domingo, 8 de abril de 2018

Kamisu Reina Volumen 2 cap. 3.5



Parte 5

Ni Yuuko, ni Emi, ni las otras personas trataron de detenernos. Llegamos al dos de julio sin ningún problema.

Lo único inesperado fue que una de nuestras compañeras afirmó, "¡Reina-san no me dijo nada sobre el montaje de mañana a las seis!" Fue inesperado, pero llegue a la conclusión de que ella no lo hizo a nuestro nivel y renuncie a ella.

Fuimos de nuevo a la azotea. A diferencia de ayer, una suave lluvia está cayendo, lo cual es una lástima, pero sigue siendo mejor que ver la luna, porque la luna siempre nos sigue a todas partes.

De repente, me di cuenta de que alguien está sentado en frente de la puerta de la azotea. ¿Yuuko no aprende la lección...? No, no es ella. No es una de las niñas que fracasó. Al verme, la chica se pone de pie.

—Vas a encontrarte con Reina-san, ¿verdad?

Reconozco su voz.

— ¿Oh, estás aquí también?—Ella continúa— ¿No diste marcha atrás?

Veo cómo Anna se pone rígida.

— ¿Qué quieres, Mitsui-senpai?

Yukimi Mitsui.

Una de las que llegaron a reconocer la “presencia” de Reina-san.

— ¿Quieres venir con nosotras? Lo siento, pero no te he perdonado a pesar de que puede ser una sirvienta de Reina-san. No puedo permitir que vengas con nosotras.

— ¿Unirme a ustedes sólo para encontrarme con Reina-san? ¡Ja!

Yukimi Mitsui se burla.

—No necesito su ayuda para eso. —... ¿Qué quieres decir?

—Que me condenaran si recurro a sus medios—Se ríe y se hace a un lado. Ella continúa con voz baja.

—Estoy aquí para advertirles.

—No necesitamos tu advertencia.

—No me malinterpreten, ¿de acuerdo? No me importa lo que te pase, pero si esta es la última vez que nos encontramos, quiero sacarlo de mi pecho, al menos.

Dice eso ella y destella una sonrisa.

—Mi adoración por Reina-san y la de ustedes es tan diferente como la nieve y la ceniza.

—... Bueno, ¡yo no quiero pelear contigo!

— ¿Huhu, conque es así? Bueno, ¿por qué no sigues adelante y te reúnes con tu Reina-san? Adiós. Nosotras probablemente no volvamos a vernos.

—Adiós.

Digo sin ni siquiera ver a Yukimi Mitsui, que está agitando su mano. Después de acariciar suavemente el cabello de Anna, subo las escaleras y…

…Abro la puerta.

Una suave lluvia está cayendo.

Reina-san ya nos está esperando en el centro de la azotea.

Reina-san está esperando, sonriendo y sin mojarse.

—Siento la espera, Reina-san.

— ¿Por qué? No, yo fui la que te hice esperar, Sakura.

Asiento con mi cabeza con una sonrisa ladeada.

Como la lluvia empapa nuestro cabello y ropa, nos recuerda nuestro cuerpo físico a través de una sensación desagradable. Por desgracia, esta lluvia ácida es sucia y por lo tanto no nos puede dejar limpias.

Necesitamos purificación.

—No tenemos mucho tiempo, ¿verdad? Por favor, díganos cómo podemos ir a tu mundo, Reina-san

Ella asiente con la cabeza.

—Es sencillo. Sólo tienes que emplear el mismo procedimiento que yo.

El mismo procedimiento...

Recuerdo las líneas hechas con tiza que examiné junto con el hermano de Reina- san.

— ¿Tenemos que saltar...?

Reina-san asiente de nuevo.

—Sé que requiere valor. Me gustaría utilizar un método diferente, pero no hay ninguno.

Miro a las demás.

Ellas me miran.

Pueden no decirlo verbalmente, pero sus ojos me están diciendo claramente que tome la iniciativa. Todas tenemos miedo. Por supuesto, confiamos en Reina-san, pero todas sabemos que el pánico de caer y el dolor de golpear el suelo son cosas que no se pueden evitar.

De hecho, tengo que tomar la iniciativa. Tengo que saltar primero y mostrarles el camino. Al igual como lo he estado haciendo hasta ahora.

Sin embargo…

—Lo siento, pero no puedo ser la primera en saltar.

La sorpresa y el descontento aparecen en sus rostros.

—Hay algo que quiero confirmar al final.

— ¿No puedes hacer esto ahora?

Anna me pregunta y yo asiento en respuesta.

Ella me examina, luego ve el vendaje alrededor de su muñeca izquierda y finalmente, sonríe.

—Está bien, voy a ser la primera en saltar.

Sorprendidas, pero un impresionadas, aplaudimos con nuestras manos.

—Anna... muchas gracias.

—No, no es necesario que me des las gracias... ¡Es un honor ser la primera en ir a donde esta Reina-san!

Estoy tan orgullosa de Anna. La fuente de su fuerza actual puede ser la debilidad, pero sigue siendo fuerte.

Anna se sube a la valla de una manera algo torpe y se coloca en la parte superior de la misma. Casi se desliza porque la lluvia está cada vez más fuerte y la valla esta resbaladiza. ¡Cuidado, Anna! ¡No te caigas! ¿Hm? Ah, estúpida. Tú caerás.

Anna está de pie encima de la valla resbaladiza y habla:

—Reina-san.

— ¿Sí?

No puedo ver la cara de Anna porque ella está mirando hacia adelante.

—Nunca olvidaré lo que me dijiste ayer. Yo estaba muy feliz cuando me dijiste que siempre me necesitarías aun cuando nadie más lo hizo.

Reina-san asiente con su cabeza.

—Mi cicatriz desaparecerá una vez que llegue al otro mundo, ¿verdad?

—Sí.

—...Estoy tan feliz.

Estoy emocionada.

Reina-san hizo un gran trabajo.

—Siempre te necesitaré incluso si nadie más lo hace. Esta es la misma cosa que Anna quería escuchar más.

Sonaría falso de la boca de otra persona, pero si Reina-san lo dice, es la verdad.

Sin embargo…

¿No recuerdo a Reina-san decir eso?

—Sakura.

Anna me llama de repente, interrumpiendo mis pensamientos.

Anna aún está a la espera, más allá de la lluvia, por lo que todavía no sé lo que su cara está expresando.

— ¿Sí, Anna?

—Gracias….

Su voz cae hacia abajo.

Y desaparece.

Anna desapareció y habló de forma simultánea.

— ¿Gracias...?

¿Por qué?

¿Por qué ella me da las gracias?

Es Reina-san quien salvó a Anna y es Reina-san quien la guiará a un mundo mejor. Es probable que ni siquiera pueda decir que fui un puente entre ella y Reina-san.

Gracias... una palabra de agradecimiento.

Pero esto hace que sea aparente, como si yo fuera la que provocó esta ceremonia.

Como estoy abrumada por esta extraña confusión, mis compañeras saltan una tras otra. Y antes de saltar y dispersarse, todas ellas citan las palabras que no recuerdo haber escuchado de Reina-san y me dan las gracias como Ana lo hizo.

Al verlas me sentí como si estuviera mirando flores artificiales que se han marchitado.

Con el tiempo, termino sola con Reina-san.

La lluvia se ha vuelto aún más feroz. Yo puedo coger un resfriado, creo eso por un breve momento y me burlo de mí misma.

Yo soy la última.

—Kawai-san—La chica me habla— ¿Qué es lo que deseabas confirmar?

—Sí, hay algo que quería preguntarte sin importar qué.

— ¿Por qué tiene que ser ahora, “al final”?

Miro el suelo. Una gota de agua cae de mi pelo y entra a mi ojo, me hace sentir sucia desde el interior.

La razón por la que tenía que dejar esto hasta "el final."

Es porque no podía dejar que las demás lo escucharan.

—Reina-san.

— ¿Sí?

—Es tan difícil de explicar y no sé cómo decir esto, pero por favor ten paciencia conmigo…

—… ¿Quién eres tú?

Reina-san se mantiene calmada. Ella sigue sonriendo.

—Eres Reina Kamisu, por supuesto y soy la única que puedo comunicarme contigo. Yo, sin duda, sé que eres Reina Kamisu. Pero, tú no eres la Reina-san que tocaba el piano, ¿verdad? Eres otra persona.

—... ¿Por qué piensas eso?

—Siempre me sentí fascinada por Reina-san, pero ella siempre me dio una extraña impresión. No sé qué era, pero no tengo esa impresión de ti.

Reina-san me escucha en silencio.

—Es una sensación ambigua. Tal vez, mi memoria está jugándome trucos porque yo no te he conocido por mucho tiempo, pero... lo dudo.

— ¿Por qué lo dudas?

—Debido a que es la antigua Reina-san a que me dio esa impresión extraña. Si fuera al revés, tendría sentido... pero... de hecho... se siente de una forma más genuina para mí que la anterior Reina-san. ¿No es extraño que te sienta más real ahora que antes?

La lluvia se vuelve cada vez más fuerte y estoy empezando a preocuparme si mi voz aún es audible para ella.

—Si—Reina-san se inicia—Si yo soy un ser diferente al de antes, ¿qué vas a hacer?

—No me importa—Respondo sin perder el ritmo—Eres Reina Kamisu. Nada más.

—Sí.

Ella asiente.

—Soy Reina Kamisu, y nada más—dice ella con su hermosa sonrisa—Si tú lo dices, ¿puedo decir que es la verdad?

—Sí. Mi decisión no va a cambiar.

Me acerco a la valla y apoyo mi espalda en ella. Yo no quiero ni pensar en la escena que hay en el suelo.

—Soy un fenómeno que se hace visible a los que creen en mi existencia.

—... ¿Un fenómeno?

—Para ti y tus amigas, soy Reina Kamisu, porque así me llaman. Si me dan un nombre diferente, me adapto en consecuencia. Por ejemplo, algunos me llaman “dios” y otros me dicen “ángel”. Cuando se me es dado un nombre, tomo forma y me vuelvo visible.

—... ¿Tu llevas a las personas que pueden “verte” a otro mundo?

—Este es el papel que me diste.

—Pero yo no era la única que pensaba en esto.

—Esto se debe a que tomaste ventaja sobre ellas y mi papel fue definido para todo el mundo. Todo lo que siempre hago es cumplir con mi propósito.

¿He definido su papel?

Es cierto que yo era quién creía en la "presencia" de Reina-san, pero eso es todo lo que hice. Reina-san sigue siendo igual para el resto y nos va a salvar.

Bien, no tengo la culpa.

¿No tengo la culpa?

¿Qué? ¿De qué estoy hablando? ¿Culpa? ¿Qué culpa? Sólo hice lo correcto y luche para liberarme de esta suciedad y no creo en la muerte de Reina-san y… Aah, sí, no creo en el sucio cadáver de Reina-san. No era ella, por lo que me di cuenta de la verdad y ahora estoy frente a Reina-san en persona, yo tenía la razón desde el principio. ¡Impresionante! Yo no lo hice tan mal, ¿verdad?

—A mí... no me importa más.

Me subo en la valla.

Como Ana y las demás, yo estoy en posición vertical y con la mirada al frente.

—Eres Reina Kamisu.

—Sí lo soy.

—Tú nos salvaste de la suciedad.

—Sí lo haré.

—Por favor, cumplir con tu papel.

—Sí, voy a cumplir mi papel.

No hay duda.

Las otras saltaron. No puedo dudar. Es demasiado tarde. Espera, ¿demasiado tarde? ¿Para qué? No necesito dudar más. La respuesta es clara, sólo necesito llevarla a cabo.

Una pregunta.

Una pregunta de repente cruza por mi mente.

Yo era el sirviente de Reina-san.

Pero, ¿por qué decidí obedecerla a ella sin una sola gota de duda? ¿Qué era lo especial de Reina-san?

Por supuesto, era hermosa. Por supuesto, se sentía diferente.

Pero... esa no es una razón para obedecerla.

Me hace pensar.

Todo el mundo admiraba a Reina-san, todo el mundo se quedaba extasiado con ella, tanto que ella pertenecía a la misma categoría de los "dioses" y los "ángeles".

Pero ¿de dónde viene esta deificación?

Quiero decir…

…No sabemos nada sobre Reina-san.

Dejo de pensar. No voy a retroceder nunca más.

Voy a mirarla de la misma manera como siempre lo hago.

Voy a proyectar mi idea de perfección en ella y mirarla con una luz perfecta.

Doy un paso hacia adelante.

Yo dedico mis últimos pensamientos a ella:

... Es posible que hayamos sufrido mucho, pero…

…Ella debe haber sufrido lo mismo.

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