sábado, 19 de mayo de 2018
Shuumatsu Nani Shitemasu ka? Isogashii desu ka? Sukutte Moratte Ii desu ka? vol3 cap4.5
Parte 5 – Fin del Sueño
Ella sintió como si siempre estuvo en un sueño.
Un sentimiento irremediable de impaciencia envolvía sus extremidades.
Al tiempo se esparcía y esparcía, mientras su consciencia se aceleraba más y más rápido.
Las cosas se perdían por cada movimiento de su brazo derecho.
Una Bestia se vaporizaba mientras su torrente de Venom era tragado.
La ‘Kutori’ seguía apenas dentro de la chica que se desaparecía de poco en poco.
Había recuerdos que no quería olvidar, pero ella ya no podía recordar qué eran. Ella tenía un futuro que no quería dejar, pero ya no podía imaginar el concepto del futuro. Todo se fue. Ella dejo todo.
Pero ella no se arrepentía. O al menos, ella no pensaba que estuviera arrepentida. Ella no sabía nada. Lista, sin suficientes recuerdos quedando dentro de ella para decírselo a sí misma.
Ella perdió la noción del tiempo. Nadie sabía por cuánto tiempo continúo peleando.
Aunque, tal parece que la interminable batalla eventualmente llegaba a su fin.
Los cuerpos de 715 Bestias yacían a su alrededor, todos cortados en partes, aplastados, o quemados a ceniza. Y eso era todo, confirmando que no quedaban Bestias cerca de ella, finalmente dejo de moverse.
El viento quedaba allí.
Su cabello rojo, tan vivo como una llamarada, brillaba a la luz de la luna.
— Alguien yacía colapsado en el suelo.
¿Quién es? La chica pensó.
Con algo de esfuerzo, ella torció su cuello para dar un vistazo.
Envuelto en la oscuridad de la noche, un hombre de cabello hombre yacía en la arena con una chica fuertemente abrazada a su pecho.
[Ah…]
La chica levantó su cabeza y pensó en decir algo, pero su garganta ya no funcionaba luego de tal salvaje respiración durante la batalla. Y además, ella no sabía qué decir.
El hombre parecía como si fuera a estallar en lágrimas. Por alguna razón, la chica encontró esa vista muy triste.
¿Quién es él?
Seguramente, él se solía ser alguien muy preciado para ella. Pero no podía recordar. Ni siquiera podía sentirse pérdida.
La chica tenía el sentimiento que quería que el hombre sonriera. Quería que sonriera y le hiciera una broma. Pero al mismo tiempo, ella quería que llorara. Quería que sintiera un vacío ahora que lo conmoviera a las lágrimas. Soy una terrible persona, la chica pensó. En verdad lo soy.
El hombre abrió sus ojos ligeramente y vio a la chica. Una pronta felicidad llego a su pecho. Pudo transmitírselo. Luego de perder todo, incluso perdió de vista quién era, el último deseo que se mantenía dentro de su corazón. Había palabras que quería transmitirle antes desaparecieron.
Gracias.
Ella movió sus labios para formar esas palabras luego, con cada gramo de fuerza que quedaba dentro de su roto cuerpo, sonrió.
Luego de un momento, la consciencia de la chica se fue, nunca volvió a regresar.
El reporte detallado de las pérdidas se hizo grueso casi que podía constituir todo un libro. Dado el tamaño de la aeronave, solo parecía natural. Además, el valor de los bienes a bordo, varios permisos que se llevaron, por ejemplo, volar a una cierta ruta o el ancla a cierto muelle, también fueron costosos. Especialmente ya que la aeronave había claramente descendido a la tierra, no serían capaces de contar el número de permisos necesarios con todos los dedos de las manos y pies (asumiendo que fuera de una raza con dos manos y dos pies, cada uno conteniendo cinco dedos).
Pero a pesar de la complicada naturaleza de la situación, el reporte el cual llegó a almacén de hadas era corto y simple. El Segundo Técnico Willem Kumesh y su secretaria se perdieron durante el repentino conflicto a las Ruinas del Nivel del Suelo K96-MAL. Además, el siguiente equipo se perdió en la batalla.
Arma Excavadora Insania
Arma Excavadora Desperatio
Usuaria de Arma Excavadora Nephren Ruq Insania
Debido a que el Segundo Técnico Willem Kumesh le hacía falta familia, sus cosas fueron añadidas a al 4to Almacén de la Compañía de Trato Orlandri, como él lo pidió…
Capítulo 5: Un Sueño ahora Distante – B
Hace un tiempo, cuando una cierta chica había ‘nacido’.
En lo profundo de un oscuro bosque en las afueras de la 94ava Isla Flotante.
La chica estaba llorando en frente de un viejo mus que cubría el monumento de piedra. Ella lloraba y gemía con una voz alta que resonaba por el bosque. Se sentía triste. No sabía por qué, pero cual sea la razón un abrumador sentimiento de pérdida llenaba el interior de su pecho y se rehusaba a irse.
[¿¡Cómo es que llora tan alto!?] Un hada soldado, quien acababa de terminar una batalla, reía mientras cubría sus oídos.
[¡Ella debe traer muchas emociones de su vida anterior!] Otra hada soldado, también cubría sus orejas, replicó.
Las dos intercambiaron miradas antes de ir cerca de la niña. Ellas se acuclillaron al nivel de los ojos de la chica, luego hablaron en voces gentiles. [Buenas noches. ¿Cómo te sientes?]
Waaaaaahhh.
[…Ella no está escuchando.]
[Ella no. En momentos así, justo es lo que haces.] Una de las hadas abrazo a la niña llorona en sus brazos. La chica, incapaz de respirar bien con su cara hundida en el pecho de alguien más, de pronto dejo de llorar y luego de un corto momento, se quedó quieta. [¿Lo ves? Así es como es.]
[Solo está durmiendo. Escuchaste.]
Al escuchar de cerca, las dos hadas pudieron escuchar ronquidos salir de la chiquilla, el volumen el cual ni siquiera podía compararse con sus llantos de hace unos segundos. El viento soplaba, suavemente moviendo los árboles del bosque.
[Bienvenida, pequeña, a este medio apocalíptico, temerario, y mundo completamente insalvable.]
[No suena como si fuera una bienvenida muy placentera.]
[Está bien. Como las mayores, es nuestro deber y nuestro derecho decirles a los niños la dura verdad.]
[Como el mayor que eres…]
[Lo sé, soy grandiosa.]
Mientras las dos iban y regresaban, ellas vieron a la cara de la chica dormilona.
[Me pregunto qué tipo de sueño tuvo.] Una de las hadas ligeramente pellizcó sus mejillas.
[¿Quién lo sabe? Es la única cosa que solo ella sabe.]
[Ah. Ella solo sonríe. Tal vez es un buen sueño.]
[Eso sería bueno.]
Medio mes había pasado desde que las noticias del incidente de las Ruinas a Nivel del Suelo K96-MAL llegaron al almacén. Había quienes lloraron, algunas que pretendieron estar bien, algunas que se sorprendieron, algunas que se abrumaron, y algunas que fueron a cazar osos desesperadamente… Llevó medio mes hacer lo que necesitaban para hacerle frente a sus sentimientos.
[¡Agh!]
Mientras el sol se hundía a lo bajo del terreno del almacén de las hadas, Tiat Shiba Ignareo continúo corriendo de sí misma.
[Presionarte tanto ayudará en nada, ¿lo sabes?]
Ella no le prestó atención a Aiseia, concentrándose solamente a dar un paso hacia adelante. Moviéndose de atrás hacia adelante del pecho de Tiat un boche plateado, un poco grande para ella.
[Seguramente está trabajando duro.] Naigrat lo dijo mientras caminaba hacia las dos.
[Es difícil, creo.] Aiseia respondió.
Cuando la noticia llego, Naigrat se cortó el cabello. A las pequeñas, quienes no dejaban de preguntar por qué, vagamente respondió que quería un cambio. Aiseia, desde luego, sabía que había más. Naigrat fue al distrito puerto, y soltó su cabello en el aire, dispersando varias hebras al suelo por debajo. En la antigua tradición Troll, dos personas se comían parte del otro en una ceremonia que ataba sus corazones juntos por la eternidad.
[Creo que ella todavía tiene problemas aceptando la muerte de Kutori. Ella trató desesperadamente de ser más cercana a Kutori.] Aiseia dijo.
[Eso me recuerda. Kutori solía ser igual hace un tiempo.] Naigrat lo dijo con una sonrisa. [Había alguien como una hermana mayor para ella, y cuando falleció, Kutori usó ese dolor como un catalizador para ser increíblemente fuerte.]
[Así que el mundo se mantiene girando como siempre, ¿huh?] Aiseia lo dijo, luego yació en el suelo. [Noft y Lantolq salen del hospital mañana, ¿cierto? ¿Les daremos una fiesta de bienvenida a casa?]
[Así es. Es una lástima que algunos no regresen a casa, pero tenemos a otros para darles una bienvenida apropiada.]
[Así que madurar…] Aiseia balanceaba sus piernas y miró al cielo. [Supongo que tengo que aprenderlo pronto, ¿huh?] Ella murmuró mientras sus ojos empezaron a brillar.
[No puedo aceptarlo.] Noft gruño mientras se sentaba sobre una cama de sábanas blancas.
Luego de sobrevivir a la batalla, Noft y Lantolq habían sido llevadas por los tripulantes a la facultad de Trato en otra isla flotante. Ambas sufrieron debilitación de la fuerza vital como resultado de incinerar mucho Venom. Por unos días, su condición era tan horrible que no habría sido sorpresa si murieran en cualquier momento. Solo acababan de recuperar la consciencia.
[¿Qué se supone que significa? ‘Ya he sido feliz por un largo tiempo’. ¿Creyó que lo aceptaría como respuesta? ¿Y luego salta y todos viven felices por siempre? ¡No!]
[Noft, no seas ruidosa.] Lantolq respondió fríamente mientras leía un periódico local. [No puedes ver o entender la felicidad de alguien más. Tratando de decidir qué significa la felicidad para alguien o negarle su felicidad no es nada más que un egoísmo tonto.]
Noft se revoloteó en frustración.
[…Pero aún así…] La felicidad a menudo atrae a ese egoísmo tonto, Lantolq lo pensó.
A Lantolq en realidad no le agradaba Kutori. Sin embargo, tampoco la odiaba particularmente. Por lo que, si era feliz proclamándolo en sus momentos finales, entonces quizás fue un verdadero final feliz.
Sobre ello, el sol de invierno finalmente se sumergió en el horizonte. Como si estuviera ausente del cielo azul, las estrellas empezaron su gentil brillo.
Olores familiares: una canasta de pan llena con nueces, huevos revueltos, aperitivos, jugo de naranja fresco. La usual comida matutina. El olor de un nuevo día empezó a darle ese sentido a su cuerpo.
[Nngh…]
Willem se meneó ligeramente.
[Ah, ¿por fin despiertas?]
Él escuchó un suave sonido de un par de pantuflas caminando por el suelo. Similar al olor, esas pisadas también fueron bastante familiares y bien conocidas a su cuerpo. Las típicas pisadas.
Willem abrió sus ojos. Él vio el desteñido techo. [Dónde—]
Lucía similar a un cierto lugar nostálgico. Muy parecido a ese lugar al que una vez regresaría a casa. Sentimientos de dicha lentamente empezaron a fluir desde el fondo de su corazón. Pero algo más dentro de su corazón negaba fuertemente esos sentimientos. No podía ser real. No era posible.
[Almaria.]
[¿Hm?]
Willem llamó un nombre, y recibió una respuesta. Una gruesa niebla todavía estaba en su mente.
[¿Estaba durmiendo?]
[No luces bien. ¿Tuviste un mal sueño o algo por el estilo?]
Por todo el edificio, una pequeña presencia se sintió. El olor de la mañana afectaba a todos en el orfanato por igual. Tan pronto, todos los niños emergieron de sus cuartos y se reunieron en las escaleras.
¿Estuve soñando?
Si fuera cierto, era un sueño muy realista. Dentro de ese sueño, él había estado al borde de la muerte tantas veces. Se había perdido, ganado más, y vuelto a perder. Él se había lamentado tanto que las lágrimas salieron. Y él se había regocijado tanto que sacó sonrisas.
Pero el sueño, no importa lo brillante que es, al final es un sueño. Eventualmente, debe terminar, solo derritiéndose en la luz de la mañana y sacó esos recuerdos. Quizás Willem recolectó sus sueños, tan preciados, pronto se hundirían en algún lugar profundo dentro de su mente y nunca las volvería a recordar.
¿No es algo bueno? Una voz dentro parecía susurrarle. Olvídalo todo.
[…No puedo hacerlo.] Todavía sin despertar del todo. Willem aplastó esos pensamientos. Justo ahora, él necesitaba lavar su cara y aclarar su mente de la niebla.
Mientras se levantaba del sofá, una chiquilla rodó por su estómago.
[Ow…] Una chica de cabello gris se sentó en el suelo. Sobando sus ojos, echo una mirada. [¿Huh? ¿Dónde es esto? ¿Por qué… estoy aquí?]
Willem reconoció a la chica. La recordó. Nephren Ruq Insania, un Leprechaun. Una residente del almacén de hadas. Una de las guardianas de Regul Aire.
[…… ah.]
La tapa de la caja se había levantado. Recordó algo una vez más, todo lo demás se desbordo. Incontables imágenes y nombres pasaron por su cabeza.
[¿Nephren…?] Willem lo dijo, trató de pelear a la profunda confusión que lo sobrellevaba.
Ella no estaba allí, hace 500 años en la tierra. Ella no vivía en ese entonces.
Si Willem se calmaba un poco más, él podía notarlo en seguida. A la par de su pecho, un único fragmento de metal brillaba.
Si fuera el lenguaje Talismán el cual Willem nunca le regreso a Grick, un antiguo tesoro que se decía ser conveniente para usar el lenguaje como un intermediario. Una vez activado, el usuario ya no necesitaría suplir Venom. Traducía cada mensaje recibido, respecto a lo que el usuario quería escuchar. El pequeño inconveniente del dispositivo ayudó mucho a Willem cuando él despertó primero en Regul Aire, antes que aprendiera el lenguaje común, empezó a hacer el trabajo otra vez.
Willem, siendo un guerrero experimentado, debió reconocer en seguida qué significaba la luz. Cuál era la verdadera naturaleza de este nuevo mundo. Él podía ver a través ahora mismo, pero…
[Nnn… ¿huh…?]
[¿Padre? ¿Qué ocurre? ¿Padre?]
La voz confusa de Nephren. Las pisadas de Almaria. Willem no podía escuchar ya nada. Él no podía ver nada. Él no podía pensar en nada. Sus sentidos parecían cesar a la funcionalidad, dejándolo en su propio mundo blanco puro de naderías. Todo lo que podía sentir era la calidez de las lágrimas que bajaban de sus mejillas.
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