Capítulo 3: Incluso si el Futuro es Incierto
Parte 6 – Reunión
Ella tocó en la puerta, pero no recibió respuesta.
Luego giro la perilla, y descubrió que estaba sin llave.
[¿Kutori…?]
Ah, así es. Tiat recordó. La propietaria del cuarto que estaba en el almacén de hadas se fue en una gran aeronave y fue por sus compañeras que esperaban en la tierra. No estaría en casa estos días.
[Um… vine a regresar el libro que tomé prestado.] Cautelosa, Tiat entró al cuarto vacío.
Ella anduvo en puntillas cerca del cuarto limpio y coloco el libro que sostenía en su pecho sobre el escritorio de Kutori. Al ponerlo, ella notó que algo había sido colocado en el borde del escritorio. Un gran sombrero azul… y a su par estaba un brillante objeto plateado.
[Esto es…]
Tiat lo había visto antes. Un broche plateado con una gema azul que le quedaba. Se miraba bien en Kutori, y Tiat siempre lo envidió. Una vez, cuando ella le dijo eso a Kutori, respondió. [Gracias, pero estoy segura que también se verá bien en ti. Una vez seas más grande, te lo daré como regalo.]
Tait entró en pánico cuando lo escucho. Ella no quería parecer como que quisiera que Kutori le diera su broche. Ella solo quería decir cuánto amaba ver a Kutori con ese accesorio de adulto en ella. Pero, las palabras de Kutori la hicieron sentirse un poco feliz.
… ¿Me pregunto si ella lo olvido?
Tiat de pronto sintió malicia. Desde su conversación con Kutori, ella creció algo. Tal vez ahora era tiempo que ella se convertiría en una elegante señorita con un lindo broche. No haría daño con intentarlo. Ella tragó, luego con cuidado estiro su mano hacia el brillante objeto. Sus dedos rozaron el metal plateado.
[…Tal vez no debería.]
Tiat trato de retomar su mano. Sintió que, si lo tocaba, incluso por un momento, incluso si fuera una prueba, algo muy importante se perdería.
Ahora, la Plantaginesta está, en el centro, una nave de carga. A diferencia de un barco mensajero, estaba diseñado para llevar una gran cantidad de material. En otras palabras, la comodidad de los pasajeros no era prioridad.
Willem podía sentir la consecuencia de esto mientras la aeronave sosegaba de atrás hacia adelante incesantemente. Para más, misteriosas pipas resaltaban de los pasillos y cuartos, el olor a aceite punzaba en cada objeto en toda la aeronave, obscenos grafitis podíam verse en varios lugares, botellas vacías tiradas en el suelo, etc. Etc.
Ahora, Willem podía tratar con este mal ambiente. Él vivió en la Isla 28ava. Pero como temía la aeronave se movía, su disconformidad rápidamente paso su tolerancia límite.
Tiempo estimado de vuelo: 42 Horas.
Esas 42 horas serían el verdadero infierno.
Pero eventualmente, llegaron al Nivel de las Ruinas del Suelo K96-MAL, el sitio de la caída de la nave de expedición Saxifraga.
[El mundo se está agitando…]
Mientras se tambaleaba con un hombre ebrio, Willem puso pie en la tierra cenicienta. Las suelas de sus zapatos se hundían a una distancia tan gruesa como una mano cayendo ligeramente en el suelo. Solo caminar tomaba una gran cantidad de esfuerzo. Él no quería imaginarse qué es correr y pelear en la arena.
Mirando el suelo, Willem vio las vastas ruinas grises. Dentro se paraban a medias construcciones destrozadas que parecían como si alguien se hubiera ido y las cenizas lo cubrían todo.
Hace tempo, una pequeña ciudad se colocaba en esos monumentos extraños. Situado cerca del borde del imperio, muy lejos de la capital. No tan grande o prospera por alguna causa, distante de cualquier ruta de trato, y le faltaba productos distintivos, la ciudad había acumulado calmadamente un pequeño significado de historia por los siglos, y debería haber continuado por mucho más.
Willem se acuclillo y tomo un puño de arena. El ceniciento polvo rápidamente cayó por entre sus dedos.
[Es menos dramático de lo que esperaba…]
Él no sintió ninguna de las emociones que había preparado de ante mano. Tristeza, frustración, ninguna de ellas se le ocurrió. No significaba que no entendiera la realidad de la situación. Ante sus ojos estaba su ciudad natal, Gomag, o más bien lo que era. Él era capaz de aceptar la verdad tan rápidamente que se sentía extraño.
[¿…Te encuentras bien?]
[Sí, no te preocupes por mí.] Él respondió a Nephren, quien se metió a su lado mientras se perdía en sus pensamientos, luego se paró.
[No luces bien.]
[Probablemente son nauseas. En realidad, no hay nada en mi mente en particular.]
[Si en serio no estás pensando en nada, creo que es para preocuparse. Esta es tu ciudad natal, ¿no?]
Un fuerte viento golpeó, causando que Nephren se protegiera con la capa que ondeaba en el viento.
[Estoy bien. Mi ciudad natal ya no existe, y ahora mi hogar está—] Willem señaló al cielo. [—arriba, ¿cierto?]
Nephren envolvió la cabeza de Willem con ambos brazos y se acercó a su cara. Vio profundamente en sus ojos.
[¿Estás seguro?]
[Seguro. Ahora suéltame, no quiero que alguien nos vea.]
[No es como que estemos haciendo algo malo.]
[Eso no importa- que pasa con lo que las otras personas piensen.]
[Reeee—] De pronto, él escuchó el sonido de alguien corriendo por la arena [¡—eeeen!]
Desde algún lugar, una fuerte patada, junto con un chapoteo de arena, estuvo a su lado. Justo cuando Collon o Panival lo atacaban, Willem lo tomó sin intentar esquivarlo. Sin embargo, esta vez fue muy diferente. La patada, era más poderosa de lo que imaginaba, noqueándolo, dejándolo en el suelo retorciéndose del dolor. El asaltante de Willem, un chico… o no, chica, tomo los hombros de Nephren y los sacudió violentamente. Willem, aun en la arena, levanto su cara y dio un vistazo.
[¿¡Estás bien!? ¿¡Ese pervertido trato de hacerte algo!? No te hizo nada, ¿¡cierto!?]
La recién llegada tenía cabello escarlata y ojos con una ligera sombra oscura del mismo color. Willem nunca la había visto, pero su apariencia era similar con alguien del que ya había escuchado. Noft Kei Desperatio, usuario de la Arma Excavadora Desperatio.
[No, Noft.] Nephren, lucía incomoda, tratando de salir de la atadura de Noft. [Él no es un pervertido tratando de hacer algo a las niñas. De hecho, alguien desearía que lo hiciera a las niñas.]
[No creo que vinieras al rescate. ¡Eres más divertida que antes!]
La explicación de Nephren entro por un oído y salió por el otro. Noft, saco una sonrisa en su cara, solo abrazo más duro a Nephren.
[…Solo ha pasado un mes desde que salimos del almacén. Por supuesto, no he crecido desde entonces.]
[¿En serio? Se siente que he pasado un tiempo desde que te vi…] Noft de pronto se congelo, como si recordara algo. [—Hey… también estaba en batalla, ¿verdad?]
[¿Hm?]
[El aquel extra grande ‘6to’.]
[Ah…] Aunque encerrada en los brazos de Noft, Nephren asistió. [Fui y peleé.]
[¿Kutori peleó valientemente?]
Nephren lucía algo confundida. [Uh, sí fue valiente.]
[Ah, eso es bueno.] Una solitaria sonrisa cruzo la cara de Noft. [No sé cómo decirlo… en realidad no me gusta mucho, y pensé que nunca nos llevaríamos bien, y eso no ha cambiado. Pero luego de venir aquí, estando en una situación donde no sabes si serás capaz de regresar a casa a salvo, empecé a sentir algo de remordimiento. Incluso si nunca seamos amigas, incluso si peleamos todo el tiempo, desearía habar con ella más.]
Willem lentamente levantó su cuerpo de la arena. Vio a dos chicas más caminando de la aeronave. Una cara que Willem conocía bien, y la otra era una que nunca había visto, pero similar a la descripción que había escuchado. Ella debía ser la otra de las dos hadas que las enviaron a la expedición: Lantolq Itsuri Historia, usuaria de la Arma Excavadora Historia. Con eso, la segunda fue confirmada a salvo. Willem respiro en silencio por un momento.
[Debió ser fuerte, la Bestia en la Isla 15.] Noft continúo. [No fueron capaces de ganar sin que Kutori abriera la puerta, no es normal. Pero que estés aquí a salva y sana significa que lo hiciste. Ella fue y abrió esa puerta.]
[Umm…] Una rara ocurrencia, la cara de Nephren mostraba signos de estar en problemas.
[Ella siempre es sería con estas cosas, diciendo que necesita proteger a todos y todo. Siempre trata de actuar fuerte, incluso en el interior está súper asustada. Apuesto que se mantendrá actuando hasta que sea el fin.]
Tal vez se debía a su esperada reunión con un amigo del almacén de hadas, Noft parecía que dejo que su boca saliera de proporciones. Ella iba y venía, sus palabras gradualmente se hicieron menos y menos comprensibles. Tan pronto perdió el rastro de lo que estaba diciendo. Finalmente, un golpecito en su hombre de la chica de cabello azul, Lantolq, la interrumpió.
[Noft.]
[¿Qué? Estoy ocupada ahora.] Con un sorbo, Noft pauso el interminable flujo de sus palabras.
[Toma un respiro profundo.]
[¿Huh?]
[Inhala, exhala. Una vez te calmes, mira atrás de ti.]
Tal vez se debía a que era obediente de corazón, o tal vez solo porque Lantolq estaba hablando, Noft lo hizo mientras lo decía. Ella tomo un respiro profundo, y lo dejo salir todo, luego se dio vuelta con una cara que decía que no tenía idea de por qué lo estaba haciendo—
Noft se congelo.
[…Um…] Un patrón de rojo y azul se movía en el viento. Kutori se paró allí con una incómoda mirada.
[¿…Ha pasado tiempo?]
[¿F—?]
[¿F?]
[¡¡Fantasma!!] Noft libero a Nephren de su agarre y se apresuró a una impresionante velocidad considerada inestable en la arena debajo de sus pies.
[¡E-Espera!] Kutori fue tras ella, otra vez a una respetable velocidad. Ella no era tan veloz para atrapar a Noft, pero ella no la dejo ir tan lejos.
Las dos chicas, fluían con un gran vigor, apresurándose por el agujero en el cascarón de una ciudad muerta, en la vasta, tierra muerta.
[¿Quién creería que podían ganar?] Nephren le pregunto a Lantolq.
[Veras… apuesto el postre de esta noche que Noft atrapara a Kutori.]
[Entonces apuesto lo mismo a que Kutori se cansará primero… ha pasado un tiempo. Lantolq. Me alegra ver que estás bien.]
[Lo mismo para ti. Me alegra que estén bien. En serio.] Lantolq apretó la pequeña pala de Nephren con su mano.
Mientras escuchaba su conversación a un lado, Willem vio a otras dos chicas corriendo en la distancia.
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