sábado, 19 de mayo de 2018
Shuumatsu Nani Shitemasu ka? Isogashii desu ka? Sukutte Moratte Ii desu ka? vol3 cap4.3
Parte 3 – El Anacrónico Reloj Desgastado
Al día siguiente.
Justo como lo dijo, el Primer Técnico formó un gran equipo de 13 soldados y fueron hacia abajo. Esos que se quedaron atrás ahora fueron forzados a continuar el duro trabajo de las reparaciones de la aeronave para despegar con 13 pares de brazos menos.
El equipo regreso antes del atardecer. El Primer Técnico, se inflo de orgullo, mostrando la ausencia de heridas en cada uno de los 13 soldados. Quizás el equipo había sido excepcionalmente habilidoso, para regresar con una cantidad justa de aceite.
Ahora, hablaron un poco del Teimerre. Fundamentalmente criaturas sin forma, fueron madurando rápidamente y tenían la habilidad de dividirse. También son las únicas Bestias que nunca se encuentran en el cielo, aunque tiene una baja frecuencia.
Cuando bajan a la tierra, crean nidos por debajo. Una vez encuentras una cueva con espacio bueno y humedad, se pagaban en muros y techos comenzado a multiplicarse. Contrario a la repulsiva y aterradora apariencia de esos nidos, en realidad no son tan peligrosos. Había más que solo unos casos de un salvador tropezándose en medio del nido del ‘6to’ y salieron sin un solo rasguño. El Teimerre no parecía molestarse por responder a uno o dos invasores, como si fueran una molestia levantarse de sus confortables nidos.
No se sabe con certeza que los lleva a accionar. Algunos incluso dicen que no hay tal cosa, que las Bestias simplemente llevan la destrucción sin pensamiento o razón. Aceptar esa hipótesis, no parecía como tratar de descubrir que los despierta o que los mantiene dormidos.
—Sin embargo, en realidad, esa creencia es incorrecta. Hay nuevas condiciones las cuales, mientras no sean absolutamente necesarias, tienden a despertar al Teimerre de su sueño. Por ejemplo, si un gran grupo de seres vivos empieza a acercarse. Cuando una o más condiciones se cumplen, uno de los Teimerre despierta y busca a su presa.
Sobre la superficie de la arena, golpeados continuamente por el fuerte viento, un pequeño se abrió.
Y entonces otra vez.
Y otra vez.
Y entonces otra, y otra, y otra, y otra, y otra vez, como si fueran burbujas de agua hirviendo en la superficie.
Entonces, un líquido empezó a filtrarse de cada uno de los nuevos hoyos formados.
En el antiguo lenguaje Emnetwyte, ‘Teimerre’ significaba algo como ‘Miedo’. El tipo de miedo que sale de alguna parte, multiplicándose sin fin sin que lo notes, luego devora tu corazón, aplasta tu alma, y se traga todo. Ese tipo de miedo.
Ahora no hay forma de saber cómo ésta especie de las 17 Bestias adquirió tal nombre. Quizás la antigua escuela simplemente fue con la primera cosa que les llego a su mente. Pero no importa cómo sea, las bestias conocidas como Teimerre verdaderamente dan honra a su nombre.
Miles de Teimerre empezaron a rasgar sobre la superficie arenosa en la tierra.
En los muros del Plantaginesta estaba un desgastado reloj anacrónico. Dos delgados alambres y manecillas ligeramente rotando en un cuadro de madera, el cual se había deformado debido a la humedad de los años. De acuerdo a los miembros de la tripulación que habían abordado esta gran nave, el reloj ya estaba malgastado para cuando lo vieron primero.
Aparentemente, el primer capitán del Plantagineta lo trajo abordo como un recuerdo de su abuela. Y también, se decía que había una verdadera obra sentimental detrás del reloj, pero uno no podía haber escuchado la verdad de la historia. Alguien probablemente la hizo un rumor para entretener.
El desgastado reloj ya no era más que un desgastado reloj. Apareció convenientemente esa vez si mirabas arriba, nada más y nada menos.
En ese momento, la manecilla del reloj indicaba las 6:26 P.M.
La primera víctima fue un Ayrantrobos que por desgracia fue asignado a la limpieza de la ventana. Él había estado luchando por limpiar la cantidad de arena pegada a la ventana cuando sucedió. Él ni siquiera tuvo el tiempo para gritar.
En ese momento, las manecillas del reloj daban las 6:28 P.M.
Mientras caminaba por el corredor de la nave, el ebrio Tercer Oficial Reptrace notó un extraño sonido viniendo de la ventana. Cuando fue a dar un vistazo, vio un oscuro verde pegado en la ventada del lado de fuera. Y tal parece, ese verde trataba de aplastar la ventana—no, más que el muro de la nave.
El Tercer Oficial gritó.
Una gran grieta apareció en la ventana.
En ese momento, las manecillas marcaban las 6:32 P.M.
Con una explosión, el hechizo incinerador de la nave circulo a la vida. La tripulación se dio cuenta que tenían que dejar la superficie lo más rápido posible. Cada segundo importaba. Si lo hicieran tarde, todos serían consumidos por la horda de arena cenicienta.
[¿¡Q-Qué diablos es todo esto!?] El Primer Técnico grito.
Grick miro fuera de la ventana. Más allá de la oleada de arena, él pudo ver incontables siluetas como árboles esparciendo sus ramas, tratando de picar al Plantaginesta.
[¿Qué diablos significa esto? Es un grupo de Teimerre desde luego.] Grick respondió sin más mientras rellenaba de municiones un arma. Claro, sabía que con eso no sería capaz de matar a una Bestia. Además, sería mejor que irse con las manos vacías.
[¿V-Vamos a estar bien encendiendo el hechizo incinerador así? Escuché que esa es la causa que el Saxifraga cayera.]
El Primer Técnico no se equivocó, pero el Saxifraga había sido atacado por el ‘4to’, el que buscaba a su presa sintiendo sonidos y movimientos. El rugido del hechizo incinerador tenía efecto básicamente por el grito ‘¡hey, estamos aquí!’ al enemigo.
Sin embargo, el Teimerre es diferente. Si sus ojos son buenos o sus oídos son buenos nadie lo sabe, pero de alguna manera son capaces de localizar a cualquier ser viviente y atacar. Conteniendo su respiración o jugar al muerto o esconderse en las sombras no es algo bueno. Mientras que estés cerca y vivo, no hay escapatoria de sus colmillos. Eso significaba que no importaba cuánto ruido causara el hechizo incinerador, no tomaría ni un poco la atención del Teimerre. Grick exactamente no estaba de humor para explicarlo al Primer Técnico, y bueno, no había mucho que hacer haciéndolo de todas formas.
[¿Dónde están las Armas Excavadoras? Para momentos como estos las trajimos, ¿cierto? ¡De prisa y limpien este desastre!] El Primer Técnico gritó.
[No trates de apartar los ojos de la realidad y pongas la responsabilidad en otros.]
La aeronave se meció con fuerza y se inclinó. Los propulsores empezaron a girar. Al último, el Plantaginesta se levantó de la tierra.
[¡Bien, esto es bueno! ¡Aseguremos más altitud al máximo de velocidad y quiten a todas esas cosas que se aferran a los muros! ¡Luego de eso, contamos con las señoritas!]
Sonidos de desesperación se filtraron de la nave hacia afuera. Parecían ser más cercanos.
[¡Unos se infiltraron en la nave! ¡Todos evacuen a un lugar a salvo!] Grick gritó.
[¡N-No sé qué hacer! ¡Soy un técnico, no un oficial! ¡Está fuera de mi especialidad!]
[Oh, ¿¡así es eso!?]
Si el Primer Técnico planea abandonar su deber, solo hace las cosas más convenientes para Grick. Él transmitió y emitió sus órdenes a toda la aeronave. Claro, esto también estaba fuera de la especialidad de Grick, pero si nadie tomaba el cargo no tendrían oportunidad de sobrevivir.
Las manecillas del reloj daban las 6:34 P.M.
Kutori todavía no recuperaba la consciencia. Luego de desmayarse cuando escaparon del laberinto de abajo, ella nunca más abrió los ojos. Ellos entraron a la nave y la metieron a la clínica, tomaron al doctor, y él les contó todo para hacer que se despertara.
Desde luego, nada funciono.
Después de todo, ella no sufría de ninguna enfermedad regular, y ella no tenía heridas visibles. ¿Cómo podían esperar que el doctor tratara a alguien que parecía bien por fuera? Él descubrió sangrado interno cerca del pecho, pero probablemente fue causado por la interferencia de Willem, y no directamente relacionado a su coma.
Willem se sentó en el suelo a la par de la dormida Kutori, enterró su cabeza en sus manos. Ahora que se llegó a esto, probablemente no tenga sentido tratar de reparar a Lapidem Sybilus. La espada que tenía la habilidad de mantener la condición mental y física del usuario, pero lo primero que requería es que el usuario la active con Venom.
[…Qué hago…]
Willem gruño. Él quería hacerla feliz. Pero desde que despertó del primer coma, ¿qué había sido capaz de hacer? ¿Qué había hecho para guiarla a sus sueños? Él no podía pensar en nada.
Es como que realmente no te importa ella, ¿verdad?
Willem sintió escuchar una voz susurrando de un lugar oscuro muy profundo en su corazón.
Ella solo atrapó su atención porque era la poseedora de Seniolis. No le importa Kutori. La chica que quería salvar era Leila. La cosa que quería proteger era su promesa con Almaria. Ya que falló en ambas trato de engañarse y se puso en una situación similar.
No. Me importa Kutori.
Se dio cuenta que nunca fue capaz de hacerla feliz, ¿verdad? Seniolis escogió una maldición. Una vez la tomara, su destino fue determinado. Ya nunca más habría salida desde el comienzo.
No. No. No. Ella podía encontrar la felicidad. Iba a ayudarle.
Fuiste salvado por el hecho que era una simple niña. Pudiste hablarle sin mirarla a sus ojos. Pudiste mantener la distancia. Pudiste dárselo sin tomar nada. Eso te permitió aferrarte a esas cosas tan preciadas para ti que sabías que se estaban yendo.
No. No. No. No. Y-Yo solo, solo…
Oh, mírame, lo intento tanto. Pero es no es mi culpa no poder hacer nada, el destino no está de mi lado. ¡Todo es culpa del destino, no mía! ¡Boo hoo! Claro que nadie irá a culparte si eres oponente del destino. Es cierto que nada de lo que hiciste estuvo mal, pero—
N—
Como dije, lo que es correcto para ti es incorrecto para alguien más.
La aeronave temblaba fuerte. Willem escuchó la voz de Grick por el sistema de transmisión ordenando que todos evacuaran a un lugar seguro, pero él se quedó.
[…Cásate conmigo, ¿huh?] Esas palabras salieron de su boca justo ayer. [Me pregunto… qué habría pensado de ella en realidad…]
Lentamente, Willem se paró. Él se encorvó y ligeramente toco los labios de Kutori. Una sola lágrima se derramo en la mejilla de la chica. Mientras se iba, escucho un ruido sordo de un metal. En algún lugar cercano, intrusos debían haber encontrado su camino dentro de la nave.
[…Haha.] Con una breve risa, Willem se alejó de Kutori. Incluso sintió un poco de agradecimiento por los recién llegados. Tratar con ellos sería mejor que estar sentado aquí y pensar en cosas inútiles. [Perdón. Me iré por un rato.] Él lo dijo a la chica dormida atrás de su espalda, luego salió del cuarto.
Las manecillas del reloj señalaban las 6:35 P.M.
La batalla, por supuesto, pintaba a ser inútil. Pero Lantolq podía pensar en dos buenas cosas para su situación actual.
Primero, atacar al Teimerre en gran número, pero cada individuo no era tan grande. El Teimerre, cuando era asesinado, no moría. Más preciso, al instante de la muerte se dividía en dos, y solo una mitad moría mientras la otra vivía. Es repetir ese proceso hasta un cierto límite. La fortuna era esa cosa, tanto que Lantolq podía decirlo, ninguno de ellos era tan grande para tener un límite de 10 veces. Una sola hada podía encargarse de uno con una relativa facilidad si fueron unos.
Segundo, la misma Lantolq se sentía inusualmente ágil. Incinero su Venom y fluyo por Historia más de lo que había esperado antes. En efecto, ella sintió tal ligereza que el sentimiento kusto casi era suficiente para hacer que se olvidara de la gravedad de la situación. La causa, lo sabía, era el tratamiento del Segundo Técnico Willem Kumesh. Al principio ella sospechaba que él estaba excusándose para tocar el cuerpo de una chica, pero al parecer no. Sus habilidades no eran una broma. Combinado con su personalidad, el tipo que hacía que Lantolq quisiera probarlo, ella sintió que podía ser capaz de llevarse bien con él. Ella también comprendió por qué Kutori se enamoró de él. Si solo él no fuera un Emnetwyte…
[¡Tres, cuatro!]
Lantolq lanzó el golpe final a la Bestia en frente de ella. Inmediatamente después, ella extendió sus alas y voló a una distancia segura de la horda de las Bestias aferradas al Plantaginesta. Ya que las Bestias no podían volar, ella siempre podía mantener una ventaja utilizando sus alas. La aeronave también parecía que finalmente había alcanzado una elevación buena. El Teimerre el cual había estado usando otros cuerpos para treparse y alcanzar la nave y todo colapso en el suelo.
[Bien…]
Con eso, los refuerzos de la superficie fueron acabados. Todo lo que hicieron fue limpiar a los que ya estaban pegados en la nave. Lantolq vio por el Plantaginesta una vez más. Casi una tercera parte de la parte trasera de la nave estaba completamente cubierta de Teimerre, como si estuvieran viajando con una sanguijuela. El abrumador número de Bestias, bueno, ella realmente no quería verlos, pero no podía ignorarlos. Ella estimó un total entre 100 y 200.
[Estás bromeando…]
Con tantos individuos desde el comienzo, no importaba si cada uno de ellos podía partirse 10 veces. Lantolq, mientras se sentía bien, solo tuvo que recuperarse del envenenamiento de Venom. Si continuaba sobre-fatigándose, eventualmente se quebraría. Incluso con dos puntos positivos, la situación seguía sin tener esperanzas.
Las manecillas marcaban las 6:38 P.M.
¡Sé feliz! ¡Es el campo de batalla! Algo en el interior de Willem parecía susurrárselo.
El campo de batalla. El lugar donde los héroes mostraban su valentía. El lugar de pelear, destruir, y clamar la victoria. Aquí yacía la euforia. Aquí yacía la gloria. Aquí yacía la tragedia. Fantasía. Realidad.
Willem una vez deseó el poder de estar en batalla. En su nueva vida, incapaz de estar allí más, él había sufrido amargos pensamientos. Su corazón le dolía acabando su amor por este lugar. Así que tal vez él había estado aquí todo el tiempo. Quizás debería regocijarse porque finalmente llego al campo de batalla. Después de todo, ¿no es esto todo lo que había deseado por estos años? ¿Para aplastar a sus enemigos, pelear contra el dolor, y clamar la victoria?
Willem sacudió su cabeza, intentado alejar los malos pensamientos de su mente. Siguió bajando, él corrió por el corredor. Un gris de pronto voló a su lado y cortó si espalda. Willem se agacho, causando que el ataque pasara por sobre su cabeza. Todo el muro había estallado con tal fuerza que Willem casi quería reír por todo. Incontables fragmentos de metal de cobre y hierro los cuales se habían alineado en el corredor hace unos segundos se esparcieron por el aire. Él vio un fragmento, el cual tenía las palabras ‘puede Regul Aire mantenerse en paz por siempre’ grabado en ella.
Fuera de donde el muro solía estar, se revelo por sí mismo. Tomo una gran forma, gris crustáceos, con una robusta concha cubría el cuerpo y multiplicaba las uniones en las piernas. Ligeramente parecido a un cangrejo, pero a un real cangrejo con 10 piernas, y esas piernas no eran capaces de estirarse y contractarse independientemente.
Era sin duda una Bestia. Willem había escuchado mucho de ellas, pero esta era la primera vez que veía una. Él pensó que el encuentro con una de esas criaturas tentaba sus más profundas emociones, pero él no sintió nada en particular. En frente de sus ojos no había nada más que un enemigo de forma extraña con un enorme poder—y quizás, el resultado final de un antiguo Emnetwyte. Esa posibilidad lo hacía dudar un poco. Solo un poco. ¿Y qué si una vez fue un Emnetwyte? Justo ahora, era un monstruo con colmillos que iban hacia él. Eso es todo lo que importa.
Un fuerte viento paso destruyendo todo. Junto con ello venía tres partes de la Bestia. Cortaron los muros, el techo, y el piso, azotándose salvajemente en un intento por aplastar a Willem. Él perdió su postura y cerca de la brecha entre él y las Bestias con un ágil trabajo de pies casi pareciendo a un baile. Era una versión básica de un método enseñado para grabar las técnicas de espada del Oeste de Garmond. Al parecer, si lo manejabas podía transformar al usuario en una neblina de calor flotando fácilmente por el cielo, pero el sin talentos Willem nunca pudo usarlo más que como un pequeño truco. Pero era suficiente por ahora. La Bestia se movía como cualquier otro animal salvaje. Todo lo que poseía era una fuerza abrumadora; no tenía habilidades o un complejo proceder. Con el ligero movimiento deceptivo, Willem pudo esquivar fácilmente los ataques.
Él llego justo al lado de la Bestia, en una distancia tan cercana al respiradero de ese cascarón gris. Acercándose, él noto que una extraña cosa babosa cubría el cuerpo de la bestia. Espero que no sea veneno, pensó mientras él lanzaba a su puño izquierdo. Mientras sus manos volaban por el aire, recogió una tabla de hierro que cayó del cielo colapsado antes que llegara a una de las piernas de la Bestia. Claro, su puño, incluso con la fuerza de la tabla de metal, no infligió daño. Sería estúpido pensar que un simple puño pudiera dañar a un enemigo que fácilmente puede sobrevivir a un cañonazo.
Willem bajo su postura, torció su tobillo, roto sus hombros atrás, y almaceno un fuerte respiro en su estómago. Todas esas líneas de movimientos conectaron juntos e hicieron que su puño regresara. Un puño en el blanco. Eso se decía si llevabas este ataque él podía partir una montaña gigante y verter el flujo del agua o cascada (probablemente exagero un poco). Willem, siendo un amateur, no podía hacerlo. A lo mejor, podía hacer que quien lo recibiera se hiciera algo hacia atrás.
Pero fue suficiente. Detrás de la Bestia un gran hoyo donde una pared estuvo antes, la cual la misma Bestia había tallado. En otras palabras, si Willem presionaba a la Bestia hacia adelante, no quedaría nada. Y la Bestia, sin alas, entonces no tendría una forma de apoyarse para escalar una vez fuera arrojada en el aire.
Willem llevo su puño hacia adelante, exitosamente presionando a la Bestia en la aeronave. En medio del cielo teñido de carmesí, empezó a caer el silencio de la vasta tierra gris. Luego de verlo un rato, Willem relajo su guardia.
[¡Agh!]
Él ya había presionado mucho su cuerpo. El intenso dolor pasaba por cada esquina de él, causando que Willem muecará. Con ambos brazos, él revisó la condición de sus heridas. Ningún hueso se había roto, y ninguna unión o tendón cortado. Él podía moverse. Él todavía podía pelear. Él podía mantenerse de pie en el campo de batalla. Willem dejo salir una risa maniática.
[Estoy sorprendida.] Una voz dijo detrás de él.
Dándose la vuelta, Willem vio el cabello azul azotando en el viento. [Oh, Lantolq. Me alegra verte sana y salva.] Él sonrió.
[Por desgracia, es gracias a ti. Aunque, no parece que lo estés haciendo bien.] Lantolq lo dijo amargamente. [Te presionaste demasiado, ¿verdad? ¿Una persona herida derroto a una Bestia sin armas y sin incinerar Vemon? ¿Qué tipo de broma es esta?]
[Oh, ¿estuviste viendo? Qué vergüenza.]
[No juegues estúpido. Caray, en verdad eres – ¡ah!]
La consciencia de Willem de pronto se rompió. La fuerza de apoyo en sus rodillas cedió, dejando su cuerpo inclinado hacia el gran hoyo en el muro detrás de él. Justo antes que cayera en el cielo luego que su oponente cayera, sin embargo, Lantolq tomo su cuerpo y lo arrastro al suelo, donde el suelo del corredor solía estar.
[…Lo lamento.] La consciencia de Willem vacilaba. [En verdad me salvaste.]
[Sí, lo hice. Sé agradecido. ¿Puedes pararte?]
Willem intentó levantarse, pero no fue bueno. No importa cuánto lo intente, él no podía poner fuerza en sus rodillas.
[Supongo que no nos queda más que descansar un poco. Estoy algo cansada…] Lantolq lo dijo mientras se sentaba. Ella se acercó a Willem, descansando su cabeza cerca de su pecho.
[W-Whoa vamos.] Willem dudo. Comparado a Nephren, quien siempre abrazaba a Willem, Lantolq era un poco… ya sabes. [Hah. Si fuera un niño podría sentir algo.] Él dijo, a duras penas.
[¿Así es eso? No quiero decir que lo que estás diciendo es serio o solo tratas de controlarte, pero de cualquier manera estoy agradecida.] Lantolq lo dijo, y puso fuerza a su agarre.
Con sus oídos en su pecho, Willem claramente puedo escuchar sus rápidos latidos. [También estás hecha un desastre, verdad.]
[Mientras no sea mucho para ti, me esforzare un poco más.]
El Venom se apoyaba de la fuerza del corazón para incinerarse. Las consecuencias se revelarían pronto, mientras la sangre fluye y el corazón incrementa en caos. El inestable e irregular pulso que escuchaba en Lantolq era un inequívoco resultado del sobre uso de Venom.
[¿Puedes arreglártelas con ese sospechoso tratamiento tuyo?] Lantolq pregunto.
Willem sacudió su cabeza. Con sus habilidades, curar un irregular latido sería imposible.
[Eres más inútil de lo que pensé.]
[¿Eso significa que tienes expectativas altas de mí?]
[No necesariamente…] Lantolq se pausó y pensó. [O tal vez sí. Sabía que no podía confiar o apoyarme en ti, pero tal vez alguna parte de mí espera algo de ti.]
Sus palabras le recordaron a Willem algo que ese tonto lagarto dijo una vez. Tomándolo como un insulto.
[¿Tienes alguna idea de qué esté pasando en otros lados? ¿Noft y Nephren están seguras?] Él pregunto.
[No conozco los números exactos, pero espero que haya al menos 10 Bestias restantes. Hace rato vi a Noft viva, pero parece que se sobre-fatigo demasiado. Todavía no he visto a Nephren, pero creo que está peleando en algún lugar.]
[Ya veo.] Willem pensó un poco. La situación era obviamente fría y sombría. Las hadas no tenían problema con pelear con las Bestias una a una, pero eran un número devastador. Sin alguna oportunidad de descansar, la batalla se alargaría más tomando la fuerza de las hadas. [Creo que debería—]
[No.] Lantolq lo detuvo inmediatamente.
[Todavía no he terminado de hablar.]
[Puedo decirlo por tu cara que vas a decir algo nada bueno. Algo así, si la situación es tan mala que ni siquiera con abrir la puerta de las hadas se resolvería, entonces me sacrificare y limpiare con todo. [¿Estoy en lo correcto? Estabas pensando hacer eso así se minimizaría las perdidas, ¿correcto?] Willem deseaba que Lantolq parara de leer su mente. [Si no, no hay explicación para esa estúpida sonrisa en tu cara.]
¿……Estoy sonriendo? Willem pregunto. [Para ti, que muera sería menos doloroso, ¿verdad?]
[No lo negaré. Pero quieres cometer suicidio en frente de mi usando a una de mis amigas como una excusa no será muy placentero.]
Kutori todavía no despertaba. Willem desesperadamente trato de pelear una pelea inútil. Al parecer, Lantolq era capaz de descubrir que esos dos estaban conectados.
[Supongo.] Willem puso su mano en la cabeza de Lantolq, golpeándola inmediatamente. [Las Bestias se están haciendo menos. Sigue resistiendo. Iré a dar un vistazo.]
[¿Esa es una orden?]
[Tarda lo que quieras.] Willem respondió, luego corrió.
Las manecillas marcaban las 6: 51 P.M.
[¿¡Ah!?]
Golpeada por un fuerte viento, Noft voló hacia atrás. Ella reboto en los muros y el techo como una pelota, rompiendo unas tuberías, luego rodó hacia el final del corredor antes de por fin detenerse. Ella puso su Venom en defensa esa vez, juzgando por la falta de heridas visibles en su cuerpo. Sin embargo, como resultado de los repetidos impactos, su brazo derecho se entumeció y se rehusaba a moverse.
[Ahaha… esto es malo.]
Ella se paró con un pie temblando, viendo abajo se aproximaba una Bestia. Continuamente usado Venom sin descanso por un período de tiempo esencialmente tenía el mismo efecto como moverse a toda velocidad por el mismo período de tiempo. Forzada a una intensa batalla tras otra, la resistencia de Noft rápidamente llego a su límite. Pero sus esfuerzas no habían sido en vano. El número de enemigos claramente bajo. Solo por un rato más, y la cansada pelea se acabaría. Ella le puso fin.
Pero una vez se acabará, una vez la victoria fuera suya — ¿qué pasará hasta entonces?
Las manecillas del reloj marcaron las 6:59 P.M.
En los muros de la aeronave, capas sobre capas de láminas de metal, un gran hoyo se reventó para abrirlo. La nave se sacudió violentamente, causando que el desgastado reloj se cayera. Con un pequeño choque, colisionando con el suelo y creando una grieta. Luego de la vida, el anacrónico reloj finalmente tictó el último tick.
Viéndolo de ese lado, cualquiera claramente podía sentir que los movimientos de Nephren eran apagados. Sin otros combatientes, en otras palabras, excepto las hadas, había evacuado. Su presencia atrajo a incontables Bestias, y Nephren solo peleaba con ellos.
Ella lucho una batalla de aguante en la cual todo cerca podía ser una desventaja. La pequeña Nephren apenas tenía resistencia, y ella no tenía suficiente experiencia para ser capaz de mantener la concentración con muchos enemigos. Por tanto, en el cerrado cuarto, no podía usar sus alas o agilidad. Su espada, Insania, era larga y pesada, tenía menos rango que las extremidades de las Bestias. Ella no tenía más elección que ir con todo en un ataque, con un exceso para su resistencia y concentración. Como el tiempo pasaba, los movimientos de Nephren se hicieron menos filosos y las Bestias solo incrementaban en número y vigor. Ella se había hecho atrás hacia el centro.
[¡¡Esos chicos que no pueden volar, tomen esto!!]
La voz de Grick rugió por las tuberías del transmisor. Mientras tanto, en el cuarto de control, Grick estaba ocupado piloteando la nave. Sobrepujando algunos mecanismos, él forzadamente volteó el timón. A nave gemía y empezó a inclinarse. El arco empezó a subir, mientras la popa señalaba hacia abajo del suelo.
Los Teimerre se juntaron en la base para cazar a los sobrevivientes que empezaron a ponerse en el suelo inclinado. Al mismo tiempo, Nephren usó su espada para cortar una apertura de grandes puertas de cargamento. Varios bienes se almacenaban—comida para el viaje a casa, reliquias excavas en la tierra—todo se deslizaba por el aire. Las Bestias trataron de transforma sus piernas para mejorar el agarre en el suelo y muros, pero la represa de cajas de madera llovió hacia abajo aplastándolas.
Un Teimerre se partió en dos al caer. Y entonces, usando la otra mitad mientras escalo, una mitad dio un gran salto y trato de tomar a Nephren con esos largos colmillos.
[¡Buen intento!]
Un valiente miembro de la tripulación arrojó un barril de aceite al monstruo. No solo golpearon, también derramaron el resbaloso aceite por todos lados. Los colmillos apuntaban a perforar el estómago de Nephren y ligeramente rasgaron la parte de atrás de su cabeza. La Bestia luego transformo sus piernas otra vez, esta vez en erizos. Tratando de picar el suelo con ellos, pero el aceite seguía allí. Tan pronto, la Bestia se reunió a sus compañeros en el cielo.
Los miembros de la tripulación dejaron salir un grito. [¡Buen trabajo, señorita!] Alguien grito palabras de gratitud a Nephren.
Al mismo tiempo, el cuerpo del hada soldado empezó a ponerse en el suelo inclinado. Ella había llegado a su límite. De alguna manera termino la batalla con la pura fuerza de voluntad. Y ahora, con ese último ataque de la Bestia y el sentimiento de alivio en la batalla terminaron, ese último hilo de fuerza de voluntad había sido cortado.
[¡¡Señorita!!] Unos miembros de la tripulación gritaron. Algunos trataron de arrastrarse en el suelo hacia ella.
[…no… vengan…]
El cuerpo de Nephren ardía como el infierno, y al mismo tiempo frío como el hielo. Sin más que decir, ella incinero mucho Venom. Ella le dio la espalda a su vida y abuso de ese terrible poder, sabiendo que cada paso le acercaba a su muerte. Ahora, solo había una posibilidad que resultaría en: Berserk. El inmenso, y desenfrenado poder que emanaba de ella explotaría en toda el área con la suficiente fuerza para destruir un Teimerre de una vez en una abrumadora manifestación de destrucción.
[¡Espera! ¡Voy!] Un Frogger de la tripulación gritó mientras se arrastraba pulgada a pulgada hacia Nephren.
Ella no podía salvarlos.
[¡¿Señorita?!]
Con una luz saliendo del suelo, Nephren saltó al vasto cielo azul vació y empezó a caer a la tierra.
En un rincón de sus ojos, pasando una rajadura por el barco, Willem vio a una inconsciente Nephren caer.
[Qu—]
La mente de Willem se quedó en blanco. En un segundo, él ya había saltado al fiero viento. Forzando a abrir sus lastimados ojos, él vio a Nephren y siguió su camino. Ella había soltado a Insania y simplemente continúo cayendo, incapaz de controlar su cuerpo. Rodeándola, un grupo de Bestias las cuales probablemente cayeron del barco antes intentaron acercase, raramente arrastrándose por el aire.
Bueno eso es, Willem pensó. Con un Arremetedor Ruiseñor Demoledor, él se abalanzo hacia Insania y tomo el mango de la espada. Ignorando el dolor que pasaba por su cuerpo, él incinero Venom e intento activar la espada. No sirvió. Willem no tenía talento para blandir una Kaliyon de clase alta. Pero ya sabía eso. Peleando contra el intenso aire resistente, él lentamente estiró su mano hacia el centro de la espada.
[¡¡Empezando mantenimiento!!]
Las grietas en la espada se abrieron y luz salió de ellas mientras Insania estallaba. Willem luego tomo el cristal el cual servía como el núcleo de toda la espada y la rasgo, partiendo las líneas de conexión de hechizos. El circuito lineal, ahora incompleto, empezó a sobrecalentarse como si fallara en resistir la presión interna. La espada conocida como Insania ya no estaba. Todo lo que quedaba era una masa cruda, agitando el poder.
En total, había 13 Bestias que rodeaban a Nephren. Y en unos cuantos segundos, ellos, junto a Willem y Nephren, serían aplastados en el suelo perforándolo instantáneamente.
[¡¡Aléjate de ella!!] Con el rugido de una bestia, Willem volaba dentro del paquete con un segundo Arremetedor Ruiseñor Demoledor.
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