lunes, 11 de junio de 2018

Shuumatsu Nani Shitemasu ka? Isogashii desu ka? Sukutte Moratte Ii desu ka? vol5 cap4.4


El Carácter de un Brave

Era de extenso conocimiento común que las 17 Bestias tenían la posición de la más grande amenaza para todos los seres vivos, pero la concreta naturaleza de las Bestias no era muy bien conocida, por dos razones en sí. La primera, muchos misterios las rodeaban, por lo que ni en investigaciones se tenían detalles. Y en segundo, ya que, como regla general, esos que se encontraban con las Bestias nunca regresaban a casa vivos, difícilmente alguien tendría una directa experiencia con las criaturas.

Es decir, casi nadie vivo en Regul Aire hubiese considerado el posible ataque de una Bestia. Incluso para los soldados de la Guardia Alada, la situación difícilmente difería. La gran mayoría de ellos nunca habían visto directamente a una Bestia, así que, independiente a la preparación mental, simplemente no estaban acostumbrados a esos enemigos. Por sobre todo, las Bestias no podían volar. El Teimerre podía ser llevado por el aire bajo las condiciones correctas, pero se trataba de eso. Como resultado, las oportunidades de ver a una Bestia más que la 6ta sin bajar a la superficie era de cero.

Básicamente, Collinadiluche tenía una fatal falta de conocimiento acerca de la Aurora.

El temor casi descendió sobre los cuarteles generales de la Guardia Alada. Reportes de daños llegarían volando de aquí y allá. Los escombros causados por las Bestias son la mitad de ello, mientras la otra mitad consistía de los accidentes o incidentes causados por el pánico de los ciudadanos. Y lo más probable, la mayoría de los eventos se reportarían en ambas categorías que nunca ocurrieron en verdad. Información confiable era un sueño irremediable en medio de la pesadilla que abarcaba la ciudad. A pesar de ello, su trabajo solo contribuía al caos.

[Supongo que es dónde entramos.] Aiseia lo dijo con un gritó mientras frotaba sus ojos.

Dejándolo de lado, ella no tenía mucha idea de lo qué pasaba afuera. Esas Bestias caían del cielo y eso, basados en la información de testigos, el tipo específico parecía ser Aurora debido a su gran conocimiento.

De recordarlo bien, materiales detallados relacionados a la Aurora habían sido apilados en el cuarto de referencia del almacén de las hadas. Sin embargo, nadie esperaba que una repentina batalla se diera entre ellos, por lo que esos recursos tenían que ser seriamente leídos. Con la sola excepción, Nephren, quien leía cualquier material, no importa cuán aburrido fuera de principio a fin, no lo era con ellos.

Bueno, la falta de información contra las Bestias había sido un constante factor en todas sus batallas previas también, por lo que exactamente no es mucho problema. Sin embargo…

[Este es un campo de batalla bastante irregular para nosotros. Se me hace un poco incómodo que esta sea la primera batalla de alguien.]

[Es cierto.]

Tiat, estaba vestida en sus pijamas, dejo salir un bostezo a los comentarios de Aiseia y Lantolq.

[¡Y-Yo también iré! ¡Déjenme pelear!] Lakish levanto su mano fervientemente mientras se apresuraba a arrebatarle la ropa de los brazos de Tiat.

[No.] Naigrat agitó su cabeza. [Tu arma todavía no ha sido decidida, ¿sabías?]

[Pero tenemos espadas, ¿verdad?]

Naigrat se calló. Tenían espadas: Valgalis, Historia, Ignareo, y, además las Kaliyons de esas tres hadas, una espada más que Naigrat trajo como un amuleto de buena suerte. Nadie que la conociera tanto sería capaz de blandirla, así que realmente no tenía otro propósito más que el de un amuleto. Incluso mientras hablaban, el mango salía de la gran mochila jumbo de Naigrat.

[Pero…]

[No quiero solo esperar. No seré capaz de quedarme de brazos cruzados. Quiero… tal vez no sea de mucho uso, ¡pero al menos no los atrasare!]

Un ligero dolorcillo golpeo en el pecho de Naigrat.

[No, no puedes ir. No puedo exponer a un niño que no ha terminado el post entrenamiento básico de entonación a tal peligro. Solo has tenido éxito usando esa pesada en una prueba. Eso no significa que serás capaz de usarla en una batalla real, ¿sabes?]

[¡Pero!] Lakish levantó la voz un poco más alta. Justo entonces.

[Disculpen, señoritas.] La voz de un hombre vino desde atrás.

Dando la vuelta, Naigrat vio a unos hombres parados allí vistiendo unos trajes nuevos. Un Orco sobresalía de entre el grupo y sonrió. Viendo más de cerca, ella vio unas bandas envueltas alrededor de su cuerpo y bajo su traje.

[Tú eres… ¡el de Elpis!] Solo tomo un segundo para que la voz de Naigrat se llenara de enojo.

[¿¡Ah!?]

[S-Señorita Naigrat, qué coincidencia encontrarla aquí.] Mientras el resto de los hombres se acobardaban de la sorpresa, el Orco se las arregló para seguir de pie. [Parece que la situación se ha hecho bastante seria. Ya que no puedo ofrecer mucho, vine aquí a preguntar si puedo ser de alguna ayuda.]

[¡Cómo te atreves a decir eso!]

De acuerdo a lo que Naigrat escucho, Elpis metió a las Bestias a la isla. Es decir, el hombre parado enfrente de ella podía ser muy bien el responsable de todo este desastre. Incluso al hablar, docenas de seres están siendo asesinados en las calles. La Guardia Alada y las fuerzas ciudadanas probablemente se movieron a la defensa, pero sus armas y cañones ordinarios tenía poco efecto en las Bestias. Junto con la confusión que envolvía la cuidad, ella no veía cómo podían tener éxito.

[Parece que tenemos un malentendido. El caos afuera no fue a causa de nosotros. De acuerdo a los testigos, parecer ser un acto de la Aniquilación o, mejor dicho, una organización criminal de esta ciudad.] El Orco continúo escupiendo evidentes mentiras. [Por favor no haga esa mala cara. Hemos venido aquí hoy solamente con la pura intención de darles una mano.] Él movió el vendaje de sus manos en un intento de mostrar su falta de hostilidad.

[Con la potencia de fuego que la Guardia Alada puede utilizar formalmente, disculparan mi rudeza, dudo que sean capaces de hacerle frente a sus enemigos. Sin embargo, hoy, tenemos una aeronave con nuestras armas abordo en el muelle babor.]

Entonces, como si recordara algo, él añadió. [Oh, claro, trajimos armas aquí siguiendo los procedimientos apropiados. Desearía que le dieran uso para exterminar a nuestros enemigos.]

[Th…] Naigrat comprendió la significancia de la armada de otras islas desplegadas en la ciudad. Cualquiera que estudiara un poco la historia lo sabría. [¡Eso nunca será permitido! ¡Bajo la Constitución de Regul Aire, esto está bajo la jurisdicción de la Guardia Alada!]

[No, no, te equivocas.] Toda la cara del Ogro hizo toda una gran sonrisa, como si hubiese llegado solo para decir esas palabras. [Ya hablamos con los altos mandos de la Guardia Alada.]

[¿…Eh?]

[Oh, una cosa más. Creo que la Compañía de Trato Orlandri les contactara pronto, pero, por la amabilidad de mi corazón, se los diré ahora.] Actuando como si él de pronto recordara algo, añadió. [Preocúpese por su puesto y esa choza, las cosas ya se decidieron, incluyendo un concreto plan. Además de incluirlo, claro, el equipamiento almacenado allí.]

[M-Mientes.]

[Aw, no hagas esa cara. Las expresiones faciales de los sin marcas son tan difíciles de leer, pero esa cara que hacen cuando contemplan su desesperanza es algo diferente. Es obvio que no puedo más que reír.]

El Ogro extendió sus manos, sacando un báculo, y se puso un sombrero de seda, ambos salieron de la nada. [Bueno, allí lo tiene, Señorita Naigrat. Esta cuidad es nuestro escenario, así que lo mejor es que evite tontas acciones como desplegar a las hadas sin permiso. El trato que sus lindas y preciosas marionetas reciban una vez dejen sus manos… siendo tan sabia como es, estoy seguro que comprende que es la decisión correcta.]

Con eso, el hombre salió del cuarto de comando, llevado por el Ogro, quien salió muriéndose de risa.

[…Whew, la Guardia Alada está más podrida de lo que pensé.] Aiseia murmuro.

[¿Eh?] Tiat levanto su cabeza.

[Es posible que fueran forzados a acceder a un contrato antes de saber qué tan grande sería todo. Hacerlo como un pequeño trabajo sucio solo haría desperdiciar un poco de dinero, pero luego se dieron cuenta que era mucho como para retroceder.] Lantolq añadió.

[¿Ehh?] Tiat la miró.

[Así que básicamente, a Elpis se le confió el eliminar a las Bestias justo ahora para que se vieran bien, ¿cierto? ... Eso es algo frustrante, pero si pueden hacer algo, entonces quizás está bien.] Lakish lo dijo.

[¿¡Ehhhhh!?] Tiat gritó. [L-L-Lakish, ¿¡comprendes de todo lo que están hablando!?]

[S-Sí… hay partes difíciles, pero creo que en general lo entiendo, creo yo…]

[¿¡Soy la única que no lo comprende!?]

[E-Está bien, lo explicare ahora, así que cálmate.] Lakish hizo para atrás a Tiat, quien parecía estar lista para pegarse a ella. [Veamos, conoces a Elpis, ¿cierto? En la 13ava Isla Flotante, esa que está ligeramente distante al país vecino de aquí. Bueno, técnicamente es una ciudad estado.]

[Sí, el país que siempre se dice que ‘Las Flamas de Elpis y las Sombras de Pitos’, ¿cierto?]

[Bueno, sí, pero olvidaste de tu impresión del cristal de películas. De cualquier manera, Elpis, uh…es solo una suposición, pero probablemente quieran comenzar una guerra.]

[Por qué.] Tiat lo dijo con una cara que no comprendía nada.

Lakish vio a Aiseia, quien continúo explicando.

[Veras, una guerra tiene ese efecto mágico que puede posponer todos los problemas dentro de un país. Por ejemplo, no importa cuánto tú y tus vecinos se odien, si alguien con un hacha puede venir y atacar en cualquier momento, no podrás darte el lujo de pelear con tus vecinos, ¿cierto? Además, incluso si eres pobre o tienes hambre, en un asesinato o situación de ser asesinado, no hay lugar para las quejas. La existencia de un enemigo externo oscurece cualquier problema interno.]

Mientras lo explicaba, Aiseia frunció el ceño antipática al tema. [Pero cuando la paz vuelva, todos esos problemas quedaran bajo la alfombra. Cuando nadie con hachas venga a atacarte, no podrás evitar recordar cuánto odiabas a tus vecinos. Cuando eso pase, habrá dos elecciones, ambas llegaran al mismo resultado. Empezar una guerra con tus vecinos, o encontrar otro enemigo externo con el que empezar una guerra.]

[¿…Llevarse bien con tus vecinos no es una elección?] Tiat pregunto tímidamente.

[La es. Tienes que encontrar al siguiente enemigo. Hasta hace poco, el Teimerre servía como un enemigo externo, y en general, todos en Regul Aire se llevaban bien. Pero ahora que este mundo quedo sin Teimerre por un tiempo, algunos países empezaron a recordar ‘Oh sí, en realidad odio a esos chicos’. Y el país entre ellos que tomo acciones inmediatamente es Elpis.]

[Ellos escogieron un método muy astuto. Si simplemente atacaran a sus vecinos, ellos serían conocidos como los que amenazan la paz en Regul Aire y se volverían el nuevo enemigo externo. Por lo que cambiaron su aproximación. Llamaron a un enemigo del exterior y lo dejaron libre en el jardín del vecino. Luego, todo lo que tuvieron que hacer es caminar al jardín de su vecino y valientemente matar al intruso. Sus vecinos les agradecerían y voluntariamente estarían bajo su control y todos vivirían felices por siempre.] Aiseia aplaudió sarcásticamente.

[Y básicamente, ellos son los que trajeron a los chicos malos, pero ¿están jugando a los héroes y fuerzan a los otros a quedar en deuda con ellos?] Tiat exclamó.

[Oh, sí, es exactamente eso. Lo entiendes rápido, huh.]

[P-Pero, ¡ser el héroe es el trabajo de la Guardia Alada, ¿cierto?! Alguien más no puede solo tomarlo.]

[Ellos se encargarán de eso primero. Si la Guardia Alada, que supuestamente son los héroes, no serían de utilidad, entonces Elpis podría entrar y salvar el día, robando toda la confianza del público que la Guardia Alada construyo en años.]

[Pero… eso es…] Todo estaba fuera de cuestión, Tiat se silenció.

Sin nada más que explicar, Aiseia y Lakish prosiguieron.

[Allí estás.] Con la luz y con ligeros pasos inapropiados a su gigante cuerpo, Limeskin llego corriendo del pasillo. [Naigrat. Regresa a las hadas a sus habitaciones.]

[…Sí, ya lo sé.] Naigrat respondió suavemente.

[Espera un segundo. ¡No me dirás que planeabas hacer lo que nos dijeron!] Lantolq dio un paso entre los dos.

[Es correcto. Esta es la orden de mis superiores, y además de un método para terminar con este peligro con el menor daño posible.] Limeskin respondió.

[Pero, para no dejar que estén en su camino, necesitamos hacer que sus armas no produzcan los resultados que esperaban. Además, si salimos ahora, podemos ser capaces de reducir el daño a la ciudad, incluso si es solo un poco.] Lantolq protesto.

[Y ustedes pueden sufrir más que solo un pequeño daño.] Naigrat lo dijo, su voz sonaba casi como al de un gato asustado. [Continuamente las hemos enviado a la batalla todo este tiempo porque no teníamos de otra. Nadie más que ustedes pudieron estar en el campo de batalla. Si ese no fuera el caso, yo nunca las habría dejado hacer algo tan peligroso. Pero…]

La fuerza regreso a los ojos de Naigrat. [Este no es uno de esos campos de batalla. Esto no es más que una caza para liberar a Elpis, pelear, y capturar a su propia presa. No hay razón para que ustedes tengan que arriesgar sus vidas por esto.]

[Entonces todo irá como lo planearon, ¿sabes? ¿Se quedarán quietos y dejarán que aplasten a las hadas del almacén?]

[Claro que no. Yo resistiré hasta el final. Pero es mi batalla, no es algo para que ustedes tengan que derramar su sangre.]

[Hmph.] Mientras tanto, Limeskin asistió con una cara algo calmada. [Te haré una pregunta. ¿La guía del viento alcanza las profundidades de tu corazón?]

[¿…Qué?] Una completa línea incomprensible salió de un lagarto de alguna parte por primera vez en un tiempo.

[Una sola espada ha escogido que este campo de batalla sea el propio. Si hay un campo de batalla que desearas, debe ser el de un guerrero. En un dedo soportando el mango, en una mano soportando la espada, uno que se lleve el viento.]

[¿…Um…?] No era eso. Lantolq no tenía idea de lo que él trataba de decir. [Aiseia.] Golpeando a su amiga sentada a su par con el codo, ella murmuro. [Sabes mucho de cosas raras. ¿Entiendes de lo que están hablando?]

[Solo lo hago por diversión, en realidad no soy buena. Todas las cosas que leí no son de uso ahora.]

[Bueno, tampoco tengo idea de qué va.]

[…Um, Primer Oficial Limeskin.] Mientras las más grandes iban y venían entre ellas, Tiat dio medio paso adelante. [Amo esta ciudad. ¿Eso cuenta como una razón?]

[Deberías quedarte aquí, el siguiente terreno estará bajo ataque que lastimará más. ¿Comprendes eso?]

[No, realmente no señor.]

[¿Hm?]

[Pero si Kutori estuviera aquí, estoy segura que diría eso. ¿A quién le importa el siguiente lugar? Un hada pelea por lo que es importante. No importa la razón, no puedo huir en un momento crucial… o algo como eso.]

Naigrat tragó. Aiseia hizo un ruido raro. Lantolq se silenció tontamente con los ojos bien abiertos. Lakish solo no mostro signos de sorpresa.

[Aquel que persigue la espada de un guerrero un día crecerá para ser también un guerrero, bueno… ya veo.] Limeskin, quizás está de buen humor, emitía un raro sonido de su garganta. [Les concedo el permiso de atacar. Sin embargo, no se sobrepasen.]

[¿¡Primer Oficial!?] Naigrat exclamó, casi como un grito.

[De ninguna manera. Si las forzamos a quedarse, pueden desobedecer las órdenes y moverse por su propia cuenta.]

[Eso es… cierto, pero…]

[Y más que nada, esta joven guerrera no tiene duda de ir con el viento.] La palma del gigante Reptrace ligeramente palmeó el cabello de Tiat. [No cualquiera se amarra al viento, ni lo sigue. Eso es todo.]

Como los otros lo notaron antes, Lakish se quedó atrás. Despedidas por Lakish con la cara pálida mientras Naigrat la abrazaba con todas sus fuerzas, Lantolq, Aiseia, y Tiat volaron al cielo matutino.

Viendo abajo, Lantolq se dio cuenta que ella nunca había volado ni una vez desde que llego a Collinadiluche. Viendo la ciudad desde un ángulo diferente le daba una extraña sensación de emoción, como ser capaz de avistar los bastidores, o el regresar un libro al estante luego de disfrutarlo, luego dar un paso atrás y ver su dorsal.

Sin embargo, cuando le bajo a su altitud un poco, ella podía ver las heridas infectadas de la ciudad. Hileras y columnas de edificios caídos, reducidas de golpe. Una sola aeronave arruinada quedaba en el medio. Y entonces, aquí y allá, las personas yacían en el suelo, transformadas en fuentes de sangre. Sangre roja, sangre azul, y sangre cercana a no tener color. Los cuerpos de varias razas quedaban en las calles de la ciudad como muñecas rotas.

Para ponerlo objetivamente, es un terrible panorama. En cuanto a la extensión de su débil sentido del miedo, las hadas no tenían una fuerte reacción a los eventos o escenas relacionadas a la muerte. Unos cuantos cadáveres yaciendo en el suelo no eran suficiente para evocar algún miedo o emoción similar. Eso se dijo, tal vista fluyendo con muertes irracionales y destrucción naturalmente las enojarían.

[¡Ah! ¡Por allí, por allí! ¡Las armas nuevas!] Tiat exclamó, todo su cuerpo mostraba la emoción a su gran descubrimiento.

Dando vuelta a donde señalaba, Lantolq vio una gigante armadura caminando por una avenida por debajo de ellas. Se veía lo suficientemente gigante para dos o tres veces el tamaño de Limeskin. Aunque, de raros momentos, ella podía decir que lo que fuera que estuviera adentro no parecía ser un verdadero Gigante.

Unas cuantas Auroras notaron la presencia de las armaduras gigantes y atacaron. Usando sus incontables hileras, arrastraron los pies de las armaduras en un abrir y cerrar de ojos, junto a sus espinillas al igual que sanguijuelas en un pantano. Sin embargo, sus agujas, supuestamente tan fuertes para perforar metal cuando se endurecían, rebotaron en la armadura, y las Bestias fueron arrojadas al pavimento. Un momento después, un martillo colosal de guerra las aplasto en pedazos.

[Eso es… un poco más fuerte de lo que esperaba.] Aiseia comentó.

[Totalmente de acuerdo.] Lantolq dijo.

Hasta hace poco, ella pensaba de los tipos de Elpis como arrogantes idiotas. Ella descubrió que no sabía nada de las Bestias y no tenía evidencia para apoyar la confianza en su victoria. Sin embargo, ella parecía estar equivocada.

El metal de la armadura constantemente cubierta del intenso Venom incinerado, y así mismo el martillo de guerra. Las Bestias no podían ser destruidas por medios normales, y por lo tanto no tomaban un daño apreciable más que el de un ataque suficientemente poderoso de Venom para desordenar el sistema interior de su cuerpo. Por esa razón, la combinación de las Leprechauns y sus Armas Excavadoras habían sido consideradas necesarias para derrotar a las Bestias. Pero ante los ojos de Lantolq, ese mental continuamente expulsaba Venom que rivalizaba a la de un Arma Excavadora que blandía una Leprechaun.

[Esa puede ser la carta del triunfo Anti-Bestias…] Ella murmuró.

Lo que avivaba la curiosidad de Lantolq era la fuente de Venom de la armadura, que se forzaba en el opuesto final del espectro de la vida. Esos cercanos a la muerte podían blandir un fuerte Venom. Si la armadura fuera una simple máquina con nada dentro, no sería capaz de usar Venom en primer lugar. Por otra parte, Lantolq no podía hacerse a la idea de una raza lo suficientemente muscular para moverse libremente mientras usaba esa armadura, le faltaría la suficiente fuerza de vida para usar Venom.

Este poder… incluso rivaliza con la salida del instante de la apertura de la puerta de la tierra de las hadas. El fenómeno conocido como la puerta del mundo de las hadas, un tipo de autodestrucción resultaba de una Leprechaun, una existencia muy inestable, incinerando Venom más allá de su límite. Literalmente la cantidad de Venom de la explosión podía obtenerse al instante de la vaporización de cualquier Bestia que recibiera el golpe directamente. Al decirlo al menos, no era algo que pudiera ser replicado con la tecnología e ingeniería.

Cómo es que… por desgracia, no era el tipo de problema que pudiera ser resuelto. Probablemente había un tope a la comprensión de la tecnología en la materia para un amateur como Lantolq. Pero, no podía hacer más que pensar.

Ella vio objetos los cuales se veían como gotas de luz vertiéndose del área alrededor del codo. Se veía familiar, pero, antes que tuviera tiempo de recordar donde lo había visto, un Bestia mordió el brazo derecho de la armadura, transformado los incontables cabellos del cuerpo en agujas, luego perforaron. La defensa del Venom falló en soportar el ataque. Penetrado por miles de espinas, la armadura se plantó, probablemente forjado por el metal, debilitándose y partiéndose,

[Ah…]

El contenido de la armadura se desparramo. Revoloteando en el cielo a una distancia lejana, Lantolq lo vio claramente: un gran número de las mismas gotas de luz de antes y, adentro de ellos, algún objeto delicado de agua azul.

[¿…Eh?]

Al siguiente instante después de pensar al verlos, desaparecieron. En cuanto a la armadura, incluso después de perder un brazo, no dejo de moverse. Luego de reajustar el agarre en el martillo de guerra con la mano derecha, lo bajo y aplasto a la Bestia que solo arranco el brazo izquierdo con un movimiento fluido que casi lo hacía parecer que ni siquiera hubiese tenido el más mínimo efecto.

[Justo ahora…]

Ella solo lo vio por un segundo. En ese segundo, ella pudo suponer lo que era. Pero ese segundo no fue suficiente para estarlo con certeza.

[No…]

Sin duda, servía como la raíz de la fuerza de la armadura. Un gran secreto entre los grandes secretos. Si lo que Lantolq pesaba fuera cierto, explicaría fácilmente por qué la armadura podía incinerar y manipular tal inmensa cantidad de Venom.

— No… ¿realmente… podía serlo? Pero no, es una completa violación a la Constitución. Incluso si podían obtener la autoridad en el futuro cercano, no tenían el permiso ahora.

La realidad y la imaginación, las cosas que ella quería creer y las que no, todas se mezclaban en un lío dentro de su mente, y, por el momento, la mente de Lantolq se puso en blanco.

Mientras tanto, Willem estaba situado en un lugar más cercano a la armadura de metal que Lantolq, y ese lugar también le proveía una clara vista de la ruptura del brazo derecho. Como resultado, él podía ver todo lo que ocurrió en ese segundo cuando esa cosa en la armadura se fracturo en luz y desapareció. Era suficiente para saberlo.

Dentro del brazo derecho de la armadura de metal, había una chiquilla, atada a los ribetes de la armadura por incontables cuerdas. Ella tenía un cabello azul brillante del color del agua. Sin embargo, su apariencia sin cuernos y colmillos se parecían a la de un sin marcas. Debido a una máscara negra, Willem no pudo ver su cara. Todo su cuerpo ligeramente emitía una luz. Todo su cuerpo también había sido perforado por la Aurora. Su incineración de Venom la llevo a un Berserk. Juntándolo, esas dos hacían una fatal combinación. Al instante supo que la chica nunca pudo ser salvada.

Y entonces, la luz brillo notablemente más fuerte. Y estalló. Y desapareció. La figura de la chica ya no se veía en ningún lado. Se había desvanecido del mundo por la eternidad. Entonces, de la nada, Willem le volvió a dar un intenso dolor de cabeza.

— Si… y es una pregunta hipotética, ¿de acuerdo?

— Si fuera a morir en 5 días, ¿serías más bueno conmigo?

Una voz. Willem escuchó una voz que debería estar cerrada en una caja y sumergida en lo más profundo de su mente.

— Si fueras a morir, al menos no quisieras desaparecer, ¿cierto? Querrías que alguien te recordara. Para tener una conexión con alguien.

[Ah…]

La niebla blanca de sus recuerdos. Él no podía recordar la cara de la chica que dijo esas palabras. El fuerte sentimiento que era algo que no debía recordar de sus recuerdos bloqueados se estaba reproduciendo.

— Entonces, ¿qué tal pastel de mantequilla?

Cabello azul. Ella tenía el cabello azul color de un claro cielo sin nubes. Sus ojos llenos del profundo azul del océano. Ella no era honesta del todo, pero al mismo tiempo era muy honesta, siempre ponía a los otros antes que ella siendo increíblemente egoísta. Ella tenía ese tipo de contradicción, una personalidad difícil de entender, pero parecía estar confundida, lo que significaba que había alguien que hasta hace poco la volvió de esa manera.

— ¡E-Espera! ¡Ow! ¡Duele! ¡No puedo respirar! ¡Esto es vergonzoso! Estoy cubierta de suciedad y arañazos y no he tomado un baño y todos nos están viendo – ¿¡estás escuchando!?

No. El azul agua que Willem vio por un segundo ahora no era igual al cielo azul de su memoria. Esa vida que el vio desaparecer ante sus ojos no era ella. Es obvio. Ella ya se había ido.

— Realmente… lo hice…

Willem quería hacerla feliz. Él quería aferrarse a ese deseo. Él quería olvidarse de ese pasado y solo pensar en el presente y futuro. Pero, como ahora, en el momento después que hizo esos deseos, él perdió tanto el presente como el futuro.

— Gracias.

Ese azul agua no era ella. No había duda de ello. Esa chica era un hada totalmente diferente, pero el disparador fue lo suficientemente fuerte. Él ya había empezado a recordar. Kutori Nota Seniolis, la chica que deseaba ser recordada por alguien incluso después que se haya ido.

[Maldita sea…]

Una maldición salió de sus labios, pero ¿a quién le iba? ¿A él mismo que la olvidó? ¿A él mismo que no pudo mantener su cuerpo sin tener que olvidarla? ¿A él mismo que ahora paso al punto de no regreso debido a que los fragmentos de su mente fueron sellados? ¿O todas a la misma vez?

[¡Willem!] Elq llego corriendo.

[¡No vayas!]

[Está bien. Ya no hay ninguna de esas Bestias cerca de nosotros.]

[¡No, no es eso! ¡Hay una justo allí!]

El cuero de sus zapatos rechinó contra el suelo, Elq dejo de correr y se levantó. [Willem, no me digas…]

[Estoy al límite. Puede que sea capaz de regresar ahora.] Él respondió en una voz de gemido.

Él no solo estaba diciendo que es para hacerse el fuerte. El sello que Nils Didek, ese maestro bueno para nada que seguía vivo por alguna razón la cual Willem no podía comprender, aplicó a sus recuerdos era fuerte y flexible. Willem Kumesh estaba al borde de ser un Bestia. Su espíritu o alma o lo que sea que se mezclara con la substancia que cayó del Shiantor, resulto en una transformación de su cuerpo físico. Su apariencia externa difícilmente cambiaría, pero, en el interior, él ya había dado un paso por fuera del recuadro de una vida normal.

Nils esencialmente selló por separado el té de leche dentro de una copa con dos distintas y estables secciones de leche y té. Estando estable, un poco de movimiento moderado no sería suficiente para desestabilizar el balance. Mientras Willem no pusiera una cuchara dentro de la copa y lo mezclara todo, los recuerdos que habían resurgido ahora eventualmente se desaparecerían en el olvido. Entonces, una vez pasará, todo regresaría a la normalidad. Él debería ser capaz de regresar a esos días de holgazanería en la posada.

Pero no era demasiado tarde. Él aún podía regresar. Solo necesitaba desearlo.

[Willem.]

[No vayas.]

Él se paró y palmeó todo su cuerpo, revisando su condición. No parecía que hubiera mayor problema. Él no podía ver mucho debido a que un ojo está cerrado, y su cabeza estaba siendo superada por un dolor punzante como si alguien estuviera tocando una campana gigante allí por siempre, pero sus 4 extremidades se movieron. Él aún tenía huesos y músculos de un Emnetwyte. Tomando un gran respiro y al exhalarlo confirmaba que sus pulmones y diafragma estaban en orden también. Él aún podía usar todas sus técnicas como es usual.

[Espera.] Elq respondió.

[Regresa con Carmine Lake, Elq Harksten.] Willem se lo ordenó mientras le daba la espalda. [Te agradezco que estuvieras conmigo hasta ahora. Ya es tiempo que vayas a donde perteneces.]

[Pero…]



[Por favor, haz lo que digo.] Él giro su cabeza para verla y dejo salir una risilla. [No puedo llevar a cualquiera conmigo desde aquí.]

[¡Willem!]

Sin respuesta a esa última suplica, él fue hacia adelante una vez más.

¿Quién soy? Willem pensaba de él mismo. Un Emnetwyte. Antiguo Quasi Brave. Un sin una Kaliyon especializada. Segundo Técnico de Armas Encantadas de la Guardia Alada. Solo una decoración. El encargado del almacén de las hadas.

El mundo termino hace tanto, tanto tiempo. En ese breve intervalo, él necesitaba hacer todo lo que pudiera. Él no tenía tiempo para pensar en el pasado. Las Bestias parecían tener un método de compartir información con las otras, para que todas vinieran de su lugar de origen y se esparcieran por la ciudad para reunirse con sus enemigos recién descubiertos, las armaduras de metal.

Al pasar del tiempo, las Auras establemente desaparecieron.

[Esa cosa claro que es fuerte.] Willem exclamó.

Él podía formar una suposición general de lo que era exactamente la armadura de metal. Una nueva arma Anti-Bestia desarrollada por alguna organización militar, para utilizar una cantidad abrumadora de Venom tanto en ofensiva como en defensiva, podía soportar el ataque de las Bestias y hacer efectivos sus propis ataques, sin apoyarse en la amplificación de una Kaliyon. Ya veo. Si puedes tener esta estabilidad, es más fácil de usar que unas inestables chicas blandiendo espadas. Realmente es una magnifica invención. Si él no le hubiera dado un vistazo a lo que estaba dentro, Willem pudo haber querido una para él.

[Desarrollarlo debió ser un fastidio. Si la noticia que ellos estaban haciendo algo anormal antes que pudieran explicarlo, todos los involucrados serían enviados directo a la cárcel.]

Ellos debieron planearon y preparado meticulosamente, consagrados a la vasta cantidad de tiempo y recursos. Willem vagamente recordaba haber sido golpeado por sentimientos similares de admiración antes. Esa vez, él aplasto esa cristalización del trabajo duro y esfuerzo sin duda, y estaba vez no sería diferente.

[Perdón, pero no puedo dejar que armas como tú sean usadas.]

Él se quitó el parche que cubría su ojo derecho y lo abrió, exponiendo su pupila dorada. Un ceniciento color gris lleno todo su campo de visión.

Parece que la bestia en mi interior me fastidia, Willem pensó. Destruir, borrar, enviarlos de regreso a casa en pedazos – una intensa urgencia de destruir fluía de su interior, junto a un interminable vendaval de palabras. Pero, ya que había preparado desde antes su mente, él podía resistir. Por 5 minutos, él pudo mover ese cuerpo mientras mantenía su propia voluntad como Willem Kumesh.

Violento Ruiseñor Demoledor. Con toda la fuerza para descender, Willem cerró la distancia entre él y la armadura de mental de un pestañazo. Por una vez estoy de acuerdo con esa voz. Reduzcamos a este chico a tierra. La armadura, parecía haber reconocido a Willem como un enemigo, llevando el martillo de guerra hacia abajo con una terrífica velocidad y con una fuerza impensable. Luego de una pausa, una violenta ráfaga de viento siguió el camino del martillo.

Mierda, eso dio miedo.

Mientras observaba su fuerte golpe revolotear, Willem dio un último paso adelante. Ese pequeño espacio cerca de la mitad de un paso proveyó la distancia perfecta. Arrojando su propio cuerpo al aire, una vez él giro horizontalmente para construir un impuso luego dio unos puñetazos con su puño a las uniones de la armadura.

Un ruido como el hierro golpeando contra el aceite resonó por el aire. El Venom de la armadura, la presión se elevó explosivamente por un instante, trato de forzar su puño por fuera. Ignorando el intenso dolor de su piel derritiéndose y la carne quemándose, Willem continuó presionando su puño hacia adelante. Cuando su brazo se atoro en la armadura hasta el codo, él tomó la cosa en el interior, entonces, un sinnúmero de hilos se rompieron, jalándolos para fuera.

Una chica con un cabello amarillo de diente de león salió. Como Willem esperaba, ella ya estaba en un estado de Berserk como el resultado de incinerar una excesiva cantidad de Venom. Todo su cuerpo emitía una débil luz. Ella podía explotar en cualquier momento.

[¿Quieres ponerle fin al dolor?] Willem lo pregunto, aunque él no pensó que ella podía escucharlo de todas formas.

La chica débilmente sonrió, o al menos Willem sintió que lo hizo. Él puso su dedo en el pecho de la chica, entonces, en una brecha entre los latidos, levemente presiono el interior. Su corazón, el ritmo habiendo sido desestabilizado con un mal tempo, se detuvo en un instante. Con el flujo de la sangre cesado, el Venom ya no podía seguir en el modo Berserk. La chica Leprechaun, de nombre desconocido para él, falleció silenciosamente.

Sin ser capaz de adquirir el suficiente Venom para operar, la armadura de metal dejo de moverse. Willem sacó a una chica más del interior de la máquina y le puso fin a su vida de esa forma. Con un pequeño golpe, los dos cuerpos estallaron en granos de luz y desaparecieron. Parado entre los granillos mientras se iban en el viento, Willem cerro su boca por un momento, como si lamentara su perdida.

Inhala. Exhala. Él no las conocía. No eran del almacén. Es decir, aparecieron de alguna parte de Regul Aire y fueron capturadas y usadas para estas armas antes que pudieran ser llevadas al almacén. De ser mejor su suerte, se habrían reunido en el almacén de hadas con las otras niñas y vivir sin cuidado… incluso si ellas se encontraban en el mismo final como armas, su vida hasta ahora solo había sido relativamente divertida. Pero las cosas no son de esa manera.

Willem mordió un poco sus labios. No era nada inusual. Desde el día que fue un Brave, esos pensamientos y sentimientos pasaron por su cabeza una y otra vez. Siempre que él encontraba a alguien que quería salvar, la situación ya había progresado más allá de su control.

[…Hazlo.] Viendo los restos de la armadura de metal con su ojo derecho, Willem le dio el permiso a la Bestia en su interior.

Con un silencioso sollozo de júbilo, la parte de él que heredo al Shiantor fue liberada. Es una existencia que revertía el ambiente a su alrededor a su forma primaria. Es decir, casi nada se creaba luego que los Visitors llegaran a revertir a una Bestia, mugre, o arena. Una vez, hace tiempo, los Visitors, o más acordes el Poteau que les servía, usaron la vasta tierra con nada más que arena cenicienta como un ingrediente base para crear un mundo fértil. Pero nada se creó de esa tierra fértil que pudiese volver a su forma original.

Whoosh.

Con un sonido poco dramático, la rota armadura se volvió una mera montaña de tierra cenicienta.

El silencio descendió en el área. Era natural, tomando en cuenta que nadie con su sano juicio quisiera quedarse mucho en un lugar con una violenta Bestia. Los ciudadanos fueron sabios y evacuaron. Viendo todo, Willem pudo ver una figura.

[Lantolq.]

Una vez él dijo su nombre, la chica, como si hubiese asegurado su decisión, dio unos pasos más cerca. Aunque, no mostro signos de cerrar la lejana distancia.

En general, las hadas, quizás debido a su verdadera naturaleza de niñas, tendían a ser confiadas. Una vez se volvían cercanas a alguien, ellas nunca dudarían de ese alguien sin importar qué. Lantolq, sin embargo, era inusual en que pudiera tomar decisiones racionales… o al menos es lo que le decían los débiles recuerdos a Willem. Y ahora, incluso después de ver la cara de Willem, Lantolq no bajo su guardia y notó algo irregular… Willem decidió no pensar en la posibilidad que ella solo lo odió desde el inicio.

[Ya que estás aquí, eso significa que el Plantaginesta llego a salvo a casa, huh. De verdad me preocupe, ¿sabes? ¿Qué haces en la ciudad?]

[¿De qué estás hablando? Soy quien debe preguntarlo. Tiempo sin vernos, Técnico.]

[Mhm. ¿Estás sola hoy?]

[Me lo pregunto. Quizás los otros se estén escondiendo cerca.]

No solo Lantolq no escondía su recelo, ella incluso solía restringirlo. Willem una vez más fue impresionado por su habilidad de mantener la calma y rápido pensar. Su usual yo podía detectar la presencia de un hada sin problema. La posibilidad de otros esperando en un arbusto cercano no tendría algún efecto como una amenaza. Pero, en su estado actual, el hablar mientras resistía un constante dolor de cabeza, hacía las cosas eran diferentes.

[¿La conversación de desaparecer al almacén de hadas está relacionado con este chico?] Willem lo pregunto mientras levemente pateaba la montaña de arena.

[¿De dónde escuchaste eso?]

Él lo escucho de Nephren cuando ella llego de visita a la posada. Esa vez, debido a su falta de recuerdos, él no pensó mucho en ello, pero ahora comprendía lo que significaban esas palabras.

[Muchas cosas pasaron. ¿Y bien?]

[Estás en lo correcto. La Fuerza de Defensa Nacional Elpis, maquinó el robarle la autoridad de pelea con las Bestias a la Guardia Alada, desplegando estas armas y exhibiéndolos como algo que son más fuerte que nosotras.]

La respuesta de Lantolq básicamente coincidía con las predicciones de Willem, pero al mismo tiempo también las superaba. Las intenciones de Elpis eran fáciles de entender, pero, dado a que produjeron tales armas poderosas, era difícil hacer algo para detenerlas. Espera, no. Hay una forma en la que Willem podía pensar, aunque él exactamente no podía llamarla una forma sabia de hacer las cosas.

Agh. Su dolor de cabeza continúo intensificándose. Como dejaron a hablar, su tiempo restante solo bajo. No había tiempo que perder en preguntar y responder.

[También tengo una pregunta. Hasta ahora, qué—]

[Lo siento, pero tendré que rehusarme a más preguntas. Te diré lo que probablemente quieres saber ahora mismo.]

[Eh… ¿¡ah!?] Lantolq dio un gran paso atrás. Al mismo tiempo, una lámpara, un banco, y una señal, la cual estuvo allí hasta hace un segundo, cerca de donde Lantolq estaba parada se transformó en cenicienta arena y se desmoronaron. [Ese poder… ¿¡En verdad te convertiste en una Bestia!?]

Willem río. [Una subespecie del Shiantor. Probablemente.]

[Estás bromeando.]

[La Bestia dentro de mí está en una enorme nostalgia. Quiere regresar al mundo al que una vez vivió. Y ese deseo lo lleva a desear la aniquilación de este mundo.]

[Pero…]

[Vivir en un mundo donde tu ciudad natal desapareció es difícil, ¿sabes?]

Lantolq trago su saliva.

[Bueno, es todo para las preguntas. ¿Deberíamos empezar? Señorita guardiana de Regul Aire—]

Willem cortó sus palabras y levemente inclinó su cuerpo. Entonces, usando lo que quedaba de su cuerpo humano para llegar a ese punto, empezó a ‘caer’ lateralmente a toda velocidad. Violento Ruiseñor Demoledor, uno de los pináculos de la sabiduría la cual los Emnetwyte una vez crearon y a la que confiaron su futuro.

Observando la respiración de Lantolq, él apunto por un momento en el cual ella no sería capaz de reaccionar y cerrar la distancia. Ella no pudo reaccionar a tiempo, ella ya no dio más… o así le convenía a Willem. Como siempre, él se detuvo a un poco más de medio paso, luego retorció su cuerpo. Así como asesino a los dos de antes, él apunto al punto crítico en el centro del pecho y, Lantolq fue al punto ciego, moviendo dos dedos para terminar de un golpe—

Él se detuvo a medio camino. En la distancia entre Willem y Lantolq, una sola espada fue lanzada. Una pequeña explosión de calor paso por los dedos de Willem en un segundo. Las explosiones agitaron a Lantolq.

La Kaliyon, Valgalis.

[¿No creen que hacerlo solo con ustedes dos es un poco lujurioso?] Justo al lado de Willem, llego sin que se diera cuenta, Aiseia estaba parada con su usual sonrisa. [¿Puedo unirme?]

[Está bien, pero no puedo ser bueno contigo, ¿sabes?]

[Haha, esa respuesta es más que suficiente.]

Con un golpecito de su muñeca, Aiseia envió la hoja de Valgalis a un innatural camino hacia la nuca de Willem. Luego de agacharse para esquivarlo, la hoja, la cual había pasado por arriba, bajo directamente.

[¿¡Whoa!?]

Rodando hacia atrás, Willem apenas esquivo el segundo ataque.

[Oh vaya, esquivaste eso, huh.] Aiseia lo dijo, pretendiendo ser sorprendida. [No he perdido ni una sola vez en una verdadera batalla.]

[Puedo ver por qué.] La boca de Willem se rigió. Sudor bajaba de sus mejillas. Aún puedo sudar luego de volverme una Bestia, él pensó. [Iniciaste con un ataque sorpresa inerte, huh… en serio no tienes misericordia.]

[Bueno, a decir verdad, soy muy seria acerca de ti, Técnico.] Incluso por responder con una broma, Aiseia no toma descanso y fue a él otra vez. Él no pudo sentir mucha presión del Vemon en su hoja, pero no significa que no doliera.

[E-Espera, ¿¡qué hacen ustedes dos!?] Luego de unos segundos de retraso, Lantolq gritó.

[¿No es más que obvio? Estoy aceptando el amor del técnico.]

[¡Eso no es algo para alguien que esté en la ofensiva diga!] Willem grito.

[¡No quiero escuchar bromas!]

[¿Bromas?] Luego que Valgalis fuese bloqueado por el puño de Willem, Aiseia se agacho, entonces, antes que Willem lo supiera, una piedra del pavimento fue golpeado y él se hizo atrás, abriendo una distancia entre ellos. [No estamos bromeando, ¿sabes? Lan, ¿sigues sin entender por qué él hace esto?]

[¿…Eh?]

[No necesitas decirle mucho.] Willem se quejó.

Aiseia, sin embargo, continuaba de cuquillas con una rodilla en el suelo. [Él nos está dando un papel.]

[Dije que no hay necesidad de decirle.]

[La última y más fuerte fortaleza, protegiendo a Regul Aire de la amenaza de las Bestias. Ese título nos llevará al campo de batalla, aunque al mismo tiempo nos protegerá. La enorme armadura de hace rato es una buena prueba. Ahora veo claro cómo los chicos de Elpis querían usarnos.]

Esa era una magnifica pieza de tecnología. Arreglada para controlar toda la enorme cantidad de Venom resultante de la apertura de la puerta del país de las hadas y llevada al Berserk. En lugar de terminar en un momento de explosión, el Venom servía como un combustible sostenible para la operación de la máquina. Las hadas vivían encontrando el mismo final igual, pero de esa manera era mucho más fácil de usarlas como armas.

[El técnico va a darnos ese título una vez más.] Aiseia bajo la mirada. [Esa armadura no tiene oportunidad contra él — esta Bestia. Si podemos derrotar a esta Bestia, eso probara que nuestro valor en el campo de batalla no puede ser ignorado. Al menos, el plan de Elpis será totalmente arruinado.]

Lantolq se quedó con la boca abierta antes de cubrirla con su mano.

Aiseia lentamente se paró mientras abría sus ojos. […Él quiere proteger el almacén de hadas. Y dará su vida para ello, ese idiota.]

[No necesitas…] Willem no necesita que su plan fuera comprendido. Si él solo jura su papel como una Bestia maléfica que necesita ser derrotada, el resto se iría fácil. […Y ustedes. ¿Les agradan las pequeñitas del almacén?]

[¿Huh?] Lantolq, con la guardia baja, abrió sus ojos.

[¿Hm?] Aiseia inclinó su cabeza.

[La razón para que pelees con tu vida al límite, ¿las estás protegiendo?]

[Q…] La cara de Lantolq brillaba de rojo. [¡¿A quién le importa eso?!]

Willem estalló en risa. [Ha… ¡Haha!] Un fuerte sentido de nostalgia llego a él. Eso es, él lo recordó. Una vez le hice la misma pregunta a Kutori. Esa vez, él escucho la misma respuesta que Lantolq le dio. [Ahh, chicas. Realmente… en serio…] Las amo chicas. Él recordó.

Él recordó lo que había intentado de hacer en este mundo. No había más batallas para él en este mundo, pero de haber esa pelea con los mismos pensamientos y sentimientos como él y sus compañeros lo hicieron una vez, entonces él quería al menos ayudarlas. En un lugar de él, quien no podía salvar a nadie, él quería ayudarlas a llevar su deseo de proteger lo preciado para ellas.

[Andando.]

En su estado actual, Willem no podía incinerar Venom. El más cercano a morir, tiene el Venom más fuerte, una fuerza opuesta a la vida, puede incinerarlo. A cambio, uno sería llevado a la muerte a un paso más acelerado. Por el otro lado, esos más lejanos a la muerte no les iba bien junto a su Venom. Por ejemplo, Lakish y Naigrat, naciendo tan fuertes y duras como raza, no podían incinerar Venom en primer lugar.

El cuerpo de Willem ya había dejado de ser el de un Emnetwyte. Era cuestionable si la muerte lo esperaba en el camino. Debido a eso, él ya no podía incinerar Venom. Sobre eso, él estaba desarmado, eso solo significaba que las únicas armas válidas para él eran las técnicas marciales que adquirió con los años y su habilidad como una Bestia para volver a su oponente cenizas. Aunque, más tarde, probablemente no sea muy efectivo contra las hadas, quienes no tenían un cuerpo estrictamente físico. Sus habilidades de humano eran la única cosa en la que podía apoyarse.

Esta batalla será dura, pero haré lo mejor. Esta vez por seguro le pondré un fin a mi pelea. Tomando un profundo respiro, el cuerpo de Willem se deslizo. Ardiente Sol Andando. Detectando el peligro, la espada de Aiseia suprimió el aire alrededor con trazos de luz. Willem paso por todo eso y cerro por completo la distancia entre ellas. Él vio a Lantolq empezar a moverse luego, pero ella no lo hizo a tiempo. Su codo derecho apunto al mentón de Aiseia, mientras su puño izquierdo a su costado. Aiseia soltó la Valgalis. Por soltar de pronto el pesado objeto que ella había estado moviendo, su postura se colapsó, causando que el codo y puño de Willem perdieran sus objetivos. La mano de Aiseia llego y tomo el cabello de Willem, entonces llevo toda su cabeza hacia su pecho. Él no podía alejar su mano, mientras su Venom se fortalecía grandemente en sus brazos.

[¡Lan!] Aiseia grito. [¡Rápido!]

[U—]

Incluso con sus dudas, Lantolq empezó a moverse para hacer lo que ella necesitaba hacer. La punta de Historia perforo directo al estómago de Willem. El Venom infundido por la hoja se hundió en lo más profundo de su abdomen, rasgando la carne en el proceso. Sangre roja salía. La cara de Lantolq se deformo, como si fuera a llorar, y la fuerza desapareció de sus brazos.

[Ah… Ah…]

[¿Es todo?] Willem presionó su pecho contra el pecho de Aiseia y libró un golpe más allá de su defensa de Venom. Sus pulmones se aplastaron, Aiseia silenciosamente grito de la agonía y perdió el agarre en la cabeza de Willem.

[Hay dos cosas que Aiseia olvidó mencionar. Si ustedes no son tan fuertes, entonces morirán aquí y este será el final. Es común decirlo, pero es mejor morir ahora que sufrir después.] Willem presiono más a Aiseia y tomo la hoja de Historia pegada en su estómago. [Una cosa más, ya soy una Bestia. Mi propio sentido me permite hablar de esto tan pronto desaparezca. Si no pueden derrotarme, tendrán que hundir la 11ava Isla.]

La cara de Lantolq se retorció más del dolor. Ella sacó a Historia, revelando una hoja empapada de rojo. Entonces, ella la movió. Sus movimientos eran lentos. Lleno de aberturas. Willem podía apuntar y golpear siempre que quisiera.

¿Me quiere atacar? Willem envió un golpe con su puño izquierdo y una patada con su pierna derecha. Ninguna intentaba ser un verdadero ataque, sino provocaciones que tenían que sacar las verdaderas intenciones de Lantolq. Ella torció su cuerpo, evadiendo la trayectoria de sus ataques, luego puso todo su impulso en el movimiento de Historia.

Un fiero viento filoso dirigido de la hoja de un ejecutor rugió pasando la cabeza de Willem.

[Ya veo.] Willem, quien se arrastró detrás de Lantolq, murmuro a sus oídos. [Me alegra que tus dudas desaparecieran. Pero, si es lo mejor que puedes hacer, no hay forma en que yo—]

[¡¡Ahhhhh!!]

Cerca, él escuchó el poderoso grito de guerra de una tercera hada.

— ¿Qué?

Tiat. Ah, eso es. Lo olvide. Aunque nadie más que yo la trajo por primera vez a esta ciudad. Esta chica también es un hada. Una Kaliyon blandida por un guardián de Regul Aire. Un buen sucesor para nosotros los Braves.

— ¡Ignareo!

La Kaliyon la cual Tiat tenía, Ignareo, ni en sueños era una espada de alta clase. A lo mejor, era una espada estándar solo mejor que los modelas producidos en masa. Es un Talent personalizado que no hacía nada más que no sobresaltar la espada.

— ¿Ella ya consiguió blandirla? ¿¡Cómo le hizo para crecer rápido!?

Claro, este era el resultado del que Willem le diera toda su atención a Aiseia y Lantolq. Su incesante dolor de cabeza tampoco ayudaba. Pero aún así, ser capaz de acercase sin que Willem lo notara le hacía merecedora de algo de admiración.

En primer lugar, el Talent de una espada no era algo que pudiese ser comprendido en seguida. Si uno no se enfrentaba cara a cara con una espada, era imposible incluso tener el sentimiento de qué hacer o qué pasaría. Ella se hizo un buen soldado. Willem recordó las palabras que un doctor Kikuroppe menciono una vez. Ah, tenías razón. Al punto. Eres un gran doctor.

Sin embargo, Tiat dio un paso a la izquierda. Willem alejó a Lantolq y se dio la vuelta para enfrentar a la recién llegada. Tenía el espíritu e impulso, y sin dudas o vacilaciones que entorpecieran sus movimientos. Pero ella tenía una severa falta de estatura, fuerza física, técnica, y experiencia. Aunque un completo ataque sorpresa podía conseguirlo, dado que Willem Kumesh tenía el tiempo para responder a su ataque significaba que no había esperanza—

[¿…Ah?]

Una gigante hoja parecía estar pegada al pecho de Willem. Esa forma es familiar para él. Una de las más grandes espadas santas ancestrales, Seniolis.

— ¿Kutori? No, eso no puede ser.

Pensamientos de confusión pasaron por su cabeza, Willem trato de voltear. Aunque, su cuerpo, se entieso. Con un doloroso esfuerzo, él se las arregló para al menos voltear su cabeza.

[Ah… uh… ah…]

Allí, él encontró una cara llena de lágrimas. Era una cara que conocía bien, y también una cara que él no esperaba.

[¿La… kish?]

[Uah, ah… W-Will… em…]

¿Por qué está aquí? Aun es una niña… espera, no. Muy mal. Los niños crecen. Si los pierdes de vista por un momento, ellos cambian. Mientras Willem se alejaba, nuevas fuerzas habían crecido unas tras otra en el almacén de hadas.

[…Haha.]

Me alegro, Willem pensó. La mitad de las almas rotas de niños que apoyan a esta mitad del mundo roto hasta ahora. Como pensó, son realmente fuertes. Más fuertes que él, quien había estado perdido en el camino todo este tiempo.

No había de que preocuparse por el futuro. Incluso si él no estuviera con ellas, incluso si él no pudiera hacer más por ellas, ellas estarían bien. Él finalmente podía poner fin al período de esta historia de un Brave fallido, la cual continuaba hasta ahora por repetidas palabras sin significado y repetidos pasajes.

[Nada mal. Apenas lo lograste.] Willem se río. Sangre salía de su boca. [Ahh, pero Lakish. Para usar a Seniolis, todavía te hace falta llenar algunos puntos. Si vas contra un inmortal, entonces usa apropiadamente a ese chico como un asesino de inmortales. Eres increíble, digo, te las arreglaste para sellar al Visitor Elq Harksten por 500 años.]

[¿Eh…?]

[Ve con cuidado. Esto es lo que hace.]

Willem puso su palma en la hoja. Las Kaliyons incrementan su Venom en respuesta a la fuerza de su oponente. Willem ya no podía incinerar Venom, pero un exceso de poder fluía dentro de Seniolis. Todo era suficiente para activar el milagro de Seniolis. Leves sonidos llenaron el aire y se armonizaron, haciendo sonidos como si él estuviese tocando una torpe canción de cuna en un arpa.

Como una de las más grandes espadas sagradas ancestrales, se decía que Seniolis es de calidad superior entre el vasto número de Kaliyons. Como resultado, solo un número limitado de personas podían blandirla. Las condiciones, cuando se describen propiamente serían algo así. Alguien que no tenga un lugar al que llamar hogar, alguien que se rindiera en regresar al lugar que anhelaba regresar, alguien que arrojara por completo su futuro. Solo alguien así podía ser calificado para blandir a Seniolis.

No solo aquel cuya vida estuviera llena de tragedia. No solo aquel que vencía la tragedia. No solo esos sin esperanzas. No solo aquel que arrojaba la esperanza. Solo aquel que tuviera un fuerte deseo por el futuro, pero aceptaba que tal futuro nunca sería obtenido podría tomarse de esta espada y llegar a un futuro diferente.

Esas fisuras en la larga espada se abrieron. Débil luz fluía de las brechas. El Talent personalizado de Seniolis, la más poderosa Kaliyon en el mundo humano, se revelo. Ese poder, el poder de llevar a la muerte a nada y todo, aceptándolo sin excepciones, incluso los seres inmortales. La débil luz gradualmente se debilito, luego se esfumo.

[¿Técnico…?] Lantolq miro arriba y murmuro suavemente.

[¿Willem…?] Sin nadie que llevara la Ignareo ella la llevo de arriba de su cabeza hacia abajo, Tiat con la mirada vacía llamó a su nombre.

[Uuu… uaaahh…] Lakish simplemente lloró y lloró.

Idiotas. Willem ya no podía usar su voz, por lo que río amargamente en su mente. Ganaron. Derrotaron a una Bestia peligrosa y salvaron a la isla. Son héroes. Probaron su valor. Aseguraron su futuro con sus propias manos.

Y sean felices. Regocíjense. Si ustedes solo van a llorar, ¿por qué estoy aquí en el suelo cerca de morir? Todo es la culpa de Aiseia. Ella echo a perder todo, y mi plan de ser el villano se arruino todo.

Ahh, maldita sea, ¿no es así? Siempre tratas de dar lo mejor de ti desesperadamente, eso es de ti.

Él sintió que alguien se río de él. Era una voz que él no había sido capaz de escuchar. Él sabía que es una alucinación. Pero, él estaba alegre de escuchar su voz una última vez.

Él tenía muchas palabras que quería decirle. Muchos sentimientos que quería transmitirle. Pero él no tenía el tiempo y la compostura para hacerlo.

Muchas gracias.

Todo lo que pudo hacer era pronunciar esas dos palabras en su mente.

De pronto, su campo de visión se tornó negro, como si una cortina se hubiese bajado. Una sensación de flote lo envolvió. Él sintió como si él hubiera empezado a caer eternamente en un interminable abismo. En lo más profundo él iba a una vasta oscuridad.

Mientras tanto, en la 2da Isla Flotante, Nephren abruptamente se dio la vuelta. Antes de situarse en un bizarro jardín en el cual las 4 estaciones se mezclaban y revolvieran juntas. Y más allá de eso yacía el único cielo azul, moviéndose por siempre y para siempre de esa manera.

[¿Qué ocurre?] El Gran Sabio pregunto.

Nephren no respondió. A cambio, ella murmuro. […Ese idiota.]



Una sola y pequeña lágrima bajo de su mejilla antes de caer al suelo.

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