viernes, 6 de abril de 2018

The Witch’s House The Diary of Ellen 5.2



La luz blanca llenó mi cabeza.

Al desvanecerse la luz gradualmente...

…Lentamente abrí los ojos.

Escuché al viento mover las hojas de los árboles.

Fue muy relajante.

Y no lo pensaba porque esta era una casa en lo profundo del bosque.

Ya no había un ruidoso zumbido profundo en mis oídos.

Ya no había un dolor atacando a mis sienes.

Fue completamente silenciado.

Ahora escuchaba solamente la respiración y el pulso de mi cuerpo.

Podía ver.

Sólo eso me decía que no era mi cuerpo.

Todavía estaba sentada en la silla, desplomada sobre la cama.

Moví mis ojos alrededor para mirar mi cuerpo.

No había vendas en mis manos. Podía mover delicadamente hasta la punta de mis dedos. Mis piernas, ambas, estaban allí. Tocando el suelo. No había vendas alrededor de mis pies, sino zapatos de cuero.

Lentamente me puse de pie, y una trenza de oro se meció a mis hombros.

…Sin error, este era el cuerpo de Viola.

El hechizo había funcionado.

Me di cuenta que mis mejillas se estaban calentando. Las presione con ambas manos y grite.

–¡Aah...! ¡Wow...! ¡Gracias! ¡Gracias, Viola! ¡Mira, mírame! ¡Estoy en tu cuerpo!

Miré a la chica acostada.

Acostada en la cama, yo –Viola, mejor dicho–, aún estaba inconsciente.

Vendas se encontraban envueltas alrededor de ambos ojos. Los pálidos labios abiertos ligeramente, tomando débiles respiros. El largo cabello púrpura esparcido a través de la cama. Una de las pequeñas manos estaba extendida hacia mí.

La mano con la que había estado tomando la suya hace un momento.

Todavía podía sentir la sensación en mi mano.

Reaccionando a mi voz, las cejas de Viola se movieron un poco. Finalmente recuperando la consciencia, un gemido salió de su boca.

–Uf... ahh...

–¡Viola!

Viola volvió la cabeza hacia la fuente de mi voz. Entonces su rostro se deformo cruelmente a sí mismo en un intento de sonreír.

De repente, ella sostuvo su frente como si hubiera sido golpeada, y comenzó a gritar.

–¡Aaaaah! ¡-G-GAAAAAAAAAAHHHHH!

–¡Hey, hey, Viola! ¡Mira! ¡Mira, soy yo! ¡Estoy en tu cuerpo, Viola! Wow, esto es genial. Se siente tan ligero estar en un cuerpo que no duele.

Me levante de la silla y gire, haciendo a mi falda ondear.

–Aaagh… hah… hh…

–Oh, lo siento. No puedes ver ¿no es cierto?

Toqué suavemente la frente de Viola. Mi mano groseramente fue apartada.

Ella no podía responder apropiadamente al dolor del cuerpo. Ella empujó la mano tan débilmente, fue como ser acariciada por la pluma de un ángel.

–…¡Ah!

Como si apenas me diera cuenta, lleve una mano a la boca y jadié. Susurré en preocupación.

–…Viola, ¿te duele? Oh, seguro que sí. Lo siento, ¿espera de acuerdo? Iré a buscar una medicina para detener el dolor.

–…P-por favor... or..., –Viola dijo como si estuviera a punto de llorar, recuperando su aliento.

Mirándola, fui a la despensa. Abrí el cajón y rápidamente encontré la medicina. Pero intencionalmente me tomé mi tiempo hurgando.

Viola apretaba las sabanas, tratando desesperadamente de soportar el dolor. Ahh, fue tan cómico, tan lindo.

Pronto, escuché un precipitado movimiento de ropa.

–E-Ellen, m.... mis piernas...

–¿Hm? ¿Qué fue eso?

–Ah...

Cuando fingí no escuchar, Viola tragó saliva y no pregunto nada más.

¿Qué pasó con mis piernas? En serio. ¿Recién se dio cuenta que ya no estaban?

¿Qué tan estúpida era ella?

Después de tomarme el suficiente tiempo, tomé la dulce medicina y regrese a la mesa al lado de la cama.

Llené la taza con agua de una jarra.

El sonido del agua vertiéndose pareció aliviar sólo una fracción de la tensión de Viola.

Entonces solté un grano de la medicina, casi como un dulce, en la taza. Se disolvió en un instante.

El agua seguía siendo del mismo color claro.

Pero esta medicina no detendría el dolor.

–Aquí tienes, Viola. Te sentirás mejor si bebes esto.

Le entregue la taza, gentilmente poniendo sus manos alrededor de ella.

Viola me agradeció, y bebió la medicina toda de golpe.

Oí a su garganta tragar. Un momento después, la taza bailaba en el aire.

En el momento que su contenido se derramaba sobre el piso—

–¡¡Ahahahahahahhahhah!! ¡Lo bebiste! ¡Lo bebiste! ¡¡AHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA!!

Grité, como si fuera incapaz de contener mi risa.

Viola saco la lengua y tomo su garganta con ambas manos. Ella temblaba y jadeaba con voz ronca.

No parecía entender lo que pasó. Sangre brotaba de las brechas en las vendas alrededor de sus ojos.

Después de reírme un rato, limpie la sangre de su rostro y hable.

–…Ahahah. Veras, esa era una medicina para quemar gargantas.

Viola volteo hacia mí con todo su cuerpo.

¿Por qué?, parecía preguntar.

Así que respondí.

–… ¿No lo ves? No quiero oír mis propios gritos.

–……

Viola todavía desesperadamente tomaba su garganta.

Había dejado de querer gritar y se volvió callada, pero su respiración era áspera.

Como un animal salvaje.

Miré a Viola con algo de frialdad.

–¿Te duele? …Oye, ¿te duele? Por todas partes ¿verdad? Eso es como mi cuerpo siempre se ha sentido. ¿No lo sabías?

–…………

–Oh, pero creo que no conozco el dolor ahora en tu garganta. Ah, pero es cierto. Ya que la garganta te duele tanto, te puedes olvidar del dolor de la enfermedad, ¿no es cierto? Sólo un rato, pero detendrá ese dolor... heh. Hahaha.

Me reí como si justo hubiera pensado en un chiste gracioso.

Ella tembló levemente. Pronto, empezó a luchar. Imagine que eso era todo lo que podía hacer para distraerse del dolor.

Debido a su lucha, sangre comenzó a brotar de los muñones en sus piernas. Oh, vaya. La cama estuvo manchada con un mar de sangre en un instante.

Su cuerpo, sólo una mitad superior, cayó de la cama al piso.

Yo retrocedí al momento.

Que esta falda limpia se manchara de sangre sería malo, malo en absoluto.

La cosa a mis pies agarró el suelo con ambas manos, aparentemente desesperada por mantener la conciencia.

Una miserable respiración silbante se repetía. No parecía siquiera saber dónde estaba.

–Que criatura más extraña –pensé de la cosa que alguna vez había sido mi cuerpo.

Su nariz sangraba, tal vez se la golpeó cuando cayó al piso.

Viola frenéticamente trataba de empujar unas palabras fuera de su arruinada garganta.

Oyéndola repetir lo mismo una y otra vez, escuche con cuidado.

–De... e... lo...

…Devuélvelo.

Tal vez eso era lo que estaba diciendo.

Cuando lo escuché, se me levantaron las cejas.

Sentí como si durante mucho tiempo hubiera estado esperando esas palabras.

Como si hubiera querido escucharlas desde hace tanto tiempo.

Poniéndome de mal humor, le pregunté.

–…¿Devolverlo? ¿No ibas a prestármelo por un día?

El cuerpo de Viola se endureció de una vez, y ella sacudió la cabeza. Tan firmemente. Como si ella se disculpara desde el fondo de su corazón.

Puse mis manos en las caderas.

Viola se arrastró hacia mis pies.

Inclinando la cabeza levemente, arrugando mis cejas, miré hacia abajo a ella. O tal vez la mire desde arriba sería más preciso.

–De ninguna manera. Prometí que sería solo un día.… ¿Podría ser que estabas mintiendo?

Sabía que no había mentido.

Pero me aseguré al preguntar.

Viola apretó los dientes, y les oí rechinar. Baba salió de los espacios entre ellos, mezclándose con la sangre de su nariz. Sus lágrimas de sangre mancharon las vendas de rojo.

–¡Ha!

Una risa salió burlándose de esa cara de idiota.

Sostuve mi falda y me agache. Con una mano gentil, moví a un lado el cabello sobre su oreja. Puse mis labios cerca.

Y para hacer notar mi tristeza por ser traicionada clara, lenta y cuidadosamente hable en un susurro.

–…Eres horrible, Viola. Si así es como va a ser, entonces no voy devolverlo… Tomare prestado este cuerpo para siempre.

El cuerpo de Viola se puso tieso. El aire se volvió inmóvil, y me di cuenta de la sensación de crisis que su cuerpo tembloroso decía sentir.

¿Pero ahora?

…Ya era demasiado tarde.

Me reí. Risa brotaba de mí. No podía ser detenida. Ahh, eso no es bueno. Viola no se reiría de esta forma. Presione mis mejillas y me puse de pie.

–¡¡Si era tan importante para ti, no debiste darlo tan fácilmente!! ¡AHAHA HAHAHAHAHA, HAHA, HAHAHAHAHAHAHAHAHAHA, HEEEEEHEE, HEE HI HI HI, AHAHAAA, HEEHEE, HAHAHAHAAA! "

Viola levantó un grito que no pudo decir y extendió una mano hacia mí.

Fácilmente salte fuera del camino; el cuerpo sin dolor era tan ligero como una pluma.

Su mano con fuerza golpeó con la silla, derribándola.

Al hacerlo, las vendas sobre sus ojos cayeron. 

Los negros ojos vaciados, abiertos por completo.

Esos ojos. Su negrura total. Eran un símbolo de la desesperación.

Si una persona que no sabía nada viera esos ojos, quizás sería incapaz de moverse del terror. Podrían imaginar a su alma ser absorbida por esos abiertos vacíos negros.

Pero yo no sentía nada de eso dentro de mí.

Eran tan sólo ojos vaciados.

Abandone el cuarto, riendo.

Corrí como el viento al final del pasillo.

Los jarrones de rosas que pasé soltaban pétalos rojos.

Corrí bajando las escaleras de madera.

No había ningún sonido en la tranquila casa si contar mis agradables pasos y animadas respiraciones.

Corrí. Podía correr.

Correr sobre mis propias piernas.

Este cuerpo no era una ilusión. Mis piernas pisaban el piso. Mis manos empujaban abiertas las puertas. Mis hombros cortaban el viento. Mis cabellos se mecían. Mis ojos se llenaban de luz. Era todo real, y todo mío.

Pasé a través de la cocina, el comedor, todas las habitaciones conocidas, y llegue a la entrada en un instante.

Suavemente puse la mano en la puerta.

Con una leve pausa, la empujé abriéndola por completo.

…En un momento.

El viento sopló, levantando mi cabello y falda.

El olor a hierba perforó adentrándose a mi nariz.

El jardín de rosas rojas alcanzó mis ojos.

Hijos míos, que antes sólo miraba desde adentro.

Como si fuera impulsada por los intensos colores, di un paso afuera.

Tal vez debí haber dudado en dar ese paso.

En el momento que mi pie piso el suelo, recordé

Me acordé de mi cuerpo, tan pronto como saliera de la casa, la magia se desvanecería, y este se desmoronaría.

Pero me pregunté...

Me quedé parada con los dos pies en el suelo.

No había ningún impacto como ser golpeada en la cabeza. Ningún calor como si mi piel se estuviera derritiendo. El cuerpo de este humano llamado Viola estaba separado de la casa, existía aparte de ella.

Había calor detrás de mis ojos.

Lágrimas que no acompañaban a ningún dolor cayeron por mis mejillas.

Las rosas brillaban a la luz del sol, y sentí que me aplaudieron.

Ahora que lo pienso, cuando llegué a la casa, oí aplausos también.

Entonces, era un aplauso de bienvenida. Celebrando que me había convertido en una bruja. Y ahora, fue una despedida.

Mis párpados se cerraron, y vi los recuerdos que permanecían a este cuerpo.

Lo sabía todo. Cómo tenia amor en mi futuro, en ambas direcciones. Lo que había delante para este cuerpo. Lo conocí en un instante. Y era mío… Este cuerpo amado.

Tome mis hombros como si me abrazara a mí misma. Quería besarme. Y lo hice en mi hombro izquierdo.

Oí a pájaros alzando vuelo y alce la vista.

Entrecerré los ojos a la fuerte luz del sol.

No sabía lo que decían las aves, ya no.

Me reí, y corrí como si persiguiera a las aves en vuelo.

Un feliz viento soplaba en mi espalda.

Corriendo, corriendo. Dejé el jardín rodeado de rosas.

…Pude ver mi diario.

Ya no tenía nada de magia. Sólo debía de ser un humano normal ahora. Pero podía ver claramente mi habitación.

Mi diario estaba sobre el escritorio. La pluma elegantemente escribió las palabras por sí misma.

La última entrada en mi diario.

Mis últimas palabras.

Yo no la X.

Porque ella me salvó

de mi enfermedad.

Así que la hice «mi amiga».

Al final,

Ella me salvó.

Ella cambió de cuerpo conmigo.

Porque ella era tan amable.

Porque ella no me traicionaría.

Pobre de ella.

Pobre de ella.

Me salvó.

Me salvó de mi enfermedad.

Yo lo siento, ¿está bien? Gracias, Viola.

Viviré tu porción.

Daré tu porción de amor a tu padre.

Así que por favor, perdóname.

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