Prólogo
─ ─ Escuché una voz llena de odio.
─ Un sonido que no dejaría mis oídos.
─ ─ Las palabras imbuidas de odio me siguieron.
─ ─ Fue aterrador, tan aterrador y no pude soportarlo.
─ ─ Estaba siendo aplastado por la presión de este ruido que no ocultaba su malicia.
─ Se apoderó de mi alma y no me soltó.
── Mientras más dependas de tu vida, más seguro será que lastimarás a alguien más.
─ ─ Fue porque, ante todo, me disculpé y sentí pena de que aún nos hundiéramos en las profundidades.
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