lunes, 12 de noviembre de 2018

Mushoku Tensei 25

Capítulo 25 - Disfraz  E Infiltración


1ª Parte

La ciudad de Rikaris, es una de las 3 Grandes Ciudades del continente demoniaco, Makai. En concreto, se trata de la ciudad que la Gran Emperatriz Demoniaca kishirika Kishirisu utilizó como centro de operaciones durante la gran guerra entre humanos y demonios. También conocida como la Vieja Fortaleza Kishirisu.

Aunque lo primero que llama la atención para aquellos que la visitan por primera vez es la localización en la que se encuentra, porque de todos los lugares posibles, está costruida en el centro de un cráter gigante.

Utilizando los bordes de este como una pared natural, que sin importar cuantos enemigos lo ataquen, jamás caerá. Y hasta día de hoy, la barrera originada de forma natural previene la invasión de monstruos a la ciudad.

En el centro de la ciudad se encuentra el parcialmente demolido Castillo Kishirisu, que fue destruido durante la Campaña de Laplace. Y que a día de hoy todavía muestra marcas de la batalla ocurrida entre la facción de Kishirika a favor del Rey Demonio de aquel entonces contra el posterior Rey Demonio Laplace.

Con unas murallas exteriores tan fiables y un castillo bañado en dorado oscuro por la sombra de su glorioso pasado; la ciudad tiene los iconos necesarios para contar la historia sobre el poder que ostentó la Gran Emperatriz Demoniaca, así como las contiendas que acayeron sobre las razas demoniacas.

Por todo esto, la ciudad de Rikaris es una ciudad agradable, plagada de historia; y que he de recomendar encarecidamente que visiten de noche para poder admirar la verdadera belleza de esta ciudad.


Extracto del libro Recorriendo el Mundo del aventurero Conde Sanguinario.


2ª Parte


Eso es lo que sé acerca de la ciudad de Rikaris, aunque al llegar, Ruijerd me cuenta que la ciudad posee 3 entradas para acceder a ella. Una de esas entradas es una gran grieta en el propio cráter; porque a menos que pudieras volar, sería difícil acceder a la ciudad a través de un cráter tan elevado.

Decidimos ir a ver la segunda entrada, y comprobamos que hay 2 guardias estacionados, por lo que podemos afirmar que los controles en esta ciudad son bastante estrictos.

Miro a Ruijerd y recuerdo la conversación que tuvimos en el asentamiento Migurd.


"¿Qué hacemos, Ruijerd-san? ¿Nos dejarán entrar sin problema en la ciudad?"

"Nunca he entrado en ella, siempre me detienen el paso hasta echarme."


Sin tener en cuenta el trato que reciben de la raza humana, en general, la raza Supard es muy odiada, hasta el punto de que actualmente me parece un odio casi genético como el de los nazis.

Y más después de ver la reacción de Eris... Aunque inicialmente pensé que estando en el continente demoniaco no sería tan problemático, pero parece que me equivocaba.


"Hablando del tema, ¿qué impresión te dieron tus perseguidores cuando te expulsaban?"

"Al principio, cuando me iba acercando a la ciudad, los guardias comienzan a gritar, y poco después un gran número de aventureros aparece apoyando a los guardias."

Los eventos que describe en mi cabeza los imagino siguiendo sus palabras, al principio los guardias le gritan que se detenga y al no hacerlo, y un gran número de hombres musculosos van apareciendo sin cesar para atacarle.


"En ese caso, supongo que lo mejor será que uses un disfraz."


Tras decirle esto, Ruijerd se muestra resentido y me clava su mirada.

"¿Has dicho un disfraz?"

Por su actitud, diría que algo sobre esa idea no le ha gustado nada.

"Espera y cálmate, antes de nada es necesario que entremos en la ciudad, por eso..."

"No es eso, ¿qué quieres decir con un disfraz?"

"¿Eh?"

Pues parece que el problema era que no sabía lo que era un disfraz... ¿No conoce la palabra o no existe en esta cultura? Imagino que si supiera lo que es, ya lo habría intentado antes.


"Un disfraz es algo que utilizas para cambiar tu apariencia externa para conseguir ocultar tu identidad."

"¿Oh? ¿Y de qué forma se aplicaría en este caso?"

"Pues no sé, aunque por ahora, podríamos ocultar tu rostro."


Para aplicar el disfraz que se me ha ocurrido, coloco mi mano en el suelo y comienzo a recolectar maná.


3ª Parte

"¡Alto!"

Había varios soldados posicionados a la entrada de la ciudad, una persona con cara de cerdo (literal) y pinta de sinvergüenza, junto a otro con cabeza de serpiente y que parece más severo.

"¡¿Quiénes sois y a qué habéis venido?!"

El hombre-serpiente nos pide que nos identifiquemos mientras agarra la espada que lleva en la cintura; mientras que el hombre-cerdo mira a Eris de una forma bastante indecente.

Maldito cerdo (pedófilo)... aunque creo que podría entenderme con él.

"Somos viajeros."

Tal y como lo acordamos, soy yo quien se presenta en cabeza del grupo.


"¿Sois aventureros?"

"Esto... No, no lo somos, tan solo simples viajeros."


Casi le respondo sin pensar que sí lo éramos, pero no tenemos prueba alguna de ello, ¿sería extraño si Eris y yo a nuestra edad dijéramos que queremos unirnos al gremio de aventureros?


"Eh, ¿y el hombre del fondo? Parece sospechoso."


Ruijerd estaba ocultando su rostro con un yelmo completo que hice de roca, además, tiene su lanza cubierta con una tela, por lo que parece bastante a un váculo o vara.

Es sospechoso, pero sigue siendo mejor que ir mostrando que es un Supard.

"Es mi Aniki, que intentó ponerse el yelmo de un aventurero extraño y fue incapaz de quitárselo después."

Imagino que podrían tener a alguien en los guardias que le obligara a quitárselo antes de dejarnos entrar, pero quizás...


"¡Jajaja! ¡Menudo idiota! En ese caso no hay más remedio que dejaros pasar, intenta que la anciana de la tienda de herramientas mágicas os ayude para poder quítarselo."


El cabeza de serpiente retrocedió mientras se reía..., no son para nada tan cautos como imaginé. Si esto fuera Japón, no dejarían tranquilo a un hombre con yelmo que le tapara toda la cabeza, sería demasiado sospechoso.

¿Quizás es porque le acompañan niños? Quizás al ir con niños, el tipo del yelmo no es tan sospechoso a sus ojos.

"Por cierto, ¿conoce algún lugar en el que podamos trabajar en la ciudad?"

"¿Un lugar donde trabajar? ¿Para qué queréis saber algo así?"

"Sería terrible si no pudiéramos quitarle el casco a mi Aniki porque nos pudieran dinero a cambio, si así fuera, necesitaríamos trabajar para pagarlo."


El hombre serpiente se puso a murmurar algo como, ya veo, esa vieja es capaz de hacer algo así.

Parece que esa tienda de herramientas mágicas es un negocio rentable, aunque bueno, no es nada que nos importe.


"En ese caso, os recomiendo el gremio de aventureros; en ese lugar, aun siendo extranjeros sin blanca como vosotros, podéis ganar un sueldo con el que vivir."

"Ya veo."

"El gremio de aventureros está siguiendo recta esta calle en la ciudad. Es un edificio grande, así que lo veréis rápido."

"Muchísimas gracias."

"Si estáis registrados como aventureros, las posadas os cobrarán un poco menos, así que puede ser una buena idea ir, aunque sea tan solo a registraros."


Le respondí inclinando la cabeza mientras atravesamos el pórtico, tras lo que me detuve para preguntar.


"Ahora que lo pienso, ¿la seguridad en esta ciudad ha sido siempre tan estricta?"

"No, es solo que últimamente, se han oído rumores sobre que han avistado a Dead End[59] por los alrededores, por eso estamos tan alerta."

"¡¿Qué dices?! ¡Ese nombre es aterrador!"

"Vaya, tienes razón, rezo para que se vaya rápido a otra parte."


El nombre completo es La Muerte Segura, Dead End, es un nombre aterrador, debe de pertenecer a algún monstruo peligroso y terrible, no me cabe duda.


4ª Parte


Conseguimos entrar en la ciudad, y a simple vista podemos observar una ciudad que se extiende ante nosotros con un poco menos de actividad en las calles que en Roa. Aunque por algún motivo, siento que he visto una ciudad con una organización similar en alguna parte[60]

Junto a la entrada a la ciudad se encontraban las posadas y establos para comerciantes, rodeando los pórticos.

"Bueno, ahora aventureros o..."

Si unifico todo cuanto he oído hablar de ellos hasta la fecha, los aventureros serían algo así como trabajadores temporales.

Varias personas que buscan un puesto de trabajo van a la compañía de trabajo temporal que sería el gremio de aventureros, este gremio registra trabajos a estas personas en función de la habilidad que presentan, cuanto más duro es el trabajo mayor el rango del trabajador.

Y es por esto que los aventureros piden varios trabajos, para aumentar su rango dentro de la empresa.


"No sé so de verdad podremos ganar o no dinero allí, pero, quizás sería buena idea que al menos nos registráramos. Aunque seguramente nos pedirán algún tipo de identificación o algo, ¿qué opinas, Eris?"

"¡Aventureros! ¡Claro que sí, estoy deseándolo!"


Noto como le brillan los ojos a Eris hablando del asunto. Y es que ahora que lo pienso, Eris ha escuchado innumberables historias de Ghyslaine en sus tiempos de aventurera.

Sorprendentemente, podría haber estado esperando que yo lo dijera.


"Ruijerd-san, ¿tú ya eres un aventurero?"

"No, nunca se me ha permitido entrar en una ciudad suficientemente grande como para tener un gremio de aventureros."


Entiendo... Tiene sentido que los gremios de aventureros solo estén en ciudades importantes y grandes.

"Bueno, pues si nos ayudará a ahorrar dinero, supongo que deberíamos hacerlo."

Varios planes se van organizando en mi cabeza sin descanso; porque después de todo, es imposible que lleve ese yelmo tan pesado durante nuestra estancia en la ciudad.

Además que si siempre se tapa la cara, nunca conseguirá limpiar el nombre de los Supard.

Si tan solo pudiéramos hacer algo grande y fabuloso para después decir de improviso que lo hizo un Supard... Sería un evento positivo si mantuviéramos ese ritmo, pero tengo entendido que solo las misiones de menor rango se realizan dentro de la ciudad.

Por lo que sería mejor que en vez de buscar algo grande, nos centráramos en hacer un gran número de pequeñas misiones en la ciudad que cambiaran poco a poco la opinión de la gente con la raza Supard.

Si todo sale bien, la confianza en la raza dentro de la ciudad aumentaría poco a poco; y la personalidad de Ruijerd no es problemática tampoco, así que es posible que, ¡si salvara la ciudad de un monstruo poderoso, le alabarían y hasta le recibirían con los brazos abiertos!

Y yendo por ese camino, ayudar a niños perdidos o similar son eventos que también podrían funcionar, como se demostró en el asentamiento Migurd. Por esto creo que más que acabar con monstruos, la idea de salvar gente sería más beneficiosa.

Porque limpiaríamos de prejuicios a varias personas, y más recordando la personalidad de Ruijerd; estoy seguro que eso sería bastante efectivo.

Pero claro, salvar a gente llevando ese yelmo no es para nada útil, porque si no puedes ver su rostro ni sus expresiones, puede afectar negativamente a los acontecimientos.

Ni yo podría confiar en un tío cuya cara soy incapaz de ver.

Quizás si usáramos un yelmo o casco que solo le tapara el pelo y su tercer ojo... No, eso también quedaría bastante sospechoso; porque no sé si en este mundo también hay algún tipo de ley cultural en la que si no te quitas lo que lleves en la cabeza puede o no resultar grosero, pero personalmente lo encontraría de mal gusto.

Como punto negativo a hacer muchos trabajos pequeños, es que requerirá bastante tiempo, y es posible que se acabe sabiendo en la ciudad que Ruijerd está dentro, es podría ser o no positivo para nosotros.

"Hmmm.... ¿Qué deberíamos hacer?"

Para empezar, es indispensable que aumentemos nuestra popularidad hasta cierto punto; porque no importa como de buena es una acción si la hace alguien desconocido, porque no nos serviría de nada.

Como era de esperar, para conseguir que su nombre se extienda y sea recordado, lo primero sería exterminar a algún monstruo poderoso y/o enorme, ya que en este mundo se tiende a aceptar o respetar a aquellos con poder.

Y si acabáramos con un monstruo con cierta mala fama, sería bastante probable que ganáramos bastante popularidad. Aunque claro, en el caso de la raza Supard, que ya es conocida por su fuerza, podría causar un efecto inverso.

Pero también es verdad, que si una crisis o gran problema se acercara a la ciudad, es imposible que saliera mal.

Aprovechando que todos estan asustados y temerosos en sus casas ante el problema, asustados del día que comience a sonar los tambores del verdugo, aparecerá ante ellos un joven apuesto del continente demoniaco (Ruijerd), acabando con el enemigo de un solo golpe y consiguiendo su admiración.

Anda, ha sonado mejor de lo que pensaba, ¿o no? El problema sería buscar un enemigo de esas características, supongo que el nombre que hemos oído hace relativamente poco podría valernos.


"Ruijerd-san, ¿sabes algo sobre ese ser al que llaman Dead End?"


Si pudiéramos atraer a ese monstruo a la ciudad, todos entrarían en pánico y junto en ese momento Ruijerd aparecería para derrotarle. Una historia con final feliz sobre el bien destruyendo el mal. Perfecto.

Aunque la respuesta que recibo no estaba dentro de mis planes.


"Se trata de mí."

"¿Qué quieres decir?"


¿A qué te refieres? ¡Espera, quizás es otra respuesta filosófica!

Es lo que pensaba hasta que...


"Es como me llaman en esta región."


Ruijerd = Dead End.

Ya veo... ahora lo comprendo, claro, si vieras a un Supard andando cerca de la ciudad, claramente te pondrías alerta. Esto... Aun así, que le teman hasta el punto de darle un nombre que suena tan aterrador... ¿Exactamente cuánto le pueden odiar?? Aish... portero, deberías de hacer un mejor trabajo la próxima vez y no dejar pasar a alguien tan peligroso por un simple casco en la cabeza.

Supongo, por lo que estoy viendo que no consideran a los Supard como personas.

Las historias narran sobre una raza demoniaca que se dejan llevar por su ira para atacar a todos cuanto le rodean, por lo que entenderán que no tienen suficiente cabeza o inteligencia para disfrazarse. Si piensan así, tiene sentido que les hayamos cogido desprevenidos.

"¿Cómo deberíamos actuar...?"

De todas maneras, este segundo nombre, parece bastante extendido en la zona... Podríamos aprovecharnos de eso.


"No habrá ningún tipo de recompensa por tu cabeza, ¿verdad?"

"No la hay, no te preocupes."


¿Será verdad? Es verdad, ¿no es cierto? Te creo, ¿vale? Porque sería un gran problema si me estuvieras mintiendo.

Pero por el momento, cambiamos ligeramente nuestros planes


5ª Parte

Lo primero y antes de dirigirnos al gremio de aventureros, es echarle un vistazo a los puestos abiertos de mercaderes; nos aprovechamos de que en todo el mundo alrededor de las entradas a las ciudades suelen haber varios.

Aunque diga como en todo el mundo la realidad es que los precios de mercado no se parecen en nada a los de Roa ni entre los puestos, por no mencionar que también lo que venden es extremadamente distinto si comparamos las ciudades.

Por poner un ejemplo, lo que sería un establo que venda caballos en Roa, aquí lo que hace en una tienda similar es vender algo parecido a lagartos; estoy bastante seguro de que con todas las rocas y laderas que hay en el continente demoniaco, estas criaturas serán más útiles que los caballos.

Otro ejemplo es que no hay carromatos alineados para grupos de mercaderes, sino que cada mercader posee su propio carromato individual.

Pero bueno, para todo lo que nos espera por delante, hay un gran número de cosas que necesitamos, aunque por el momento estamos algo necesitados y solo podemos comprar nuestros neceseres de 1 en 1.

Dicho esto, lo que necesitamos comprar en esta ocasión ya está decidido, por lo que doy una vuelta por el mercado comparando precios y buscando la tienda con el precio más reducido posible. Tampoco es que tengamos una prisa excesiva, pero tampoco tenemos todo el tiempo del mundo, por lo que me apresuro un poco.

Lo que ando buscando son tintes y una capucha, y si fuera posible un limón o algo similar también me vendría bien.


"Señor, ¿no le parece que estos tintes de la vitrina no son un poco caros?"

"No digas tonterías, tienen un precio razonable."

"¿De verdad?"

"¡Claramente!"

"¿Aunque los estén vendiendo a la mitad de ese precio en ese otro puesto?"

"¡¿Cómo?!"

"Sí, pero la calidad del otro puesto parece un poco peor... Ah, este manto con capucha me vale; si la compro y además me llevo eso que parece un limón de allí, ¿me hará un descuento?"

"Chico, se te da bien esto de regatear; pues de acuerdo, te haré el descuento."

"Ah, casi se me olvidaba, ¿nos compraría estas pieles de Coyote Jauría y estos colmillos de Lobos Corrosivos?"

"Veo que traes bastantes, déjame un segundo... 2, 3, 4... ¿Qué te parecen 3 monedas oxidadas por todo?"

"Imposible, ¿no deberían ser como mínimo 6 monedas oxidadas?"

"Eso sí que es imposible, ¿qué tal 4?"

"Vale, aceptaré su oferta."


Tras encontrar el puesto y una rápida negociación, conseguimos tanto vender y comprar todo lo necesario en el mismo puesto. El problema es que como desconozco los precios de mercado en la zona, no tengo ni la menor idea de cuánto dinero tenemos en realidad.

Si soy sincero, simplemente por como ha ido la conversación, diría que hemos acabado tan solo con un precio mínimamente razonable.

Tras las compras y ventas, nuestros fondos actuales son de 1 moneda de hierro, 4 oxidadas y 10 de piedra; y como parte de ese dinero nos lo ofrecieron los padres de Roxy, es necesario usarlo con el mayor de los cuidados.

Nos adentramos en un callejón sin transeuntes, me conformaría con que no apareciera nadie extraño o llamativo; aunque claro, si de verdad apareciera alguien, estoy seguro que hasta le darían todo su dinero a Ruijerd, por lo que podría ser una oportunidad para aumentar nuestros fondos.


"Ruijerd-san, si alguien intenta molestarnos, ¿podrías dejarlos medio muertos?"."

"¿Medio muertos? ¿Te refieres a destrozados pero vivos aunque al borde de la muerte?"

"No, tan solo déjalos inconscientes."


Aunque tuvimos mala suerte y nadie se acercó a molestarnos.

No, en serio, fue mala suerte, porque el par de tíos que nos miraron de reojo parecían bastante fuertes, aunque pobres también.


"Ruijerd-san, lo primero va a ser teñirle el pelo."

"Teñir... ¿mi pelo?"

"Sí, con el tinte que compramos."

"Ah, comprendo, así que vas a cambiar el color de mi pelo. Se te ocurren cosas bastante interesantes."


Me elogió por mi idea, y es que parece que en este mundo no parecen teñirse el pelo de color; ¿aunque quizás solo Ruijerd-san no lo sepa? Si te paras a pensarlo, no suele acercarse a ciudades ni aldeas humanas después de todo...

"Pero..., ¿no sería mejor si me pusieras un color diferente a ese?"

El color del tinte que compré es azul; mi meta era encontrar un color tan cercano al de la raza Migurd como me fuera posible.

"no, porque hay un asentamiento Migurd a 3 días de aquí, y varias personas en esta ciudad deberían saberlo. Por este motivo, de ahora en adelante, Ruijerd-san se camuflará como un Migurd."

"¿¿Y vosotros??"

"Somos tus seguidores 1 y 2, que acogiste viajando por la zona."

"¿Seguidores? ¿No guerreros?"

"Vamos a ir con mostrando ese tipo de organización; aunque no es necesario que lo recuerdes, simplemente te lo cuento porque para que los demás nos vean de esa forma, tendré que actuar siguiendo esa idea."

Lo que vamos a hacer de ahora en adelante es actuar, y le cuento a Ruijerd la historia que vamos a escenificar.

Desde hoy, Ruijerd es un joven Migurd llamado Rois que se está haciendo pasar por el Supard Dead End; porque ese joven siempre ha soñado con ser una existencia temida por todos.

Un día, Rois acogió en su grupo a un par de niños que podían usar tanto magia como estilos de espada; los que además adoraban a Rois por haberle salvado.


"¿Me adoras?"

"No especialmente."

"Ya veo."


Esos niños eran medianamente fuertes, y al ver a Rois se les ocurrió una idea.

Aprovechando que Rois es bastante alto para ser un Migurd, si se hacía llamar Ruijerd Dead End, sería más sencillo que todos le temieran.

Y siguiendo esa idea, se dedicaron a luchar y pelear, para que sus seguidores también le ayudaran a incitar miedo a los que le rodean; y la pareja de niños resultó ser de mucha utilidad, por lo que decidió usarlos para aumentar rápidamente su fama.


"Usa mi nombre y pretende que soy yo, es un hombre imperdonable."

"Eso es verdad, claramente eso sería imperdonable, pero dime, si ese falso Ruijerd se dedica a hacer cosas buenas, ¿qué acabaría pensando la gente que le viera?"

"¿Qué acabarían pensando?"

"Que obviamente es un farsante, pero aun así es un tío simpático; es lo que pensaran."


Lo que necesitamos para que salga bien es comedia y discordancia. Que piensen es de los que mienten y engañan, pero aun así es un tipo bastante majo.; es muy importante que piensen así de Ruijerd.

"¿Hmm?"

"Queremos que circulen rumores de todo tipo sobre que el falso Ruijerd es un buen tipo; si conseguimos que eso ocurra, ganamos; porque llegará el momento en el que los rumores acabaran siendo algo vagos y se convertirán en algo similar a Ruijerd es un buen tipo."

"Eso sería ciertamente magnífico, ¿pero de verdad crees que acabaría ocurriendo?"

"Lo hará."

Puedo asegurar que lo hará, o como mínimo, que la reputación de Ruijerd en la zona no empeorará lo más mínimo. Principalmente porque su reputación actual es la peor posible.

"Ya veo, ¿y algo tan simple como eso nos servirá?"

"No es para nada simple, tengo dudas de si seremos capaces de conseguir esos rumores o no."


Todo plan está predestinado a fallar en algún momento. Pero cuanto más detallado y pensado lo tengas, más fácil será hacer planes para continuar aspirando a tu meta. Además, que si todo sale bien, y los rumores que queremos empiezan a circular y extenderse, la naturaleza de Ruijerd acabará haciéndose conocida por todos.


"Pero, ¿qué pasa si descubren nuestro engaño?"

"¿A qué te refieres con engaño? Ruijerd-san, no hemos dicho ni una sola mentira."

"¿Qué quieres decir?"


Un Supard diciendo que es un Supard, aunque pretende malamente ser un Migurd; si todo sale como lo planeamos, acabaremos haciendo obras buenas para la ciudad. Ni siquiera mentimos con el nombre, porque como Rois no quiere que se sepa que es un Migurd se presentará y se hará llamar Ruijerd.

En definitiva, para todos te presentarás con tu nombre, Ruijerd de la raza Supard. Y serán ellos, los que te observen, los que llegarán por sí mismos a un error, pensando que eres un tal Rois Migurdia haciéndose pasar por Ruijerd.

Por eso tú no dirás ni una sola mentira, Ruijerd. Yo seré el único que mienta, aunque como a Ruijerd no parece que le vaya a gustar ir con mentiras, mejor no le digo sobre esa parte del plan.

"Los que nos vean serán los que llegarán a una conclusión equivocada sobre tu raza por sí mismos."

"¿Hm? Ah, entiendo. Estoy pretendiendo ser yo mismo, el engaño sería Rois ¿no? Me cuesta organizar todo en mi mente. ¿Qué tengo que hacer exactamente?"

"Tan solo continúa actuando con normalidad."

Ruijerd pone cara difícil de explicar, y claramente no es su cara normal...

Este tío es incapaz de vivir como actor con su habilidad para interpretarse con normalidad...

"Aunque, eso sí te pido, no te alteres y acabes matando a nadie que venga con provocaciones burdas."

"¿Hmm? Entonces... ¿me estás diciendo que no me meta en peleas?"

"No pasa nada si lo haces, aunque por favor, actúa como si te costara vencer a tu adversario; deja que te impacte una o dos veces, que parezca que qte cansas, para acabar venciéndole de una u otra manera."


Le digo esto, aunque no estoy muy seguro de que sea capaz de interpretar algo así. O así pienso hasta que,


"¿Te refieres a que no me lo tome muy en serio?"


Asi que parece que saldrá bien.


"Lo que buscamos es que piensen que es imposible que alguien tan débil sea el verdadero Ruijerd, y además, que piensen que eres mínimamente fuerte y sorprendente, ¿vale?"

"No lo pillo."

"Con eso consigues que piensen que eres un farsante y al mismo tiempo se sentirán mejor por una buena pelea."

"¿Y qué ganamos si hacemos que se sientan mejor por una buena pelea?"

"Que pasado un tiempo, acabarán circulando rumores sobre que la raza Supard es débil."


En ese momento, Ruijerd mostró un rostro sombrió.


"La raza Supard no es débil."

"Lo sé, lo sé; pero te temen, principalmente porque eres muy fuerte. Si la gente piensa que no eres TAN fuerte, acabarán sintiéndose un poco más tranquilos con los Supard."


Inclusos si digo esto, tampoco podemos dejar que piensen que de verdad somos tan débiles; porque si hubiera aún Supards viviendo en algún lugar remoto o que no conocemos, podrían acabar persiguiéndolos para erradicarlos nuevamente. Es importante buscar un término medio.


"Ah, ¿a eso te referías?"


Bueno claro, es a eso a lo que me refiero. Porque si seguimos dando vueltas sin tener un rumbo claro, acabarán descubriendo nuestras identidades.


"Haré todo lo posible para que todo se sustente, por lo que si acabamos fallando, la caída será menor cuanto más te esfuerces, Ruijerd-san."

"Vale, comprendo. Haré lo que pueda, y ánimo."


Utilizo el jugo de la fruta que compré, para quemarle el pelo a Ruijerd y aclararle el tono, consiguiendo que el tono esmeralda original se vuelva más claro y blanquecino. Después le aplico el tinte azulado.

Hmm.

Ha quedado... muy poco bonito, nah, definitivamente le ha quedado un tono más bien sucio. Pero al menos no es un tono verdoso, aunque no se parece tampoco demasiado al de los Migurd, además de que es demasiado alto... Aunque al menos tampoco se parece a un Supard, supongo.

Bueno, imagino que los disfraces son buenos mayormente cuando son bastante vagos. En este caso, alguien que parece un Migurd, haciéndose pasar por un Supard, pero que no parece ni lo uno ni lo otro...


"Además, te dejaré que lleves tú esto."


Me quitó el collar del cuello y se lo pongo a Ruijerd.


"Esto es de los Migurd, ¿no?"

"Sí, es algo que mi Shishou me regaló por mi graduación. Y desde entonces, es algo que siempre he llevado encima,"


Si lo lleva él, como mínimo conseguirá parecer más como un Migurd o relacionado con ellos... o eso creo. Imagino que solo funcionará para aquellos que sepan lo que es el collar.


"Es algo preciado para mí, así que asegúrate de devolvérmelo. Prométemelo."

"De acuerdo."

"Si lo pierdes, haré todo lo posible para darte tu merecido."

"Entendido."

"Para que entiendas hasta qué punto, sería capaz de usar magia de Tierra para sellar completamente las entradas de la ciudad, y hacer que fluya magma por la ciudad hasta llenar completamente el cráter."

"¿Aunque invuelvas a inocentes? Hay niños también, ¿lo sabes?"

"Pues si quieres salvar a esos niños, asegúrate de no perder ese collar."

"¿Hmm? Si tanto te preocupa, ¿por qué no te lo quedas tú y nos olvidamos de que yo lo lleve?"

"No, tan solo bromeaba."

"???"

Eso por un lado, y ahora a hacer que Eris se ponga el manto que compré... Porque su pelo rojo fuego llama demasiado la atención, y queremos que toda la atención se concentre en un único punto.

"Eris, te iba a decir que cogieras este manto, por...¿qué?"

Mientras iba diciendo mis palabras, aproveché para abrir bien el manto con capucha y vi que tenía un par de abultamientos con hueco para orejas en la parte de la cabeza.

¡Inaudito! ¡Son como las capuchas que llevan los devotos del Final Fantasy III![63]

El color no es exactamente blanco, pero es idéntica en la parte del manto cayendo por la espalda, da la impresión de que es algo diseñado para la raza Feral... por lo que podría haber sido un error comprarlo.

Y es que aunque Eris no le da demasiada importancia a la ropa, si te fijas en el estilo oficial de agradecimiendo de la familia Boreas estoy seguro de que comprenderás cuánto implican las razas ferales para su familia.

Por eso, no sé si será una buena idea darle nada que tenga que ver con la raza feral, porque seguramente volverá a las andadas, después de que veté ese estilo de agradecimiento, por el bien de todos.


"Esto... Eris, te quería dar esto, aunque..."

"¡E-ESO ES...! ¡¿Q-Qué vas a hacer con eso?!"

"Es.... es para ti, Eris, pero no sé si querrías.... ¿ponértelo?"

"¡¿De verdad puedo?!"


Ha reaccionado como me imaginé, aunque parece que le gusta muchísimo y está encantada con la idea de ponérselo, solo con ver su reacción sabes que le gusta.

"Muchas gracias."

Poniéndose rápidamente el manto, la cara de Eris mostraba una sonrisa de oreja a oreja.

Bueno, supongo que ya está. No entiendo exactamente su reacción, pero se la ha puesto. ¡Misión cumplida!

Pues bien, con eso terminado, es hora de dirigirnos al gremio de aventureros. Nuestro requisito para la misión es comedia, que no se nos olvide.

Recemos para que todo salga bien.

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