lunes, 11 de junio de 2018

Shuumatsu Nani Shitemasu ka? Isogashii desu ka? Sukutte Moratte Ii desu ka? vol5 cap2.3


Un Indeseado Regreso

Había un chico malo. Entonces un chico fuerte llego y lo derroto. El mal desapareció del mundo, y todos fueron felices.

Muchas historias empezaban de esa manera, y muchas terminaban de esa manera.

Su historia, por desgracia, no siguió ese patrón. No tuvieron un colosal mal al cual culpar por toda la miseria del mundo, ni tenían la fuerza para aplastar a tal mal. Su historia empezó en un lugar levemente extraño, y seguramente siguieron sus pasos mientras vagaban por la oscuridad antes de terminar en su destino final.

En el cielo sobre la 11ava Isla Flotante, una nave con la apariencia de un barco de expedición civil regular volaba dentro de unas gruesas nubes de tormentas. Toda la nave mostraba signos claros de desgaste y rasgaduras. El polvo demostraba un peculiar patrón de manchas luego de recibir el tratamiento necesario por descender a la superficie tantas veces. Los propulsores derecho e izquierdo levemente se diferenciaban, y los cerradores se habían descompuesto por los tantos vidrios en las ventanas al lado de la nave contando las numerosas grietas. En el casto, la cara de un gato negro y las palabras ‘Compañía de Aventureros Batou’ se pintaba.

Si una persona culta viera esta nave de cerca, notaría unas cosas extrañas en la apariencia exterior. Por ejemplo, a pesar de estar todo sucio, el polvo lo hacía ver casi como nuevo sin signos de daño. Además, la nave parece volar estable, incluso con todas las partes malcasadas y juntas en un apuro. Los cerradores que colgaban del lado de la ventana se veían tan sólidos en contraste a todo lo demás. Y más que nada, el tremendo rugido obviamente le pertenecía al hechizo quemante del reactor, por completo fuera para una pequeña nave civil.

En decir, contrario a la apariencia, esta no era una aeronave civil ordinaria. El nombre oficial era ‘Captador del Mañana Número 7’, y le pertenecía a la flota de Fuerza Aérea Nacional de Elpis en la 13ava Isla Flotante.

Dentro de la cabina, un soldado Frogger revisaba el número de metros y calibradores en la pared con sus ojos. Todos lo veían mecánicamente, desplegando sus usuales y estables números. Buena navegación. La aeronave llegaría al Primer Distrito Puerto de la 11ava Isla Flotante para el amanecer. Luego de eso, fueron capaces de saquear a los investigadores de la Armada de Defensa Nacional.

[Discúlpeme, Oficial.] El Frogger volteó su cabeza. [Realmente deberíamos llevar ese equipaje. Es contra nuestras órdenes, pero es simplemente peligroso.]

[Hmph. ¿Te acobardaste?] El oficial Lucantrobos lo dijo en un tono burlón con sus colmillos por fuera.

[No, es solo que es… un poco desagradable. Especialmente en el segundo y tercer cuarto de carga. Nunca antes había escuchado de una Bestia así.] El Frogger tembló. [No necesitamos saber qué tipo de desastre puede causar.]

[No hay qué temer. Solo necesitamos confiar en el comandante asistente y su plan.]

Al mencionar al comandante asistente, los ojos del Frogger se estremecieron ligeramente. [No, no es qué dude de ti, es solo que…]

[En primer lugar, esos que dicen que las Bestias son tan peligrosas son los de la Guardia Alada. Y obtienen el pago por pelear con esas cosas ‘peligrosas’. Sería tonto confiar en su palabra.]

[¿…A qué te refieres?]

[Su enemigo declarado es muy peligroso, pueden sacarle más dinero a sus patrocinadores. Y ya que tienen un monopolio en el campo de batalla, nadie puede exponer sus mentiras. En otras palabras, sobre exageran la fuerza de las Bestias para su propio beneficio.]

[¡Pero, eso no puede ser!] La voz del Frogger temblaba. [¡Las islas en realidad se hunden, ¿lo sabías?! ¡Mi hogar estaba en la Isla 15ava!]

[Claro. Si ellos lo miran como que ganaran fácilmente, sería la ruina de todo su plan. Por ese propósito dejan unos sacrificios, incrementando la etiqueta de la credibilidad de ese ‘peligro’. A eso le llama actuación.]

[Pero, eso—]

[Y respecto a los Salvadores que son asesinados abajo, ¿qué más esperabas de unos civiles inexpertos? No hay razón para que soldados experimentados como tú y yo nos asustemos más de lo necesario.]

[Ah…]

[Incluso si fueran peligrosas, nuestras técnicas de barrera le suministran a los faltos de poder. Nosotros ya desmentimos esa gran mentira que no pueden ser controlados.]

El Frogger se cayó.

Con un bufido, el Lucantrobos continúo. [Comprendo que estés preocupado por el futuro de Regul Aire. También entiendo que te preocupes por llevar objetos prohibidos a la poblada 11ava Isla Flotante. Sin embargo, necesitas pensarlo más simplemente.]

[¿Simplemente?]

[Recuerdas las palabras del comandante. Debemos pelear y reclamar nuestro futuro con nuestras propias manos. ¿Hay algo de más con sus palabras?]

[Ah… n-no.]

[Claro que no. Es cierto. Esa es la justicia. Y no hay verdad ni justicia en la Guardia Alada, quienes monopolizan las batallas con las Bestias.]

[Eso—]

[Para traer la justicia, los sacrificios algunas veces son necesarios. Esa es la realidad a la que no debemos apartar nuestros ojos. Y así que debemos seguir el camino al fin de la valentía. Esta es la responsabilidad y orgullo de cada soldado en la Fuerza Nacional de la Defensa Elpis.]

[Eso es.]

No puede ser cierto, el Frogger pensó. Él sintió que algo estaba mal con el argumento del oficial. Pero, él no pudo precisar qué era. Si él no podía encontrar lo que estaba mal, quizás era lo correcto después de todo, y si duda no era más que un vergonzoso comportamiento que resulto de su cobardía.

[Comprendo. Por favor olvida lo que dije antes.]

[Eso haré. Me alegra ver la flama de la valentía en ti.] El Lucantrobos le dio una asistencia de satisfacción.

Uno de los cuartos de carga de los cuatro se veía casi como un bosque. Muchas capas de placas de acero con un delgado recubrimiento plateado en la parte de afuera servía como muros. Incrustado en el suelo, madera, mineral, y fragmentos de huesos de varios colores formaban tres círculos concéntricos. Representaban al sol, la tierra, y la vida, creando una réplica diminuta de todo el mundo junto.

Esos anillos formaron un simple pero fuerte manto de barrera múltiple. En su núcleo, técnicas de barrera se referían a la habilidad de crear y mantener un muro cuyas particiones estaban fuera de una parte del mismo mundo. Una vez la barrera se completará, el interior se volvía en un mundo completamente diferente desde fuera. Esto causaba una ligera variación en las reglas de las dos áreas, las cuales se hicieron prohibidas para cruzar entre ellas. Los muros de esta manera no se rompían, no importaba cuánta fuerza física pudieras aplicarles. Y así como un lobo en una pintura no podía saltar a atacar al artista, todo dentro de la barrera no podía dañar el exterior.

Dentro de tal barrera, en uno de los cuartos de carga, algo puesto en el suelo, algo que tomó la forma de un hombre de cabello negro sin marcas.

[Uu…]

Emitiendo un bajo gruñido, casi como un grito. Probablemente se dio cuenta que fue atrapado, y que probablemente notó que no era capaz de romperse fácilmente. Sin dejarle otra opción, el cuerpo se enrollo y endureció por la angustia de ser encerrado en ese pequeño mundo.

— Un violento impacto repentino sacudió el barco.


[¿Qué? No me digas que eso era una piedra dragón flotante.] El oficial Lucantrobos lo dijo con el ceño fruncido.

[No, solo era una vieja piedra normal. No veo nada con todas esas nubes rodeándonos.] El Frogger lo dijo. A pesar de la situación, su voz no mostraba signos de nerviosismo. Él reviso todos los calibradores con sus grandes ojos, luego dijo. [No es gran problema. Este es un barco de la armada. Un impacto de ese calibre no nos hundirá. El trabajo de pintura en el exterior pudo haberse caído, y el mantenimiento puede complicarse luego, pero eso es todo.]

[Ya veo. Es una lástima. Les tomara más que una cantidad normal de alcohol. Y si retraemos esas fórmulas, entonces el manejo será algo molesto.]

[Bueno, estoy seguro que pudiste imaginarte algo… ¿hm?]

Los dedos del Frogger tocaron uno de los calibradores. Mostrando una leve irregularidad al grado de inclinar los monitores de varios lugares por el barco.

[¿Qué sucede?] El oficial lo pregunto.

[Ah… el marco del barco probablemente se encorvo un poco. Para un civil le costaría una fuerte cantidad de 6, pero ya que estamos en la armada, deberá estar bien.]

[No no, eso significa que vamos a necesitar alcohol para el mantenimiento de estos chicos.]

[Estoy seguro que encontraremos una—] El Frogger vio arriba. [¿No escuchaste algo ahora?]

[¿Hm? ¿De qué estás hablando?]

[Pensé que escuché algo aplastándose por allí.] El Frogger volvió su mirada a la puerta. Más allá de esa puerta, y bajando el pasillo, yacía el segundo cuarto de carga.

[¿Estás seguro que no es tu imaginación?]

[Hmm, quizás.]

La evaluación del Frogger de la situación era correcta. El impacto que sacudió el baro no fue debido a nada más que a una pequeña piedra flotante, o un bombardeo de una nave enemiga escondida entre las nubes, o un espía que empezaba a destruir el barco, y no la carga en el cuarto de carga que iba a alborotarse.

Su juicio de los daños también fue correcto. El impacto levemente deformo la quilla de la nave, causando una pequeña distorsión estructural por el barco. No fueron mayores alteraciones al vuelo que pudieran causar tal leve daño. De hecho, si una nave civil recibiera tal daño, los costos de reparación probablemente excederían los méritos ganados solo para arreglarlos.

Todo eso era correcto. Sin embargo, el Frogger no comprendió que las técnicas de barreras que le usaron en el cuarto de carga iban bien. Él no sabía que la Defensa Nacional Elpis no podía confiarse de producir a tal escala pequeñas barreras con su actual tecnología. Él no era consciente que la barrera que se usaba en el cuarto de carga detrás de él era un mero prototipo, no garantizaba el soportar el actual uso. Él no entendió la implacable delicadeza que se necesitaba para crear y mantener todo un nuevo mundo.

El Frogger leyó los documentos. Él conocía de las técnicas de barrera. Sin embargo, todavía no lo comprendía. Bueno, incluso si lo hizo, el resultado no cambiaría.

De pronto, un tercio de la aeronave de la armada Captador del Mañana Número 7 literalmente había desaparecido. En un instante, lo que una vez fue la nave se desmorono a una tierra cenicienta antes de fluir fuera de las nubes de tormenta y desvanecer.

El balance se perdió, el barco se inclinó hacia adelante. Las partes que no se afectaron por la explosión inicial empezaron a rasgarse por su propio peso. Incapaz de soportar la fuerza de torsión aplicada, uno de los propulsores salió del barco y se fue volando. El hechizo de reactor, perdió la presión de salida, empezando a arrojar flamas por la explosión.

Los gritos y llantos de los pasajeros solo fueron hasta hace un momento antes que desaparecieran en la torrencial lluvia.

Y entonces, la Captador del Mañana Número 7 empezó a descender.

[Mira, una estrella fugaz.]

En la parte sureste de la 11ava Isla Flotante yacía la gran ciudad de Collinadiluche. A pesar de la fuerte tormenta, hubo unas personas que vieron al cielo cubierto densamente de nubes. Y esas cuantas personas lo vieron; una bola colosal de flamas brillando lo suficiente para perforar las nubes.

[Un deseo, un deseo, umm…]

Una verdadera estrella fugaz que no debería ser visible bajo las oscuras nubes. Pero, ninguna de las personas que vieron al cielo lo noto. Simplemente remarcaron cómo brillaba, o por cuánto se quedaría.

Una de esas personas, un joven Ayrantrobos con problemas para dormir, se apresuró decir un deseo mientras veía pasmado a la estrella fugaz por la ventana de su cuarto.

[Espero que Regal Aire se quedé pacifica por siempre y para siempre.]

Un tremendo ruido resonó por el aire, seguido de una explosión por la onda de choque. Tres árboles cayeron como domino, mientras la suciedad y rocas se esparcían desde el suelo. Una masiva columna de negro humo se levantó de la oscuridad de la tormenta más allá del cielo. A pesar de la lluvia, las rugientes flamas no mostraban signos de debilitarse.

[Uu…]

Unas chispas salieron de los ardientes escombros de la aeronave, un joven, o más bien algo que parecía ser un hombre, aterrizo en el suelo. Retorciéndose de dolor, no solo por el impacto de caer desde un lugar alto, sino también de los rabiosos impulsos destructivos que salían dentro de su corazón.

[Corran… para el…]

Estirando esos temblantes brazos, lentamente se movía arrastrando el cuerpo por el suelo. Entendiendo que no podía estar allí. Sin el razonamiento para suprimir los gritos internos para esos instintos. Podía sentir que ese deseo gradualmente le devoraba la mente. Necesitaba arrojarse por el borde de la isla tanto como fuera posible.

Vacilante a la dureza del cuerpo, sabiendo que una caída al suelo desde tal altura podía significar la muerte. Pero si muriera, no sería capaz de ascender al cielo, y eso era lo más importante de todo. No sabía en qué dirección del borde tirarse. La fría lluvia y la gruesa oscuridad hacían a los cinco sentidos restantes inútiles. Simplemente arrostrando un brazo a la vez sin pensar.

[…Hey.]

La voz de un hombre se mezclaba con el sonido de la constante lluvia golpeando. Girando la cara a la fuente, avisto el escenario de un hombre sosteniendo una antorcha quemándose. El hombre llevaba a otra persona más pequeña en su espalda.

Destruir.

Conducido por el instinto, tomo una rama de un árbol de oliva con la mano derecha con un chasquido seco. Al siguiente instante, ya no se sentía más el puño apretado. Liberando el mango, un puñado de arena se mezcló con el agua de lluvia que caía al suelo. Entonces, luego de un corto retraso, el árbol de oliva, cuyo tranco de la mitad había sido jalado por el suelo, cayó con un chirrido que parecía un grito de dolor.

[No… vengan…]

Siempre que llegaba a la vista, la urgencia de destruir controlaba su mente. Se cubría ambos ojos con la mano izquierda en un intento por resistirse.

[¡Corran… es muy… tarde!] Incapaz de verlo, simplemente grito en la dirección donde el hombre solía estar parado.

[Wow, realmente eres Willem, huh.] La voz del hombre parecía acercase, de no muy lejos. Se oía claramente el sonido de unas botas de cuero pisando el suelo para acercarse. [Bueno, no es como que lo dude. Es algo difícil de creer tan de golpe… y quiero decir, han pasado 500 años desde ese grito.] El hombre parecía hablarle casualmente a la persona a su espalda.

¿Qué haces? Corre y huye. A este paso, no lo harás a tiempo.

[¡No te… acerques… más!]

[…Espera, Willem, ¿todavía tienes una parte de consciencia?]

Sí. Pero ya no por mucho. No tenía las fuerzas para responder a esa pregunta, ni tenía la compostura para reconocer al extraño hombre que lo preguntó.

[Apenas, huh. Ya veo que eres el mismo lunático de antes.] El hombre lo dijo con un chasqueo mientras llego directo al frente de esos ojos.

[Sí, lo sé, ya lo sé.] Él lo dijo a la persona detrás de él. [No es como que quiera abandonarlo. Pero ¿realmente sería lo mejor para él? Sabes eso puede hacer que sufra más, ¿cierto?] Un breve silencio le precedió mientras el hombre esperaba la respuesta de su compañero. [Bueno, es cierto. Bien, cederé por esta vez, princesa egoísta.]

Entonces, con la cara y el tono calmo, el hombre hablo otra vez. [Sé agradecido. Mi poder fue drenado hace tiempo, pero soy un buen maestro, haré otra vez maravillas para ustedes chicos.] Él gentilmente coloco su palma en la frente de la cosa que parecía un hombre. [Esta es la primera y última vez que lidie con una Bestia. Es un tratamiento especial. Serás puesto a dormir por mis manos.]

Sin comprender las palabras del hombre, pero por fin notó una cosa: conocía al propietario de esa voz. Una vez, hace tanto, en algún lugar, converso íntimamente con esa voz. Una vez en la vida, vio en alto al propietario de esa voz con admiración, y quizás esa admiración se mantenía ahora en una forma. Que repetidamente le decía que nunca se volviera en ese tipo de adulto, tuvo que mantener esa admiración en mente.

[Levanta la mirada a la luna en una noche sin estrellas.] El hombre habló con un peculiar tono de entonación, casi como si recitara un antiguo poema.

Sintiendo algo extraño escurrirse de las palmas del hombre mientras pronunciaba esas palabras. La intuición le decía que es algo extraño, o incluso peligro, que estuviera ocurriendo. Aunque, sin cambiar.

[Dejemos que el cieno de la noche envuelva tus ojos.] El hombre lo cantó tranquilamente, como si le diera una orden.



Luego, al siguiente instante, la consciencia del hombre se puso en blanqueo.

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