jueves, 22 de marzo de 2018

Gekkou 1

Receta de Asesinato



No había ni un día en el que no oía aquel nombre.

—Tsukimori es tan preciosa— murmuró mi compañero de clase Kamogawa, suspiró y todos los alumnos masculinos inclinaron la cabeza profundamente.

—Escuchad, ¡no dejéis que su fino cuerpo os engañe! ¿Entendido? Porque también tiene... ¡tetas!

Sus miradas insolentes se centraron en la chica en cuestión, Tsukimori, que estaba rodeada de un grupo de chicas parloteando. Si tuviera que describir a Youko Tsukimori en una palabra, diría que era llamativa.

—¿No estás de acuerdo Nonomiya?

—Si tú lo dices.

—Vaya, ¡Eso sí que es una respuesta fría! ¿Eres realmente un hombre? Si hay una montaña, ¡escálala! Si hay una chica hermosa, ¡enamórate de ella! ¿No es eso lo que significa ser un hombre?

Los chicos, dirigidos por Kamogawa, comenzaron a mostrar exageradas reacciones a mi respuesta indiferente.

—Bueno, yo sólo pensé que ella es perfecta.

Ella tenía una cara bonita, complementada con una buena figura y notas sobresalientes. Su personalidad agradable la hacía bastante popular. Y al parecer, ella también era buena en los deportes. Youko Tsukimori parecía ser una chica perfecta, sin nada de qué quejarse.

—¿Cómo podría ser eso malo?

—Nunca he dicho que sea malo. Es sólo que no me puedo relajar a su alrededor.

—Ah, eso es cierto. Después de todo, Tsukimori es una chica fuera de nuestro alcance...

Afortunadamente, Kamogawa interpretó mi declaración a su conveniencia.

Mi impresión honesta era que ella era muy perfecta, tan perfecta que era aburrida, y por tanto estar cerca de ella me ahogaría. Tal vez esto sea así porque mi personalidad es un poco torcida, pero he estado manteniendo en secreto una distancia entre Tsukimori y yo porque no pude descubrir un terreno común entre nosotros. Sin embargo, los chicos parecían estar muy interesados en esta chica famosa y comenzaron a discutir los rumores sobre Tsukimori como si fueran chismes acerca de alguna estrella.

—He oído que tiene un novio en la universidad, ¿será cierto?

—El estudiante "K ", ¿verdad? ¿Ese tipo que es tres años mayor que ella?

—¿Eh? Yo también he oído que ella es la amante del presidente de una compañía...

—Ah, así que es posible que le den ¥ 200,000 cada mes?"

—¡No es broma! Además he oído que alguien la vio junto con el profesor de matemáticas Kumada cuando salieron de un hotel amoroso.

No había necesidad de metáforas. Ella en verdad era una estrella. Una vez más me dí cuenta de lo especial que era. Pero a lo mejor ella podía no estar feliz con esa reputación especial. Al menos yo no sería capaz de soportarla.

—Todo esto son tan sólo rumores sin credibilidad alguna.

Una carcajada se escapó de mi boca porque estaban discutiendo estas cosas seriamente y con energía.

—¿Por qué no se lo preguntáis directamente?

Por lo tanto, yo les confronté con esa pregunta. Sólo por diversión. Y como era de esperar, mi idea fue rechazada con tanto vigor, que casi eran abucheos.

—¡Como si pudiéramos preguntarle algo así!

Como estaba muy entretenido con su reacción, les incité un poco más.

—Si quieres, puedo ir a preguntar yo, como representante de la clase.

—¡Espera espera espera! ¡Nonomiya! ¡No apresures las cosas! ¿Qué vamos a hacer si los rumores resultan ser verdad? —Kamogawa me reprendió rápidamente.

—¿Tal vez sólo sean rumores?

—¡Pero quizás todos son ciertos!

Los otros asintieron con la cabeza, de acuerdo con Kamogawa.

—Es posible. Si se trata de Tsukimori, ¡es muy posible!

Efectivamente Tsukimori Youko destacaba en la clase. Incluso se podría decir que era de una naturaleza diferente. No era de extrañar que todos estaban bajo la impresión de que ella ya había experimentado un mundo fuera del alcance de los estudiantes de secundaria; teniendo en cuenta que ella siempre actuaba con madurez, era difícil de creer que ella tuviera nuestra edad.

—La verdad se esconde en la oscuridad, ¿eh?

Da igual cual era la verdad, yo podía tomármelo con calma, ya que no me molestaría como a Kamogawa y los demás.

—La verdad no es siempre lo mejor, ¿no?

Pero parecía que ellos no podían tomárselo tan fácilmente; la verdad les molestaría mucho más.

—¿No te parece que esto es improductivo? Si apartas tus ojos de la verdad, ¡nunca serás capaz de obtener lo que buscas!

—¡No me importa! Hace un par de días, un idiota se le confesó y fue duramente rechazado. Si por descuido tratas de alcanzar algo de un nivel muy distante al tuyo, sólo vas a caer y hacerte daño. ¡Yo prefiero el ideal de la verdad! Incluso se podría decir que queremos que Tsukimori siga siendo la fuente de nuestras fantasías para toda la eternidad.

Yo estaba tan sorprendido por este grupo que sólo podía reír.

—La adolescencia es una maravilla, ¿no es así?— inquirí irónicamente.

—Oye, ¡que tenemos diecisiete años! ¡Déjanos soñar!

Al parecer, no tenía que reírme.

—Yo no os molestaré más, si todos insistís.

—¡Insistimos, insistimos! ¡No aplastes los sueños de unos chicos tan delicados como nosotros!

—Querrás decir "impuros muchachos de secundaria".

—¿A quién le gusta nuestro querido Nonomiya entonces? Las celebridades no estan permitidas, obviamente.

Kamogawa lanzó un contraataque inesperado. Los otros chicos también aprovecharon la oportunidad y cerraron filas, inclinándose hacia adelante e instando:

—¡Dinos! Cuéntanos!

—Bueno, vamos a ver...

A decir verdad, no había ninguna chica que yo podía haber mencionado específicamente, pero viendo la situación, no creía que los muchachos de secundaria impuros se iban a contentar con eso.

—Creo que Usami es mona.

Yo sólo pronuncié el primer nombre que se me ocurrió en ese momento, pero todos parecían bastante decepcionados y hacían muecas forzadas.

—Que poco emocionante. No podía haber sido más normal, ¿verdad? Eres tan aburrido —se quejó Kamogawa.

—¿Así que tu dices que no es normal sentirse atraído por Tsukimori?

—Admito que ella es también un objetivo común, pero su calidad, por así decirlo, está a un nivel completamente diferente de la de Usami. Si Usami fuese zumo de naranja, Tsukimori sería vino.

—¿No te parece que el zumo de naranja conviene a los menores de edad?

—No, idiota, no lo entiendes. Estoy hablando del, eh, bueno, ese cierto atractivo que tiene el alcohol, ya que en realidad no deberías beber, ¿sabes? Como... tu sientes curiosidad por el mundo prohibido que esta allí fuera y... ¿me sigues?

—Ciertamente sé lo que quieres decir. Pero todavía me gusta el zumo de naranja. ¿A ti no?

—Um, bueno, claro, me gusta el zumo de naranja también, pero...

La alianza de los chicos de Kamogawa gruñieron y retorcieron los rostros. Mientras Tsukimori era de hecho una chica excepcional, Usami era muy encantadora también. Para ser una chica normal. La reacción de los chicos se originó al no querer admitir que yo tenía razón y tampoco, pues, poder negarla. Sintiendo que era el ganador, dije:

—Vayamos a brindar con un poco de jugo de naranja y vino, entonces.

Se podría decir que probé el "vino espléndido de la victoria".

—Eres un tipo muy muy tortuoso, ¿lo sabías?

—Gracias.

—No te estaba alabando.

Kamogawa estaba todavía un poco amargado, había conseguido desorientarle con éxito.

—¡Eo, chicos! Volved a vuestros asientos! ¡Las clases están empezando!

Impulsados por esta repentina voz, a la vez, los chicos volvieron sus ojos hacia el reloj. Ellos reaccionaron impulsivamente debido a que la advertencia vino de la chica de la que habían estado hablando.

—Ella tiene razón. Vayamos a seguir el consejo del zumo de naranja y esperar en nuestros asientos —dijo Kamogawa, después del cual todos volvieron a sus respectivas mesas.

—¿Zumo de naranja...? —se preguntó Chizuru Usami alias zumo de naranja y ladeó su cabeza redonda.

—Apuesto a que habéis estado hablando mal de mí o algo así, ¿no es verdad?

Usami, sentándose a mi lado, frunció los labios.

—Estábamos hablando simplemente de bebidas.

—Eso es mentira. Si un par de chicos se reúnen, hablan o de cosas pervertidas o idiotas —afirmó ella.

Esa era una idea preconcebida bastante injusta, a decir verdad. Lamentablemente, no podía negarla.

—¿Qué clase de vida trágica has tenido que pasar, Usami? Me estoy empezando a preocupar bastante por ti.


—¡No te compadezcas de mi, Nonomiya! Idiota. ¡Soy normal! ¡Una típica chica de secundaria!

Usami siempre se emocionaba rápidamente cada vez que le tomaba el pelo. Y una vez que se emocionaba, ella se parecía a un animal pequeño — bastante divertido de ver, en realidad.

—Escucha, tú deberías visitar un hospital antes de que sea demasiado tarde. Si te es demasiado embarazoso ir sola, podría acompañarte allí, pero...

—¡No lo haré! Deja de mirarme con esos ojos llenos de compasión!

Ella me empujó la cabeza con la palma de su mano:

—¡Vete!

—Alégrate, Usami. ¡Parece que a Nonomiya le gusta el zumo de naranja!

Kamogawa, que nos había estado observando, se echó a reír con una cara que le hacía parecer como si sólo supiera hablar de cosas pervertidas o idiotas.

—Dime de una vez, ¿de qué va eso del zumo de nara—

Usami se tragó sus palabras a media frase. Nuestro profesor de matemáticas, Kumada, había entrado en el aula.

Los únicos sonidos en el aula eran la débil voz de Kumada y la tiza golpeando la pizarra. Al parecer, nuestra conversación seguía molestando a Usami, ya que no dejaba de mirarme de reojo. Después de unos minutos, finalmente perdió la paciencia. Inclinó la parte superior de su cuerpo un poco hacia mí y me susurró:

—¿Qué fue todo eso?

—Estoy tratando de concentrarme en la lección, Usami—san —respondí sin quitar la vista de la pizarra.

—No seas malo...

Dado que guardé silencio, empezó a pincharme con su lápiz mecánico. La punta atravesó la tela del uniforme y se clavó en mi piel.

—Oye, eso duele.

—Entonces no me ignores —se enfurruñó Usami—. Durante la hora del almuerzo vosotros estabais hablando de Youko-san, ¿no es así?

—Oh, ¿lo estábamos?

—Siempre tratas de escabullirte de esta manera, Nonomiya. En realidad, ¡sé que estabais cotilleando sobre ella!

—¿Nos estabas escuchando a escondidas? Estoy sorprendido.

—¡No es así! ¡Sólo oí el nombre de Youko-san por casualidad! Ya que vosotros estabais hablando en voz muy alta.

—Usami —llamé su atención porque Kumada se había vuelto hacia la clase.

Se sentó de prisa y fingió estar copiando lo que estaba escrito en la pizarra. Después de algunos momentos de silencio prosiguió:

—Dime, Nonomiya. Tú prefieres a chicas como Youko-san también, ¿no? —murmuró Usami, mirando sus notas.

Miré hacia la parte delantera derecha del aula. Youko Tsukimori, la chica en cuestión, miraba carismáticamente la pizarra. De lado su cara parecía inteligente, dándole un poco del aire de una presentadora de las noticias.

Sentada en el mismo centro de la habitación, su aura excepcional te hacía sentir como si fuera el corazón del aula.

En efecto, ella era alguien especial. Aunque yo personalmente evitaba el contacto excesivo con ella, podía comprender muy bien por qué todo el mundo parecía adorarla.

—No, no especialmente.

No me gustaban los problemas, pero me interesé en cómo iba a reaccionar Usami.

—¿En serio?

Ella hizo una sonrisa, pareciendo de algún modo aliviada.

—Hablábamos de esta alegoría: si tú fueras una bebida, Tsukimori sería el vino.

Qué tipo de reacción va a mostrar, me pregunto...

—Y por cierto, tú serías el zumo de naranja.

A mi lado oí el sonido de ruptura de una mina de lápiz.

—¿Ah, sí?

Usami jugó con el lápiz entre los dedos, fingiendo indiferencia. Sin embargo, no pasé por alto el momento en que sus mejillas se ruborizaron.

Después de eso, el interrogatorio de Usami paró.

Su honesta reacción tenía algo que calmaba mi mente. Solo había dado su nombre en ese momento para que no me molestaran, pero tal vez había revelado mis verdaderos pensamientos sin darme cuenta mi mismo.

Al menos en ese momento, sentí que me gustaba Usami.

—Por cierto...

Consideré la conversación terminada, pero al parecer, ella todavía quería decir algo.

—S—soy normal, ¿sabes? —susurró Usami con una expresión seria en el rostro— ¡Una chica normal! No una extraña chica como tú asumiste antes. No quiero que se me malinterprete, ¿de acuerdo?

Sonrié accidentalmente a causa de las encantadoras palabras de Usami.

Su honestidad era muy cómoda para mí, era casi como saborear un vaso de zumo de naranja delicioso.

Deseé poder enamorarme de ella.

Después de la reunión habitual de los oficiales de clase, que era mensual, vi la funcionaria de mi clase salir a toda prisa y me dirigí de nuevo al aula.

Al llegar a la habitación vacía, me preparé para irme también. Como no estaba en ningún club, no tenía nada más que hacer en la escuela. Lo único que me quedaba era irme a casa y prepararme para mi trabajo de media jornada.

Cuando me levanté de mi asiento, noté un cuaderno en el suelo. Inmediatamente supe a quien pertenecía. En la cubierta estaba escrito "Youko Tsukimori".

Miré alrededor de la habitación, pero ella no estaba allí. Decidí ponerlo sobre la mesa antes de irme.

Pero justo cuando estaba a punto de hacerlo, me di cuenta que había un trozo de papel que se asomaba en el cuaderno. Agarré el papel, y sin pensar en ello, lo saqué.

—Esto sí que es inesperado —solté sin querer.

Resultó ser una hoja A4 plegada. El título escrito sobre ella no coincidía ni con la Tsukimori de la que todo el mundo hablaba, ni con mi imagen personal de ella.

Después de asegurarme de que nadie estaba mirando, metí la hoja en la mochila. Lo hice porque supuse que me llevaría bastante tiempo leer todo ese texto tan finamente escrito.

Se podría decir que sucumbí a la tentación.

No, en ese momento no sentía ni una pizca de culpa. No era más que pura curiosidad.

Yo no tengo nada en contra del vino. Para empezar, yo no podría juzgarlo sin haber tomado siquiera un sorbo. Es sólo que mi apego a la bebida conocida había vencido mi recelo de la desconocida. En resumen, yo estaba interesado en el vino que todo el mundo alababa tanto.

—Muy bien, ¿qué clase de secreto va a salir a la luz de nuestra ídolo...?

Salí del aula como siempre lo hacía.

Fue después de las 10 de la mañana, cuando volví a casa después de terminar mi trabajo en la cafetería.

Cuando llegué allí, me había olvidado por completo de la hoja. Había estado deseando leer su contenido, pero los diversos estímulos de la café forzaron que su existencia se mantuviera en un rincón de mi memoria.

Me gustaba observar la gente. Incluso se podría llamar mi hobby.

Parte de la razón por la que opté trabajar en una cafetería era verdaderamente porque me gustaba el café, pero más que eso, por los diferentes tipos de personas que se encontraban allí. Me parecían interesantes.

Una mujer joven que siempre escogía el mismo asiento se quedó mirando hacia fuera. Un hombre en la plenitud de su vida que con cada visita venía con una chica distinta. La relación enfriada de una pareja que había estado profundamente enamorada apenas hace medio año. Y muchos más.

Era algo que excitaba mi imaginación —mi pasatiempo favorito—.

En realidad, sin embargo, yo no era diferente de Kamogawa y los demás. Yo también era un ordinario adolescente que tenía 17 años. Yo no quería saber la verdad sino disfrutar revolcándome en mis fantasías.

Me estaba relajando, tomando un baño caliente, cuando me acordé de la hoja que había recogido en la escuela.

Con mi cuerpo aún caliente me sumergí en la cama y desdoblé el papel. Conténiendome para no dar prisa a las cosas, despacitamente eché un vistazo al título.

"La Receta de Asesinato"

Me sentí como si estuviera leyendo la novela de misterio de un autor popular. Tal vez esto se debía a que el título sonaba como el de una novela.

Un trozo de papel que apareció desde el cuaderno de la persona que estaba en la boca de todos —Youko Tsukimori—.

Parecía que los rumores acerca de su vida amorosa no tenían fin, pero su imagen seguía siendo en su mayoría irreprochable. Ella no era una chica a la que la palabra "asesinato" habría convenido. Quizá fue este hecho el que despertó mi curiosidad. Contrastes de este tipo tienen una especie de magia que te absorbe, ya sea para el bien o para el mal.

Mi mirada se deslizó sobre el texto, completamente absorbido por este. Fiel a su título de "La Receta de Asesinato", introdujo diversas maneras de matar a alguien.

Noté que algunas partes del texto habían sido borradas y corregidas, lo que indicaba que la receta había sido revisado varias veces. Yo casi podía sentir el aliento de la persona que escribió estas letras bastante desordenadas. Tenía algo vívido, por así decirlo.

Durante la lectura, descubrí algo que todos los enfoques tenían en común.

El objetivo más importante parece ser la eliminación del objetivo sin ensuciar las manos de uno. No era un texto escrito por un ser humano al que le gusta matar— que establece el acto de matar como su objetivo supremo.

"¿Será realmente su objetivo convertirse en un autor de novelas de misterio?"

Estas parecían exactamente como trucos pensados para una historia de misterio. Sin embargo, estaban escritos más bien torpemente y no eran perfectos ni de lejos.

Para presentar un ejemplo: había una forma de matar titulada "La Receta de Asesinato Del Accidente de Tráfico Fingido". El contenido era de lo más simple.
  • En un camino empinado a través de una montaña.
  • Molestar al conductor de alguna manera.
  • Hacerle perder el control del volante.


Estaba escrito de esta manera, con puntos. Observaciones adicionales como "telefonear al conductor con el fin de hacerle perder la concentración?" o "colocar algún tipo de estorbo en el camino?", habían sido añadidos escasamente.

Como puede verse, el grado de terminación era muy bajo. ¿Tal vez ella estaba todavía en la etapa de reunir varias ideas, tratando de perfeccionar la Receta?

El riesgo se reducía a un mínimo, pero no creía que el plan fuese a tener éxito. Pude ver que lo había intentado, pero se trataba de un plan débil, si ella realmente iba a matar a alguien.

Tiré la receta de homicidio sobre mi escritorio.

Después de haber tenido grandes expectativas, la decepción fue grande. Los contenidos demasiado infantiles de la receta habían matado mi interés.

Esto sólo estropeó mi felicidad después del baño.

Después de quejarme en voz alta, extendí la mano hacia mi librería para quitarme el mal sabor leyendo una novela de misterio autentica.

"No, espera un segundo".

Sin embargo, dejé caer mi mano y empecé a pensar. Un nuevo pensamiento levantó mi ánimo de nuevo.

¿Quién era el dueño de esta "Receta de Asesinato"?

¡Youko Tsukimori!

¿Qué pasaría si, de forma puramente hipotética, había escrito esto porque en serio quería matar a alguien...? Ese pensamiento hizo que el texto torpe de pronto pareciera bastante realista.

Dejando a un lado la razón por ahora, había una persona que Tsukimori quería que muera y había escrito desesperadamente un plan de asesinato para que esto ocurra.

¡Tsukimori lo había hecho! ¡La perfecta, elegante, hermosa, inteligente "Tsukimori", quien era adorada por todo el mundo!

Y ella había editado un plan tan inmaduro de asesinato una y otra vez.

Vaya, ¿a que es mona?

Si esta suposición resultaba ser cierta, me iba a convertir en un gran admirador suyo. Mi imaginación fue puesta en movimiento. Empecé a darle vueltas a todo tipo de preguntas, como cual era la persona que quería matar, su motivo potencial y su personalidad oculta. Seguí jugando a este juego hasta que el cielo comenzó a alborear en el este.



A la mañana siguiente fui a la escuela más tarde de lo habitual.

En el momento en que entré en el aula, la mayoría de mis compañeros ya estaban presentes. Por supuesto, Tsukimori estaba entre ellos.

Mientras caminaba a mi asiento, secretamente la miré. Ella estaba poniendo las cosas en su escritorio en orden. Al menos para los demás tal acción parecía perfectamente normal. Para mí no.

—Buenos días, Tsukimori— la saludé como siempre.

Dejó de buscar en su escritorio, inclinó la cabeza y me miró mientras usaba su dedo meñique para quitarse su largo pelo elegante de la cara.

—Buenos días, Nonomiya-kun.

Ella me mostró su sonrisa madura como siempre.

Por lo general, la conversación habría terminado allí mismo. Nos conocíamos sólo lo suficiente como para intercambiar saludos.

—¿Estás buscando algo?

Sin embargo, esa mañana no quería dejar que terminara allí. Mi curiosidad me estaba fastidiando, porque sospechaba que ella buscaba la "Receta de Asesinato".

La miré intensamente, no queriendo perderme el más mínimo revuelo.

—No, sólo estoy ordenando mi escritorio.

Lamentablemente, su sonrisa se mantuvo sin cambios.

—Ya veo— le dije y me dirigí a mi propio asiento, pensando para mis adentros que la realidad era muy aburrida comparada con la imaginación.

Pero de pronto me llamó desde atrás:

—¿Por qué crees que estaba buscando algo?

Me costaba mucho no mostrar una amplia sonrisa. Era una sensación como si la presa hubiera saltado fácilmente en mi trampa. Cualquiera que fueran sus sentimientos, empecé a estar de buen humor sólo por la expectativa de algunos acontecimientos divertidos.

—Me temo que no hay ninguna razón en particular— me volví hacia ella, haciéndome el tonto—. Pero déjame devolverte la pregunta: "¿por qué lo preguntas?"

Decidí explorar con cuidado.

—No tenía ninguna razón en particular.

—Ya veo.

Antes sólo había mostrado su sonrisa madura. Sentí el deseo de hacer que esa sonrisa se congelara, pero no tenía la intención de llegar a ese punto todavía. Pensé que lo mejor era conservar mi as para el final.

—Pero si —empecé a decir—, si estás preocupada, no dudes en pedir ayuda.

—¿Qué te pasa, Nonomiya-kun? No me acuerdo de que fueses tan amable.

—Soy más amable de lo que crees, te lo aseguro.

—Te ruego que me disculpes. Voy a asegurarme en recordarlo.

—Por supuesto, la principal motivación sería conseguir que una chica de popularidad excepcional como tu, esté en deuda conmigo.

Tsukimori rió.

—Gracias. Entonces te consultaré directamente, Nonomiya-kun, si alguna vez me siento preocupada. Tsukimori sonrió con sus ojos de almendra medio cerrados.

No parecía que ella no estuviese tramando algo. Pero no voy a negar la influencia de mi imaginación en esta evaluación.

Nuestra conversación terminó porque nuestro profesor, Ukai, había entrado en el aula. Mi estado de ánimo era bastante bueno ese día. Kamogawa y sus camaradas fueron molestos cuando vinieron a interrogarme acerca de mi conversación con Tsukimori en el descanso siguiente, pero me pareció una buena cosecha porque había descubierto lo emocionante y divertido que resultaba hablar con ella.

Bueno, lo que saboreaba era la emoción producida por mis propias fantasías. Aún así, era mucho mejor que una realidad aburrida.

Sin ningún tipo de progreso o información nueva, mi rutina diaria pacífica continuó y, antes de darme cuenta, habían pasado dos semanas desde que encontré la receta de asesinato.

Como no había nada para despertar mi imaginación, mi excitación desapareció y yo estaba a punto de olvidar la misma existencia de la receta.

Dado que había guardado mi as, el juego lenta y silenciosamente se detuvo. Era una situación verdaderamente patética.

Sin embargo, de repente se produjo un cambio.

Tal vez... el juego aún no había comenzado.



Fui a la escuela como siempre, y el ruido en la clase era como de costumbre. Pero Tsukimori no estaba a la vista. Su asiento estaba vacío.

Estaba perplejo, pero la respuesta no tardó.

—Oye, ¡Nonomiya! ¿Has oído?

Fue Kamogawa.

—No puedo decir que sí.

Por supuesto, no tenía ni idea de qué estaba hablando, porque su frase carecía el asunto.

—Alguien de la familia de Tsukimori ha muerto.

Sentí los latidos de mi corazón acelerándose.

—¿Quién?— le pregunté, suprimiendo la emoción creciente.

—Su padre, al parecer. Fue un accidente de tráfico. Youko-san tiene mis simpatías —respondió Usami con una cara triste.

—Realmente, siento lástima por ella. Perder un padre a esta edad, es...

A diferencia de su comportamiento habitual, incluso Kamogawa mostró un semblante triste. Esa debe de ser la reacción normal.

—En efecto. Todos deberíamos apoyarla.

Sin embargo, yo albergaba emociones diferentes de los demás. Youko Tsukimori, accidente de tráfico, muerte — estas palabras me llevaron directamente a la receta de asesinato.

Desesperadamente suprimí una sonrisa.

Se está poniendo interesante.




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