jueves, 17 de mayo de 2018

Shuumatsu Nani Shitemasu ka? Isogashii desu ka? Sukutte Moratte Ii desu ka? vol1 cap4.1


Capítulo 4: Cuando esta Batalla Termine

Parte 1:  Ese Día de Hace Tanto


Hace tiempo, una gran batalla termino. El sol ya se había ocultado y levantado tres veces. En el campo de batalla, donde una elevada montaña una vez estaba parada, un océano de agua fluía dentro del nuevo colosal campo de golf. El fuego del infierno consumió los árboles, sin mostrar signos de extinción, dejando un sendero de muerte y negras cenizas en su despertar.

Incontables piezas de metal yacían dispersas cerca del área. Con una cercana inspección, alguien con el adecuado conocimiento los reconocería como los restos de varios Talismanes. La mayoría de fragmentos comunes eran esos ‘reflejos de flechas’ de Talismanes, especialmente hechos en las tiendas del centro del Santo Imperio. Los fragmentos de cobre flotaban en las olas que pertenecían a la ‘resistencia de la enfermedad’ de los Talismanes que se originaron al Oeste de Garmond. Caían líquidos de hierro encendidos del calor rojo en los árboles que venían de los Talismanes ‘dinastía guardia’, las cuales habían encerrado el secreto de la fracción de magos Selenslode hasta hace unos pocos días. Una recopilación de la mayoría de poder mágico disponible para los humanos, emergiendo literalmente sobre todo el mundo, rodando en el suelo, ya usados en el pasado límite.

[Dios, tomó más de lo que esperaba.] Ni siquiera la fuerza para levantar un solo dedo quedaba en el cuerpo del joven hombre. Lanzado su espada quebrada, él se sentó cerca de una roca. [Nadie me dijo que tenía que ir tan lejos para ganar.]

[Soy quien debería decir eso, Joven.] La poco placentera voz de un hombre viejo sacudió el aire acerca de él, como si resonara desde el fondo del profundo abismo. [Pero… exprimiste a todo poder tu insignificante vida para llegar tan lejos… te reconozco solo por ese punto.]

[No me hace sentir mejor. No es que ser reconocido por ti vaya a extender mi tiempo de vida restante… más importante, ¿cómo diablos puedes hablar? Ya estás muerto ahora, ¿verdad?]

[En efecto. Después de tener mi cuerpo tan destruido, incluso ahora debo de sumergirme en el silencio de la muerte. Intercambiando pensamientos contigo ahora es solo un mero eco mío.]

[Ah, ya veo. Bueno, me siento mejor ahora.]

Siete grandes hechizos prohibidos, once espadas Percival destruidas al punto de la auto destrucción, e incluso técnicas de espada secretas que no estaba calificado para usar. Si él no pudo terminar el trabajo después de todo eso, él no tuvo opciones.

[…Es algo tarde para decir esto, pero fue maravilloso. Blandiendo ese poder por mí mismo, a pesar de ser un débil humano, es verdaderamente terrible. Si usas esa fuerza contra los humanos, probablemente puedes arrasar con dos o tres países en una noche. Pero… supongo que es el final, ese poder viene con un precio, ¿huh?]

Una delgada y fibrosa substancia parecida a una tormenta de neblina cubrió al joven. Los susurros gradualmente incrementaron en número y se aferró a su cuerpo, como si tratara de atarlo.

[Usando hechizos prohibidos a tal escala… el efecto seguramente es la maldición y tormenta del usuario. Simplemente cantando una que pueda causar que un cuerpo se rompa y el alma desaparezca. Multiplicando eso por siete… incluso no puedo imaginar tan terrible dolor.]

[De cualquier manera, si fuera a morir, no importa si usé uno o siete… sobre todo, no hay forma en que pueda pelear más, así que el dolor y sufrimiento no importa ahora.]

[…Eso no me parece una razón para justificar.]

[Lo dije una vez hace tanto, pero dije que un verdadero monstruo lo siente de una manera diferente.]

Una risa estridente.

[Supongo que si no estabas preparado para eso, no retarías a un Dios, ¿huh? Bueno, es tiempo para partir. Ahora entra a un sueño de cientos de años.]

[De prisa y piérdete. Al menos ten calma mientras vas a tu encuentro con la muerte.]

[Bien, bien. Sería un honor pedirlo como una recompensa por tu victoria.]

La voz se desvaneció, derritiéndose en lo salvaje viendo el sentido de intimidación que llenaba el aire alrededor.

[…Hey, ¿estás muerto?] El joven lo pregunto, pero la respuesta no llego.

Un seco crujido salió de sus pies. Reuniendo todas sus fuerzas restantes solo para darse por vencido y mirar abajo, el joven vio su tobillo transformase en un terrón de roca. El sonido se intensifico mientras se apagaba, el color gris llego a todo su cuerpo. Rodillas. Muslos. Espalda. De pies a cabeza. Siete maldiciones fatales se apilaban una sobre otra, mezclándose e interfiriendo en una manera compleja para producir el fenómeno que ocurría frente a sus ojos.

Todo su cuerpo hasta el pecho ahora, estaba completamente transformado en roca, el joven rio.

[Bueno, estaba planeando en regresar a casa… pero supongo que las cosas no fueron tan bien.]

Él miro al cielo y pronuncio sus palabras finales, con la vana esperanza que debería llegar a esas personas importante, que seguramente estaban lejos, miro arriba al mismo cielo azul.

[Lo siento, Leila. Vas a regresar a casa solo con el maestro. Lo siento, Suwon. Vas a tener que tratar con el egoísmo de Leila en mi lugar. Emi… no creo que tener alguna promesa contigo. Seguramente vas a estar bien por tu cuenta, pero vive una buena vida por mí.]

Y así… así…

Él habló, su cuerpo continúo transformándose en una piedra a gran velocidad. También había muchos nombres que quería recordar en el corto tiempo que le quedaba. El joven miro todas las caras flotando cerca de su cabeza y se limitó solo a una.

[Almaria… realmente lo siento.] El último nombre que escogió era el de la ‘Hija’, quien esperaba en el orfanato en una tierra lejana. [Parece que no seré capaz de comer el pastel de mantequilla, después de todo.]

Un leve resonar señalo el final. Todo eso se mantuvo como una masa de piedra con la forma de un joven.

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