Una vida tan normal que nada puede decirse sobre ello.
Después de graduarme de la universidad me uní a una importante empresa contratista y estoy viviendo solo ahora a la edad de 37 años. Por supuesto, no tengo novia.
Libre de cualquier deber hacia mi familia, mi vida es esencialmente la de un hombre independiente.
De una altura un poco mayor al promedio, y tengo buen aspecto. Lamentablemente impopular. He puesto esfuerzo en encontrar una novia -¡y me he confesado tres veces!- pero después de haber sido ser rechazado, no pude más con este destrozado corazón. Bueno, habiendo llegado a esta edad, honestamente puedo decir que esta cosa del romance no es más que problemas.
Aunque se podría decir que en su mayor parte del tiempo estoy ocupado con el trabajo, no me preocupo por no tener uno. No es como que estoy poniendo excusas… en serio.
“¡Senpai! ¡Disculpa por hacerte esperar!”
Con una sonrisa alegre un joven se me acerca. Y, a su lado, una belleza.
Más específicamente, el joven, Tamura, es un kouhai en la misma empresa donde trabajo, la que está a su lado es la famosa Madonna de nuestra empresa, la recepcionista Sawatari-san.
Síp, estos chicos me han estado pidiendo consejos para su matrimonio. Y por cierto, está es la razón por la que empecé a preguntarme acerca de mi propia impopularidad.
La cita después del trabajo se llevó a cabo en una intersección, y allí los dos esperaban disfrutar de mi consideración y apoyo.
“Sí. Entonces, ¿qué tipo de consejo buscas?”
Pregunte mientras saludo a Sawatari-san.
“Hola, encantada de conocerte. Mi nombre es Sawatari Miho. Aunque nos hemos visto el uno al otro antes, está sería la primera vez que hablamos, ¿verdad? Me pone un poco nerviosa de alguna manera.”
¡El que está nervioso soy yo, maldita sea! Quiero decir, no soy muy bueno hablando con las mujeres en primer lugar. ¡Dame un respiro! Con esas palabras me quejo en silencio a mí mismo.
En primer lugar, sin experiencia previa en el amor, ¿qué tipo de consejos puedo ofrecer? ¡No estás sólo divirtiéndote a costa mía! Es rencor, verdad.
“Hola. Soy Mikami Satoru. No hay necesidad de estar nerviosa o algo. Sawatari-san es famosa entre nosotros, así que sé quién eres, incluso sin la presentación. Sobre de Tamura- fuimos juntos a la misma universidad, ya sabes, por lo que hemos tenido mucho de qué hablar. Después de que nos encontrábamos.”
“¿Qué es eso de ser famosa? ¿Hay rumores extraños rondando por ahí?
“Sí. Como el haber tenido un romance con el jefe X, o ir a citas con Y-kun. Ese tipo de cosas.”
Solo estaba bromeando, por supuesto. Y aunque mi intención era bromear un poco, la cara de Sawatari-san se puso roja y ella me miró con ojos llorosos. Odio admitirlo, pero ella lucía adorable.
Bueno, mis chistes carecen de delicadeza o tacto, y muchas veces me han dicho que mantenga la boca cerrada… pero término diciéndolo de todos modos.
Sí, la cague de nuevo. Sí, simplemente soy malo con las mujeres.
Y como si fuera una señal, Tamura la consuela frotando ligeramente sus hombros.
¡Maldita sea, Tamura cabrón! ¡Son en estas situaciones en las que simplemente todos los riajuu deberían explotar! Debería gritar esto, ¿verdad?
“¡Senpai, por favor no diga cosas así! Y, Miho, él sólo estaba bromeando.”
Con una sonrisa Tamura continúa lidiando con la situación. ¡No eres ya un Dandy, Kouhai!
Brillante, alegre, y sin una pizca de sarcasmo. ¿No es un chico adorable…?
Tamura solo tiene 28. Y aunque tenemos tantos años de diferencia, tenemos algo en común. Bueno, en realidad nada, pero les doy mi bendición…
“Mi culpa, No soy bueno con las mujeres. Y, la ubicación no ayuda mucho, ¿verdad? Vayamos por algo de comer y hablemos allí.”
Son solo celos, después de todo. Y justo cuando pensaba así…
<<¡Kyaaaaaaa!>>
Gritos. Confusión.
¿Qué? ¿Qué está pasando?
“¡Muévete o te mataré!”
En cuanto al sonido de la voz, un hombre blandiendo un cuchillo y sosteniendo un bolso corre hacia nosotros.
“¡Tamuraaaa!”
*Don* Empujo a Tamura fuera del camino.
*Dosu* Siento un ardor en mi espalda.
“Tch, ¡maldito estorbo!”
Después de haber gritado así, veo al hombre escapar y me doy vuelta para asegurarme de que Tamura y Sawatari-san están a salvo.
Con un grito sin palabras, Tamura corre hacia mí.
Sawatari-san está sorprendida por el repentino acontecimiento, pero no muestra lesión alguna… gracias a Dios.
Seguido a eso, mi espalda arde. Siento dolor en un costado, esto quema.
¿Qué pasa con esto? Hace demasiado calor… ¿no puede ser que este sangrando?
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¿Podría ser… que fui apuñalado?
No se puede morir por una herida de un arma blanca…
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“Senpai… hay sangre fluyendo… y no se detiene… no estará…”
¿Qué sucede con este chico ruidoso? Siento que su voz era extraña justo ahora, bueno, que se puede esperar de Tamura.
¿Eh, sangre? Claro, que está saliendo. Soy humano después de todo. ¡Cuando se es apuñalado, uno sangra!
Pero el dolor es desagradable, ¿no es así…?
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Bueno… esto es malo, ¿verdad? El dolor y la impaciencia nublan mis sentidos.
“Ta… Tamura… eres muy ruidoso. Esto… no es tan grave, ¿no? Deja de preocuparte…”
“Senpai… la sangre… aguante…”
Su rostro tornado en azul, al borde de las lágrimas, Tamura continúa sosteniéndome. Esa expresión es la ruina de los hombres guapos.
Trate de tomar un vistazo a lo que Sawatari-san estaba haciendo, pero mi visión es demasiado vaga. No puedo ver.
La sensación de ardor en mi espalda se ha ido. En cambio, un frío feroz me golpea.
Esto podría ser malo… cuando la gente no tiene suficiente sangre, muere, ¿no?
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(Oye, tú, ¿qué es lo que has estado diciendo los últimos minutos?)
Trato de hablar pero las palabras no salen. Esto es malo, tal vez realmente moriré…
Pero bueno, ya no siento dolor ni calor.
Pero hace frío. Tanto frío, y nada que pueda hacer al respecto. ¿Qué pasa con esto?... Soy un hombre demasiado ocupado como para congelarme en este frío.
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En ese momento, mis moribundas células cerebrales tienen un destello de inspiración, ¡han recordado las cosas verdaderamente importantes!
¡Sí! ¡El contenido del disco duro de mi PC!
“¡¡Tamura!! Sí, y solo sí, en caso yo muera… cuida de mi PC. Te ruego que la sumerjas en agua, la enciendas, y borres completamente todos los datos…”
Así, después de haber utilizado toda mi fuerza, he transmitido los asuntos de mayor importancia.
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No sé exactamente lo que Tamura estaba diciendo en ese momento, mientras me miraba con el rostro pálido.
Pero, entendí el significado de lo que dijo.
“Haha… así es como es Senpai…”
Dijo con una sonrisa amarga, ¿Quién querría ver el rostro de un hombre llorando? Esa sonrisa es muchas veces mejor.
“Usted sabe, sobre Sawatari, quería presumir de ella a Senpai…”
Heh, ya lo sabía… este bastardo.
“Tch… Por Dios. Te perdono por todo, así que cuida de tu novia y hazla feliz, ¿entendido? Y cuida de mi PC…”
Con mi fuerza desvaneciéndose, fue suficiente para decir eso como mucho.
Completamente insatisfecho. Mikami Satoru murió.
Y en ese instante, el “alma” de Mikami Satoru se vinculó con un monstruo engendrado en otro mundo.
En una grieta dimensional tan pequeña que ni el ojo podía ver. Su alma vinculada con una masa de energía demoniaca.
Esta masa era el origen de los demonios, y para Mikami Satoru quien se había vinculado a ello, a sus pensamientos como una base, la masa construyó un cuerpo.
Lo que normalmente es imposible, aún con una baja probabilidad astronómica, Mikami Satoru renació como un monstruo en otro mundo.
Una vida tan normal que nada se puede opinar sobre ello.
Después de graduarse de la universidad, me uní a una importante empresa contratista y estoy viviendo solo ahora a la edad de 37 años. Sin novia.
Desligado a mi familia, mi vida es esencialmente la de un hombre independiente.
En consecuencia, un virgen.
Increíble, dejando este mundo sin jamás haberlo podido utilizar… mi “hijo” debe estar llorando ahora.
Lo siento, yo nunca pude hacerte un adulto…
Cuando renazca vamos a cambiar las cosas. Pasar a la ofensiva con un Boom.
De salida, fiestas y devorando todo… Pero eso no es bueno, ¿no?
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Y bueno, a casi cuarenta años, todavía siendo virgen al superar los treinta, en un mundo mágico sin duda sería un sabio… diablos, ser un gran sabio no estaría fuera de cuestión, ¿verdad?
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…qué demonios has estado hablando? ¡El infierno es [Gran Sabio]! ¿Te estás burlando de mí?
¡Ni siquiera es único!
¡No es gracioso!
Qué grosero…
Pensando en eso, caí dormido.
(Así que esta es la muerte, ¿eh?... no es tan solitaria como yo pensaba.)
Aquellas fueron, para Mikami Satoru, las palabras que se perdieron en este mundo.
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