ST LIBRO 01 CAP: Vida o muerte (1)
Muchos caballos rechinan sin parar. Porque los bandidos montados están todos muertos, estos caballos se confunden. Se dispersan y marchan del lugar, creando estruendos y nubes de polvo que cubren el antiguo campo de batalla. El polvo cubre a Qin Yu en medio del campo de batalla.
Los sobrevivientes miran con asombro a Qin Yu. Originalmente, en sus ojos, Qin Yu era sólo un gentil y amable joven. Quién de ellos creería que este joven aniquiló a un grupo de bandidos montados, que en su opinión son extremadamente aterradores, en tan poco tiempo. Los bandidos montados no pudieron ni siquiera oponer resistencia.
Los ojos de todos se concentran en Qin Yu. Pero en este momento, él está respirando aire a bocanadas con su cabeza agachada.
Nadie sabe que está pensando. Porque él está respirando de esa manera y con su cabeza agachada, nadie puede ver la expresión de su cara. No tienen manera de imaginar el alboroto en el corazón de Qin Yu. Incluso cuando fue estremadamente resuelto cuando estaba matando a los bandidos, después de todo es la primera vez que mata a alguien.
¡La primera vez!
Qin Yu trata a las personas sinceramente y es difícil para él tener la intención de matar a alguien. Un momento atrás, porque vio a la encantadora Pequeña Lu con su brazo cortado y a muchos de los puros y simples habitantes muertos, su intención de matar surgió. En el calor de esta ira, mató a cada uno de los bandidos.
‘¿Hice lo correcto?’ la mente de Qin Yu está aterrada.
Incluso cuando tiene gran fuerza de voluntad, él tiene trece años, es sólo un joven. Si un joven que normalmente trata sincera y cálidamente a las personas, matara a cincuenta en un instante, incluso si tuviese más fuerza de voluntad que Qin Yu, aún estaría aterrado.
El cuerpo de Qin Yu no puede sino empezar a temblar.
‘Pequeño Yu.’ Tie Shan corre a Qin Yu y toma sus hombros. Qin Yu levanta su cabeza. Sus ojos tienen una pizca de duda.
‘Pequeño Yu, sé como te sientes porque esta es la primera vez que yo también mato a alguien. Pero debes entender que eran criminales. Merecían morir. Si no los hubieses matado, hubiesen masacrado toda la villa. Matar a un hombre malvado puede salvar a cien personas. Hombres de esta clase deben morir. ¡Además deben ser exterminados!’ Tie Shan dice mientras mira fijamente a Qin Yu. El fondo de su corazón está lleno de odio. La muerte de su padre y el brazo de su hermana lo han vuelto furioso.
El cuerpo de Qin Yu tiembla una vez.
‘Matar a una persona malvada puede salvar a cien personas.’ Qin Yu repite eso. Su cabeza está tan agachada como antes.
Tie Shan no puede ver la expresión de Qin Yu así que no sabe lo que Qin Yu está pensando. Después de un tiempo, Qin Yu finalmente levanta su cabeza. Sus ojos brillan. Mira a Tie Shan a su lado y dice: ‘Gracias, Tie Shan. Creo… que ya entiendo.’
Súbitamente, Qin Yu tiene una leve sonrisa en su cara: ‘Tie Shan, ¿Por qué no has ido a ayudar a las otras personas?’
‘Ah, estás en lo cierto.’ la mente de Tie Shan había sido nublada por el odio. Después de ser recordado por Qin Yu, inmediatamente comienza a ayudar a los heridos.
En la casa de Pequeña Lu.
Con una pálida cara, Pequeña Lu está acostada en la cama. Qin Yu silenciosamente la cuida a su lado. Con una complicada expresión piensa: ‘Pequeña Lu, lo siento. Llegué tarde. Perdón. Lo siento mucho.’ Después de obtener el cuchillo de batalla y la muñeca de trapo, Qin Yu fue por un paseo a la Ciudad de Yan antes de regresar.
Si hubiese vuelto un poco más rápido, quizás Pequeña Lu aún tendría su brazo.
‘Lo siento.’ Tan pronto Qin Yu recuerda como Pequeña Lu sujetaba un vaso de té con ambas manos y se lo daba para que tomara, su corazón se encoge y sus ojos se llenan de tristeza.
Súbitamente.
Qin Yu se levanta. Sus ojos brillan. Mirando fuera de la ventana, la resuelta cara de Qin Yu emite una increíble aura: ‘Padre, Hermano Mayor y Segundo Hermano dijeron, hay diez billones de personas en el Continente Qian Long, hay toda clase de personas. No debo tomar ventajas de la benevolencia de nadie y debo tratar a las personas sinceramente. Pero esta clase de personas malvadas deben morir. ¡¡Deben morir hasta que ninguna de ellas quede!!’
Los ojos de Qin Yu arden.
Qin Zheng, Qin Feng y el Príncipe Vencedor del Este Qin De han estado preocupados por Qin Yu pues él es muy bondadoso y en el Continente Qian Long donde sólo el más fuerte sobrevive, él tendrá una gran desventaja si tiene esa clase de mentalidad. Pero Qin De, Qin Zheng y Qin Feng también creen que Qin Yu entenderá como comportarse en sociedad porque en la historia del Clan Qin no ha habido nunca nadie que fuera tan bondadoso. La gente del Clan Qin tiene una sanguinaria determinación en lo profundo de sus venas.
‘Pero… la pelea hizo que mi sangre hirviera de emoción’ los ojos de Qin Yu brillan. Su cabeza está llena de las escenas de la pelea, usando la mínima cantidad de poder, golpear los puntos vitales, usar cada poco de energía en la forma más efectiva, usar la velocidad máxima, matar directamente a los oponentes.
En combate en espacios cerrados, la vida o muerte es decidida en un momento.
‘Entre ellos, sólo el hombre tuerto fue un poco difícil. Los otros hombres eran muy débiles. Sólo peleando con expertos del mismo nivel que el mío puedo experimentar la pasión del combate. Usar la técnica de combate más poderosa en la línea entre la vida y la muerte, arder con pasión por la vida… es justo como el meteroro.’ Qin Yu recuerda la lluvia de meteoros.
En este momento Tie Shan entra en la habitación. Va directamente a un lado de Pequeña Lu y mira a su cara. Su madre falleció cuando daba a luz a Pequeña Luz después de un parto difícil. Ahora que su padre está muerto, Pequeña Lu se ha convertido en la única pariente de Tie Shan.
‘Pequeña Lu, lo siento. Hermano Mayor lo siente mucho.’ Tie Shan gentilmente acaricia la cara de Pequeña Lu. Su expresión es muy triste.
‘Tie Shan.’ Qin Yu camina hacia Tie Shan y le da una palmada en el hombro para consolarlo. Ambos ven cariñosamente a Pequeña Lu, quien duerme profundamente. No pueden imaginar como reaccionará cuando despierte.
******
En este momento, la tropa de bandidos montados Viento Negro está tomando un descanso en el Monte Louting no lejos de la villa.
‘Hermano Mayor, algo está mal. ¿Por qué ese tipo Bai San no ha vuelto? Ha pasado bastante tiempo.’ Un hombre de mediana edad cuyo cuerpo está cubierto por una túnica negra va hacia a un lado del líder y dice con con un fruño de cejas. Este hombre de mediana edad no es otro que Gu Ming, el número dos de la tropa de bandidos montados Viento Negro. Su Energía Interna es muy profunda. Se dice que ha alcanzado la fase tardía del nivel Houtian. Es muy superior al tercer hermano de la tropa de bandidos montados Viento Negro.
El líder tiene un gran y fuerte cuerpo. Sus músculos están extremadamente desarrollados. En teoría, una persona de tal musculatura es simple y directa. Pero incluso el segundo hermano Gu Ming de la tropa de bandidos montados Viento Negro está extremadamente aterrado de su Hermano Mayor, no sólo porque es poderoso, sino porque también posee un corazón cruel.
Wu Tuan, el Hermano Mayor de la tropa de bandidos montados Viento Negro, ha llegado a la cima del nivel Houtian. Su Energía Interna es excepcionalmente aterradora. El tercer hermano Bai San no podría soportar ni siquiera un ataque de él.
‘¡Mmf!’ Wu Tuan ruge y se levanta. Súbitamente le da una palmada a una roca que está a su lado. La roca tiembla una vez y luego se hace añicos con un estruendo. Numerosas rocas se dispersan sobre una gran área en el suelo. En términos de poder, este Wu Tuan puede ser comparado a los ocho Expertos Externos que Qin Yu podía escoger para maestro. Es mucho más podersoso que el Qin Yu actual. Puede decirse que la notoriedad de la tropa de bandidos montados Viento Negro fue ganada sólo por Wu Tuan.
Fríos rayos de luz emanan de los ojos de Wu Tuan.
‘Basura, esa basura de Bai San ha perdido demasiado tiempo. ¡Todos siganme para ver que ha sucedido!’ Wu Tuan se sube a su caballo e inmediatamente da la orden. Su voz suena extremadamente escalofriante. Siguiendo la orden, cien bandidos montados incluyendo el segundo hermano Gu Ming montan sus caballos.
‘¡Vamos!’
Wu Tuan da la orden y los cien bandidos montados aceleran. Se dirigen a la villa rápidamente a la villa.
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