reina no da ninguna respuesta y no deja de sonreír.
—Por favor, ¿Kawai-san y los demás se convirtieron en una molestia para ti?
— ¿Por qué lo dices?
¿Ella está diciendo la verdad? ¿O Reina perdió la capacidad de discernir entre lo que es verdad y lo que es mentira después de usar una máscara durante tanto tiempo?
Sin embargo, es evidente que Reina estaba involucrado en su suicidio, ya sea directa o indirectamente. Era su voluntad.
No tengo modo de saber lo que está pasando en la cabeza de Reina. De manera más precisa, ni una sola vez en toda mi vida la he entendido. Su objetivo es incomprensible para un plebeyo como yo.
Sólo hay una cosa que sé:
Reina mató a Kawai-san y a sus compañeras.
Pero, ¿qué hay de mí? ¿Qué me va a pasar? También soy una de las marionetas de Reina, al igual que Kawai-san y está claro que en esta ocasión ella me ha manipulado.
—Dime, Reina, ¿por qué me hablaste de tu muerte?
—... ¿Estás seguro que quieres saberlo?
—Por supuesto.
Reina me mira a los ojos.
—Tus ojos han cambiado un poco, Ryoji-san.
— ¿En serio?
—Sí... creo que puedo decirlo ahora. Quería que te dieras cuenta, Ryoji-san.
— ¿Qué me diera cuenta de qué?
—De ti mismo. De tu propio valor.
— ¿De mi propio valor...?
No lo entiendo. Bueno, yo no entiendo lo que quiere decir, pero yo no entiendo por qué a Reina le importaría eso.
—Hey, yo sé lo que valgo. No voy a tener ningún éxito y no voy a ser de utilidad para nadie, al igual que una piedra al borde de un camino.
Hablo con convicción, pero Reina sacude su cabeza.
—Eras tan desafortunado al ser evaluado en comparación a mí. Mi valor era demasiado evidente. La comparación entre nosotros debe haber trastornado tu sentido de autoestima.
—Eso le pasaría a cualquiera en mi posición, Reina.
—Entonces, ¿por qué no simplemente dejaste de compararte conmigo?
Vacilo por un momento, pero luego hablo:
—Eso es posible. Sin embargo, de hecho, estabas aquí y las comparaciones eran inevitables. Estaba siempre en la posición de ser comparado contigo y tú
siempre eras dos veces mejor que yo. Nadie se preocupaba por mí. Nadie me miraba. Y deje de preocuparme por los demás. Todo era inevitable con alguien como tú siendo mi hermana.
— ¿Incluso ahora?
—Sí, incluso ahora...
Incluso ahora ¿Aun cuando Reina ya no está aquí?
—... Espera, ¡estamos divagando! ¡No te pregunté sobre mí, sino sobre la razón por la que te acercaste a mí!
—No, no estamos desviando del tema, Ryoji-san. ¿Qué hiciste después de que te hable sobre mi muerte?
— ¿Que hice? Bueno, reflexioné sobre el significado de tus palabras y comencé a tener dudas sobre tu muerte.
—Y entonces descubriste que nuestra conversación no era la única razón de tus dudas, por lo tanto, comenzaste a investigar.
—...Sí...
—Y te diste cuenta de que todo el mundo todavía estaba ocupado conmigo a pesar de que había desaparecido, a su vez dio lugar a la respuesta del por qué realmente dudaban de mi muerte.
Las palabras de Reina son tan ciertas que me quedo sin palabras.
—Y estás comenzando a darte cuenta de que no es necesario sentirte más solo, ahora que yo me he ido.
—No, eso no es cierto... ¡Todo el mundo todavía está simplemente mirándome!
—Pero es un vacío lo que están viendo.
—...
—A quien están mirando en este vacío más duro que cualquier cosa es nadie más que a ti, Ryoji-san.
—... ¿Qué?
Dio eso en respuesta a su inesperada declaración con mi mirada fija en ella.
Sin embargo, Reina, naturalmente, no respondió a mi mirada.
Reina está sonriendo.
—Si no te hubiera acercado antes de mi muerte, nunca hubieras pensado en detener tus inquietudes por mí.
Siempre pensé que nadie me miraba. Que toda la atención se suponía que era succionada por Reina como un agujero negro. Que nadie me conocía. Que yo no estaba allí.
Pero Reina está diciendo que lo mismo se aplica a mí.
Ella está diciendo que mi atención fue succionada también por ella.
Ella está diciendo que ni siquiera yo me vi a mí mismo.
—...
¿Reina Kamisu realmente está muerta? Yo solía pensar eso y me di cuenta de que la razón de estas dudas se encontraba en esa conversación y la falta de cambios en mi entorno.
¿Pero es realmente todo esto?
Probablemente no. Posiblemente me daba miedo.
Miedo de que mi entorno pudiera no cambiar incluso después de la desaparición de Reina, yo tenía miedo de que sintiera que mi entorno no hubiera cambiado después de la desaparición de Reina.
Si Reina todavía estaba viva en algún lugar, entonces no había nada extraño en sentir de que nada había cambiado. Todo era igual. Por supuesto, la gente sigue sin mirarme.
Debido a eso, Reina tenía que seguir viva.
Y así es como yo le hice caso.
—Me temo que es el momento de decir adiós.
Reina me habla con una sonrisa después de esperar a que yo llegara a una conclusión.
— ¿A dónde vas, Reina...?
Reina sólo sigue sonriendo.
Nunca voy a verla de nuevo. De eso estoy seguro.
Mi soledad se desvanecerá a partir de ahora.
Reina, sin embargo, se quedará sola.
—... Reina.
Le digo cuando la miro. Pero aun así, ella no respondió mi mirada. Ella mira a otro lugar, a algún lugar lejano que realmente no existe.
Ella se dispersa.
Parpadeé y un segundo después, Reina se había ido.
¿Cómo? No lo sé. Reina desapareció. Ella se dispersó. Ella ya no está aquí.
Reina ya no está en esta habitación.
Por fin, me descubrí a mí mismo.
Finalmente, obtuve la capacidad de relacionarme con los demás.
Y así deje que algo saliera y que había mantenido represado durante mucho tiempo.
Lloré por Reina.
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