Violet Evergarden Volumen 1 Capítulo 5
EL PRISIONERO Y LA AUTO-MEMORIES DOLL
La
nieve cenicienta bailaba con agilidad. Todo comenzó con un solo copo,
transformándose en varios otros que se juntaron y finalmente cubrieron
el suelo. Las manifestaciones del invierno dieron a conocer su poder a
las aldeas que no se habían preparado para los períodos más fríos, a los
viajeros que cruzaban las carreteras a pie y a los campos y montañas
donde los vestigios del otoño aún se demoraban.
¿Por
qué existían las cuatro estaciones? No había nadie que pudiera
responder a esa pregunta, pero era indiscutible que dichas estaciones
eran necesarias, ya que regulaban repetidamente la vida y la muerte y
ayudaban a que el ciclo del mundo no se retrasara.
En
medio de cierto campo de batalla, una chica observaba el cielo.
Mientras la sustancia fría y blanca flotaba lentamente, la chica le
preguntó al Señor a su lado:
— ¿Qué es esto?
—
Eso es nieve, Violet—. Quitándose los guantes que olían a humo de
pólvora, el Señor sostuvo una mano abierta frente a ella. Un copo
descendió sobre él y pronto se derritió.
La
chica dejó escapar una bocanada por la rareza de esa visión. Por
primera vez, intentó decir el nombre de la sustancia que se había
disuelto en la mano de su Señor.
— Nieve—... Era la entonación de una niña pequeña que acababa de empezar a aprender palabras.
— Así es, “nieve”.
— ¿Hay... tipos de nieve que se derriten... y otros que no?
La
chica se volvió hacia un cadáver en el suelo que todavía se sostenía un
arma. La nieve se amontonaba sobre él como una capa de azúcar en polvo.
No
había solo un cadáver. Alrededor de la zona en que se encontraban los
dos, innumerables cuerpos de soldados estaban esparcidos por toda la
tierra helada, como si hubieran sido abandonados sin siquiera tumbas en
las que enterrarlos.
— La de la mano del Mayor se derritió. La de esos cadáveres... no lo hizo—. Los señaló con su hacha de guerra en la mano.
Sin hacer ningún comentario sobre su actitud alegre hacia los difuntos, el Señor simplemente bajó el arma.
— La nieve se derrite cuando entra en contacto con el calor. Si cae en cosas frías, simplemente se amontona. Dame tu mano.
La
chica hizo exactamente lo que le dijeron. Cuando el Señor se quitó el
guante, que era del mismo color que el suyo, su mano pálida quedó
expuesta. La nieve también cayó sobre su piel de porcelana,
convirtiéndose en agua. Por un segundo, la chica, cuya cara de muñeca
carecía de emoción, abrió los ojos.
— Se derritió—... Ella exhaló de nuevo con un—: Hooh...
Uno
no podía discernir la expresión en la mirada del Señor mientras miraba
su reacción desde un lado. Él parecía tan distante. Una vez que se
limpió la gotita en la mano con un dedo, agregó:
— Como evidentemente lo haría.
— ¿Es así? Pensé... que no se derretiría en mi mano.
Los
enviados de hielo que caían en cascada desde el cielo tocaban
continuamente la mano de la chica y la del Señor que la agarraba,
derritiéndose en las dos palmas de diferentes tamaños.
— Así que yo también soy cálida—. La niña dijo algo obvio con el tono de alguien que acababa de presenciar un milagro.
— Estás… viva. Es por eso que eres cálida.
— Pero... a menudo me dijeron que... parecía que estaba hecha de hielo.
— ¿Quiénes?
— Bueno... podrían estar entre los que perecieron.
Con
solo una mirada, se podía notar que entre los montones de cadáveres que
yacían en la pradera, algunos vestían el mismo uniforme que la chica y
su Señor. La chica no mostró signos de pesar o dolor por ese hecho. El
viento de invierno soplaba fuertemente en el espacio entre los dos con
un silbido.
— A partir de ahora, repórtame cada vez que te insulten.
Sin
duda, la chica no había pensado en eso como un insulto. Incluso ahora,
parecía que no había entendido por completo qué se suponía que debía
informar, pero asintió con seriedad y luego miró el rostro de su Señor
de la misma manera en que había observado derretirse la nieve. Al notar
que algo se acumulaba en sus hombros, automáticamente estiró su brazo
para desempolvarlo.
— Nieve... borra otros colores cuando se amontona, ¿no es así?
El Señor tomó su mano, volviendo a ponerle el guante.
— Sí. No solo colores, sino también sonidos.
La mano de la chica gradualmente se calentó. Fue debido al calor otorgado por el guante.
— ¿Es así?
Se
asomó a los orbes verdes esmeralda que significaban todo para ella. En
ellos se reflejaba una inexpresiva y espectacularmente hermosa chica
soldado cubierta de sangre.
—
Si nevara... en todo el mundo—... la chica hizo una pausa por un
momento—… sería más difícil para las personas matarse entre sí—.
Preguntó después de examinar la cara de su Señor de nuevo—. ¿Eso también
borraría las preocupaciones del Mayor?
—
Violet—. el Señor respondió como para dar una lección a una niña
inocente—. Borrar algo... significa simplemente esconderlo, no
resolverlo.
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La
prisión de Altair era una instalación construida sobre un gran terreno,
rodeada por una valla excepcionalmente alta y cubierta por cielos
grises. El número actual de prisioneros era de cerca de 2,200.
Aproximadamente 400 miembros del personal vivian en ella, supervisándola
y guiándola hacia lo correcto. Se decía que era la prisión más grande
del continente, pero también era elogiada por su gestión tan competente
en la que ni siquiera se había producido una fuga desde su fundación.
La
prisión estaba ubicada en una región llamada Cornwell en la parte norte
del continente. Era un territorio extremadamente frío, envuelto en
nieve todo el año. Las distancias entre las ciudades eran grandes,
incluso si uno podía dejar la instalación, tomaría medio día en coche
llegar a cualquier pueblo vecino. Por lo tanto, si un prisionero diera
un paso afuera, nada los esperaría aparte del riesgo natural de una
muerte solitaria por hipotermia. Independientemente de cuánto uno
quisiera escapar, nunca podría hacerlo tan fácilmente, razón por la cual
el lugar era el más adecuado para el encarcelamiento.
Mantener
la instalación en sus mejores condiciones y corregir a sus prisioneros
generó abundante capital. Entrando por la puerta principal con altas
agujas que se elevaban sobre el entorno, lo que se podía ver era una
fábrica dividida en innumerables segmentos. Producían una gran variedad
de productos, la mayoría de lo fabricado era enviado a empresas
privadas. Era una amplia gama de productos industrializados, desde ropa
hasta jabón y detergentes. Los prisioneros tenían una diversidad de
trabajos que se consideraba una actividad económica necesaria no solo
para el mantenimiento de las instalaciones, sino también para que
pudieran adquirir empleos estables en su regreso a la sociedad después
de terminar su condena. Cualquiera que sea el motivo, también contribuía
de manera importante a disminuir naturaleza criminal de los presos. De
hecho, el número de presos bajo custodia era realmente pequeño.
Sin
embargo, eso se aplicaba únicamente a la primera sección, que albergaba
a quienes cometieron delitos no graves. En la segunda, tercera y
cuarta, el sistema de control sobre los prisioneros era cada vez más
severo de acuerdo con sus cargos y las atrocidades hechas por ellos, sin
que se les diera trabajo manual; simplemente eran supervisados.
Aquellos que residían en dichas secciones se consideraban demasiado
peligrosos como para recibir cualquier tipo de tarea, independientemente
de lo que pudiera ser.
Que
a los criminales no se les permitiera huir era indudable para cualquier
prisión, pero Altair tenía uno al que “no importa qué”,
“definitivamente” “incuestionablemente”, y “absolutamente” no podían
dejar escapar. Era un individuo que causaría un impacto enorme en la
sociedad si alguna vez, por casualidad, lograba huír. Por lo tanto, se
mantuvo oculto.
Aquellos
que entraban al lugar, normalmente se sorprendían de lo impecable que
era. Las paredes de los corredores completamente limpias estaban
decoradas con réplicas de famosas pinturas. Era una atmósfera que se
parecía a la sala de espera de un hospital.
Sin
importar quién llegaba por la entrada o qué vestían, se les llamaba de
inmediato, de modo que las personas sentadas en las filas en los bancos
de la sala de espera nunca tenían que esperar demasiado para que
comenzaran los procedimientos de entrevista. Los datos escritos en
detalle sobre a quién habían venido a ver, el propósito de su visita,
incluso sus registros de hospitalización y la presencia o ausencia de
historial médico se agregaban a listas, obligatoriamente registrando
todo sobre cada visitante sin omitir un solo hecho. Mientras tanto, sus
identidades se confirmaban con la presentación de sus tarjetas de
identificación.
Si
no se encuentran problemas durante la entrevista, las reuniones se
llevaban a cabo después en una habitación con compartimentos divididos
por paredes delgadas, las podían acomodar a una gran cantidad de
personas. Traer comida también era permitido siempre que pasara por un
examen. Las tartas no eran recomendadas, ya que el contenido de sus
envases se batiría. Después de la inspección, finalmente se permitía a
los visitantes sus encuentros.
El
hecho de que las personas que recibían visitas fueran apreciadas por
otros no cambiaba la realidad de que habían pecado. Sin embargo, entre
los visitantes, uno había venido estrictamente por trabajo. Una
Auto-Memories Doll solitaria fue enviada a la prisión, parada resuelta y
silenciosamente en un mundo de resistente nieve plateada. Al recibir un
tratamiento especial como invitado, la mujer estaba en espera en una
habitación privada. Era una sala para personas importantes a las que se
les permitía pasar el período de inspección.
La
apariencia de la joven no correspondía con una prisión. Sus iris azules
que se asemejaban a zafiros estrellados tenían un encanto misterioso.
El listón de color rojo oscuro que envolvía su cabello dorado
excepcionalmente trenzado que parecía estar envuelto en el brillo de las
constelaciones y el broche verde esmeralda sobre el centro de su
chaqueta azul Prusia, que no era más que un accesorio, eran sus marcas
registradas. Dentro de sus botas color cacao marrón, sus piernas se
inclinaron diagonalmente de una manera encantadora mientras permanecía
sentada en una silla. Era una belleza que normalmente no se encontraba
en el interior de una penitenciaría, robando constantemente las miradas
de cada miembro del personal en la silenciosa sala mientras realizaban
su vigilancia y escolta.
La
joven que no hacía movimientos perceptibles, como una muñeca, parpadeó
ante el reloj colocado en una de las paredes de la habitación. Parecía
que encontrarse finalmente con el que había venido a visitar le tomaría
bastante tiempo y fuerza de voluntad. Ella no mostraba indicios de
frustración hacia ese hecho inevitable, pero solo un poco antes, el aire
a su alrededor parecía revelar inquietud. Un golpe resonó en la
habitación sin más sonidos que el tic-tac de la aguja del reloj y los
suspiros de admiración por el atractivo de la mujer que venían de los
miembros del personal.
— Señorita Violet Evergarden, los preparativos para la reunión se han completado.
Una
mujer rechoncha con voz ronca la llamó. Su uniforme de seguridad verde
oscuro parecía demasiado apretado, y los botones casi saltaban del área
del busto.
Cuando
la llamada Violet se puso de pie rápidamente mientras agarraba su
maleta de viaje y el paraguas a rayas que había quedado en el piso, una
de las otras empleadas abrió ampliamente sus ojos con una expresión algo
asombrada. Luego se convirtió en una de celos y envidia a la persona
que había dicho el nombre de la chica de constitución delgada y rasgos
faciales maravillosos. La miembro del personal miró estúpidamente y con
añoranza a Violet antes de fulminar con los ojos a la que supuestamente
la escoltaría. Ésta última procedió a guiar a Violet a través de un
pasaje de uso exclusivo del personal autorizado.
— Soy Chaser. Es sólo brevemente, pero te mostraré todo.
La
gruesa voz de Chaser hizo eco odiosamente a través de los corredores,
por lo demás silenciosos, junto con el click de las suelas de sus
zapatos y los de Violet.
Fuera
de las ventanas del corredor, lo que se podía ver era la nieve que se
acumulaba cada vez más y el mundo de blanco cubierto por ella.
—
Entonces... ¿eres famosa en el negocio amanuense, Violet Evergarden?
Estaba sorprendida de esto, pero la protagonista de “Ice Rose Princess”
está basada en ti, ¿verdad? Ya sabes, esa obra teatral... del guionista
Oscar. Mi colega estaba realmente celosa de mí ahora porque sería la que
te acompaña hoy. Después de todo, ese relato es popular entre los
fanáticos de Oscar. No he visto la obra, pero ella la elogió por su
historia realmente buena—. Chaser hablaba mientras miraba el perfil de
Violet de vez en cuando.
Violet simplemente asintió con la cabeza, sin mostrar mucha sociabilidad.
¿Qué hay con esto? Tan pretenciosa. Además... ella puede ser bonita, pero lo es demasiado y termina siendo espeluznante.
Chaser
se alejó con un chasquido de lengua contundente. Parecía que la
apariencia bien ordenada de Violet, que podría considerarse una belleza
genial, era uno de los factores determinantes de por qué su falta de
comunicación a veces podía lastimar a las personas. Su contraparte nunca
podrá adivinar el motivo de su escaso uso de palabras.
Para
llegar a su destino, era necesario usar la escalera. Parecía que con el
que se suponía que Violet se encontraría vivía bajo tierra. Incluso sin
que Violet preguntara por qué no había ascensores Chaser lo explicó.
—
Ahí abajo está... lleno de criminales que cometieron delitos graves y
tienen trastornos psicóticos... jaja... así que, para disminuir el
número de rutas de escape en el improbable caso de que haya alguna vez
una fuga, solo hay escaleras. Sin embargo, es un problema... para los
miembros del personal... como yo.
Ya
sea por falta de ejercicio o exceso de peso, Chaser bajaba las
escaleras con mucha dificultad. Mientras sudaba y jadeaba, Violet la
miró con preocupación, y cuando parecía que se iba a resbalar, Violet
extendió su mano hacia ella. Con una velocidad que no podía ser
registrada por el ojo humano, agarró el collar de Chaser, manteniéndola
inmóvil en medio del aire.
—
Oeh... Ueh—... mientras se ahogaba, Chaser se asustó una vez que
confirmó que estaba siendo levantada por el cuello—. ¡B-B-Bájame!
Violet la colocó lentamente en una posición más estable, susurrando en voz baja detrás de ella,
— Mis disculpas. Perdóneme por el trato rudo, Joven Maestra.
La cara de Chaser estaba pintada de rojo ante su voz dulcemente sonora.
— ¡No me digas “Joven Maestra”! ¡Ya tengo marido e hijos!
— ¿Es así? Perdóname una vez más, Milady.
— Ah, no, no es eso.
Qué grosero de mí, no expresar una sola palabra de gratitud a pesar de que fui puesta a salvo...
— Entonces, Madam.
— ¡No se trata del honorífico!
—
Parece que le hice pasar por una experiencia desagradable. ¿Le
gustaría señalar mi error? Trataré de mejorar tanto como sea posible.
Chaser
estaba estupefacta. Si ella estuviera en lugar de Violet, habría
expresado cuán ofendida estaba con su cara pegada a la de ella. Sin
embargo, Violet no tuvo cambios de actitud. Chaser se dio cuenta que en
lugar de ser fría, Violet simplemente era muy impersonal.
—
No es eso... Quería decir que fue mi error. ¿Lo entiendes? Te grité a
pesar de que me ayudaste, y soy... pesada... así que gracias—. Dijo
Chaser con los labios ligeramente fruncidos.
Violet negó con la cabeza.
— Una Señora o dos realmente no cuentan como peso. Comparado con un tanque, usted es como una pluma.
—
¿Qué tipo de comparación es esa? Podrías levantarme muy fácilmente con
ese pequeño cuerpo tuyo... tienes mucha fuerza. Qué Auto-Memories Doll
más extraña. Además... ¿actúas así con todos?
—
Siempre he sido... más fuerte que la gente normal. Esto en parte tiene
que ver con mis prótesis. Fueron fabricadas por Estark Inc., por lo que
el nivel de durabilidad es bastante alto. Es posible utilizar fuerza y
movimientos que normalmente no puede lograr un cuerpo humano, por lo
que es extremadamente conveniente. Pero con “actuar así”, ¿se refiere
a...?
Mientras
Violet se quitaba uno de sus guantes negros sin vacilar, Chaser estaba
un poco escéptica, pero se convenció de que debía haber circunstancias
sobre el asunto y respondió sin indagar más,
—
Como, ya sabes... hablar con la gente como si fueran de la nobleza.
Bueno, parece que tu negocio atiende a muchos clientes ricos, por lo que
debe ser su estándar operativo.
— He usado el discurso formal con todos desde siempre. Sin embargo, si mis palabras le han hecho sentir incómoda, me disculpo.
—
No pensé que fuera desagradable, solo sorprendente. Pero yo estaba...
bueno, un poco feliz. Por lo general, no me llaman “Joven Maestra”
debido a mi edad.
— ¿Es así?
En
ese instante, por primera vez, Chaser notó un poco de expresión facial
en Violet. Era un leve parecido de lo que podría o no llamarse una
sonrisa.
—
Alguien... me enseñó a hablar tan educadamente como lo hago ahora. Ser
alabado por ello es un honor... ya que considero que las cosas que he
aprendido son un tesoro.
Viendo el lado humano de Violet, Chaser podía sentir que su exasperación disminuía un poco.
— Avancemos lentamente. Sería terrible si la Madam resbalara de nuevo.
— No necesitas usar un honorífico tan imponente conmigo. Solo “Chaser” está bien.
— Lady Chaser.
— ¡“Chaser”!
Después de ser corregida con un tono que la reprendía, Violet parpadeó un par de veces y probó el nombre en su lengua,
— Chaser... entonces, por favor también solo llámame Violet.
La
respiración de Chaser involuntariamente quedó atrapada en su garganta
por la expresión y los gestos de Violet, los cuales podrían hacer que
uno quisiera pintar un retrato de ella.
Ser llamada sin formalidades por esta mujer... emite un sentimiento inesperadamente especial.
Con su estómago haciendo cosquillas ligeramente, Chaser respondió:
— Eso está mejor.
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Llevó
bastante tiempo bajar toda la escalera. Una vez que finalmente llegaron
al final, las dos se encontraron en otro corredor. Tenía espacio
suficiente para que dos carros de caballos pasaran fácilmente a la vez.
Las paredes estaban llenas de puertas que tenían pequeñas ventanas desde
donde echar un vistazo. Cada habitación tenía el mismo mobiliario, la
única diferencia entre ellos era la gente que estaba dentro. Había
viejos, niñas e incluso niños más pequeños. Todos vestían el mismo
overol blanco y negro, el uniforme de un prisionero. Era imposible creer
a simple vista que todos ellos tenían cargos por delitos graves, ya que
llevaban un estilo de vida tranquilo, sin causar ningún alboroto en
particular.
—
Asombroso, ¿no? ¿No te recuerda mucho más a un hospital psiquiátrico?—
Cuando Violet asintió en silencio, Chaser continuó—: Hay algunos tipos
aquí sin ningún remordimiento. En cualquier otra circunstancia,
realmente pensarías que son personas normales. Incluso yo lo pensé
cuando vine aquí por primera vez. Bueno, cuando hablan, empiezas a darte
cuenta que están locos, pero por fuera, no son diferentes de los
humanos ordinarios. Aterrador, ¿eh?— Chaser se rió.
— Sí, es cierto.
Chaser
no supo con qué comentario exactamente estaba de acuerdo Violet, porque
las dos acababan de detenerse frente a la última habitación.
—
Aquí estamos. Es la celda en la que se encuentra tu cliente. La suite
en la que este rey del crimen se está quedando en nuestro “hotel”.
Dos
guardias estaban de pie a cada lado de la puerta sin ocultar sus armas.
Los hombres robustos parecían atónitos al ver la belleza de Violet,
pero no tardaron en regresar a sus posiciones severas sin perder la
compostura.
—
A partir de este momento, solo podrás mantener los artículos
autorizados contigo. Existe la posibilidad de que él pueda robar algo e
intentar usarlo como arma. Por supuesto, lo contendríamos, pero no
podemos darle una sola oportunidad. O bien, podrías ser influenciada por
su persuasión. Normalmente no permitimos que las personas traigan
incluso plumas, pero... eso haría tu trabajo imposible. Por favor, deja
con nosotros todo lo que sea afilado o pueda ser un arma potencial...
aparte de tus herramientas de trabajo.
— ¿Todo?
— Sí, todo.
Cuando
los guardias se lo dijeron, Violet estuvo pensativa por un momento,
antes de responder con un “bien” y entregar su equipaje. Su paraguas era
su compañero de viaje junto con su maltratada maleta con ruedas. El
guardia que los recibió se tambaleó un poco ante el peso de la maleta.
Luego, se quitó las botas marrón cacao y le quitó las plantillas,
sacando cuchillos de dentro.
— Oye, ¿qué estaban haciendo los inspectores durante su turno?— Gruñó uno de los guardias.
Cuando
también se quitó la chaqueta azul Prusia y la puso al revés, sacó una
pistola de su amplia manga. Luego, se subió la falda solo un poco.
Sujetada al alrededor de sus medias estaba un cinturón con balas de
repuesto, y al llegar más arriba con la mano, también sacó una funda con
un cuchillo balístico. Por último, levantó las manos hacia su complejo y
diligentemente trenzado cabello dorado. Dicha trenza rodó en un moño y
terminó en la cinta de color rojo oscuro que la decoraba, y desde ese
lugar fue de donde Violet rápidamente sacó un delgado objeto dorado con
forma de aguja. Luego dos, luego tres.
— ¿Para qué... usas esos?— Inquirió Chaser, aterrorizada por las armas ocultas de Violet.
— Son dispositivos ocultos utilizados para perforar la arteria carótida.
Todos los presentes, con excepción de Violet, respiraron profundamente.
— ¿Qué eres?
—
No los uso frecuentemente, son para protección. Escuché que no es
seguro que las mujeres viajen solas. Aun así, no soy más que la
amanuense Violet Evergarden—. Dijo como proclamándolo, simplemente tomó
una pluma fuente y un juego de hojas que brillaban plateadas de su
maleta.
— ¿Realmente no llevas... más armas?
Pidiéndole su confirmación, Violet pareció pensativa una vez más antes de asentir.
—
Ninguna. Lo único que me queda es el hecho de que yo misma soy un arma
viviente, pero no puedo hacer mi trabajo si no puedo pasar, así que,
¿está bien?
Eso podría haber sido una broma. Sin embargo, después de haber visto las armas ocultas nadie se rió.
Removieron la cerradura y la robusta puerta se abrió con un sonido sordo.
El
interior era considerablemente más espacioso de lo que se podía
imaginar desde el exterior. Era dos veces más grande que lo que había
observado de las de los otros reclusos cuando pasaba junto sus celdas.
Con la habitación siendo tan grande, los escasos muebles destacaban: una
cama con solo un colchón y patas blancas, un lavabo sin espejo, y
aunque había un inodoro y una bañera, ambos estaban separados del resto
por delgadas y semitransparentes cortinas y nada más. Aparte de eso,
numerosos libros yacían esparcidos por el piso y una mesa con dos sillas
se encontraba en el centro de la habitación. Los muebles y el papel
tapiz eran completamente blancos. Era casi como el interior de una casa
de muñecas. Similar a un templo o un santuario, era vacío y solitario.
— Hola, Violet Evergarden.
Un
hombre estaba sentado en una de las sillas. Cadenas de hierro sujetaban
su cuello, muñecas y tobillos. Su voz distintiva se desbordaba con la
gallardía de un caballero. Su cabello gris escarchado estaba
cuidadosamente peinado, la piel parecida a la cera, quizás por la
carencia de contacto con la luz del sol. La palidez era aún más notable
dado que llevaba un overol blanco y negro y el lunar debajo de uno de
sus ojos color avellana como de zorro era su rasgo más notable. No se
percibían indicios de maldad en su amable sonrisa, hasta el punto de no
creer que era el prisionero mejor resguardado de Altair.
—
Un placer conocerlo. Me apresuro a cualquier lugar que mis clientes
deseen. Soy del servicio de Auto-Memories Dolls, Violet Evergarden.
Cuando
Violet se inclinó elegantemente, el hombre señaló hacia la silla vacía.
Las esposas emitieron un sonido inquietante mientras gesticulaba.
— Bueno, siéntate.
La
prótesis de Violet crujió cuando puso una mano en la silla. Parecía que
el objeto había sido pegado al piso como para no ser un arma potencial.
— ¿Sabes acerca de mí?
— Sé lo que leí en los documentos de la compañía que me envió.
— ¿Sí? Entonces intenta recitar mi registro criminal.
Como si Violet lo hubiese memorizado a la perfección, inmediatamente respondió:
—
En primer lugar, fue buscado como criminal de guerra de primer grado
en la Gran Guerra anterior. Después de su deserción, cometió
repetidamente asalto, violación y asesinato a través de un incendio
intencional, después de un tiempo de estar en las noticias, se
estableció como el líder de un culto religioso. También está detrás de
la muerte de los devotos de este culto. Aproximadamente cuatrocientos
creyentes se envenenaron en un suicidio masivo bajo su mando, Maestro.
También destrozó los cuerpos de estas personas e hizo una torre con sus
extremidades. Eso, entre otras cosas.
El hombre le dio una ovación a Violet.
—
Me has estudiado bien. Estoy feliz, Violet. No tienes que referirte a
mí como “Maestro”, simplemente llámeme por mi nombre—. Dijo, tan
alegremente que uno podría pensar que la lista de cargos en su contra no
era real.
Sin
embargo, extraños indicios de locura se mostraban constantemente cuando
hablaba. Después de todo, disfrutó escuchando a otra persona hablar
sobre sus innumerables pecados.
Violet lo obedeció sin dudarlo.
—
Sir Edward Jones—. El nombre susurrado salió desapasionadamente de sus
labios—. Entonces, Sir Edward, esto es un poco grosero de mí ya que
apenas nos conocemos, pero me gustaría empezar a trabajar lo antes
posible. ¿Para quién deseas escribir?
— ¿Ya? Hablemos más.
— El tiempo que me permitieron es limitado.
—
Yo... quiero que escribas una carta, pero es solo una oración, así que
terminaremos pronto. Y entonces Violet se irá, ¿verdad? Así que
hablemos hasta el último minuto.
— El tiempo otorgado por los superiores es de trece minutos.
—
Fueron bastante tacaños. Es porque eres costosa, eres como una
cortesana de clase alta, ¿verdad? Harás todo lo que te digan después de
pagar la tarifa.
— No ofrezco servicios sexuales. Soy una Auto-Memories Doll.
—
Jajaja, quise decir que te vendes. Tú... realmente... no cambias. En
el pasado, cuando te vi en el campo de batalla, parecías una fría muñeca
de porcelana. Esa fue mi primera impresión de ti.
Violet frunció las cejas ante las palabras de Edward. Un pequeño cambio ocurrió en la cara de la “fría muñeca de porcelana”.
—
Ah, esta expresión. Realmente no me recuerdas. También soy un ex
soldado. Aunque nunca hablamos, éramos parte de la misma operación...
verás, en la batalla de Gate Ghost cuando tenías un acuerdo temporal con
el otro país. A menudo eras seleccionada para estar en las Fuerzas
Especiales, ¿verdad? Siempre te estabas aferrando a uno de los
superiores, por lo que nunca sentí que hubiera alguna oportunidad de
contactarte. Esa vez, incluso los muchachos de mi división comentaban
sin parar lo linda que eras. En realidad, hubo uno que se puso en marcha
para hacer su movimiento contigo, pero no regresó antes de que
comenzara la operación... hey, ¿le hiciste algo?
Violet
no le contestó a Edward, que decía tonterías como agua en una cascada.
Como si quisiera decir algo, se quedó rígida con la boca abierta.
—
¿O tal vez ese oficial superior se hizo cargo de él? ¿Eso significa
que estaban en una relación? Ustedes dos no se sentían así en aquel
entonces... de cualquier forma, ustedes eran como un perro rabioso y su
dueño. ¿O podría ser que se divertían por la noche? Tengo mucha
curiosidad sobre eso... aah, no hagas esa cara, da miedo. Las mujeres se
hacen más fuertes cuando están enojadas y me pone nervioso. Pero,
Violet, soy tu Maestro ahora, así que no puedes morderme.
— Sabe... sobre mi pasado.
Cuando finalmente obtuvo una reacción de Violet, Edward movió su cabeza hacia la izquierda y hacia la derecha, como un niño.
—
Sí, lo sé... que eras una chica soldado reclutada por tu fuerza.
Además, abandonaste tu pasado y ahora trabajas como amanuense.
Investigué mucho. Sin embargo, es información que adquirí antes de ser
traído aquí. Violet, ¿alguna vez te han arrestado? ¿No? Después de todo,
eres tratada como un héroe... ser un ex soldado del país victorioso
seguro es agradable... los prisioneros solo pueden bañarse una vez cada
tres días. Horrible, ¿cierto? La comida también sabe mal. Esto es lo
peor. Como no me dan ningún trabajo forzoso, no tengo más remedio que
disfrutar el soñar despierto. Y termino pensando mucho en ti, así que me
pregunto si esto no es amor.
La
mirada de Edward se movió de la cara de Violet a su pecho. Observó a la
mujer que estaba obligada a mantener una posición sumisa como si
quisiera lamerla.
—
Sir Edward, ¿no me contrató para escribir una carta?— Preguntó Violet,
sin perder la compostura ante esa mirada intensamente sexual.
Ante
la actitud de Violet, que podría considerarse rebelde, Edward sonrió
mientras agitaba sus brazos esposados contra la mesa. Hicieron tintineos
escalofriantes.
— Haré que escribas una carta. Te lo dije, ¿no?
Después
de eso, dejó de sonreír. Como una vez no parecía satisfacerlo, siguió
golpeando la mesa una y otra vez, sin importarle si se lastimaba las
manos.
— Sir Edward.
Estruendo, estruendo, estruendo. El desagradable sonido lastimaba los oídos.
— Sir Edward.
Estruendo,
estruendo, estruendo. Su piel se desprendió, la sangre salpicando de
sus heridas. Era un comportamiento autodestructivo y petrificante.
— Sir Edwar-
— ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!
Edward aulló de repente, fuerte como un lobo. El horrible sonido reverberó por toda la habitación.
Pronto
la puerta fue golpeada desde afuera. Cuando Violet giró hacia atrás,
pudo ver a los guardias asomándose por la ventana de la puerta para
sopesar la situación con ojos cautelosos. Sin embargo, se abstuvieron de
entrar cuando Violet levantó una mano con un “está bien”.
—
Me pregunto... por qué nadie escucha adecuadamente lo que digo—.
Edward movió su cuello en círculos. Luego fulminó con la mirada como si
hubiera alguien más que Violet cerca de él—. Es tan problemático... Oye,
Violet... la pasas bien, ¿no? A pesar de que hicimos las mismas cosas,
eres tratada con honor. La gente también escucha lo que dices, ¿verdad?
No es mi caso. Una vez que te marcan como inapropiado, se termina—.
Tembló un poco cuando apretó con fuerza los puños—. ¿No es así? Quiero
decir, ¿cuál es la diferencia entre nosotros? Si se trata de la cantidad
de personas que matamos, eres la que tiene un número mayor, ¿verdad? No
sé por qué... pero soy un criminal de guerra. Criminal de guerra.
¿Sabes qué es eso? Alguien que comete crímenes durante la guerra. Mi
país perdió la última Gran Guerra, y el que ganó, en otras palabras, las
naciones aliadas lideradas por tu país, decretó que yo era un asesino
en masa que mató a demasiada gente. Cuando llegó el momento de regresar a
las majestuosas manos de mi madre patria, que solía alabarme por mi
fuerza... nuestra orden fue dejada de lado y me convertí en un
sacrificio viviente. Es raro. Es realmente extraño. Eso me enoja. Maté a
mucha gente porque mi país me dijo que así lo hiciera... así que
piensas que podría perdonarles por decir de repente: “esas acciones
fueron depravadas”. No puedo perdonar... Simplemente mordí el anzuelo
como me dijeron. Si lo que me dieron para comer estaba podrido, el que
tiene la culpa no debería ser yo, sino los superiores, ¿verdad? Aun así,
esos tipos... intentaron juzgarme antes de escapar. Solo estaba
tratando de hacerme un lugar en mi país y llevar una vida alegre... pero
no importaba a dónde fuera, sería castigado. No me gusta el castigo, da
miedo... Oye, ¿no hay un país donde puedas hacer lo que quieras sin que
se lo califique de crimen?
— Yo... he viajado a varios lugares, y por lo que sé, no lo creo—. El tono de Violet no cambió.
La
sonrisa de Edward creció cuando golpeó la parte inferior de la mesa con
las rodillas, como para mostrarle su indignación. Las esposas unidas a
sus tobillos chirriaron.
—
¡AAAAAAAAAAAH! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!— Otra vez, gritó
exorbitantemente— ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!, ¡AAAAAAH!
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
La gente a veces intenta controlar a otros con gritos y violencia.
— Haah, haah... haah...
Es un método efectivo y fácil.
— No puedo... ya no puedo soportar esto más...
Sin embargo, hay momentos en los que funciona y momentos en que no funciona.
— Aah, no puedo soportarlo más... un montón de cosas... son bastante asquerosas, ¿eh?
Violet no hizo un solo movimiento perceptible.
— ¿Por qué la gente... no escucha lo que digo, como si fueran cadáveres?
Apáticamente, Violet simplemente lo miraba con sus orbes azules, con la expresión de una muñeca sin vida.
—
Oye, oye, Violet... no es como si hubiera matado sin pensar. Tengo
muchas razones... ¿tienes tiempo para escuchar a cada una de ellas? Es
sobre mi hogar... ah, sobre ese culto religioso. Los seguidores murieron
diciendo que utilizaban sus vidas para darme fuerzas. Querían formar
parte de mí en lugar de perecer, algo como eso. Me conmovió su pasión y
terminé diciendo, “entonces pruébenlo”. ¿Qué hay de malo en eso? Además,
es mi derecho jugar con los cadáveres de los que se convirtieron en
parte de mí, ¿no es así? ¿Qué problema causaría a alguien si jugaba con
cortarme las muñecas? Solo el hecho de que ensuciaría el piso. Pero
podría limpiarlo yo solo. Es mi problema. Sí, era asunto nuestro.
Cualquiera que fuera mi relación con ellos, la realidad de que morir era
para ellos su máximo acto de altruismo y que yo estaba muy feliz por
eso... es asunto nuestro. Esta forma de amor también existe. Aun así,
cada vez que estaba en juicio, siempre me decían que era culpable...
quería que la gente me escuchara adecuadamente. Aah, tengo tanta envidia
de ti, Violet. Eres bonita independientemente del paso del tiempo.
Bonita, bonita... y no eres tratada como inmundicia o estigmatizada como
una deshonra como yo, ¿verdad? Pero es exactamente porque... eres
bonita... Violet... que quiero arruinarte. Quiero tirarte al suelo,
arrancarte la ropa, tomar tu cara cubierta de lágrimas en mis manos,
hacer agujeros en tu cuerpo y jugar con ellos. Oye, Violet Evergarden...
Después
de haber hablado tanto, Edward había recuperado su alegría, ojos
avellana se estrecharon suavemente. Era una mirada amable. Aunque su
estado actual podía hacer que uno se olvidara de lo que acababa de
pasar, la sangre salpicada permaneció alrededor de la mesa que tenían
delante de ellos como prueba de su exabrupto.
—
Ella y yo... ¿cuál es la diferencia... entre nosotros?— Murmuró una
pregunta, aparentemente a un tercero, mientras giraba en dirección
opuesta a Violet.
Edward
había dicho que sus sentimientos por Violet eran difícilmente
descriptibles. Para él, nada podía definirse de inmediato. Su
curiosidad, libido, intento asesino y cólera se mezclaron, y por eso no
pudo elegir uno. Del mismo modo, el propio Edward no podía describirse
con solo una característica como ser humano.
Violet
metió una mano dentro de su chaqueta y lentamente sacó un pañuelo. Ella
era el tipo de mujer que tenía algo escondido sin importar qué.
Dirigiéndose a Edward, ella le dio el pañuelo.
— No duele.
— Pero está sangrando.
—
Como que... no puedo entenderte... tan bien. Oye, puedes decirlo solo
con mirar estas esposas, ¿verdad? En lugar de darme un pañuelo cuando
no puedo limpiar esta sangre adecuadamente, límpiala por mí.
Cuando se lo pidió, Violet se puso el pañuelo sobre los brazos.
— Por favor, extienda sus manos. La sangre no se puede limpiar si sus uñas la están cubriendo.
Edward
había estado agarrando sus manos con tanta fuerza que sus uñas se
clavaron en su piel. Violet envolvió el pañuelo alrededor de ellas como
para calentarlas. La fuerza de Edward gradualmente se disipó en eso.
— Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que una chica me tocó—. La voz de Edward escapó roncamente de sus labios.
— Yo no soy una chica.
— ¿Qué hay con eso? No es que tampoco seas un hombre, ¿verdad?
— Sin embargo, no es eso.
— ¿Entonces, que eres?
Ante
la pregunta silenciosa de Edward, Violet cerró los ojos, sus pestañas
doradas brillaban. Estuvo callada por un momento, como si no pudiera
organizar sus ideas. Incluso esa acción fue hermosa. Como Edward había
comentado, todo sobre ella era atractivo para los demás.
— Como pensé, no es eso.
En la superficie, así eran las cosas.
— Yo soy…
Una ex militante y una chica soldado.
— Yo soy…
Una joven dama con un hermoso cuerpo.
— Yo soy…
Y dicha belleza, al igual que la nieve, ocultaba algo.
— ... algún tipo de... remanente—. Violet se definió a sí misma como ni mujer ni hombre, ni siquiera como persona.
— ¿“Remanente”?
—
Sí. No soy lo que se podría llamar... una “chica”. Como dijo Sir
Edward, maté a muchos como soldado. Soy una asesina. Excepto que, el
título que me otorgaron... no era ese. Eso es todo. En realidad, soy una
de las personas que se supone que deberían estar aquí. La única
diferencia... es cómo las personas... nos llaman.
Edward parpadeó un par de veces, asombrado.
— ¿Admites que eres una asesina?
—
Es la verdad. No es como si... me hubiera olvidado de eso. Y tampoco
como si no lo hubiera reconocido. Todavía tengo armas... dentro de mi
bolsa, a pesar de que la guerra ha terminado.
—
Eso es sorprendente... ¿así que así es como es? Estaba completamente
bajo la impresión... de que vivías rehaciéndote como alguien adorable y
fingiendo que tu pasado nunca había sucedido. Quiero decir, tú…
Los
ojos vacíos de Edward se apoderaron de Violet. La única figura
reflejada en esas pupilas: pelo dorado, iris de un azul aún más
cristalino que el del mar, labios color de rosa. No importaba desde qué
perspectiva, ella había nacido amada por los dioses.
— Tú eres hermosa.
En
esa oración, Violet apenas le sonrió por primera vez. Era una sonrisa
tensa que casi podía hacer un sonido a medida que se extendía.
—
La gente en su mayoría ve... lo que aparece frente a sus ojos. Aunque
no es como si los monstruos fueran solo aquellos con cuernos.
Las
manos de Violet estaban calientes mientras se aferraban a las de
Edward, pero sus palabras penetraron en sus oídos cubiertas de hielo. Un
profundo silencio cayó entre los dos.
— Sería mejor si el dulce entumecimiento que estoy sintiendo ahora pudiera transmitírtelo...
Más sangre manchó el pañuelo. Fue debido a Edward agarrando las manos de Violet con fuerza.
— Oye—. La mirada que dirigió a Violet estaba encendida por el calor—. ¿qué piensas de asesinar?
— Luego supe que es algo que uno no debe hacer.
— ¿Qué sentiste al matar?
— El impulso de... cerrar mis ojos.
— ¿Piensas de ti misma... lo mismo que de otros seres humanos?
— No.
— ¿Como si te consideraras especial?
— No, creo que soy algo espantoso.
— ¿Estás contenta de que la guerra haya terminado?
— Hay una sensación de logro por completar mi misión.
— ¿Eras feliz cuando comenzó la guerra?
— No.
— Pero el campo de batalla te llama, ¿verdad?
— No volveré... al ejército... nunca más.
—
¿Por qué? Incluso si tú no lo deseas, tu país sí. Además, el hecho de
que aún no te hayas vuelto a alistar ya es extraño en sí mismo. Sin
embargo, la gente con autoridad seguiría a tus espaldas. No puedes
mantener esta “jugada” por mucho tiempo.
— Si él así lo deseara, podría regresar. Estoy en mi trabajo actual porque me ordenaron hacerlo.
— ¿”Ordenaron”'?
— Sí.
— Por ese hombre... ¿el que estuvo siempre a tu lado?
— Sí.
— ¿Es así? Qué pena. Oye, ¿qué ha sido lo más angustioso para ti hasta ahora?
— No entiendo la angustia muy bien.
— Entonces, ¿qué es lo más triste?
— Tampoco lo entiendo muy bien.
— ¿Tienes a alguien que odias?
— No... entiendo muy bien el odio.
— ¿Alguien a quien amas?
— No... entiendo muy bien el amor.
— ¿No tienes emociones?
— No lo sé.
— ¿Para qué vives?
— Ya que que nací, todo lo que me queda por hacer es vivir hasta que muera.
— ¿Alguna vez quisiste morir?
— No.
— Oye, ¿qué harías si te dijera que nunca más empuñes un arma en tu vida?
— No lo aceptaría.
— ¿Te gustan las armas?
— Lo más probable.
— ¿Te gusta herir a la gente?
— No... tal vez... probablemente.
— Eres... perversa, ¿eh?
Esa pregunta fue respondida después de que Violet se mordiera el labio.
— Lo más probable.
Edward no pudo reprimir su sonrisa.
— ¿Qué hago?— Murmuró secamente—. ¿Qué hago, Violet?
— ¿Pasa algo, Sir Edward?
— Realmente podría... terminar enamorándome locamente de ti.
— ¿No está solo equivocado?
— ¿Equivocado en qué?
— Como Sir Edward y yo... somos parecidos, simplemente se identifica conmigo y recuerda una sensación de familiaridad.
—
No somos parecidos. Yo busco el placer de matar, pero ¿no eres
diferente? Ya sabes, eres... como una máquina. ¿No es el nombre de
Auto-Memories Dolls perfecto para ti? La muñeca más bellamente
corrompida del mundo. Pero yo... soy un antiguo asesino que masacró a
las personas con la mente bien despejada. No alguien magnífico como tú.
—
Pero yo—... Continuó después de tomar aliento—… no dudaría en matar si
me lo ordenaran—. Sus palabras no sonaron falsas ni inventadas—. No
dudaré si mi “Maestro” me lo ordena. Creo que somos lo más parecido
posible. Es por eso que... usted... me llamó, ¿no es así? Soy similar a
usted, quería ver otra versión de usted recorrer un camino diferente al
suyo, ¿no es así? Sir Edward... Creo que... usted hizo algo
lamentable... usándome para cumplir su único deseo.
Edward
negó con la cabeza ante las palabras de Violet. Sus pálidas mejillas se
sonrojaron y sus ojos previamente entrecerrados se abrieron de par en
par.
—
No me arrepiento—. Sus orbes oscuros brillaron—. ¡No... me arrepiento,
Violet Evergarden!— Se rió estridentemente, golpeando sus rodillas—.
¿Qué, entonces así es? ¿Así es como era? Siempre estabas mucho más cerca
de mí de lo que pensaba, y aún lo estás incluso ahora. Ya veo, ya
veo... aah, ¿qué es esto? Perdón por irritarme. Oh... eres maravillosa.
Maravillosa, Violet. Eso acaba de ser probado de manera concreta. El
tiempo que pasé hablando contigo así fue espléndido para mí.
Verdaderamente un buen momento. Deberíamos habernos visto antes. Y no...
dentro de este fuerte de roca dura, sino en un lugar más apropiado para
que se reúnan dos personas.
— No, reunirse en un lugar como este... es apropiado para nosotros.
— ¿Es así?
—
Sí, lo es. Ahora, Sir Edward, parece que el tiempo casi ha terminado.
¿Para quién escribirás una carta? Hagamos uso de cualquier palabra
posible. Permítame cumplir mi rol. Estoy aquí... porque así lo deseó.
Eso no despertó el entusiasmo de Edward. Simplemente miró a Violet sosteniendo la pluma y el papel con mirada resentida.
— Oye, ¿puedo tocar el hombro de tu brazo no dominante?
— No puedo acceder a esa solicitud.
— Qué tacaña... ¿no está bien hacerme un pequeño favor?
— ¿Nadie en esta prisión lo ha hecho alguna vez?
Ante la pregunta que parecía intentar convencerlo, Edward asintió con una inocente sonrisa infantil.
—
No. Dado que, si está dentro de las posibilidades... los prisioneros
condenados a muerte terminarán haciendo un deseo egoísta antes de que
tengan que morir.
Ante esto, Violet cerró los ojos, y luego desvió la mirada hacia sus propios dedos agarrando la pluma.
— Sí, es correcto—. Sus palabras sonaron igual que cuando respondió a Chaser—. Sir Edward, le vuelvo a preguntar.
— Aah, lo siento. Estaba ignorando tu pregunta, ¿verdad?
— Sí. ¿Quién es el destinatario de la carta y cuál será su contenido?
—
No quiero que nadie más sepa quién es el destinatario, así que lo
susurraré. Enviaré esto a... solo una persona. Alguien a quien realmente
quiero matar, pero no he podido—. Edward señaló el techo—. A Dios.
Al
oír eso, Violet no dijo que las cartas no podían entregarse en ese
lugar. Ella miró la dirección que Edward señaló y parpadeó como si fuera
demasiado brillante. Mientras lo hacía, Edward se acercó a ella, su
rostro al lado de su oreja.
—
Escríbele esto—. Solo Violet escuchó las palabras que suspiró. Después
de susurrarle a ella, le dio un beso en la sien—. Es la despedida.
Adiós, Violet.
Como
si el tiempo hubiera sido medido con precisión, sonó un timbre que
marcaba el final del período de visita. Violet salió de la habitación
con una carta sellada en las manos. Inclinó la cabeza hacia los miembros
del personal que preguntaban si todo estaba bien. Chaser pensó que la
falta de cambio en su expresión desde el momento en que ella había
entrado era demasiado artificial y por lo tanto alarmante.
aAl
igual que antes, las dos caminaron juntos por la prisión. Subieron por
las escaleras que casi parecían un camino al cielo y llegaban afuera.
Violet no escuchó a Chaser decir que, incluso si rechazaba la oferta,
ella la acompañaría a la puerta principal, que era la única salida.
Tal
vez porque estaba nevando, los pasos que Violet había dejado
anteriormente en el suelo ya no estaban a la vista, y un nuevo camino
blanco y puro estaba en su lugar. La nieve realmente ocultaba todo.
Olores, sonidos y todo en su camino.
— Violet.
A
punto de entrar en el carruaje preparado por la dirección de la
prisión, Violet giró sobre sus talones al ser llamada por Chaser.
— ¿A dónde vas ahora?
— Regresaré a donde se encuentra mi oficina central por un tiempo. Es... mi hogar actual.
— ¿Es así?— No era lo que realmente había querido preguntar—. Oye, ¿a quién le entregarás la carta de ese psicópata?
Las palabras que Violet dejó escapar junto con un aliento blanco sonaron amargas.
— No puedo hablar de mis interacciones con mis clientes.
—
Escuché todo. Mientras estuviste allí, estaba monitoreando tu
conversación desde una habitación separada. Ese era mi otro deber para
hoy. Oye, no puedes entregar cosas... a Dios. Solo... tira la carta de
ese bribón.
— No—. Violet negó con la cabeza—. Después de todo, Él es alguien con el que yo también me encontraré algún día.
La
forma en que Violet agarró con fuerza el asa de la bolsa donde había
sido colocada la carta de alguna manera perforó el pecho de Chaser.
Por
alguna razón... por alguna razón, quiero hablar con esta mujer. Ella
es... diferente de mí. Ella es terriblemente hermosa y misteriosa. Sin
duda, ella también tiene un lado muy aterrador. Aun así…
— Los dioses con los que tú y él se encontrarán... son diferentes.
Mirando
de cerca, Violet no era más que una niña, con solo la apariencia de un
adulto. Ella era una simple niña, solo un poco mayor que los hijos de
Chaser. A pesar de que daba la impresión de ser una “mujer”, su cuerpo
bajo la nieve, luciendo tan frío, era pequeño.
— ¿Es así?
—
Lo es. Eso es lo que pienso. No sé nada de ti, pero tú... eres la
mujer que cuidó de mí hasta un punto molesto para no que no resbalara en
las escaleras cuando bajaste conmigo. Ya que soy... el tipo de persona
que piensa que todo está bien mientras las personas que me importan
estén bien... cuando... llegue el momento de conocer a Dios...
Definitivamente lo encontraré primero. Y si está bien que me queje de
muchas cosas cuando eso suceda... le diré debidamente... que te
preocupaste por mí. Que eres una buena compañera, entonces Él no debería
olvidarte. Se lo diré—. dijo Chaser descaradamente, hinchando su amplio
pecho.
¿Sonreiría o asentiría Violet en silencio ante eso? Resultó que su respuesta no fue ninguna de las dos cosas.
—
Chaser—. Fue solo por unos segundos, pero mostró una expresión similar
a la risa ahogada de un bebé que acababa de encontrar a su madre—.
Gracias—. Su voz sonaba joven.
— Violet…
Después
de levantar su falda gallardamente e inclinarse mientras miraba hacia
abajo, Violet se volteó. Subió al carruaje y cerró la puerta.
El llamado de Chaser, que era uno de despedida, reverberó con fuerza en medio del mundo de nieve,
— ¡Violet!
La figura del carruaje se hizo más pequeña, fusionándose imperceptiblemente con los copos que caían.
— ¡Violet! ¡Te pediré que me escribas una carta algún día! ¡Oye, continúa ese trabajo hasta entonces!
Chaser
no abandonó el lugar incluso después de que el carruaje desapareció de
la vista. Incluso un corazón que no sabía qué decir también era
enterrado en blanco por la nieve. El mundo que desapareció en el
carruaje que Chaser estaba viendo, era simplemente hermoso.
Dentro de dicho carruaje, Violet limpió la nieve que había caído sobre su cabeza. Se derritió con el toque de su mano.
— Mayor—... llamó al honorífico de su persona más irremplazable—…Mayor...
Quiero verlo. ¿Dónde está ahora? Ella no susurró tales cosas.
— Por favor, deme una orden—. Eso era lo que anhelaba más que cualquier otra cosa.
La
Doll dejó de observar el paisaje fuera de la ventana, sumida en sus
pensamientos mientras cerraba los ojos. Tenía la impresión de escuchar
los sonidos lejanos y nostálgicos de un campo de batalla.
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